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Papa Francisco llega a un país herido

febrero 9, 2016

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Papa Francisco llega a un país herido
Bernardo Barranco V.

Proceso Edición Especial no. 52

El papa Francisco visita un país deprimido, con una economía aletargada que frustra las expectativas de millones de mexicanos, especialmente la de los jóvenes. Francisco tendrá contacto con un pueblo agobiado por la violencia y la inseguridad. Saludará a uno de los presidentes menos valorados y más criticados en la historia reciente del país. Y estará ante una clase política tan ineficiente como complaciente con su propia corrupción e impunidad. Como él mismo sentenciara a su amigo Vera en un e- mail privado: “la cosa esta de horror” refiriéndose a nuestra realidad.
Francisco llega al corazón de la temida “mexicanización”. El pueblo sin duda, se volcará ante un personaje porque está ávido de líderes auténticos. La aceptación y popularidad de Francisco en México se sustenta en que predica no solo los principios del evangelio sino que insiste en la dimensión ética y en la justicia social. Francisco recibirá el trato de un defensor de principios humanistas que contrasta con los débiles liderazgos seculares, ambiguos y de doble moral de los políticos mexicanos.
Francisco encontrará una generosa y jubilosa recepción de la población mexicana, que abarrotará las calles, explanadas y espacios en los que hará acto de presencia. A diferencia de los viajes de Juan Pablo II y Benedicto XVI, el papa Francisco contará con el interés y simpatía de amplios sectores católicos que se habían alejado de la Iglesia y de cierta cordialidad de aquellos segmentos intelectuales laicos que ven con simpatía sus posturas y actitudes. Por el contrario, la derecha católica, especialmente la recalcitrante, se mostrará expectante y cautelosa ante un pontífice del que recela.

Una agenda social
De la agenda del papa en México se desprenden temas cantados. Identidad, mexicanidad y culto guadalupano en la homilía de la Basílica. Derechos humanos y reivindicación de los indígenas en San Cristóbal de las Casas; familia en Tuxtla. Escenarios de la violencia y la condición de los jóvenes en Morelia; y migración en Ciudad Juárez. Por ello pensamos que el tema social será predominante en una visita pontifical largamente esperada.
Sin embargo, que no será una visita de protocolo ni de color de rosa. Por el contrario, muchos pronunciamientos serán incómodos para la clase política que hará oídos sordos y aplaudirá con mucho entusiasmo al Papa visitante. La administración del presidente tampoco la tendrá sencilla. El mismo Enrique Peña en su twitter ha resaltado los temas sociales que seguramente abordará Francisco. Si bien se ha notificado que el papa tomará contacto con intelectuales, obreros, empresarios, presos, indígenas, jóvenes y religiosos. Llama la atención que no esté contemplado ningún encuentro con víctimas de abuso sexual clerical ni mucho menos las víctimas de Maciel y de los Legionarios. El tema es uno de los silencios en la agenda de Francisco.

No han sido relaciones tersas

No han sido relaciones tersas

Vicisitudes entre el gobierno de Peña Nieto y Francisco
Hay que reconocer que las relaciones entre la administración de Peña Nieto y el Papa han atravesado por algunos contratiempos que conviene recordar. De inicio el presidente Peña quiso tender puentes sin éxito con el Papa utilizando el tema de la pobreza. Pensó impresionar con su proyecto y programas para combatir la pobreza. No lo logró. Ni el Vaticano ni el Papa se entusiasmaron, porque es una mala adaptación del proyecto brasileño contra el hambre. Dicho programa fue impulsado en su momento por el activista social Herert José de Souza conocido como Betinho católico muy reconocido, e implementado por el dominico Frei Betto, durante la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva. Ambos se inspiraron en el también dominico Joseph Lebret, director del instituto Economía y Humanismo que tuvo gran auge en los años 60 del siglo pasado.
El segundo polo de tensión gira en torno a los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos. De manera inusual, el Papa se ha referido dos veces en audiencias públicas al trágico evento. En una de sus alocuciones insinúa la responsabilidad corrupta de las autoridades. Tmbién, envió al nuncio Christophe Pierre atender directamente a los padres, oficiar misa y decirles que el papa Francisco estaba con ellos. Incluso Newsweek en español, a fines de septiembre y siguiendo a Raymundo Riva Palacio, señaló que una de la razones por las que se atoró la visita a México, como antesala a la gira por Estados Unidos, fue que el gobierno mexicano no vio con agrado su intención de realizar una misa en la normal rural de Ayotzinapa.
Un tercer factor de incomodidad, es que la violencia imperante en el país ha alcanzado a la Iglesia. Tan solo en la administración del presidente Peña han sido asesinados 11 sacerdotes y cuatro de ellos en Tierra Caliente que comprende parte de Michoacán, Guerrero y Estado de México. Existe una honda preocupación porque México es el primer país en el mundo occidental con el mayor número de sacerdotes asesinados; el promedio en los últimos veinte años es cerca de 40.
Un cuarto punto de tensión: fue la filtración de un dicho de Bergoglio sobre la «mexicanización de Argentina»; en efecto, de manera sorpresiva la opinión pública conoció un e-mail personal de Francisco, en el que expresó al diputado argentino Vera su preocupación por el rumbo de violencia de aquel país sudamericano y pidió evitar la “mexicanización» de su país natal. La expresión del Papa caló hondo no sólo en las autoridades, sino en diversos sectores de la sociedad y de la clase política. Bergoglio revela a su amigo la fuente de su afirmación: los obispos mexicanos. «Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror», dijo. La cancillería mexicana reaccionó con mesura, expresando «tristeza y preocupación» por la filtración pero ahí quedó el asunto.

Aquel polémico beso del presiente Vicente Fox al anillo papal

Histórica foto de aquel polémico beso del presidente Vicente Fox al anillo papal

Políticos confesionales
A diferencia de la visita de Benedicto XVI en 2012, ya no habrá el pretexto para limitar los contenidos y referencias político sociales que pronuncie Francisco en México. Como se recordará Ratzinger arribó en medio de un proceso electoral presidencial, y se acotaron la referencias que podrían tener un uso político. Francisco tendrá ahora la suficiente libertad para abordar a profundidad aquellos temas que considere necesarios.
La primera manifestación protagónica vino de los legisladores. Bajo el influjo de un repentino golpe de fervor religioso, los legisladores de San Lázaro y la Cámara de Senadores, emprendieron gestiones para obtener un encuentro con el pontífice. Incluso hubo querellas por la sede. El presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth, declaró que “se debe restablecer y fortalecer el diálogo entre la política y los hechos religiosos… Creemos que es un buen momento para que este diálogo fortifique no sólo nuestra visión de la política y de las políticas públicas sino también la esperanza de los mexicanos”. Dicho posicionamiento amerita un análisis. Y ante la pregunta de si la presencia del Papa era pertinente, respondió que era una visita de Estado, y agregó: «Hay que reconocer que más que un líder religioso el pontífice es un representante de un Estado». Los legisladores no sólo zarandean la tradición laica, sino, por esnobismo, quieren emular a los congresistas estadunidenses. Lo curioso es que 13 años atrás, cuando el presidente Vicente Fox besó el anillo papa de Juan Pablo II, ante el alboroto provocado, los panistas justificaron que era una visita pastoral del papa y, por tanto, Fox ejerció su libertad religiosa para postrase ante el máximo representante de su Iglesia. Otra curiosidad: los obispos mexicanos objetaron la iniciativa legislativa.
Ya Eugenio Lira Rugarcía, secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano y coordinador de la visita, se había manifestado renuente ante la iniciativa para que Papa se presente ante el Congreso. Con sensatez el Francisco declinó la invitación. Es claro que el Papa Francisco es renuente a las presiones de los círculos de poder y sobre todo que su imagen sea usada o manipulada para legitimar algún grupo político de poder.
En el último lustro la clase política ha dado señales de “confesionalizarse”, amenazando la laicidad y una larga historia de separación de esferas entre las Iglesias y el Estado. Presenciamos diversos signos públicos que permiten observar las manifestaciones religiosas de políticos que antes permanecían en el ámbito privado; o estamos ante la impostura de una clase política cínica que quiere aparentar conducirse con una ética religiosa ante una ciudadanía que le reprocha excesos en el abuso del poder, impunidad y corrupción

