Si hablamos de gastronomía española, no podemos dejar de mencionar la abundancia en sabores de la cocina del norte de España. Los siguientes platos típicos asturianos son ejemplo de esta tradición culinaria que ha sido capaz de llegar a nuestros días, no porque hayan tenido que ser rescatados, sino porque nunca han perdido su lugar. Asturias, al encontrarse cerca del mar, a la vez que poseer una riqueza de montaña inigualable, ha sido capaz de desarrollar un variado menú de manjares en los que el mar y la tierra son los protagonistas.
EL CACHOPO
Para quien no lo haya comido nunca, no se engañe: no es un sanjacobo. Es mucho más que eso. Se recomienda compartirlo debido a su gran tamaño ya que, por ejemplo, el tradicional está hecho con dos filetes de ternera rellenos de jamón y queso, empanados y fritos. El cachopo ha evolucionado con los años: ahora los hay de cecina, queso de cabra, setas y siempre acompañado con abundantes patatas y pimiento rojo.
Es muy recomendable el cachopo de La Manduca, un lugar remoto en las Regueras (aunque, afortunadamente, no cuesta mucho encontrarlo porque se ve desde la carretera). Lo del tamaño de los cachopos de La Manduca no tiene nombre (repetimos: pídelo para compartir), al igual que su presentación clásica. El queso y el jamón se funden en el paladar junto con la carne haciendo de este cachopo un plato que merece la pena tomarse su tiempo para degustarlo.
PITU DE CALEYA
Por si alguien no lo sabe, en Asturias se llama pitu de caleya a los pollos que se crían en los pueblos y que se alimentan a base de maíz, semillas y hierbas. Gracias a su alimentación y crecimiento natural tienen la carne más oscura y con menos grasa. Se trata de uno de los platos más tradicionales del Principado.
Uno de los mejores restaurantes para comerlo, y con encanto, es Casa Adela, en un entorno rural adecuado para la cría de estos pollos, situado en localidad de Lada (Langreo). Si el tiempo acompaña, recomendamos comer debajo de su hórreo en medio del campo o en el porche. Su acogedor comedor, muy al estilo de las casas antiguas, también es una óptima opción, siempre con la exquisita atención por parte de Adela, la propietaria del restaurante.
LA FABADA
Está claro que la fabada es el plato por excelencia de la cocina Asturiana, encontrándose dentro de las diez recetas típicas de cocina Española. Es un plato invernal, recomendable para tomarlo a medio día (nunca te lo recomendaríamos para cenar...).
Uno de los restaurantes ejemplares es Casa Gerardo, en la localidad de Prendes. Atención a sus fabes: por un momento puedes pensar que las han pelado de lo finas que están, se deshacen en la boca. Les fabes que utilizan son frescas y seleccionadas de agricultores de la zona, así como el compango (chorizo, morcilla, y tocino). Todo ello avalado por ser un restaurante con una estrella Michelin.
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PASTEL DE CABRACHO
Una especie de puré elaborada con la carne del cabracho, un pescado que en Asturias es conocido como tiñosu. Siempre acompañado de mayonesa y salsa rosa.
En un chigre, un bar asturiano tradicional, con vistas al verde asturiano y con el único ruido del campo está el restaurante El Cruce, que destaca por sus buenas raciones y donde uno de sus platos con denominación de origen es el pastel de cabracho. La dueña del local nos dice que este pastel lo puedes comer como pipas, sin enterarte. Y realmente pasa. Suavísimo paté de pescado que acompaña a la perfección los primeros frescos tragos de sidra.
PIXÍN
El pixín es el nombre con el que se conoce al rape en la región, uno de esos platos típicos asturianos que se puede degustar de diferentes formas, en fritos, en salsa y con arroz.
Uno de los lugares idóneos para degustarlo es la Sidrería Casa el Rubiu, en Llanes, en un entorno magnífico y de buena calidad. ¿El plato estrella? El pixín rebozado. ¿Un plus? Amabilidad a raudales.
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TORTOS
La receta tradicional de esta versión asturiana de la tortilla de maíz incluye harina de trigo, harina de maíz, agua y sal. Cuando el maíz llegó de México y se comenzó a cultivar en el sur de Europa, también llegó a las manos de los asturianos, que hicieron su propia interpretación. En este caso, lo que las diferencia de las tortillas de maíz es que los tortos están inflados y son crujientes. Puede acompañarse tanto de dulce, como de salado.
Puede consumirse en Casa Trabanco, una sidrería en mitad del campo con las tradicionales mesas compartidas y en la cual fabrican su propia sidra. Ofrecen dos versiones: torto con pisto, y torto con queso azul gratinado con compota de manzana y nueces.
ARROZ CON LECHE
Sabemos que el arroz con leche no tiene su origen en Asturias porque, de hecho, lo introdujeron los árabes en la Península, hace muchos siglos. Pero Asturias tiene su propia receta e, incluso, su propio Festival del Arroz con Leche, que se lleva celebrando 30 años en Santa Eulalia de Cabranes cada 9 de mayo. Concursan más de 100 personas y los hosteleros de zona se vuelcan totalmente en la celebración. Según dicen ellos, son muy llambiones, golosos en español, para que nos entendamos.
Uno de los motivos por los que el arroz con leche asturiano es tan famoso es por la leche que se utiliza para su elaboración, propia de las tierras, que le aporta una cremosidad y sabor totalmente original y único. Las dos horas y media de cocción y el azúcar requemado como resultado de ello también le han otorgado fama de ser una de las mejores recetas de arroz con leche del país. Puedes degustarlo, de forma literal, en cualquier restaurante de la región.
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CASADILLES Y CARBAYONES
Las casadielles es una de la catedrales del dulce asturiano, se trata de una especie de empanadilla frita elaborada con una masa de harina que se rellena con una mezcla de nueces, avellanas, azúcar y anís. Es el regalo perfecto en Navidad o en las fiestas patronales de cada pueblo asturiano.
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Y los carbayones, probablemente el dulce que más guste a todo el mundo: su nombre viene de el gentilicio popular de los ovetenses, debido a que José de Blas encargó al maestro obrador José Gutiérrez un pastel especial que representara a Oviedo en la I Feria Internacional de Muestras de Gijón en 1924 (de ahí viene su gentilicio). Estos exquisitos pasteles de almendra y yema con base de hojaldre y bañados en azúcar, te dejarán sin palabras.
Un deleite para los sentidos y que, por supuesto, debe disfrutarse en Camilo de Blas, un sitio precioso en Oviedo abierto desde 1914, un lugar de película, en el que sentirás que realizas un viaje en el tiempo.
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