INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Principios de gobierno

“¿Cuáles son los principios que guían su gobierno?”, fue la primera pregunta que se le hizo al gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, el pasado 7 de febrero, en el marco de la denominada glosa ciudadana.

Dicha pregunta le fue formulada por el doctor Luis F. Aguilar, experto en políticas públicas de prestigio internacional e investigador de la Universidad de Guadalajara, misma que el gobernador no acertó a responder.

Algunos de los asistentes se preguntaron sobre la relevancia de la pregunta, especialmente porque se le formuló en el marco de un evento en el que se trataba de hacer una evaluación ciudadana de los resultados del cuarto año de gobierno de la actual gestión estatal.

Sin embargo, dicha pregunta es fundamental, puesto que todo gobernante se guía por ciertos principios, que pueden ser más o menos conscientes, pero que se hacen evidentes en toda decisión que toma en los asuntos públicos a su cargo, por lo que lo ideal sería que pudiera dar una clara respuesta a la misma.

Y es que los principios de gobierno son la síntesis de todo aquello que resulta valioso para quien gobierna, y le ayudan a elegir una opción cuando se enfrenta a un dilema, es decir, a situaciones que implican tomar una decisión muy difícil, debido a que lo que está en juego es la elección del mayor de dos o más grandes bienes, o el menor de dos o más grandes males.

Además, determinar que una situación es problemática, o que dos o más alternativas son muy buenas, o por el contrario, muy malas, también tiene relación con los principios. Por ejemplo, si alguien se guía por el principio de autoridad no dudará en darle un duro castigo a quien no quiso obedecer, aunque el castigo viole derechos humanos. Ahí no habrá dilema. El dilema para una persona así se presentará cuando tenga que elegir a qué autoridad obedecer, por ejemplo, a la autoridad religiosa o la autoridad civil.

Del mismo modo, si un gobernante se guía por el principio del servicio público procurará que todas sus decisiones sean benéficas para la sociedad en su conjunto, aunque eso le implique no obtener beneficios directos e inmediatos. Si por el contrario, el gobernante organiza todo de manera que quienes más se beneficien directamente sean su propia persona y sus allegados, aunque para eso tenga que torcer o violar las leyes, está claro que se guía por el principio del beneficio propio.

Sin embargo, no todos los principios son tan fáciles de clasificar como beneficiosos o perjudiciales desde la perspectiva del bien común. Por ejemplo, el principio de eficiencia, que implica obtener lo más posible invirtiendo la menor cantidad de recursos posible, puede ser insuficiente y hasta perjudicial cuando no se balancea con otros principios que busquen el bien común, porque puede llevar a ahorrar por ahorrar.

Así, ahora que estamos evaluando el cuarto año del periodo de gobierno de Aristóteles Sandoval podemos hacer un balance sobre los principios que guían sus decisiones, y queda claro que para él no son prioritarios los temas relacionados con la dignidad humana, pues no se notan los resultados de sus esfuerzos por combatir la impunidad, la tortura, las desapariciones forzadas, la violencia hacia las mujeres, o por brindar un transporte público digno y eficiente. Por otro lado, es necesario reconocer que ha dado un gran impulso a la innovación pública y privada, impulsando iniciativas como la glosa ciudadana. Ojalá que en los dos años que le quedan como gobernador, Aristóteles Sandoval haga innovaciones efectivas en los temas relacionados con los derechos humanos y la calidad de vida.

[email protected] | @albayardo