Cardenal Norberto Rivera muy cómodo compartiendo con las élites económicas

Cardenal Norberto Rivera muy cómodo compartiendo con las élites económicas

Obispos en zona de confort
Francisco va a encarar un episcopado adormecido y hasta pasivo frente a sus reformas. El Papa demanda una mayor pastoralidad y empeño misionero. El episcopado mexicano está clasificado como uno de los más conservadores de América Latina. La falta de entusiasmo de los obispos mexicanos al llamado de Francisco, radica que están instalados en una zona de confort sobre todo ante el poder. Los obispos se hospedan con desahogo conviviendo con los poderes facticos. La jerarquía se ha apostado en la comodidad de los privilegios que le ofrece, de facto, el sistema político mexicano. Por ello, Francisco, viene a sacudir a la clase clerical para que asuma una nueva actitud pastoral que ha venido demandando con insistencia a la Iglesia.
La caída de católicos es significativa en México como en toda América Latina. En la década del setenta cuando vino por primera vez Juan Pablo II a México, el porcentaje de católicos, según el censo era de 96.2% para el 2010 según el Inegi; es notable su disminución a 82.7%. Sin embargo hay otras estimaciones cuyos resultados son aún más bajas. El Centro de Estudios sobre la Iglesia Católica de la Universidad de Georgetown estima que entre 2010 y 2014, el número de personas que se dice católica bajó a un 69.6%. El censo último arroja que los creyentes no católicos son poco más del 15%. La secretaría de gobernación tiene un registro de más de 4 mil asociaciones evangélicas y protestantes así como 43 mil ministros de culto.
Los movimientos de corte pentecostal han venido ganando terreno de manera notable en el país. En los tiempos del primer viaje de Juan Pablo, Girolamo Prigione representante papal y después nuncio, declaraba: “las sectas eran como las moscas se les aniquila a periodicazos”. Hoy la Iglesia católica está rebasada por la reciente diversidad y presencia de Iglesias evangélicas que están ganando batallas proselitistas entre los sectores populares.
Además de cierta apatía clerical, hay algunos prelados mexicanos que no sólo no comulgan con la orientación reformista del actual pontífice sino la combaten. Están jugando la contra y se alían en Roma con muchos integrantes de la curia para atrincherarse en la resistencia. Tal es el caso del cardenal Norberto Rivera y algunos otros obispos que se sienten más seguros con absolutizar la agenda moral de Iglesia, condenando a los homosexuales, las nuevas parejas y el aborto. Sin duda Francisco vendrá a marcar línea y orientar contenidos, sacudir a morosos y dar la cara a sus opositores.
Francisco -el papa que viene del sur- mostró en su encíclica Laudato Si, mostró una particular sensibilidad por la inequidad y la exclusión civilizatoria de la modernidad contemporánea. Sin modificar normas ni doctrina no absolutiza la agenda moral de condena a la sociedad contemporánea sino que recupera la agenda de la justicia social, de los derechos humanos y de la opción por los pobres. Francisco reprocha a la Iglesia católica la falta de pastoralidad, la invita para abrir sus puertas a una población mexicana que vive en el desamparo y en medio de un tsunami de decepción provocado por una crisis ética sin precedentes que este país viene arrastrando.

¿A qué va Peña Nieto al Vaticano?

junio 4, 2014
Doctrina Prigione
¿A qué va Peña Nieto al Vaticano?
Bernardo Barranco V.

El sábado 7 de junio, el presidente Enrique Peña Nieto se encontrará en el Vaticano con el papa Francisco, en visita oficial. Además, el Ejecutivo federal visitará Portugal el 5 y 6, y la gira concluirá en España el 9 y 10 de junio. El viaje del presidente Peña Nieto tendrá en el Vaticano y ante el papa Francisco los ingredientes políticos más delicados, pues tienen repercusiones en ámbito de la política nacional. El Presidente no sólo invitará oficialmente al Papa a una próxima visita a México, sino que buscará apoyo, comprensión y hasta complacencia para su política de reformas estructurales. Sin embargo, el Presidente llega a Roma con el más bajo índice de aceptación, según las últimas encuestas de percepción, que muestran que el Ejecutivo no acaba de despuntar en el ánimo de los mexicanos. Consulta Mitofsky señala que al llegar al primer cuarto de su gestión, Enrique Peña Nieto continúa cayendo muy por debajo de los ex mandatarios Salinas, Fox y Calderón a esa altura de sus gobiernos. Frente a su antecesor, los cuestionamientos de percepción en el gobierno de Felipe Calderón estaban vinculados al tema de la inseguridad, pero no al económico; Peña enfrenta malas calificaciones en ambos rubros. El estancamiento económico, la falta de empleos, la violencia y la inseguridad golpean de lleno la imagen del actual Presidente.

El gobierno de Peña Nieto quiere atajar un potencial foco de tensión con la Iglesia católica, utilizando el recurso del pragmatismo político. Especialmente cuando la jerarquía mexicana ha dado muestras de descontento y malestar, no sólo ante la política económica, sino frente a los contenidos de las reformas que se están negociando. En el mensaje Por México ¡actuemos!, los obispos cuestionan la orientación de las reformas. Uno de los objetivos del Presidente será explicar, especialmente ante el secretario de Estado Pietro Parolin, las supuestas bondades estratégicas de las reformas y de la política estructural del gobierno. Es el regreso al encantamiento que utilizó el candidato Peña para cautivar a muchos prelados.

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También es el retorno de la doctrina Prigione, quien aconsejó a  entenderse directamente con Roma, privilegiarlo como interlocutor, y por tanto, pasar por encima de los obispos locales. La intencionalidad política es fortalecer sus vínculos con Roma, lograr su apoyo para evitar el desgaste político y mediático; negociar, pues, directamente con la Santa Sede, al margen de la propia sociedad. Esa fue la doctrina Prigione-Salinas en los tiempos de Juan Pablo II y de Angelo Sodano. A partir de las reformas constitucionales de 1991, las relaciones entre el Estado y la Iglesia católica entraron en una era de mayor estabilidad y cooperación. Aun importantes actores de los gobiernos, incluyendo el propio Peña Nieto, comparten los mismos valores y principios ontológicos conservadores de la Iglesia. Muchos políticos, alcaldes y gobernadores invocan públicamente el apoyo de Dios para cumplir con eficacia su desempeño. La Iglesia y el Estado dejaron de disputarse la soberanía y la legitimidad del pueblo para cooperar con beneficios mutuos. La Iglesia, debilitada ante la secularización cultural de la sociedad, se apoyó muchas veces en el poder público para fortalecer su agenda. Como fue el caso de la repenalización del aborto en 2009 en 19 estados del país y de la reforma del artículo 24 sobre la libertad religiosa. La clase política, por convicción y pragmatismo, reconoce a la Iglesia como instrumento de mediación social.

Sin embargo, las condiciones han venido cambiando en la sociedad y en la propia Iglesia. El Vaticano, bajo el papa Francisco, es muy diferente. Una y otra vez, Bergoglio se ha desmarcado del sistema económico vigente y mundializado. En su exhortación apostólica Evangelii gaudium ( La alegría del Evangelio) el Papa denuncia el sistema económico actual: es injusto en su raíz.Esa economía mata, porque predomina la ley del más fuerte. La cultura actual del descarte ha creadoalgo nuevo: “Los excluidos no son ‘explotados’ sino desechados, son ‘sobrantes’”. Vivimos en una nueva tiranía invisible, a veces virtual, de unmercado divinizado, donde imperan laespeculación financiera, una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta. Nos preguntamos si el presidente Enrique Peña podrá encontrar puentes saludables de encuentro en torno a los pobres entre México y el Vaticano, pues gran parte de los informes de los obispos en la última visita ad limina son al respecto severos y críticos. Ya no podrá presumir el descafeinado programa hambre cerode inspiración católica, pues sus resultados han sido decepcionantes (vea mi Raíces religiosas de la cruzada contra el hambre en La Jornada, 8/5/13)

Embajador Mariano Palacios con obispos mexicanos

Embajador Mariano Palacios con obispos mexicanos

Por otro lado hay que recordar que la Iglesia negocia con astucia y ventaja cuando hay debilidad en el Estado. La enorme diversidad religiosa que México ha mostrado en los últimos 20 años reduce las fronteras de posibles negociaciones u ofrecimientos gubernamentales para obtener ventajas coyunturales. El Estado laico mandata al Ejecutivo a fortalecer nuestro sistema de democracia, que lo obliga a incluir, proteger y respetar a las minorías. El crecimiento de las iglesias evangélicas en el país lo llevan a un diseño de inclusión en la construcción plural, porque todas estas confesiones son parte activa de la vida social del país. Por ello, negociar al viejo estilo prigionista puede resultar arriesgado, ya que la condición de monopolio absoluto ha finiquitado. El orden del espacio público en materia religiosa supone no sólo la separación Estado-iglesias, sino un corpus de tolerancia institucional en la cual la inclusión es un factor primordial.

