miércoles, mayo 02, 2018

Guardia de cine: reseña a «JSA. Joint Security Area»

Título original: «Gongdong gyeongbi guyeok JSA». 2000. Corea del Sur. Drama, thriller. 1 hora y 50 minutos. Dirección: Chan-wook Park. Guión: Seong-san Jeong, Hyu-seok Kim, Mu-yeong Lee, Chan-wook Park, basándose en la novella de Sang-yeon Park. Elenco: Yeong-ae Lee, Byung-Hun Lee, Kang-ho Song, Tae-woo Kim, Ha-kyun Shin

Película a medio camino entre la investigación policial y el retrato de una amistad por encima de la diabólica separación impuesta por la guerra política entre el Norte y el Sur de la península de Corea

En un puesto militar de control de frontera acontece un acto violento. En la caseta del lado Norte se registra un tiroteo que se salda con dos militares norcoreanos muertos, otro herido en un hombro y un sargento surcoreano, supuesto perpetrador, con una bala en una pierna. Es un nuevo tropiezo en las deterioradas relaciones entre las dos Coreas a las puertas del nuevo siglo, pero las pesquisas y declaraciones de los supervivientes son contradictorias: mientras el sargento norcoreano Oh Kyeong-pil afirma que fueron atacados por el sargento surcoreano Lee Soo-hyeoh, éste dice que fue hecho prisionero pero que logró evadirse, dejando tras de sí un reguero de sangre. Por si fuera poco, la mayor Sophie E. Jean, oficial del Ejército suizo y encargada de una espinosa investigación criminal a la que las partes implicadas han accedido de grado, encuentra más discrepancias como el contabilizarse dieciséis casquillos del tipo de bala del arma de ordenanza surcoreana cuando la pistola automática del sargento Lee solo carga quince proyectiles; ¿de dónde sale esa bala extra que, encima, no aparece ni en los cuerpos ni en punto alguno de la escena del crimen? ¿Por qué cuando se trata de sondear al compañero de puesto del sargento Lee, el soldado Nam, éste trata de suicidarse arrojándose por la ventana?

Mientras se desarrolla la lenta investigación y se descompone la mítica alrededor del sargento Lee, un héroe y recalcitrante anticomunista, cuyos avatares de guerra han sido groseramente exagerados, asistiremos en flashback al encuentro entre los hombres que guardan el puente fronterizo y de la amistad sincera que nace entre ellos, primero a base de mensajes que se lanzan envolviendo piedras y, luego, con entrevistas personales que desembocarán en veladas de confraternización, ocultos a todas las miradas recelosas. Confidencias, alcohol, dulces y risas sin importar el color del uniforme ni de las ideas que flotan al otro lado de los globos oculares, demostrando que, por encima de la torticera Política que corrompe, los hombres pueden convivir en paz y armonía. 

Hay tantas cosas que nos pueden separar como criaturas superiores de la Creación, que la Política es la más perniciosa y estúpida de todas.

«JSA» obtuvo en su día diversos galardones internacionales como mejor filme extranjero. De entre sus méritos destacaría la forma de jugar con los planos y encuadres, contando la cámara más que los personajes mismos con sus líneas de diálogo. Sin embargo, tiene sus sombras como la mal calculada composición, que recuerda demasiado a la estructura de la novela de Arthur Conan Doyle «Estudio en escarlata», con la que conoceríamos al infatigable Sherlock Holmes: el guión coloca todo el peso de la trama policial a un lado, al principio, para dejar todo el resto en el segundo platillo; es un recurso clásico, válido, pero que deja demasiado margen o distancia entre las dos líneas, las cuales apenas llegan a rozarse. Además, se trabaja en exceso la relación de amistad en comparación con el argumento de la oficial suiza de origen coreano, algo que se trata de enmendar hacia los últimos minutos, que no puede ser más tristes y desalentadores.

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