El final del año siempre nos lleva a reflexionar sobre nuestra visión para el siguiente.
Mantener la perspectiva alta en todos momentos, uniendo instintos y espiritualidad / consciencia.
Preguntarse diariamente:
¿Si valoro la paz, cómo encarno esta paz en mi vida diaria?
¿Si valoro la salud, como estoy practicándola?
¿Si valoro la verdad, o la armonía y cómo muestro esta calidad en mi día a día?
¿Cómo me aseguro de que estoy siendo coherente con mis valores dentro de mis posibilidades conscientes?
¿Si valoro la comunidad, cultura colectiva y humanidad por encima de todo, cómo estoy demostrándolo?
¿Si me amo por dentro y por fuera y cómo estoy honrando ese principio en mi vida?
¿Cómo me relaciono con dinero y poder, puedo mantener mis valores, o los pierdo?
Información, estudios o técnicas son todos distracciones de la verdad que reside dentro del corazón, cuando hay silencio se ve, se oye, se siente. Tu eres tu propio autor «…write yourself».
Imagina, que antes de llegar a la tierra, hiciste varios contratos de alma para facilitar que tu alma evoluciona, por lo cual hiciste varios tratos con otras almas para hacer cosas a la otra que molesta, que empujan los botones de la otra, que les lleva hacia el límite. Para aprender. Y si podemos ver que si alguien de verdad te molesta y te empuja hacia tu límite, imagina que es alguien con quien tienes un contrato de alma. Busca las lecciones que la circunstancia está enseñándote. Míralo como una ayuda para practicar tu esencia y deseo de evolucionar.
Cada momento, los buenos y los desagradables son nuestros profes, cada persona que encontramos por la vida son nuestros guías para ayudar a esa evolución y la paz que busca cada ser.
El amor ve cada momento como sagrado, cada reto y oscuridad como regalos. El amor acepta, aprecia, es paciente, esta presente, no tiene tiempo, no tiene miedo, es espacio, luz, lujo. El Amor oye y escuchar profundamente.
Cuando hay mucho ruido, muchas palabras y muchas acciones incoherentes es momento para reflexionar….