Esta nueva soberanía de pluralidad religiosa no puede ser negociada para congraciarse con la religión preponderante. Por más apremiado que esté el Presidente, en el marco de la laicidad no puede mercadear privilegios ni concesiones a cambio de ponderación y apoyo político a proyecto alguno. El Ejecutivo, y no la Iglesia, estaría socavando el carácter laico del Estado mexicano contenido en el artículo 40 de la Constitución.

De sectas y sectarios

May 8, 2014

 

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De Sectas y Sectarios

Por Bernardo Barranco V.

Milenio Estado de México, 27 de marzo de 2014

Si bien siempre han existido grupos y minorías sectarias destructivas, también es cierto que la gran mayoría de los grupos denominados “nuevas minorías religiosas” son grupos  pacíficos que buscan nuevas maneras de vivir su espiritualidad en una sociedad más plural y tolerante que respeta sus convicciones.

El concepto “secta religiosa” es ambiguo y  hasta peligroso. Cada quien lo puede usar a su manera. Secta se puede utilizada tanto como una herramienta de análisis (Weber) hasta para descalificar grupos y propuestas de minorías religiosas. La expresión despectiva secta, puede ser un  recurso de guerra, en otras palabras, ser utilizada como un  instrumento de descrédito en la lucha por los mercados religiosos

En México, 20 millones se declaran no católicos y cerca de 15 millones participan en diversos grupos religiosos en su mayoría pentecostales. Cuando las Iglesias hegemónicas utilizan “secta” como adjetivo  el terreno se vuelve fangoso.

En Occidente, la palabra secta  se ha deformado para prevalecer como adjetivación  peyorativa, pues señala y hasta denuncia a un grupo bautizándolo como tal, lo que lleva   un juicio adverso y negativo. En el caso mexicano, su uso también ha sido instrumento de lucha hasta entre los propios grupos evangélicos minoritarios como lo muestra el caso Jorge Erdely quien se hacía pasar por un analista crítico de las llamadas sectas; mientras al mismo tiempo que militaba en una , creada por él, llamada la Iglesia Cristiana Restaurada.

Por ello, los especialistas prefieren hablar de “nuevos movimientos religiosos “ o “nuevas minorías religiosas”, aunque también son expresiones  insuficientes, pero que se sustraen  de los usos descalificativos en términos ideológicos. En ese sentido,  coincido con Hans Kung, quien recomienda  encorchetar la expresión “secta” como un término  heurístico. Es decir, “secta” tiene tantos usos, abusos  y connotaciones diversas que corre el peligro de perder significados, de vaciarse como un  concepto contaminado.

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Hacia fines de los años sesenta del siglo pasado, crece la inquietud en la opinión pública por las sociedades secretas y sectas de diferentes características vinculadas a las drogas. “La Familia” de Charles Manson en Los Ángeles y el multihomicidio en la casa de Sharon Tate, alerta la propagación de sectas violentas, apocalípticas y satánicas. Creando leyendas negras y  temores en la sociedad que reforzaron los prejuicios hacia las llamadas sectas, sean o no religiosas, la sola expresión es causa de preocupación.

Sin embargo, dicha peyorativización de las sectas ha sido aprovechado y canalizado por las estructuras religiosas instituciones establecidas, en especial los grupos conservadores de las grandes iglesias para frenar su expansión en el mercado de las creencias.

En  1985, Girolamo Prigione, entonces nuncio en México, declaró: “las sectas son como las moscas: que hay que acabarlas a periodicazos”. Tuvo  desprecio y descalificación. Sin duda, los tiempos han cambiado, pues un sector de dichas minorías después de casi 30 años han crecido y ganado terreno. Bajo un régimen de laicidad,  las minorías religiosas, pese a muchas estigmatizaciones han dejado de ser esas molestas moscas

Norberto Rivera, el capellán de la opulencia

septiembre 12, 2013
El Cardenal en Avion, Galicia, España en compañía de sus poderosos amigos: Olegario Vázquez Raña, Carlos Slim y Miguel Alemán entre otros

El Cardenal en Avion, Galicia, España en compañía de sus poderosos amigos: Olegario Vázquez Raña, Carlos Slim y Miguel Alemán entre otros

Norberto Rivera, el capellán de la opulencia

Por Bernardo Barranco

 La Jornada, miércoles 11 de septiembre de 2013

Mientras el papa Francisco visitaba a los migrantes y denunciaba sus condiciones infrahumanas en la isla de Lampedusa (7 de julio de 2013), un mes después el cardenal Norberto Rivera se daba la gran vida con sus amigos magnates en el pueblo gallego de Avión, España, según consta en las páginas del número más reciente de la revista Proceso, reportaje titulado: “la bendición de los Ricos”Ofició misa, jugó dominó y compartió manjares con personajes acaudalados como Olegario Vázquez Raña, Carlos Slim, Miguel Alemán y el hombre más rico de España, Amancio Ortega. Mientras el Papa demanda sencillez y humildad a sus pastores en su visita a Brasil, en ese momento el cardenal degusta los exquisitos vinos franceses y gusta viajar en los jets privados de sus amigos multimillonarios. ¿Es pecado que el arzobispo Rivera cultive amistades poderosas? Por supuesto que no, es muy libre de tener las amistades que quiera, pero es cuestionable que el cardenal falte a uno de los principales juramentos de la vida religiosa: el voto de pobreza. Es un voto que libera –con sabiduría los padres de la Iglesia lo proclamaban– porque aparta las tentaciones de la comodidad y apego a necesidades materiales que alejan a los religiosos de una profunda vida interior, que es la base de un liderazgo espiritual entre sus fieles.

En Río de Janeiro, en la reunión con los obispos latinoamericanos del Celam, el papa Francisco advirtió de la crisis de credibilidad de la Iglesia en la actualidad y demandó a los obispos “conducirse ante el rebaño, ser pastores cercanos a la gente, sencillos y austeros, hombres que no tengan sicología de príncipes, que no sean ambiciosos”. Podemos establecer de manera categórica que el cardenal Norberto Rivera es justo la antítesis del modelo pastoral que el papa Bergoglio quiere diseñar para la sacudida y debilitada Iglesia católica actual. En esa misma reunión, el Papa subrayó a los obispos: “Deben ser pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre, pacientes y misericordiosos, hombres que amen la pobreza, sea la pobreza interior como libertad ante el Señor, sea la pobreza exterior como simplicidad y austeridad de vida”.

El Cardenal Norberto Rivera ha optado por los ricos

El Cardenal Norberto Rivera ha optado por los ricos

Desde hace muchos años, he venido cuestionando a través de diferentes colaboraciones en La Jornada el comportamiento poco evangélico del cardenal, especialmente su voraz fascinación por el poder económico y político, dentro y fuera de la Iglesia. Lo paradójico es el notable desclasamiento del cardenal, ya que proviene de una cuna muy humilde e indígena, me refiero a la comunidad de La Purísima en el municipio de Tepehuanes, del estado de Durango. Probablemente la influencia determinante se deba a sus dos principales mentores. El obispo cristero y teocrático Antonio López Aviña, por un lado, y el perverso Marcial Maciel por otro, quien convence al nuncio Girolamo Prigione de encumbrarlo como arzobispo de la arquidiócesis en 1995. El entorno que arropa a Rivera durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI es el grupo de Angelo Sodano y los llamados cuervos y lobbys de poder, marcados por la corrupción, el poder y la desmesura, que han sumergido a la Iglesia católica en una de sus peores crisis. Ese universo de perversión eclesiástica enquistada en la curia vaticana está seriamente amenazado y en franca descomposición. A ese grupo al que pertenece Rivera, eclesiocéntrico y clericalista, es precisamente el que enfrenta el papa Francisco. En Brasil señaló al respecto: “Existen pastorales lejanas, que privilegian los principios, las conductas, los procedimientos organizativos, por supuesto sin cercanía, sin ternura, sin caricia, y recordó el papa Bergoglio las categorías de cercanía y encuentro de los pastores en la periferia, especialmente entre los pobres y sus sufrimientos”.

