martes, 16 de diciembre de 2014

Crónica del 7è Cros d'Alella

Mi padre y yo llegamos a Alella pasadas las 11h del domingo 14/12/2014. Está nublado, pero no amenaza con llover, y la temperatura es agradable: unos 12ºC. Por suerte, esta vez tengo sobrado tiempo para recoger el dorsal, orinar (había urinarios portátiles), ver varias carreras (¡cómo corren l@s peques!) y calentar. Mi carrera es a las 12:15h. Por cierto, ya veo que el recorrido es muy jodido: curvas cerradas en rampa y tras bajada (¡a traccionar!), bajada con raíces y ramas de pino e incluso piedras y trialeras, dos repechos notables por vuelta, tramos de arena y/o con malas hierbas, etc.

Incidente con el arco hinchable, en la prueba femenina. [Foto: Tomás Prieto]
Incidente con el arco hinchable, en la prueba femenina. [Foto: Tomás Prieto]

Bajo el arco hinchable de salida nos juntamos cerca de un centenar de tíos (desde juveniles hasta veteranos); y me sorprende que seamos tantos (no contaba con más de 60-70). Además, parece que todo el mundo es de algún club. Y claro, yo -que esperaba una carrera complicada- aún le cojo más respeto a esta carrera. Como no estoy muy 'rodado' y llevo semanas entrenando bastante poco y mal (hay algún motivo para ello...) me pongo en la parte trasera del cúmulo de corredores. La estrategia es clara: no salir alocado, aguantar en la parte trasera del pelotón y tratar de superar 'cadáveres' y, ya en la parte final, 'gentes varias'.

Instantes previos al inicio de mi serie, en el 7è Cros d'Alella. [Foto: Tomás Prieto]
Instantes previos al inicio de mi serie, en el 7è Cros d'Alella. [Foto: Tomás Prieto]

La salida es muy rápida -y en bajada- pero yo salgo bastante lento. Más o menos mantengo mi posición, por lo que se quedan unos 10-15 detrás de mí. A mí, que no estoy para exhibiciones, sólo me queda aguantar en el grupo que se formará con los hombres que tengo inmediatamente delante. Se van haciendo grupos y yo, acabando la primera vuelta (la única corta -sólo por el viñedo-; quedando tres largas -viñedo y bosque-), aguanto en la parte trasera de mi grupo, aunque tampoco estoy para mucho más.

Arranco la segunda vuelta (la primera de las tres largas) y enseguida, tras bajar un poco, llega la curva a derechas que nos mete en el Bosquet (un pinar). Y la salida de la curva -girando a derechas- es realmente brutal, teniendo que traccionar mucho. Yo sigo en el grupo, pero empezamos a bajar por el bosque y el pelotón se estira. Y la salida de la bajada también favorece a ello: tras una trialera, curva cerrada a izquierdas. Y empieza el segundo repecho y, claro, la carrera cada vez es más un 'sálvese quien pueda'. La carrera se ha roto mucho, pero yo aguanto más o menos bien protegido. Para rematar, al final de la subida hay que girar a izquierdas en una rampa de 24 quilates y seguidamente a la derecha (ya para dar la vuelta al viñedo). Ya en el tramo del viñedo, un hombre de azul y con pinta de triatleta, viniendo desde atrás, empieza a adelantar gente. Yo más o menos mantengo mi posición, aunque sufro bastante en el tramo ascendente del viñedo. Aún así, me logro enganchar al corredor de azul y con pinta de triatleta. Pero nos queda toda la última vuelta y los primeros corredores ya han superado el ecuador de la misma. Temo que me doblen.

Arranco la tercera vuelta (la segunda de las tres largas) tras el susodicho atleta. Enseguida va a llegar el tramo del bosque, en bajada, y sé que es difícil que me venga abajo en ese tramo. Y así es; pero luego viene el tramo de ascenso y el susodicho atleta se me va. Yo me quedo integrado en lo poco que queda del grupo. Un atleta ya va andando en este tramo y lo pasamos. Llega el tramo del viñedo y ahí casi 'muero', porque sale el sol y empiezo a tener mucho calor (habría unos 13ºC, pero aún así...). Las piernas van justas y el calor me asfixia bastante, así que casi me vienen ganas de abandonar; estoy sufriendo muchísimo solo para aguantar cerca de los corredores que tengo delante. Realmente sólo me queda sufrir y cambiar el chip (ponerme en modo '¡que no estamos tan mal!'). De todos modos, parece que no soy el único con problemas notables, puesto que en este tramo recogemos algún 'cadáver'. Llega el tramo de subida del viñedo y vuelve a ser un verdadero 'sálvese quien pueda'. Yo más o menos consigo ir a un ritmo aceptable. Poco después de acabar la subida, oigo por megafonía que ya están llegando a meta los primeros clasificados; me giro pero no los veo. Sea como sea, me he salvado de ser doblado (aunque sea por poco), puesto que ya estoy a punto de empezar la última vuelta.

