"Lo que sabemos lo sabemos por Internet. Nadie nos informa de nada. La angustia, además de por la falta de información, es porque estamos atrapados, en mitad de las vías". Así se expresaba sobre las 9.30 horas Aixa Silva, una de las afectadas por el corte del servicio de los trenes AVE y Alvia de Cataluña debido al robo de cables de fibra óptica. Ella había cogido el tren que parte a diario de Girona a las 6.46 horas de la mañana y que en menos de 40 minutos llega a Barcelona. Este jueves ese tren ha permanecido más de dos horas parado a mitad de camino y ha tardado más de cuatro horas en llegar a su destino: "Girona-Barcelona: de 6.46 a 10.52".

A través del teléfono, esta afectada contó a 20minutos desde dentro del tren que el convoy se había parado a unos diez minutos de haber salido de la estación de Girona. Poco después reanudó la marcha pero sobre las 7.20 horas volvía a detenerse. "Por megafonía nos han dicho que por causas ajenas a la voluntad de la compañía teníamos que quedarnos parados", señalaba esta pasajera. Esa era toda la información oficial de la que disponían. Del resto se estaban enterando a través de los medios. "Hemos tenido suerte de estar en un tramo con cobertura. Más adelante hay unos túneles y se pierde la conexión", agregaba Aixa.

La gran mayoría de quienes viajan en ese tren son personas que trabajan o estudian en Barcelona. Que los móviles funcionasen les ha permitido avisar de que no iban a llegar a tiempo a sus destinos. "La gente se lo está intentando tomar con humor. Qué le vamos a hacer", se resignaba la joven, quien no obstante afirmaba que se sentían "abandonados": "No nos dan alternativa. Lo único que vemos a los lados son dos carreteras y las vías por las que están circulando otros trenes".

Sobre las 10.10 horas el tren se ha movido hasta un apeadero desde el que en un principio estaba previsto que un autobús llevase a los pasajeros a la capital catalana. Minutos antes, Aixa afirmaba con ironía: "¡Última noticia por megafonía: nos regalan una bebida con el billete! Esto es el colmo". Finalmente los viajeros han recibido la indicación de volver a subir a los vagones y han reanudado la marcha. "Parece que el servicio ha vuelto a la normalidad. Vamos dentro del AVE al ritmo habitual. Ahora sólo falta llegar y esperar otra vez a que nos atiendan en Atención al Cliente; al menos yo no me puedo presentar en el trabajo sin un justificante", ha apuntado esta afectada.

De falta de información se queja también Carles Cambarro. Él tenía que coger el AVE que cubre el trayecto Barcelona-Madrid. Estaba programado que llegase a las once a su destino, donde tenía una reunión de trabajo, pero no ha podido ser. "Cuando he llegado a la estación de Sants ya había gente de trenes anteriores haciendo cola para reclamar la devolución del dinero y en las pantallas ponía que había demora", explica a 20minutos.

Después de esperar su turno en tres filas distintas, la compañía le ha comunicado que tiene tres meses para solicitar que le reintegren el coste del billete. "No nos han comentado nada más. Ni siquiera cómo hacer la reclamación. Esto le puede pasar a cualquiera pero lo que no puede ser es que no haya habido información en ninguna de las tres taquillas en las que hemos estado", denuncia.

Carles ha abandonado la estación y ha vuelto a su oficina de Barcelona. Ahora tendrá que buscar un nuevo día para celebrar la reunión que tenía programada para este jueves en Madrid.

Darío Pescador ha hecho el viaje a la inversa. A las 7.20 horas salía de Madrid con destino a Barcelona, donde tenía que coger un vuelo a Dublín con embarque a las 12.10 horas. Su idea era llegar con tiempo de sobra pero el corte en el servicio le ha llevado a vivir una mañana frenética. El AVE en el que viajaba se ha visto obligado a parar en Lleida a las nueve. Renfe les ha propuesto coger un regional, pero esa para él no era una buena opción: "Tarda tres horas a Barcelona y según me ha dicho ha salido sobre las once".

Tras estudiar la posibilidad de alquilar un coche y la de coger un taxi, se ha montado en el autobús que la compañía ha fletado y que ha salido de Lleida sobre las diez, pese a que su llegada a la estación de Sants no estaba prevista hasta poco antes del mediodía. Esto le daba a Darío muy poco tiempo para plantarse en El Prat y no perder el avión. "Mi única esperanza es que vaya con retraso", contaba a 20minutos desde el autocar. A las 12.20 ha tuiteado: "Llegué por los pelos".

"Manuel Benítez ha salido igualmente de la capital española por la mañana temprano, tan solo diez minutos después que Darío. Su tren ha tenido que estar parado casi una hora en Zaragoza. "Cuando los jefes envían a los empleados sin información para informar, realmente lo que hacen es irritar al usuario", afirma. "La gente de Atención al Cliente estaba más desinformada que nosotros, que sabíamos por Internet lo que estaba ocurriendo", agrega desde la estación de Tarragona, mientras espera para que le sellen el billete y así poder poner una reclamación. "Hay una cola inmensa y solo una persona atendiendo", critica.

Manuel ha viajado este jueves a Tarragona por motivos laborales. "Pensaba volver en el día a Madrid pero ahora tendré que pasar la noche aquí", lamenta y se pregunta: "¿Quién me paga la estancia?".

En Tarragona se encuentra también Gonzalo. Allí ha llegado en un autobús procedente de Barcelona, donde tendría que haber cogido un Alvia con destino a A Coruña. Este afectado cuenta que en esos autocares se ha trasladado hasta la estación tarraconense a viajeros con destinos muy dispares. "Estamos todos mezclados y no sabemos qué tren tenemos que coger", dice con enfado. "Falta organización. Es entendible tener que esperar por un problema técnico, lo que no es entendible es la falta de información y la desorganización", continúa.

En un primer momento, las pantallas de esa estación informaban de que habría un servicio hacia A Coruña sobre las 13.20 horas. Finalmente ese tren ha sido cancelado, cuenta Lorena Dosantos. Ella tenía billete para Ponferrada, en León, y debía haber salido a las diez. "Me han dicho que tenía que coger el de la noche y cuando he pedido una plaza, porque mañana tengo médico y es el bautizo de mi sobrino, me han dicho que estaba completo", se queja. Así que se ha visto obligada a cambiar la ruta: "Voy a Madrid y de allí un amigo me llevará hasta mi casa". Lorena denuncia que se ha dado prioridad a los viajeros que iban hacia el centro y sur de la Península y se ha dejado de lado a los del norte. "He tenido que buscarme la vida. Ellos no me han dado soluciones", concluye.