En sus 18 años como arzobispo de la arquidiócesis de México, Rivera ha hecho gala de contradicción. Hoy es anticlimático ante los parámetros del nuevo Papa, ya que contradice la prédica y hasta el estilo de vida de Jorge Mario Bergoglio en Roma. Rivera ha protegido curas pederastas como Marcial Maciel y Nicolás Aguilar, ha exaltado figuras muy cuestionables como el profesor Carlos Hank González en sus exequias; ha sido codicioso para hacer negocios con la figura de la Virgen de Guadalupe (arrebató el negocio al abad Guillermo Schulenburg, vendió el  copyright de la imagen guadalupana a Viotrán y la gestión de la Plaza Mariana). Sólo señalo algunos de los muchos escándalos en los que el cardenal ha estado en el centro de la polémica, además de su proclividad por aparecer en revistas de moda y de socialité; seguido se le ve compartiendo vida con las élites de este país.

El Cardenal gusta además de vinos caros el aparecer en revistas de moda y de la socialité mexicana

El Cardenal gusta además de vinos caros el aparecer en revistas de moda y de la socialité mexicana

Cuando estas verdades afloran, sus jilgueros se desgarran las vestiduras advirtiendo sobre conjuras anticlericales y muchas veces el cardenal ha perdido la compostura comparando a los periodistas con prostitutas que deshacen la fama de los demás, no mata el cuerpo del otro, pero es una víbora que mata la fama de los demás. El cardenal hace una desafortunada asociación de su necesaria visibilidad con la fama, propia de artistas y políticos. Una verdadera proyección, dicen los sicólogos. Como si los periodistas inventaran los hechos, pero los datos duros ahí están y el Censo de Población 2010 muestra que mientras el porcentaje de católicos cayó en cuatro puntos a escala global, en la ciudad de México, zona de la arquidiócesis de Rivera, cayó ¡ocho puntos!, el doble de la media nacional y sólo comparable a los datos de la frontera sur del país.

Las fotos seculares de Rivera con poderosos potentados retratan muy bien la actitud y prioridades de un actor religioso que se ha definido más en la opción por las élites y el poder terreno, relegando lo pastoral. Rivera espera una severa evaluación a su gestión, que pronto llegará a 20 años al frente de la arquidiócesis y que el 6 de junio de 2017 deberá presentar al Papa, según el derecho canónico, su renuncia. Como recordamos, todo obispo debe presentar su renuncia al cumplir 75 años de edad. Es decir, al día de hoy faltan tres años, ochos meses y 26 días.

Peña en el Vaticano: lo que el presidente aún no entiende

May 22, 2013

peña y gaviota en el vaticano

Peña aun no entiende la laicidad del Estado

Bernardo Barranco V.

Revista PROCESO 1907, 18 de mayo de  2013

MÉXICO, D.F. (Proceso).- La presencia de Enrique Peña Nieto en la ceremonia de entronización del Papa Francisco es un hecho relevante que va más allá de una visita protocolaria. Mientras los diferentes jefes de Estado priistas se habían resistido a asistir a cultos públicos, Peña Nieto es el primer presidente priista que asiste a una ceremonia de tal relevancia. Se ha sacudido viejos estigmas e indica, según él, cómo ha cambiado el mundo en tan sólo unos años. Sin embargo, su presencia puede tener otras lecturas. Una de ellas es la del presidente muy católico que quiere hacer de la Iglesia una asociada incondicional en su mandato y un factor básico de gobernabilidad. Pareciera que Peña Nieto rescata las viejas tesis que el binomio Prigione-Salinas estableció en los años ochenta.

 

La elección del Bergoglio tiene consecuencias no sólo religiosas sino políticas. Francisco es el primer pontífice latinoamericano y el peso del Vaticano puede tener diferentes incidencias políticas en la región. Si el Papa actúa como Bergoglio en Argentina, la Iglesia será no únicamente crítica sino intransigente frente al debate por alcanzar una mayor diversidad, flexibilidad y pluralidad en las opciones sociales; es decir, la moral católica se dejará sentir en temas como aborto, mujeres, sexualidad y rechazo homosexual. Bergoglio cuestionó las políticas “populistas” del kirchnerismo; potencialmente el Papa Francisco puede convertirse en un nuevo polo de gravitación en el área. Así lo entendieron los mandatarios que se dejaron ir de manera copiosa a la ceremonia religiosa de inicio del pontificado y breves encuentros que sostuvieron con el nuevo Papa, entre ellos Rafael Correa, de Ecuador; Cristina Fernández, de Argentina; Dilma Rousseff, de Brasil; Laura Chinchilla, de Costa Rica, y Sebastián Piñera, de Chile; Federico Franco, de Paraguay; Porfirio Lobo, de Honduras; Ricardo Martinelli, de Panamá, y Enrique Peña Nieto, de México.

 

Presidente Peña Nieto con los cardenales mexicanos. Trascendió por la prensa que la reunión privada se abordó el tema de la educación en México

Presidente Peña Nieto con los cardenales mexicanos en Roma. 

En tanto católico que es, el presidente Peña Nieto se conmovió con la ceremonia religiosa. “Es un momento emotivo. Sin duda es un momento especial”, expresó en rueda de prensa. En la víspera de la misa, concedió una entrevista a Televisa, y de manera confusa reiteró que su presencia en Roma se da en el marco del Estado laico: “México es un país laico, un país que respeta los diferentes credos religiosos y en el marco de esta condición se debe reconocer también de que México es un país mayoritariamente católico. Por eso, me congratulo de estar aquí presente representando al pueblo de México”.

 

No queda suficientemente claro si su presencia se debe a que representa al pueblo mayoritariamente católico o a un Estado que respeta todos los credos religiosos. En todo caso, la obligación primordial del Estado moderno en un contexto de una notoria mayoría religiosa como la católica, el caso mexicano, es defender y proteger principalmente a las minorías religiosas.

 

Un Estado laico debe garantizar la equidad, es decir, la no discriminación, y garantizar los derechos, principalmente de las minorías. La justificación de su presencia en Roma refuerza los privilegios y trato diferenciado del jefe del Estado hacia una religión, corre el riego de irritar a los no católicos, que suman cerca de 20 millones de mexicanos.

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El presidente Peña Nieto debe entender que la laicidad de todo Estado moderno, más allá de ser una herramienta jurídica, es un instrumento político de convivencia armónica y civilizada entre diferentes y diversos grupos sociales, para coexistir en paz en un espacio geográfico común.

 

En la misma entrevista, cuando se le inquiere sobre las afirmaciones del Papa Francisco de una “Iglesia pobre y una Iglesia para los pobres”, Peña Nieto se entusiasma: “me gusta porque es una gran coincidencia con una de las prioridades de mi gobierno… creo que los postulados del Papa son plenamente coincidentes con la política pública que tiene mi gobierno. Yo espero que en lo que haga a una misión de carácter espiritual con la que tiene un gobierno, como el nuestro, pues haya coincidencias para propiciar unidad social, armonía social, cohesión social. Un ánimo como el que venimos construyendo en México para alcanzar los grandes objetivos que sean de beneficio para todos los mexicanos”.

