La danza puede abrazar los mundos sutiles entre Occidente y Oriente. El Colegio del Cuerpo que dirige Álvaro Restrepo y Marie France Delieuvin han realizado uno de los montajes más bellos de toda su trayectoria artística: Flores para Kazuo Ohno y Leonard Cohen.
¿Qué tienen en común un bailarín japonés como Kazuo que no dejó de danzar hasta que murió en 2010 a sus 103 años y el poeta y cantautor canadiense Leonard Cohen?
¿Cómo un poeta como Federico García Lorca interpela el corazón del bailarín y el músico y a la vez interpela la sensibilidad creadora del colombiano Álvaro Restrepo?
Una palabra no es suficiente. Es posible que el silencio pueda sacudir la conciencia. Los cuatro corazones resuenan con la misma cadencia ante el misterio de la vida, el amor y la muerte. Las canciones de Leonard Cohen acompañan este montaje de danza contemporánea y esplendor escénico.
Álvaro hizo una función especial en Hay Festival para Sylvie Simmons, la biógrafa del extraordinario músico y poeta Leonardo Cohen. Ella quedó encantada. Ahora sabemos que “Leonard está muy tocado y conmovido”, le ha escribió Robert Kory a Álvaro Restrepo. “Dice que el trabajo es excelente. Rara vez se expresa con tantos elogios como ahora....”
El espectáculo invade todos los sentidos y nos atrapa con la sutileza con que la danza juega en el límite con la muerte y entresaca de lo aparentemente terrible de la condición humana, un instante providencial para el juego, el humor, la sugerencia, el cruce y abrazo de los dos mundos y las dosfuerzas magnéticas del universo. Es algo más que una danza con la bella y conmovedora música de Cohen. Es también el homenaje al silencio con que Kazuo sacude el mundo con sus movimientos.
Este espectáculo visual, musical, dancístico, se presentará a las 7 de esta noche en el Centro de Formación de la Cooperación Española. Álvaro Restrepo y Marie France Delieuvin a través del Colegio del Cuerpo han creado otra forma espléndida de la pedagogía artística en Cartagena y han creado un lenguaje personal y poético con la danza contemporánea. Ver a estos bailarines y bailarinas en escena es un verdadero privilegio. Es la poesía que va de la planta de los pies a la yema de los dedos, y tiene como herramienta de exploración de la belleza y de la imagen el cuerpo liviano, aéreo, a veces levitante, que nos lleva a un territorio donde se reinventa nuevamente el paraíso en medio del purgatorio del mundo. La legión de artistas lo han logrado con gran altura. Imagino la sonrisa que hubiera dibujado Kazuo en su rostro. Imagino la sonrisa de Cohen. Imagino la sonrisa que tendrás cuando lo veas.
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