VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL TETRA BRIK O DE CÓMO DEBERÁS APRENDER A VIVIR CON ELLO (I)

Este es uno de los relatos que forman parte, por orden, de la serie La señora Abbot:
La señora Abbot, el doctor en casa...
Efectivamente un violinista...3
El panadero y su falso positivo...
Alcohol, no gracias...1
Alcohol, no gracias...2
Alcohol, no gracias...3
El amanecer willkommen...
La señora Abbot y el pan...1
La señora Abbot y el pan...2
La señora Abbot y el pan...3
La señora Abbot y el pan...4
La señora Abbot, el nombre del violinista...1
La señora Abbot, el nombre del violinista...2
La perspectiva hace la forma...
¿Por dónde iba...?
Ventajas y desventajas...1
Ventajas y desventajas...2
La perfecta alineación de unos zapatos...
El trastorno borderline...
La señora Abbot se va de vacaciones
El crucero cruzado, información inesperada...
El triatlón, la función musical para público especializado...
La señora Abbot, la pajarita que jugaba al póker y el momento...
Muchas pajaritas para tan poca isla...
Logaritmos neperianos...
La señora Abbot: Jana, si vuelves, limítate a los detalles, por favor I
La señora Abbot: Jana, si vuelves, limítate a los detalles, por favor II
La señora Abbot y el patrón inevitable de lo que vendrá.
La señora Abbot: tejiendo el inconsciente y sus patronistas.




Las seis de la tarde, un frío espantoso. ¿Sabéis esa clase de sensación térmica que todos echamos de menos en verano? Pues ese. Justo.
Jana, sentada en la mesa del despacho, aporreaba el teclado sin parar. Debía realizar la entrega de la documentación y la bibliografía antes de las siete. Vencía el plazo. La revista llevaba más de dos semanas atosigándola para que escribiese ese artículo con la idea de llegar a un acuerdo (a falta del beneplácito de los lectores), para ser columnista mensual con sección fija.
No era una cosa que le entusiasmase, pero, consciente de la oportunidad (gracias a los contactos del señor Abbot, una ingente cantidad de alcohol y gráciles conversaciones en el último congreso médico al que acudieron), daba los últimos retoques de edición al texto.
-Estoy helada, me preparo un café con leche y le doy una última vuelta...ya está todo...prácticamente, pensó repasando las condiciones de envío.

Fuente imagen: clarenicolsonstylist.com
Se levantó y se dirigió rumbo a la cocina frotándose las manos soplándolas en intermitencias de tres segundos hasta llegar. Abrió la nevera para coger el brik de leche. Sin hacer absolutamente nada, el envase de cartón reventó. Toda la cocina lucía un blanco nuclear que acompañaba estupendamente al frío polar que soportaba.
En primera instancia pensó: ¡mierda!, ¡mierda!¡mierda!¡joder! Inmediatamente después, su cabeza editó un cuadro costumbrista de aquello por el que se imaginó en el polo norte, pasando más frío todavía. Sus emociones se vieron altamente perjudicadas porque pasó a concluir que aquello habría que limpiarlo... En tercer y último lugar su maquinaria pensativa volvía a hacer de las suyas. 
-¡Se ha explotado solo! Yo no he hecho nada. ¿Qué querrá decir? -se preguntó en voz alta a la vez que realizaba la limpieza pertinente de aquel desastre sin precedentes.
Mafi, por deferencia, regresaba para acompañarla aumentando su visión del ojo izquierdo1. Aquello le sirvió para ratificar que se encontraba tras una buena pista además de que debía realizar una limpieza a fondo del hueco de la nevera.







1.En realidad, su entrenamiento en los últimos meses fue tan intensivo que no necesitaba de sus servicios. Podía relacionar sus pensamientos casi directamente y el fluir mental se abría paso.

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