 

La confusión aquí es mayor, pues una cosa es celebrar las coincidencias y otra es no saber diferenciar la autonomía en el espacio público de las políticas del Estado de la esfera religiosa. ¿El presidente Peña Nieto espera una bendición hacia su Cruzada contra el Hambre? o ¿intenta sumar a la Iglesia al Pacto por México? ?  El Estado laico moderno debe garantizar la autonomía de lo político frente a lo religioso, la separación Estado/Iglesia debe prevalecer en cada uno de los programas del gobierno. Si los actores eclesiales operan de suyo en el espacio público, el presidente Peña no puede invitar a la Iglesia católica a ser un factor de unión, cohesión ni armonía en las políticas públicas, así sea un programa o una meta,  porque corre el riego de propiciar la invasión de esferas y confusión de roles. Los asesores políticos del presidente le deben recordar que el laicismo radical y los  jacobinismos surgen como reacción política a la excesiva injerencia del clero en el ejercicio del poder y en los asuntos de política pública, es decir, son una reacción al clericalismo político. La laicidad moderna no se reduce a acallar, acotar ni reprimir la expresión, ni la libertad y la práctica política de ninguna iglesia; debe respetar la libertad religiosa. Sin embargo,  el Estado laico debe canalizar todas estas expresiones con equidad de manera institucional, evitar regular su participación con miras de legitimación o de fortalecimiento de una determinada acción o programa público.  Ha trascendido que la reunión privada del Presidente Peña con los cuatro cardenales en Roma, giró en torno al tema educativo, lo cual puede resultar muy grave y delicado.

Cardenal Giuseppe Bertelo se, ex nuncio en México, se reunión a nombre de la Santa Sede con el presidente Peña Nieto

Cardenal Giuseppe Bertelo se, ex nuncio en México, se reunión a nombre de la Santa Sede con el presidente Peña Nieto

El planteamiento del presidente es potencialmente regresivo. Estado laico expresa la esencia de la democracia moderna. Gran parte de la clase política tiene una concepción imprecisa de la la laicidad del Estado, sobre todo,  su lugar frente a los desafíos de pluriculturalidad  en este siglo XXI. Las necesidades de corto plazo, el excesivo pragmatismo y los intereses tribales propician que la clase política desarrolle versiones utilitarias de la laicidad. Un ejemplo claro, lo encontramos en la presidenta Cristina Kirchner y su fallecido marido quienes reprochaban  la excesiva injerencia política de la Iglesia y en especial de Bergoglio como “verdadero representante de la oposición”. Cristina se enfrentó al cardenal de Buenos Aires por hacer proselitismo contra  la ley de matrimonio igualitario, sin embargo hace unos días en Roma,  le pidió  al papa Francisco su «intermediación» para que Gran Bretaña dialogue por Malvinas durante un almuerzo que mantuvieron a solas en la residencia Santa Marta. Primero le piden a Bergoglio  no se entrometa en la política del país y en otra le pide que haga política para interceder por la recuperación de las islas. Con qué autoridad se le va a reprochar a la Iglesia, en nuestro país,  no incidir en cuestiones políticas o electorales cuando su presidente se muestra abierto e invita a la religión mayoritaria  “propiciar” que la Iglesia sea socialmente cohesionadora.  ¿Qué tan religiosa es la clase política mexicana? Parecieran salir del clóset  para beneplácito clerical o ¿es más conservadora de lo que pretende aparentar? Probablemente ante el notorio alejamiento de la ciudadanía, la clase política refleja que la debilidad de los partidos y de las instituciones es tal,  que buscan formas alternativas de legitimidad. Es posible que la atmósfera del cónclave haya reavivado  la nostalgia por  los tiempos idos en que la legitimidad política no era otorgada por el pueblo ni mucho menos por medio del  sufragio, sino la legitimidad venia de  Dios. Aquí pareciera que el pragmatismo de los políticos mexicanos se puede volver casi mágico y hasta místico.

Los enredos y conjuras del cónclave

marzo 9, 2013

San Pedro repleta

Los enredos y conjuras del cónclave

BERNARDO BARRANCO V.

El cónclave que dará inicio el próximo martes 12 de marzo será uno de los más tensos en la historia moderna de la Iglesia católica. Las fuertes presiones internas y externas a que están sometidos los cardenales electores marcan un ejercicio inédito. En lo interno, el Vaticano está infestado de luchas palaciegas de poder clerical desmedido y, en lo externo, la Iglesia enfrenta escándalos y una notoria pérdida de credibilidad y autoridad moral. La percepción  de los candidatos, gestos y temas abordados en las congregaciones generales apuntan a una lectura más política que espiritual en la elección del nuevo pontífice. El mundo está pendiente en Roma con más de cinco mil reporteros de 60 países que han enviado corresponsales especiales, equipo y estructura para realizar amplias coberturas de un evento que interesa al mundo. No hay duelo ni orfandad pues el Papa renunciante sigue vivo y aunque el propio Benedicto XVI no quiera, sigue teniendo un peso significativo en el ánimo de los purpurados votantes, especialmente de aquellos que fueron creados cardenales por él. Por cierto, son la mayoría del colegio elector.

Una de las características particulares del cónclave 2013, es que los cardenales en su mayoría son conservadores. Fueron ordenados en un amplio arco de tiempo pontifical Wojtyla-Ratzinger de 35 años, en el que se ha construido un perfil ortodoxo de clones religiosos con pequeñas variaciones de forma más que de fondo. El progresismo católico estará ausente en el cónclave por primera vez desde los tiempos que precedieron al Concilio, sin embargo, su presencia se hace notar con implacables y certeras críticas en medios sobre el colapso eclesial empujado por el conservadurismo que ha imperado en los dos recientes pontificados, el llamado “invierno eclesial”, que está llevando a un colosal derrumbe no de la fe de la feligresía católica sino fruto de la crisis de la estructura institucional de la Iglesia.

Muchos nombres pocos candidatos. ¿Ausencia de liderazgos o intensos jaloneos?

Muchos nombres pocos candidatos. ¿Ausencia de liderazgos o intensos jaloneos?

Otro signo de este cónclave es la ausencia de candidatos fuertes para la sucesión pontifical. Al principio se mencionaba reiteradamente a siete supuestos candidatos, ahora se habla de 25. O la Iglesia carece de figuras y liderazgos nítidos o existen fuertes forcejeos por imponer o favorecer alguna facción. Estos jaloneos puede ser la punta del iceberg, pues se pretende que la Iglesia consense con el candidato un proyecto frente al cúmulo de desafíos y exigencias que indica el corte de caja, es decir, una bancarrota moral de la Iglesia. Las disputas curiales están encarnadas en Ángelo Sodano, cardenal decano que, por edad, no participará en el cónclave, y Tarciso Bertone, el camarlengo, hombre de confianza y operador del Papa emérito. La disputa curial romana contamina la nutrida presencia de 28 cardenales italianos, quienes al parecer quieren recuperar el trono de Pedro y han encontrado en Ángelo Scola, arzobispo de Milán, su delfín. Pero falta ver a los llamados por la prensa italiana un tanto de manera despectiva los «extranjeros». Es decir, los cardenales no italianos ni curiales, que son la mayoría del colegio cardenalicio.

El conclave es un proceso elctoral donde cabe la guerra sucia. Esta supuesta campaña es un ejemplo

El conclave es un proceso elctoral donde cabe la guerra sucia. Esta supuesta campaña es un ejemplo

Los cardenales extranjeros que más se han hecho notar son las provenientes de Estados Unidos y de Alemania. Han sido inquisitivos en clarificar los entretelones del Vatilieaks y sometieron casi a interrogatorio al cardenal opusdeista Julian Herranz sobre el resultado de sus investigaciones que, según filtraciones de La Repubblica, se habría documentado la corrupción homosexual de redes políticas de chantaje y lavado de dinero en el IOR, banco del Vaticano. Los estadunidenses presentan dos fuertes candidatos, con experiencia en el manejo y administración de las tormentas mediáticas a las que ha sido sometida la Iglesia en aquel país por los abusos sexuales de pederastas clericales. Uno de ellos es el arzobispo de Boston, el cardenal Sean O’Malley: si bien reconstruyó el desastre heredado del cardenal Bernard Law preside el comité Pro-Vida del episcopado. Muy probablemente los estadunidenses sea un contrapeso efectivo frente a los italianos.

