El Heraldo
Tres trabajadores lavan dos vehículos en un establecimiento ubicado en el norte de Barranquilla. Andrés Rodríguez
Barranquilla

Lavadero de carros, sin controles para el consumo de agua

De acuerdo con Triple A, un establecimiento de estos consume en el mes un promedio de 120 m3 de agua, es decir, 120.000 litros. Damab registra 64 que trabajan en varios sectores de Barranquilla.

La premisa que transmite a diario el Gobierno Nacional es contundente: “Hay que ahorrar agua, no debemos derrochar”. Esta iniciativa viene argumentada con un fenómeno de El Niño que, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientes (Ideam), iría hasta mediados de junio y que sus efectos se intensificarán en los meses de enero, febrero y marzo.

Para la Región Caribe, el tope máximo de consumo de agua al mes en las viviendas es de 32 m3, según lo establecido por la resolución 726 de 2015 de la Comisión de Regulación de Agua Potable (CRA). Este límite para las residencias contrasta con los 120 m3 mensuales que, de acuerdo con cifras de Triple A, consume mensualmente un lavadero de carros en la ciudad.

La resolución de la CRA habla sobre el desincentivo que se le aplicaría a los ciudadanos que superen el limite de consumo, dependiendo la altitud sobre el nivel mar en la que se encuentren.

Además, esta normativa es una de las diez medidas de prevención que el ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio, Luis Felipe Henao, exige que apliquen los gobernadores, alcaldes y empresas prestadoras del servicio público de acueducto, con el fin de garantizar el ahorro de agua y evitar el desabastecimiento.

Sin embargo, Triple A, al igual que en el mes de octubre cuando se anunciaban estas mismas sanciones al consumo excesivo del agua, indicó que dicha amonestación solo aplica en sistemas en donde la fuente hídrica, desde la cual se toma el agua para el acueducto, cumpla determinadas condiciones de escasez.

La compañía agrega que a los municipios que brinda su servicio no es “aplicable” dicha sanción, debido a la riqueza del río Magdalena, aunque expresa estar de acuerdo con el ahorro de agua que plantea el Gobierno Nacional y promueve  una campaña pedagógica en los municipios.

Pero si 32 m3 es el máximo consumo para las viviendas, ¿Cuál sería el tope para los lavaderos de carros? De hecho no lo tienen en la actualidad, ni lo tuvieron años atrás estos establecimientos, que en la mayoría de los casos, consumen del doble al triple o más, de lo que gasta en agua una casa.

Ante esta situación, el ministro Henao no indica si va a haber una restricción especial hacia este tipo de negocios teniendo en cuenta lo que está causando el fenómeno de El Niño en Atlántico y el resto de la Región, ni tampoco si deberán cumplir con un parámetro de consumo mensual.

Sin embargo, ante la coyuntura y emergencia, el funcionario señala que si los lavaderos de carros no cumplen con los estándares de re-uso de agua, serían sancionados.

Esta normativa está establecida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible mediante la resolución 1207 del 25 de julio de 2014.

Alto consumo. Al multiplicar la cifra de consumo mensual señalada por la Triple A por los 64 lavaderos registrados por parte del Departamento Administrativo del Medio Ambiente de Barranquilla, Damab, darían un total de 7.680 m3 de agua al mes, ósea que diariamente esta cantidad de establecimientos está consumiendo 256 m3.

Para dimensionar el gasto de agua de este tipo de establecimientos, resulta ilustrativo compararlo con la cantidad de líquido que se utiliza al momento de tirar la cadena de un inodoro. Triple A informa que por cada vez que se baja un inodoro se consume 7 litros de agua.

Según cálculos de EL HERALDO, lavar un carro en un lavadero grande que afirma atender 45 carros diarios equivale a bajar un inodoro 10 veces aproximadamente. Esto, puesto que desde el negocio señalan que gastan en promedio 93 m3 mensuales.

Sin embargo, el consumo de agua parece ser mayor en un establecimiento de menor tamaño. El agua utilizada para lavar cada uno de los 10 carros que indican atender diariamente sería igual a tirar de la cadena 33 veces. Al mes, este negocio manifiesta consumir, por su parte, 70 m3.  

