Por los pelos

Hay días que no los cambiaría por nada. Y el sábado estuvo a punto de que no sucediera pero con un poco de suerte pude participar de la salida que se fraguó en la cena posterior a la reunión bikera anticierresinsentidodecaminosdelaSerradeTramuntana auspiciada por nuestro Consell Insular.

En un principio dudaba sobre si podría asistir debido a un compromiso que tenía por la tarde. Luego dije “ja ho veurem” y me presenté. Confiaba en que salieran un poco más tarde porque llegué retrasado pero estaban todos allí. Bastantes pobleros, tres toys y el resto poferos con algún incrustado de Campanet. Total, catorce si no me equivoco.

La salidita me parecía bastante ligth a priori. Subir a Tossals Verds para llegar a la Font des Prat (al Prat de Cúber, mejor dicho), ascender al Coll des Coloms (hasta que no se demuestre lo contrario y estamos en ello) para llanear después por la canal de agua hasta Cúber, partir hacia los Binis, plataforma del funicular, vuelta a la Font des Noguer, Tossals y Lloseta. Aparte de la subida a Tossals, todo plano (a grosso modo).

Me gusta el principio porque es un buen calentamiento de varios kilómetros por camino asfaltado y fácil, lo que permite, aparte de poder chismorrear con comodidad, una ascensión al refugio bastante cómoda, donde a la vez se puede forzar un poquitín sabiendo que después vas a tener que patear indefectiblemente. Pero ese trozo de pateo nunca se me hace largo, no sé porqué pero es así. A partir del desvío de la Coma se puede empezar a probar de ir montado porque, aunque parezca lo contrario, hay algunos tramos muy agradecidos. Esa es la tónica general que se presenta después de las casas viejas. Continuos subebajas, muy pedregosos, donde es una gozada intentar mantener la bici en vertical y hacia adelante al mismo tiempo. Iba contento y lo disfruté. Reconozco que con un poco más de potencia física lo hubiera disfrutado mucho más, pero aún así me lo pasé muy bien.

Llegamos al torrente donde había un fuerte hedor a animal muerto. Parecía una gran oveja descompuesta a pocos metros del vado. Desde luego no nos quedamos por allí mucho tiempo. Volvemos a cruzar el torrente por el puentecillo y llegamos enseguida al cruce de caminos. Hacia la derecha Comellar des Prat (rebautizado como Comellar de ses Cases de neu) y hacia la izquierda, Font des Noguer por el antiguo camino que se dirigía a Almallutx. Hoy en día desde la canal de agua no tiene continuación hacia abajo sino que vamos paralelos a ésta hasta el Área Recreativa. Desde la última vez que estuve han puesto unos pequeños puentes para salvar algunas caídas de aguas. Así está mucho mejor.

En la canal hubo un parón importante ya que en la bajada del coll hubo varios incidentes importantes. Como resultas de un desequilibrio Potato se golpeó un tobillo y no podía clavar el pie en el pedal por lo que decide volver por la carretera. Le acompaña Mecanoid que ya había anunciado su decisión de volver antes, así como Fibras, aunque este vuelve con Buzz por donde habíamos venido.

Ahí se aclara el siguiente tramo de la ruta. Creía, y alguno más también, que iríamos hacia los Binis por carretera pero alguien había pensado en alargarla subiendo el Coll de l'Ofre para enlazar después con la Coma de Son Torrella. Era ir por ir y decidí acortar por el asfalto para ganar un poco de tiempo y no llegar muy tarde a mis compromisos. Juanan me acompaña, no quiere patear y juntos hacemos el resto de la ruta, inédita para él. No me acababa de creer que no la hubiera hecho, ni en un sentido ni en otro. Le pongo en antecedentes y le voy comentando a grandes rasgos el itinerario. Entrada por la pista de los Binis, donde el Gran te echa y al Petit se la suda; portillo del camino viejo, ahora alterado por pistas imposibles de subida; Coll de Cards-Colers, monumento y pistorra. Como se imaginaba estamos dando la vuelta al macizo del Puig Major.

Se me hizo bastante corto el trayecto hasta el Porxo esbucat, ya con la carretera a la vista. La bajadita, pues más o menos como siempre porque en algunos tramos está bastante rota. Le metimos ritmillo a la subida por carretera que, aunque no fuera muy rápido, al menos fué constante. Pillamos la canal acto seguido y en ese terreno disfrutamos más yendo un poco más rápidos; el terreno acompaña. Solamente una pareja de senderistas y un torete importunaron nuestro avance. Ellos seguro que no se sintieron molestados después de quitarles el toro de enmedio, que andando es otro cantar. Quería pararme para mirar si veía aparecer al resto de grupo por la boca del túnel pero las ganas de ciclar me pudieron y no paré hasta el puente, y desde allí no se ve la carretera, pero calculaba que no podían estar muy lejos.

Después de la corta subida al coll ya estaba emocionado pensando en recorrer el máximo montado en la bici. La ida me había ido bastante bien y la vuelta no fué menos. Cerca de ses Cases velles noté cierto bamboleo posterior y ví que había pinchado con un pinchazo lento. Decidimos hinchar pero cerca del desvío de Pinatons, después de la última bajada larga, tuve que parar. En esas estábamos cuando apareció Pepe destacado, que les había dado caña en la subida. Tras varios intentos infructuosos de colocar correctamente la cubierta y de que llegaran a pasar casi todos pude empezar a bajar. Temía que el parón me hubiera bajado los ánimos para afrontar el descenso pero lo disfruté. No fue a gran nivel pero cumplió en cuanto a satisfacción.

Luego me enteré de que hubo varios incidentes en los tramos anteriores. Pep, un poblero, salió despedido por un terraplén y pudo ser peor que un gran moratón en una pierna y contusiones varias. Tomeu también se vió traicionado por la horquilla nueva. Decía que se le quedaba clavada en las piedras y en una de esas le despidió por arriba cayendo de cabeza sobre el casco. Afortunadamente pudo celebrar su cumpleaños el día siguiente sin más consecuencias, aunque aún le duraban las molestias de la paparra en el campillo inquero. Y parecía nada en directo.

Hubo bajas pero sin consecuencias para las arcas de la consellería. De hecho creo que es una de las que más treses he visto en la votación. Por ahora la nota más alta es la mía. No podía ser menos en una ruta enduro de estas características. De hecho salió un buen kilometraje, más de cincuenta, y no los noté en absoluto después. De hecho me sorprendieron bastante los datos del GPS con tanto desnivel acumulado (el de Tomeu, no el de Xisco, que parece que se fue por peteneras) y el propio IBP.

En tiempo se hizo tarde, las cinco en Lloseta. Me iba a venir justo. La mayoría se quedaron a comer algo en el bar, ya casi una merienda-cena fue aquello. Yo me fui pitando que me esperaba una cena de verdad.


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