El lobbie ha sido intenso pero discreto. Finalmente el cónclave, con variantes, es un proceso electoral. Con una historia milenaria y una simbología diferente. Pero también existe la guerra sucia como fue desplegar pendones en las calles de Roma aledañas a la Plaza de San Pedro, solicitando el voto por el cardenal ghanés Peter Turkson, como si los romanos votaran. Fue una campaña de desprestigio con la mala intención de estropear las aspiraciones de considerar un candidato africano. Del lado latinoamericano, con la excepción de Odilo Scherer, arzobispo de Sao Pablo, la mayoría de los cardenales de nuestra región son ultraconservadores o no reúnen los requisitos básicos para afrontar la delicada misión de conducir la Iglesia. Percibo una fuerte inclinación latinoamericana hacia la vieja guardia curial. No fue casualidad por ejemplo en México la visita de Prigione, protector de Maciel, paisano y aliado incondicional de Ángelo Sodano. Leonardo Sandri, otro papable, más que un cardenal latinoamericano es una apuesta de Sodano y forma parte de la curia romana más viciada.

En la historia moderna de los cónclaves, por lo menos del siglo XX para acá, ninguno se ha extendido más allá de los cuatro días. Salvo que los electores se entrampen, en una semana habrá un nuevo jerarca en la Iglesia. Las negociaciones no sólo contemplan al futuro pontífice sino a la cartera de algunos cardenales que harán equipo con el próximo Papa. Los 115 cardenales entran al cónclave con diferentes facciones: político/diplomáticos, bertonianos, ratzingerianos, italianos, extranjeros, los americanos, los focolares, ambrosianos, etcétera. Muestra la diversidad y amplio abanico conservador que domina la Iglesia en la actualidad. Toda combinación es posible, todo acuerdo es viable y toda alianza es deseable para facilitar un amplio consenso para que un papa pueda sacar a la Iglesia de la zona de desastre en que se encuentra.

La Jornada, sábado 9 de marzo de 2013

Porqué Norberto Rivera no será Papa

febrero 21, 2013
El cardenal esta pagando caro los costos de sus opciones y omisiones

El cardenal esta pagando caro los costos de sus opciones y omisiones

Porqué Norberto Rivera no será Papa

Bernardo Barranco
Milenio Estado de México, 2013-02-21 • ACENTOS

Hugo Valdemar, vocero del arzobispado de la Arquidiócesis de México, ha salido a los medios a declarar que al cardenal Norberto Rivera no le interesa ser el próximo Papa. De manera ambigua, dejó entrever que aunque Rivera Carrera podría ser un candidato, él ha mostrado desinterés: “El cardenal más bien nos ha manifestado su desinterés. Tiene mucho que hacer en la Ciudad de México, y el cardenal es muy consciente de la grave, la enorme responsabilidad que asume el Romano Pontífice, y yo, al menos en lo personal, lo que he platicado, que esté en el ánimo de eso”

Hace ocho años, previo al cónclave de 2005 el cardenal utilizó su supuesta papabilidad para posicionarse entre los diferentes grupos de poder así como en la opinión pública. Entonces, un reportero le preguntó si tenía probabilidades de ser Papa, a lo que bromeando contestó: “Por lo menos tengo más probabilidades que mi hermana”.

Sin embargo, a pesar del alud mediático que se va levantar, Rivera sabe bien que tiene muy pocas posibilidades de ser electo Papa en el cónclave de marzo.

Sus estrechos vínculos con Marcial Maciel y con los Legionarios de Cristo lo señalan como aliado de uno de los criminales más embusteros y patógenos de la Iglesia en los últimos años.

Maciel fue mentor de Rivera y junto con Girolamo Prigione lo impusieron como arzobispo de la ciudad de México en 1995. Después ya en el poder, el cardenal Rivera se encargo de encubrir sistemáticamente a Maciel ante las denuncias crecientes de sus víctimas. A un reportero le llegó a decir: ¿Cuánto te pagaron?, así le inquirió a Salvador Guerrero quien había publicado las primeras notas sobre el comportamiento escabroso de Maciel (La Jornada/12/05/1997).

Athié perseguido y acosado por el cardenal Rivera

Athié perseguido y acosado por el cardenal Rivera

El ex sacerdote Alberto Athie, quien defendió a las víctimas de Maciel, fue relegado y acosado por Rivera. En segundo lugar Norberto está atorado con el caso del padre pederasta Nicolás Aguilar acusado en México y Los Angeles de violaciones múltiples. Aunque libró la demanda legal por improcedencia, la querella prosigue ahora más enrevesada con la obligada publicación de los archivos de Roger Mahony.

El cardenal Rivera paga las opciones que ha tomado y francamente sería un papable muy cuestionado con muy pocas probabilidades de éxito. Mejor no quiere ni moverle.

Un tercer factor en contra es el censo de 2010. Mientras los católicos bajaron cuatro puntos porcentuales en diez años, en la ciudad de México, el INEGI, reporta una caída de 8 puntos, el doble de la media nacional. Cómo aspira Rivera ser Papa, si no ha podido pastoralmente con la capital del país.

Cuarta consideración, el cardenal Rivera no ha sido visto con buenos ojos por el Papa Benedicto XVI. En dos ocasiones ha denegado visitar la ciudad de México (2009 y 2012) y durante la última visita del Papa a México, Rivera fue relegado casi a un simple espectador. Sin duda, la actual renuncia de Benedicto XVI le puede favorecer para volver a los primeros planos de la curia.

No es que el cardenal Rivera no tenga interés, no tiene ningún chance de aspirar la sucesión. Actualmente creo sin temor a equivocarme que la hermana del cardenal Rivera tiene más posibilidades de ser Papa que él.

Milenio Estado de México, 2013-02-21 • ACENTOS

El jubileo de don Raúl Vera

enero 2, 2013

Bishop Raul Vera Lopez

El jubileo de don Raúl Vera

Bernardo Barranco V.

Raúl Vera López, titular de la diócesis de Saltillo, celebra el vigésimo quinto aniversario de su consagración como obispo en aquel lejano 6 de enero de 1988. En Saltillo, la diócesis organizará el Jubileo episcopal bajo el lema: Construyendo la Iglesia profética, con la fortaleza del Espíritu respondemos a los signos de los tiempos. Lo acompañarán con sendas conferencias y testimonios, entre otros: Jon Sobrino, SJ; Gustavo Gutiérrez OP; Jesús Espeja OP; Clodomiro Siller, Javier Sicilia y nuestro compañero de esta casa editorial, el valiente sacerdote Miguel Concha OP. Los festejos se realizarán este viernes 4 y sábado 5 de enero. Recordemos que Vera recibió el Premio Rafto 2010, otorgado por la Fundación Rafto por su compromiso en la defensa de los derechos humanos y que fue uno de los cuatro finalistas al Premio Nobel de la Paz 2012.

Fray José Raúl Vera López OP nació en Acámbaro, Guanajuato, el 21 de junio de 1945. Originario de una zona muy católica y de una familia modesta, emprendedora, con vocación por el conocimiento y el servicio. Don Raúl recuerda a su madre atenta a su pequeño, pero potente radio de onda corta, escuchando las noticias del mundo que transmitían Radio Francia Internacional, La Voz de América, Radio Moscú.

El niño Raúl soñaba con ser bombero. Con seis hermanos, vive una infancia feliz entre papalotes, futbol y bicicletas al lado especialmente de su hermano Carlos. Inquieto y travieso, es apodado El Rojo por el tono de su cabello pelirrojo. A los 17 años, con apoyo de sus hermanas, viene a estudiar la universidad a la ciudad de México a inicios de los años sesenta, en el apogeo del rocanrol. Alternaba su estancia en las instalaciones nuevecitas de la Facultad de Ingeniería, en Ciudad Universitaria, y el Centro Cultural Universitario (CUC), manejado por los dominicos y que aún opera.

Raúl Vera no solo apoya el derecho de los pueblos indígenas sino el trabajo pastoral  de treinta años de don Samuel Ruiz

Raúl Vera no solo apoya el derecho de los pueblos indígenas sino el trabajo pastoral de treinta años de don Samuel Ruiz

Es importante destacar que Raúl Vera es uno de los raros obispos con una formación universitaria secular. Entre sus principales mentores en aquellos años juveniles destacan el biblista Manuel Jiménez; Alex Morelli, cura obrero francés, y el fundador de la parroquia universitaria, Agustín Désobry.