“Somos conscientes”. Javier Lobelo, administrador de uno de los 64 lavaderos de carros que actualmente trabajan en la ciudad, según el Damab, indica que en su negocio son “conscientes” de lo que está pasando con fenómeno de El Niño.

Agrega que su negocio al ser mucho más grande está consumiendo en promedio entre “93 m3 a 100 m3” de agua mensuales. Lobelo reconoce que este es un consumo alto, pero señala que al igual que un lavadero de carros, las empresas más grandes también gastan gran cantidad de la fuente hídrica.

Ante una posible restricción, pico y placa, o cierre de estos negocios, por parte del Gobierno Nacional, a futuro, teniendo en cuenta la urgencia de ahorrar agua, el administrador afirma que serían medidas muy “radicales y todos tendríamos que ser incluidos en esa misma vara, no solamente los lavaderos”.

Añade que cerrar un día su negocio sería una “gran pérdida”, que dificultaría en gran medida los gastos que también genera el negocio, en cuanto a servicios públicos.

De acuerdo con Lobelo, en su establecimiento laboran 11 empleados, los cuales se verían muy afectados si se toman este tipo de medidas. “Ellos trabajan por un diario que es relativo y si se da más adelante un cierre ¿De qué van a vivir?”, indica.

Rodolfo Jiménez, otro administrador de lavaderos, que al igual que Lobelo manifiesta estar consciente de la situación que está afrontando el país, indica que en su negocio pequeño que consume de “8 m3 a 10 m3” al mes, están implementando un ahorro de agua intensivo.

Expresa que en su lavadero en las noches se trabaja con baldes de agua para ahorrar el líquido. “Yo cierro el filtro con llave y dejamos unos tanques llenos de agua para evitar usar el chorro de la manguera”, explica.

Jiménez, quien lleva administrando su negocio desde hace 3 años, puntualiza en que sería muy complicado implementar un pico y placa o un cierre de estos negocios, con el fin de ahorrar agua ante la emergencia por el fenómeno ambiental. “Mis trabajadores se ganan el 50% de una lavada y si cierran un día, no tendrán para llevar a su casa”, afirma.

Menos aire, más agua. Una de las alternativas para ahorrar agua que planea comprar Javier Lobelo para su negocio, son las hidrolavadoras. Según el administrador está podría ahorrar un 60% del consumo del líquido.

Actualmente Lobelo cuenta con una motobomba de alta presión, la cual es usada por la mayoría de lavaderos en la ciudad y el administrador argumenta que este aparato lleva al consumo “por las nubes”. Explica que en cambio una hidrolavadora lanza más aire que agua, es decir, “podríamos gastar 20 litros de agua por carros en vez de 60”.

Uno de los administradores que ya cuenta con este aparato “ahorrador” es Edgar Orrego, quien afirma que este electrodoméstico lo ha llevado a consumir la mitad de lo que gastaba en agua hace cuatro meses antes de adquirirlo.

Orrego señala que cuando manejaba la motobomba estaba consumiendo al mes más de 150 metros cúbicos de agua. Sin embargo, expresa que desde que invirtió en las hidrolavadoras está gastando de “70 m3 a 80 m3” en su negocio.

Aunque el administrador es consciente y presiente que los lavaderos de carros ante la situación con el fenómeno de El Niño, “se encuentran en la mira”, afirma que su establecimiento está preparado para cualquier tipo de restricción que pueda imponer el Gobierno Nacional.

Orrego recomienda fijar un tope máximo de consumo para los lavaderos de carros, el cual nunca han tenido. “Ese puede ser una mejor salida porque ya cada quien sabe lo que va gastar en agua en el mes y listo”, puntualiza el administrador.

Los lavadores. Nilson Gutiérrez, residente del barrio Santo Domingo, y lavador de carros, expresa que muchos como él sustentan su casa con el dinero que llevan todos los días. “Si cierran por lo menos un día el lavadero, en mi casa o no comen o se nos descuadra los servicios”, dice.

