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El botijo astronauta que llegó hasta la estratosfera

"Houston, queremos aguita fresca" F. LIROLA

El municipio cordobés de La Rambla se ha puesto a la cabeza del programa espacial español tras lanzar un botijo a la estratosfera la madrugada del pasado sábado para conseguir que Whatsapp incluya a esta obra de la ingeniería patria entre sus emojis.

Con la campaña del 'Emotijo' el Ayuntamiento de La Rambla busca potenciar el turismo y la alfarería de la zona, sirviéndose del potencial de las redes sociales.

El lanzamiento se realizó desde el paraje de los llanos del Convento, a las 2:45 horas. Alcanzó una altura de 30.800 metros en dos horas y media, registrando temperaturas de -50 º. El descenso tomó 45 minutos, alcanzando tierra a las 6:00 horas en la pedanía de El Centenillo, al norte de Jaén. La localización del botijo estuvo todo el tiempo controlada por satélite, gps y radio.

Para poder llevar a cabo la acción, se obtuvieron varios permisos por parte de los encargados de la seguridad aérea debido a la altitud del lanzamiento. También se cubrió con un seguro y "en todo momento" estuvieron presentes agentes de la policía municipal "para garantizar la seguridad en el evento", según informan desde el ayuntamiento.

"¿Que no hay valor? Pues botijo a la estratosfera"

Esta idea, promovida por el Ayuntamiento de La Rambla y el Centro de Iniciativas Empresariales de la localidad, fue impulsada por un grupo de vecinos rambleños formado por José Alcaide, Alfonso de Cabo, David Merinas y Rafael Rojas.

Empezó de manera "peculiar". Según explica Alfonso de Cabo, los amigos estaban "tomando cerveza, desvariando" cuando se les ocurrió la idea, que podría haberse quedado en broma de no haberse envalentonado entre ellos. "¿Que no hay valor? Pues botijo a la estratosfera".

Cuando acudieron a recogerlo a El Centenillo intentaron pedir la clave del wifi a uno de los pocos vecinos de la pedanía para poder localizarlo, ya que no tenían cobertura, pero al escuchar aquella historia el centenillero pensó que aquello era "una cámara oculta, de esos que se ríen de la gente del pueblo" explica Cabo. Consiguieron convencerlo tras enseñarle una foto del globo. Finalmente, encontraron el botijo en una finca.

Pero, ¿por qué un botijo? Porque "sin duda, es la pieza más característica de la cerámica rambleña" ensalza Cabo.

Alfonso de Cabo está "seguro" de que esta acción habrá llegado ya a los oídos de alguien en Whatsapp. Si hace unos días pudimos ver a Mark Zuckerberg con una bufanda del Sevilla, ¿quién dice que no tenga un botijo en la cocina?

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