A diferencia de la mayoría de los obispos mexicanos que ingresaron a la Iglesia entre los 13 y los 16 años de edad, casi unos niños, Raúl Vera ingresa al seminario una vez concluida su carrera universitaria, a los 23 años. Son datos no menores, porque si bien él es eclesial e institucional, tiene la virtud de no ser clerical. Vera se tituló de ingeniero químico en la Universidad Nacional Autónoma de México. Era un estudiante que no se perdía las marchas estudiantiles y vivió una doble politización: la universitaria y la católica. Su opción sacerdotal está marcada socialmente por el 68.

La Orden de Predicadores, frailes dominicos, lo hace estudiar filosofía en México y teología en Bolonia, Italia (1968-1976). Fue ordenado sacerdote por el papa Paulo VI el 29 de junio de 1975 y funge como capellán de estudiantes de la UNAM (1976-1981 y  1985-1987). En enero de 1988 asume la diócesis de Ciudad Altamirano para reorganizarla y, sobre todo, destrabar las agudas tensiones del clero. Sin embargo, su encomienda más delicada fue sin duda su nombramiento de obispo coadjutor de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el 15 de agosto de 1995.

Vera fue transferido a San Cristóbal de las Casas gracias a la acción del entonces nuncio Girolamo Prigione, quien hacia 1993 estuvo a punto de remover a Samuel Ruiz. Amenazado por la curia vaticana, el levantamiento zapatista en 1994 cambió el contexto, así como la solicitud en ese momento de Manuel Camacho Solís, comisionado para la paz en Chiapas; estos hechos fueron determinantes para sostener al obispo rebelde por ser pieza clave en la negociación entre el EZLN y el gobierno. Por tanto, Raúl Vera se incorpora a San Cristóbal con una tarea precisa: neutralizar el liderazgo de don Samuel Ruiz y demoler su trabajo pastoral con los indígenas.

Raúl Vera queda conmovido por los testimonios de fe de los pueblos indígenas, así lo ha revelado, y  desde el inicio expresa su abierta indignación ante la marginación y a la represión gubernamental; avala el trabajo pastoral de la diócesis, la postura de defensa de la cultura y los derechos indígenas y, sobre todo, reconoce públicamente la trayectoria y el trabajo pastoral de treinta años del obispo Samuel Ruiz.

El obispo Vera se ha solidarizado con muchas causas sociales, entre ellas, la que encabeza Javier Sicilia

El obispo Vera se ha solidarizado con muchas causas sociales, entre ellas, la que encabeza Javier Sicilia

La curia vaticana no lo perdona y, pese a tener derecho de sucesión, lo transfiere a la diócesis de Saltillo el 30 de diciembre de 1999, decisión que Vera acata con disciplina. Ahí desarrolla no sólo la opción por los excluidos, la justicia, particularmente a mineros y migrantes, sino que a través de una pastoral integral  abre su atención a grupos de homosexuales.

Ha sufrido el doble embate de la derecha: la política, incómoda por sus posturas críticas, y la derecha religiosa, que se escandaliza con sus aperturas pastorales. Sectores afines al Yunque lo han amenazado y denunciado, reclamando: queremos un obispo católico. Roma, haciendo caso de rumores, lo llama en septiembre de 2011 a aclarar especialmente su relación con la comunidad gay. Sin embargo, don Raúl no se deja amedrentar y continúa su trabajo.

Ha sido un severo crítico del poder. A Felipe Calderón le increpó que había fallado como católico. Ha sido el actor religioso que con mayor severidad ha cuestionado a Peña Nieto y el regreso de prácticas autoritarias, de impostura y corrupción del PRI.

Raúl Vera es heredero de los mejores obispos posconciliares de América Latina, como Hélder Cámara y Óscar Arnulfo Romero. Inquieto, hiperactivo e infatigable, Raúl Vera es el mejor obispo que tiene hoy la Iglesia mexicana, sin duda alguna. Ha sido valiente y generoso, ha levantado numerosas controversias dentro y fuera de la Iglesia. Su jubileo es una celebración que tiene raíces en el antiguo testamento, una fiesta pública, solemne y significativa. Va, pues, nuestro reconocimiento por estos años de compromiso cristiano

La Jornada, miércoles 2 de enero de 2013

Cardenal Robles, aliado estratégico de Peña Nieto

noviembre 21, 2012

Cardenal Robles, aliado estratégico de Peña Nieto
Bernardo Barranco V.

La elección del cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, como nuevo presidente de la CEM es una clara señal política del episcopado para facilitar la relación, la convivencia y los apoyos entre el próximo gobierno de Enrique Peña Nieto y los obispos mexicanos. Es evidente que la vía política, en la historia reciente del episcopado, le ha otorgado jugosos dividendos y mayores privilegios, que sin empacho se dispone alcanzar nuevos beneficios y concesiones al futuro gobierno. Los mayores logros y posicionamientos del episcopado los ha obtenido negociando con la clase política mexicana. Por tanto, la designación de Robles tiene un destinatario: Enrique Peña Nieto. En la corta trayectoria del mexiquense se ha distinguido por su disposición a negociar con la jerarquía católica, así como consentir al alto clero con delicadezas materiales y atenciones de privilegio. En otras palabras, el próximo presidente de la República desempolva la tesis salinista de la necesaria participación del clero católico como un factor clave para la gobernabilidad.

El cardenal Robles Ortega fue apoyado por el sector más conservador del alto clero, encabezado por los cardenales Norberto Rivera y Sandoval Íñiguez, quienes apuntalan una cadencia política y uso del poder eclesiástico en las políticas públicas frente al aperturismo con estilo concertador que encabezó Carlos Aguiar Retes. Bajo el calificativo de protagónico Aguiar Retes, soportó metralla de los halcones del episcopado, quienes encontraron en Robles Ortega una nueva carta que no pudo resistir y se desdibujó la oferta continuista representada por monseñor Rogelio Cabrera López, flamante arzobispo de Monterrey.

Peña Nieto ha rescatado las tesis salinista sobre la alianza estratégica con la Iglesia católica

El episcopado ha optado una vez más por la línea política y la vía de imbricación con el poder. Opera con estricto apego a los manuales de los grupos de presión de los poderes fácticos. Los mensajes episcopales, de que el regreso del PRI a Los Pinos no supone el retorno del autoritarismo político, así como la apertura de diálogo y cooperación de Robles, nos indican posicionamientos de apoyo institucional y de cimentación de una relaciónconstructiva con el nuevo gobierno peñista. Los obispos pasaron a los hechos y colocaron en la presidencia de la CEM a un obispo amigo de la cultura política del grupo Atlacomulco. No debe pasarse por alto que la formación pastoral como obispo de Robles ha transcurrido en la práctica política mexiquense, es decir, el mayor argumento de José Francisco Robles Ortega como candidato a la CEM fue su cercanía con el grupo que gobernará en unos cuantos días el país. Efectivamente, desde 1990 hasta 2003, Robles Ortega convivió, negoció, se mimetizó y se dejó consentir por el grupo Atlacomulco, encabezado entonces por Arturo Montiel, mentor y maestro político de Peña Nieto. Sin embargo, en la nueva estructura de la CEM, el cheque no es totalmente en blanco, el obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, nuevo secretario de la CEM, es un joven prelado –cuyo principal mentor ha sido el actual nuncio en México, el francés, Christophe Pierre–, quien poco a poco y casi de manera silenciosa se está convirtiendo en un nuevo polo de poder en el episcopado mexicano. Muy probablemente el punto intermedio entre la presidencia y la secretaría se juegue bajo la influencia de la actual nunciatura apostólica.

A su vez, Enrique Peña Nieto no ha ocultado sus inclinaciones católicas. Siendo gobernador se mantuvo interesado en cubrir las necesidades y requerimientos de los 14 obispos mexiquenses. Atento a festejar los cumpleaños de los prelados, en especial de Onésimo Cepeda, ir a cada reunión de la CEM durante seis años. Peña Nieto no escatimó recursos para proveer de atenciones y privilegios materiales a los prelados. En 2009 financió la numerosa comitiva clerical, en la que Peña visitó al papa Benedicto XVI para presentarle con grandes reflectores a su futura esposa Angélica Rivera.

