La capacidad de respuesta de las universidades al contexto actual y a
las necesidades de la sociedad vincula a los empleadores, como parte
importante de la sociedad, quienes necesitan saber el significado en la
práctica de una capacitación o de un título otorgado por una universidad.
Por esto, la comunidad académica debe valorar constantemente las
demandas sociales y fijar los perfiles académicos y profesionales que exige
la sociedad. Según Tuning, los objetivos de la educación deben ser más
dinámicos y más acordes con las necesidades de la sociedad y el empleo.
Para incrementar la calidad y la mejora del empleo y la ciudadanía, de
acuerdo con Tuning, la visión de la educación debe enfocarse desde
la perspectiva del que aprende, es decir, una educación centrada en el
estudiante. Esto implica cambios de enfoque en las actividades educativas
y en la organización del aprendizaje, ahora basados en resultados de
aprendizaje, competencias, habilidades y destrezas, por supuesto, no
de carácter normativo, sino de referencia. Este enfoque involucra
necesariamente la transformación del papel del docente universitario, que
debe prestar atención al tipo de competencias que debe desarrollar el
estudiante en su asignatura y en la profesión en conjunto.
Por resultados de aprendizaje, Tuning entiende el conjunto de
competencias que incluyen conocimientos, comprensión y habilidades
que se espera el estudiante domine, comprenda y demuestre después de
completar un proceso de aprendizaje. La definición de los resultados de
aprendizaje por competencia es responsabilidad del profesorado.
La Competencia, para Tuning, trata de seguir un enfoque integrador,
considerando las capacidades por medio de una dinámica combinación
de atributos, que juntos permiten un desempeño competente como
parte del producto final de un proceso educativo, lo cual enlaza con el
trabajo realizado en educación superior. Las competencias y las destrezas
se entienden como conocer y comprender (conocimiento teórico de un
campo académico), saber cómo actuar (aplicación práctica y operativa del
conocimiento a ciertas situaciones) y saber cómo ser (los valores como
parte integrante de la forma de percibir a los otros y vivir en un contexto
social). El profesional necesita ser capaz de manejar el conocimiento,
ponerlo al día, seleccionar lo que es apropiado para un determinado
contexto, aprender continuamente, comprender lo aprendido para
adaptarse a situaciones nuevas y cambiantes. Por esto los programas
universitarios deben ser más focalizados con cursos cortos y programas
flexibles con múltiples salidas y puntos de entrada, y la evaluación, que
tradicionalmente ha estado centrada en el conocimiento, ahora se centra
en la evaluación de las competencias, habilidades, capacidades y procesos.