El excampeón de boxeo Óscar León Navas pidió a las autoridades deportivas del Distrito que se le formalice un contrato como entrenador de jóvenes aspirantes a incursionar en ese deporte.
Cabe recordar que León Navas, cartagenero del barrio Torices, se convirtió en campeón de la categoría super gallo de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) en 2002 en Estados Unidos, cuando derrotó a John Michael Johnson.
Posteriormente combatió por el título mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la la Federación Internacional de Boxeo (FIB), por medio de las cuales representó a Colombia en países como Sudáfrica, Indonesia y Panamá. En este último logró el Título Latino del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y de la AMB.
Hace cuatro años decidió retirarse del boxeo, pero unos meses antes incursionó en combates menores, hasta que él mismo determinó que sus condiciones físicas no eran las mejores para seguirse exponiendo en el ring.
Una vez alejado de los encordados invirtió su capital en varios negocios que fracasaron, a la vez que dilapidó otra parte en diversiones de fin de semana, aunque ya había logrado comprar una casa para sus padres y otra para su reciente compañera sentimental, con la cual tiene dos hijos. Otros cinco pertenecen a relaciones que surgieron durante sus años dorados como campeón.
Tratando de recomponer su economía aceptó algunos empleos en la zona industrial de Mamonal, pero duró poco en ellos, “porque eran cosas que yo nunca había trabajado y me aburrí de que me estuvieran llamando la atención de mala manera”, dice.
Recién salido de Mamonal obtuvo la oportunidad de laborar como instructor de boxeo en el “Coliseo Bernardo Caraballo”, pero sólo duró cuatro meses, porque, según él, nunca le presentaron un contrato formal con el cual tener una estabilidad laboral y económica.
Hace un mes regresó al Bernardo Caraballo en donde labora con el entrenador Amado Guerra instruyendo a 26 niños: 17 le ocupan la jornada de la mañana; y nueve, la de la tarde, en cuyo grupo hay dos niñas.
La mayoría provienen de barrios como El Pozón, Nelson Mandela, Olaya Herrera y faldas de La Popa, “pero hay muchos que prometen algo bueno para el boxeo colombiano”, asegura León, quien distribuye sus labores de 9 de la mañana a 12 del mediodía; y de 2 a 5 de la tarde.
“Los niños --agrega-- se sienten contentos, porque tienen un excampeón al lado, quien les exige, pero con cariño, nunca con dureza. Yo pensaba irme nuevamente, porque veo la demora del Ider en hacerme mi contrato, pero el empeño que estos niños le ponen al trabajo me tiene esperanzado”.
Otro deseo que expresa el excampeón es el de fundar una escuela de boxeo en el barrio Los Calamares, donde reside, “porque allí veo muchos niños y jóvenes desorientados, pero sé que con esta disciplina podrían darle un mejor rumbo a sus vidas”.
El director del Ider, Hernando Pertuz, aclaró que “no es que no queramos ayudar a Óscar León. Lo que sucede es que ya tenemos una persona contratada para instrucción en boxeo, por lo cual no pueden hacerse dos contrataciones para que se ejecute una misma actividad”.
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