Peña Nieto conviviendo con los obispos en la 90 asamblea de la CEM

La Iglesia católica ha venido ganando agudeza política para posicionarse desde los tiempos del nuncio Girolamo Prigione. Cada vez más astuta, sabrá sacar provecho político con creces, aprovechará coyunturas para ejercer todo su peso simbólico. Usará su lobby para posicionar su visión, misión y acentos políticos propios. Peña Nieto y el PRI, con su apoyo a la reforma del artículo 24 constitucional sobre la libertad religiosa, han abierto la puerta para que la jerarquía católica irrumpa con mayor empuje en la escena política del país; veremos las consecuencias. Ésta se ha beneficiado de un diagnóstico errado formulado por la clase política, que otorga un excesivo peso electoral al clero y, por tanto, la Iglesia goza de una sobredeterminada gravitación en la estabilidad política del país. Sin duda, el próximo presidente parece resignificar las viejas tesis salinistas sobre el papel político de la Iglesia y asignarle un papel de aliada estratégica.

Más allá de los intereses visibles acariciados por la jerarquía desde hace años –medios de comunicación e incidencia en la educación pública, financiamiento público, etcétera–, el tema que está de fondo es el debilitamiento del carácter laico del Estado mexicano, aun con toda la reforma al artículo 40, se corre el riesgo de convertirse con Peña en letra muerta. Una jerarquía posicionada y filosa para incidir en las políticas públicas. El mayor riesgo es que Enrique Peña Nieto privilegie con sus decisiones a la Iglesia católica en detrimento de las demás iglesias y multitud de expresiones religiosas que han venido floreciendo en las últimas décadas. Esto es, que el Estado deje de ser garante de la necesaria equidad y protección de las minorías. La amenaza es real, con una Iglesia en el poder, la intolerancia puede imperar no sólo ante otras confesiones, sino contra los grupos que reivindican derechos de minorías, como los homosexuales. El peligro es latente para que Peña Nieto ceda y se retroceda en las políticas de género y las conquistas, aún insuficientes, que han alcanzado las mujeres. Efectivamente, no sólo estamos ante la elección de un nuevo prelado en la presidencia de la CEM: estamos en la configuración de nuevos entramados políticos y apuestas políticas que determinarán nuestra itinerario inmediato.

La Jornada, miércoles 21 de noviembre de 2012

Las batallas por el artículo 24 de la Constitución

septiembre 5, 2012

Las batallas por el artículo 24 de la Constitución

Bernardo Barranco V.

En plenitud de su mandato en 1985, Girolamo Prigione, todopoderoso, declaró: las sectas son como las moscas: que hay que acabarlas a periodicazos. Con desprecio y descalificación, Prigione, delegado pontificio y posteriormente nuncio (1978-1997), se refería a las minorías religiosas. Sin duda, los tiempos han cambiado, pues un sector de dichas minorías se ha agrupado y ha puesto en jaque una iniciativa de la Iglesia católica para reformar el artículo 24 de la Constitución mexicana, tendiente a ensanchar su concepto de libertad religiosa. Hay que recapitular. En diciembre de 2011 la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó con albazos y artimañas legislativas una propuesta de reforma sobre libertades, que comprende la libertad religiosa. La redacción de plano amenazaba la laicidad del Estado, en particular acechaba la educación laica suscrita en el artículo tercero constitucional al abrir la posibilidad de la educación católica en las escuelas públicas a petición de los padres. Se especuló, entonces, que Enrique Peña Nieto y el grupo parlamentario priísta del estado de México habrían negociado principalmente con monseñor Carlos Aguiar Retes, presidente de la CEM, quien desde el inicio de su mandato, hace seis años, manifestó su intención de ir más allá de la libertad de culto para alcanzar una verdadera y moderna libertad religiosa (Proceso, 1574, noviembre; 2006). Recordemos que esta reforma polémica se daba en vísperas de la visita del papa Benedicto XVI a México y en el contexto de las campañas electorales de 2012. Tanto por el contenido como por el desaseo parlamentario, la propuesta generó una mayúscula desaprobación mediática, en la que intervienen notables militantes del propio PRI. Se activa de manera vigorosa un pequeño pero persistente movimiento que rechaza la reforma y se moviliza con presencia pública en las calles en todo el país. Grupos religiosos, como la Luz del Mundo, Católicas por el Derecho a Decidir y otras iglesias se coordinan con grupos laicistas, académicos, logias masónicas, defensores de los derechos humanos, grupos de lesbianas y homosexuales. El núcleo de dicha coordinación de estos grupos tan heterogéneos ocurre gracias a la intervención del Foro Intereclesiástico Mexicano. Dicha amalgama de agrupaciones comparte no sólo el rechazo a la reforma del 24, sino su anticlericalismo y las pretensiones de la alta jerarquía de imponer sus intereses desde la cúpula del poder. La redacción de la reforma se transforma y a nadie deja satisfecho, pues queda una formulación casi gelatinosa que finalmente se aprueba: la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión. Posteriormente en el Senado se aprueban en marzo de este año dos minutas, se negocia la aprobación simultánea del artículo 40, que añada el carácter laico al Estado mexicano, y la del nuevo artículo 24. Los dictámenes se han turnado a los congresos locales de la Federación; como se recordará, con la mitad más uno las reformas se validan constitucionalmente.

Con poca visibilidad mediática, opacada por el proceso electoral, se ha desatado en cada estado un campo de batalla. Las llamadasmoscas con el menoscabo de Prigione están poniendo en jaque la reforma. El episcopado ya ha externado su preocupación y ha acusado a La Luz del Mundo de confundir a la opinión pública. La resultante amerita la preocupación católica. Hasta ahora existen 13 congresos locales que han votado los dictámenes: estado de México, Morelos, Hidalgo, BC, Tlaxcala, Sonora, Michoacán, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Oaxaca, Yucatán y Coahuila. Los 13 congresos han aprobado el artículo 40 y cinco han rechazado el artículo 24 (Morelos, BC, Oaxaca, Tlaxcala, Michoacán y Zacatecas).

Los focos rojos de la jerarquía no sólo se han encendido, sino que se ha intensificado el cabildeo para revertir la correlación. Sin embargo, varios obispos católicos no están decididamente comprometidos con la reforma. Por tanto, es de resaltar que los obispos muestran fisuras. Nos es tan necesaria, es la reforma de Aguiar Retespara qué abrir nuevos frentes. Los obispos de Baja California, por ejemplo, reaccionan tarde y tibiamente; ¡se pronuncian un mes después de haber sido rechazada! A escala política también se presenta una heterogeneidad saludable, a pesar de que la mayoría priísta en la Cámara de Diputados y en el Senado fue por la aprobatoria, en todas las entidades el 24 ha sido rechazado predomina el voto priísta en los congresos. Es decir, la disidencia ha estado principalmente en el PRI y se percibe la influencia de diversos grupos masónicos. Sin embargo, el caso de Coahuila presagia ajustes y línea desde la actual nueva circunstancia política del país. La comisión de puntos constitucionales del Congreso de Coahuila había rechazado el dictamen, pero en el pleno de la asamblea cambian el sentido del voto y finalmente se aprueba el 24. Pareciera que la disciplina peñista se va a imponer, especialmente si es cierto el rumor del acuerdo con la presidencia de la CEM; en particular tendremos un indicador en los 11 congresos que recién estrenan labores. Hay entidades en las que el debate es intenso y apasionado, como en Veracruz, Puebla, Nuevo León y Yucatán.

Más que en las iglesias, la pelota está en la cancha del PRI. En cierto sentido, la arrogancia católica se ha topado por primera vez en la historia con minorías cuyo activismo social la amenaza. La iglesia Luz del Mundo ha mostrado músculo y, a pesar de ser muy conservadora en muchos rubros, ha tenido la capacidad de tejer alianzas insospechadas y ha sido capaz de hacer interlocución con sectores intelectuales y actores seculares. Sin duda, el PRI tiene la manija en la aprobación del artículo 24. Las discusiones no sólo son acaloradas, sino que pasan a manifestaciones públicas y toma de instalaciones. Peña Nieto tiene en la reforma una función de estreno; su partido está divido frente a ella. ¿Logrará imponer disciplina a la vieja usanza? ¿Mediará entre la presión religiosa y las corrientes laicistas del partido? ¿Intentará conciliar e incidir

La Jornada, miércoles 29 de agosto de 2012