Añade que la coyuntura por el fenómeno ambiental es comprensible, pero considera que es difícil dejar a tantos empleados sin trabajo. Gutiérrez añade que la mayoría de sus compañeros tienen escasos recursos, que en su mayoría han dejado la calle para dedicarse a esta profesión.

“Yo opino que se puede ahorrar pero no pensar en dejar a muchos trabajadores en el aire”, argumenta el lavador que se gana diariamente un promedio de $40 mil pesos.

Esnéider Pérez, otro de los trabajadores, señala que es claro el problema que afronta el país, pero que este empleo es el que les permite subsistir todos los días.

“Somos miles de lavadores de carros que sacamos a nuestras familias adelante a punta de agua y jabón”, sostiene.

Pérez agrega que también al cliente hay que concientizarlo que el agua hay que ahorrarla. “El dueño del carro quiere que uno le ponga todo el chorro. Piensan que con eso se va a ver más brillante el vehículo”, explica el lavador.

Jaime Luis Castillo, por su parte, explica que con el problema de El Niño, “ya no se puede andar con la manguera abierta”. Indica el trabajador que para ahorrar es necesario usar un trapo húmedo además de no enjuagar tanto los carros.

Restricciones. Con el fin de que los ciudadanos ahorren agua y no la derrochen, el Damab, prohibió el despilfarro del liquido durante el Carnaval. 

Con respecto a los lavaderos de carros señala que este tipo de establecimientos como usuarios del recurso hídrico están obligados a cumplir con la norma de vertimiento, que actualmente está establecida por el decreto 3930 del 2010 y la resolución 631 del 2015.

Según la entidad, esta norma establece los requisitos para obtener los permisos de vertimiento tanto a cuerpo de agua como a sistema de alcantarillado. Agrega que instituye unos límites en los contaminantes que pueden descargar los usuarios.

Además recomienda que para poder lograr un acorte de ese límite máximo de contaminantes, estos negocios deben hacer un tratamiento de agua. Añade que también tienen que hacer un uso racional del recurso hídrico, contando con un plan de ahorro y uso eficiente del agua, y en la medida de posible tratar de reutilizarla.

Agrega que los lavaderos deben con unos desarenadores o trampas de sedimentos, rampas y rejillas para controlar el vertido de partículas más gruesas como basuras. También unas trampas de grasa para no verter contaminantes al sistema de alcantarillado y mantenimiento permanente a los filtros de las aspiradoras.

El caso de los lavaderos ilegales, las autoridades anuncian que intensificarán los controles para identificarlos y cerrarlos, pues este tipo de establecimientos no cumplen con la norma ambiental, aunque reconocen que justamente por su ilegalidad no pueden establecer con claridad cuánto gastan en promedio para realizar esta actividad.

No al derroche

El Departamento Técnico Administrativo del Medio Ambiente de Barranquilla, Damab, mediante la Resolución 0081 del 14 de enero de 2016, prohibió el derroche de agua durante las actividades que se desarrollen en el marco del Carnaval. La autoridad ambiental del Distrito también ha vetado arrojar agua a las calles, calzadas y canales o sistemas de alcantarillado para aguas lluvias, al igual que el lavado de fachadas de establecimientos comerciales y áreas de uso público.

Reutilizar agua

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través de la Resolución 1207 del 25 de julio de 2014 establece que en el contexto de Gestión Integral del Recurso Hídrico el re-uso del agua residual aparece como una estrategia para el ahorro y uso eficiente del agua. Agrega que al usuario generador deberá presentar para el trámite de modificación de la Concesión de Aguas, Permiso de Vertimiento, Licencia Ambiental o Plan de Manejo Ambiental. En el caso del permiso de vertimiento, que compete a la situación de los lavaderos, la normativa señala: Si la totalidad de las aguas residuales tratadas se entregan para re-uso no se requerirá permiso de vertimiento por parte del usuario generador y no habrá lugar al pago de la correspondiente Tasa Retributiva por la utilización directa e indirecta del agua como receptor de los vertimientos puntuales. En caso contrario, si la entrega es parcial, deberá ajustarse el cobro conforme a la modificación del Permiso de Vertimientos.

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