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Antologías didácticas

«La enseñanza comunicativa de la lengua» de Jack C. Richards y Theodore S. Rodgers (3 de 4)

Javier Fruns Giménez

Diseño

Tipos de actividades de aprendizaje y de enseñanza

Richards y Rodgers dicen que la variedad de actividades puede ser ilimitada siempre que esta permita obtener los objetivos comunicativos, participar en la comunicación y desarrollar los procesos comunicativos (intercambio de información, negociación del significado e interacción).

Muestran los autores la clasificación de actividades de Littlewood en «actividades de comunicación funcional» (comparación de dibujos, desarrollo de un orden secuencial, resolución de problemas a partir de una información compartida…) y «actividades de interacción social» (sesiones de conversación, discusión, simulaciones, debates…).

Papel del alumno

Al dar importancia a los procesos de comunicación, la Enseñanza Comunicativa de la Lengua proporciona un papel diferente a los alumnos: estos traen al aula sus ideas de cómo debe ser el aprendizaje sin que haya una organización del aula impuesta, se relacionan más entre ellos que con el profesor y el aprendizaje tiene un carácter cooperativo. En resumen, los teóricos recomiendan que se aprenda a aceptar el fracaso o el éxito de la comunicación como una responsabilidad conjunta.

Papel del profesor

Según los autores, el profesor asume varios papeles cuya importancia dependerá de la versión del enfoque adoptada. Siguen la propuesta de Breen y Candlin, para quienes los dos papeles más importantes del profesor son: facilitador del proceso de comunicación entre los participantes de la clase y entre estos y las actividades y textos, y participante en el grupo de enseñanza–aprendizaje. Estos dos papeles principales implican otros secundarios como organizador de recursos, guía de procedimientos, investigador-alumno, analista de necesidades, consejero y gestor del proceso del grupo.

Según los autores, estos papeles del profesor pueden preocupar a aquellos que piensen que su tarea es corregir los errores y mostrar modelos lingüísticos perfectos. Pero para desmontar esta idea los autores citan a Porter (1983), en cuyas investigaciones se sugiere que «los datos contradicen la idea de que otros alumnos no son buenos compañeros de conversación porque no pueden proporcionar de forma correcta información cuando se solicita».

Materiales de enseñanza

En este apartado los autores parten de la idea de que los materiales tienen el papel fundamental de promover el uso comunicativo de la lengua y proponen tres tipos de materiales: centrados en el texto, centrados en la tarea y centrados en los materiales auténticos.

Aunque entre el primer tipo de materiales podamos hallar algunos organizados con criterios gramaticales, los autores mencionan la existencia de materiales que se centran en el texto pero que vienen acompañados de ayudas visuales, dibujos, estímulos grabados, etc. Los materiales centrados en la tarea son aquellos que consisten en juegos, simulaciones, tarjetas con información diferente, etc. Tienen como objetivo el aprendizaje de la lengua mediante la comunicación y la interacción. Y para terminar, los materiales auténticos son aquellos no adaptados para la enseñanza de la lengua (mapas, símbolos, textos, cuadros…) a partir de los cuales se pueden desarrollar actividades comunicativas.

Procedimiento

En este último apartado del capítulo los autores aclaran que no siguen el mismo esquema que en el resto de los capítulos. Según Richards y Rodgers «no es posible ofrecer una descripción de los procedimientos de clase típicos; de una lección basada en los principios de la Enseñanza Comunicativa de la Lengua» debido a la gran variedad de actividades de aula y tipos de ejercicios de dicho enfoque.

Los autores muestran en este capítulo varios procedimientos típicos que pueden darse en una clase, descritos por diferentes autores indicando que, más que revolucionarios, estos procedimientos y tipos de actividades son evolutivos, ya que hablan de técnicas como presentación de un diálogo, práctica oral de los enunciados del diálogo, preguntas y respuestas sobre el tema del diálogo, estudio de expresiones comunicativas básicas del diálogo, descubrimiento por parte del alumnos de las reglas, etc.

Concluyen los autores que estos procedimientos descritos tienen mucho en común con los observados en clases de corte audiolingüístico o situacional-estrucutural. Según ellos los procedimientos tradicionales no se rechazan sino que se reinterpretan y amplían. Terminan planteando una pregunta que dicen no puede ser respondida: «¿Cómo pueden definirse los distintos tipos de procedimientos y actividades comunicativas? ¿Cómo puede el profesor determinar las actividades y el tiempo que necesita cada alumno o grupo de alumnos?».

Conclusión

Richards y Rodgers concluyen que la Enseñanza Comunicativa de la Lengua no es un método sino un enfoque que sigue unos principios que tienen una visión comunicativa de la lengua y se resumen en:

  • Los alumnos aprenden un idioma usándolo para comunicarse.
  • Las actividades del aula tienen que buscar una comunicación auténtica y significativa.
  • La fluidez es una dimensión importante de la comunicación.
  • La comunicación supone la integración de diferentes habilidades lingüísticas.
  • El aprendizaje es un proceso de construcción creativa que implica el ensayo y el error.

Después de citar los cinco principios los autores dicen que, en general, la Enseñanza Comunicativa de la Lengua busca un enfoque más humanista de la enseñanza y describen tres fases por las que ha pasado el enfoque:

  • Una primera fase en la que la preocupación principal era la elaboración de un programa que fuese compatible con el concepto de enseñanza comunicativa.
  • Una segunda fase centrada en los procedimientos de identificación de las necesidades de los alumnos.
  • Una tercera fase en la que se analizan las actividades de aula que tienen como base una metodología comunicativa.

Los autores citan cinco principios de Johnson K. y Johnson H. que subyacen a este enfoque:

  • Adecuación: el uso de la lengua tiene que adecuarse a la situación, al entorno, a los participantes y al objeto de la comunicación.
  • Atención prioritaria al lenguaje: los alumnos tienen que crear y construir significados reales.
  • Procesamiento psicolingüístico: las actividades tienen que facilitar a los alumnos el uso de procesos cognitivos.
  • Asunción de riesgos: se anima a los alumnos a que aventuren suposiciones y aprendan de sus errores.
  • Práctica libre: la Enseñanza Comunicativa de la Lengua fomenta el uso de diversas subhabilidades.

Terminan los autores este capítulo afirmando que la metodología comunicativa se ocupa de aspectos muy generales del aprendizaje y la enseñanza de la lengua que son evidentes en sí mismos y prácticamente aceptados en todo el ámbito profesional, de manera que los enfoques de enseñanza de lenguas que se describen en posteriores capítulos del libro se centran en uno u otro (o varios) aspectos de la Enseñanza Comunicativa de la Lengua.

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