Comienzo la cuarta y última vuelta (tercera y última de las largas) bastante bien arropado. Ahora prácticamente todo es bajada (el tramo entre el viñedo y el pinar y sobre todo el tramo por el pinar) así que no espero perder comba. Además, voy mucho mejor en cuanto a 'calores', aunque sigo yendo muy justito. Bajando ya por el bosque de pinos me acuerdo del triatleta, pero miro y no lo encuentro. Acabo la bajada, enganchado a un atleta, y de pronto, tras curva a izquierdas, nos encontramos con el (¿tri?)atleta de azul. ¡Y yo que pensaba que ya estaba superlejos! Eso es un chute de moral para mí y me ayuda a cambiar el ritmo y tiro hacia adelante. Aunque sólo me quedan unos 700m, me la estoy jugando mucho porque no voy nada bien. Pero enseguida dejo atrás a los dos y llego al grupo que tenía delante. ¿Y que hago? Pues seguir hacia adelante y adelantarles. Al acabar la subida me doy cuenta de que me he quedado supersolo. Tengo a algún corredor por delante, pero bastante lejos. Empiezo a sufrir mucho y a bloquearme mentalmente. Ni siquiera manteniendo el ritmo que llevo hasta el final (¡como para llegar al grupo!); y es que voy al límite. Por suerte, hay mucho terreno hasta el grupo que viene por detrás. Aún así, es curioso que pese a que no deben quedar más de 500m vuelvo a tener bastantes ganas de abandonar. La fatiga mental y física es demoledora. Pero por suerte, mi mente encuentra una brecha para este problema: empiezo a decirme cosas para desconectar del estado mental que llevo y cambiarlo. Y me ayuda, porque consigo acercarme mucho al grupo; al tiempo en el que adelanto a un atleta que iba andando (¡qué circuito más duro!). Consigo llegar al grupo, y me pongo detrás del que va delante (creo que iba de azul) para ver si cojo algo de aire. Pero en fin, sigo yendo muy justito. Llega la curva a izquierdas del inicio del repecho final (en el viñedo) y cambio el ritmo, aunque no sé muy bien cómo. Sea como sea, me pongo por delante de mi compañero/contrincante y me voy en busco de otro atleta (creo que con camiseta roja). Lo consigo y le adelanto también. Corono el repecho, y prácticamente me pongo en modo 'sprint final'; al girarme me doy cuenta que tengo la posición muy bien ganada. Me pongo al trote y acabo llegando a meta casi andando. Después de sufrir tanto, es un placer llegar a meta con tanta tranquilidad y bienestar.

Ese soy yo, girándome para asegurarme de la posición ganada. [Foto: Tomás Prieto]
Ese soy yo, girándome para asegurarme de la posición ganada. [Foto: Tomás Prieto]

Eso sí, en cuanto a la clasificación (y en relación al número de participantes) ha sido una de las peores carreras que he hecho. Aunque también es verdad que ha sido una de las que más nivel tenía en su participación (¡pedazo atletas!). Total que, según las clasificaciones, fui 60º sobre 88 hombres en meta. El tiempo oficial no lo tengo, pero creo que llegue en unos 17'14" (curioso dato...), que es muchísimo tiempo para escasos 4 kilómetros (por duros que fueran). [CLASIFICACIONES]
Botellín de regalo. [Foto: Alberto Prieto Martín]
Botellín de regalo. [Imagen propia]

Mi dorsal durante el 7è Cros d'Alella. [Foto: Alberto Prieto Martín]
Mi dorsal durante el 7è Cros d'Alella. [Imagen propia]




















En todo caso, puedo decir que acabé contento y con ganas de seguir adelante. El mal resultado no tiene más explicación que los malos y escasos entrenamientos de estas últimas semanas (no los acabo de asimilar bien); algo que imagino que tiene mucho que ver con algunos problemas de salud (nada grave, estoy bien pero no a tope; ya os contaré...).

Realmente no estoy demasiado preocupado, y -pese que ni mi salud ni mi cabeza estén a tope- pienso seguir entrenando en los próximos días, semanas y meses. Luego ya veremos hasta dónde puedo entrenar y competir. Pienso seguir dándolo todo como hasta ahora. Así que esta tarde de martes -tras el descanso de ayer lunes- vuelvo a ponerme en marcha.

Ya queda menos de un mes para el 33è Cros Vila de Ripollet (11 de enero)... ¡Qué ganas(, joder)!

Y una vez más: gracias a tod@s por seguir mi blog y también por otras cosas que ni sé ni quiero explicar. Pero eso: ¡¡¡gracias!!!

Hasta que vuelva a escribir (supongo que a finales de semana), espero y deseo que tengáis días de abundante salud, fuerza y amor.

¡Nos leemos! :-)

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