Facetas


Colombia premia a Petrona Martínez

GUSTAVO TATIS GUERRA

02 de agosto de 2015 12:00 AM

Petrona Martínez lleva el bullerengue por dentro. Si se queda en silencio, uno puede escuchárselo.

Petrona dice que cuando canta siente que no es ella la que está cantando sino su abuela Orfelina. En el escenario, ella mira hacia un horizonte invisible que se emparenta con sus recuerdos. No mira a nadie en particular. A veces alguien le dice: “Agité mis manos para que me vieras, pero yo estoy viendo a mi abuela Orfelina.

Es toda mi familia la que está cantando conmigo y yo no veo otro paisaje que no sea el de mis recuerdos, como si fuera ella, mi abuelita la que está cantando dentro de mí”.

“Mi abuela era una mujer muy dulce, gruesa, de mi estatura, era comadrona y rezandera y cantaba bullerengue. Siento que he nacido dentro del bullerengue y allí moriré. Está en mi sangre. Y lo siembro en mis hijos. Les digo que eso no se puede perder. Mis hijas Nilda y Joselina Llerena Martínez cantan conmigo. Tengo una nieta que canta bullerengue. Es Wendi Rosado. Esa es la herencia que ahora tienen mis nietos y bisnietos.

Son casi cuarenta nietos  y los que vienen. A mí me impresiona ver jóvenes ( no sólo aquí del Caribe sino del interior del país), enamorados del bullerengue y los cantos de los abuelos. Lo que uno ha vivido con amor es muy difícil que se le borre. Por ejemplo, cómo puede olvidárseme a mí la Cuaresma si nosotros teníamos en casa un respeto por los días santos”. Cuando le pregunto por Cartagena, Petrona se pone triste. No puede evitarlo. Es que recuerda siempre a su hijo Luis Enrique Martínez, que lo asesinaron a sus 33 años en Cartagena para robarle un reloj de oro, un 25 de febrero de 1996. A él le ha compuesto canciones.

De donde viene Petrona
La Reina del Bullerengue nació en San Cayetano en enero 27 de 1939. Para no tener que repetírselo a los muchachos que le preguntan por eso, su tamborero Guillermo “Goyo” Valencia Hernández lo ha escrito en la pared y ha puesto entre comillas una frase suya: “Yo nací al lado de un pilón”. A su papá, Manuel Salvador Martínez, de Evitar, Bolívar, le dicen Cayetano. Es un cantador de décimas y puyas, compone y recita con una memoria que deja a todo el mundo de una sola pieza. Heredó su carácter firme. Su mamá Otilia María Villa Martínez, de temperamento suave, cantaba también. Ya está en el reino de sus recuerdos, no en este mundo carnal. De las noches de la infancia, ella recuerda a Orfelina Martínez, su abuela, y a Carmen Silva, su bisabuela, cantando bullerengues que luego vio salvados del olvido por cantadoras de la región del Dique y Mahates.

“En la casa se cantaba bullerengue cuando se planchaba, se cocinaba, se barría. No todos tienen la cadencia para cantar un bullerengue. Tiene su caída. En ese entonces, el bullerengue era un canto de todos. No eran cantos registrados. Después vinieron las grabaciones, alguien recogió lo que pudo, arreglaron los cantos, les hicieron sus versiones”. También sus tíos Juan y Prudencio Valdés, eran tamboreros. Su tía Candelaria Valdés fue además la madrina que la crió a ella.

Tiene una inmensa gratitud para con su tía madrina y para su tío político Vidal Matrtínez. Muchas canciones que luego vio registradas con otros nombres, las escuchó por primera vez de los labios de su abuela Orfelina Martínez. Se refiere a El lobo, que Petrona escuchó en la casa de su abuela, días después de que un lobo pollero se llevara a uno de los pollitos y lo metiera en una de las cuevas del lobo. Entonces la abuela Orfelina cogió una vara y persiguió al lobo que ya había matado al pollo de la gallina que estaba parida. “Lo has matado, pero no te lo comerás”, le dijo. Allí nació la canción que más tarde cantaría Irene Martinez. “No he comprobado que ella sea familia mía, pero tampoco he querido crear polémica sobre la autoría de esa canción que he preferido no cantar ni grabar, porque en el pueblo todo se cantaba por igual y nadie exigía nada. Hay que dar los méritos a quien se los merece, y si alguien abrió los caminos de grabación de la música folclórica en la región, esa fue Irene Martínez con sus Soneros de Gamero. Después vino Emilia Herrera. Pero si hablamos de tradición, tendríamos que hablar de Estefanía Caicedo, Totó La Momposina, Graciela Salgado, Etelbina Maldonado, Martina Camargo, Inelda Piña, entre otras”.

La resonancia africana

Goyo explica que el bullerengue tiene una raíz yoruba evidente: En África las danzas ritualistas acompañan la cosecha, la siembra, los instantes de la guerra y el amor, y el tránsito de niña a mujer. “Es una expresión neoafricana porque el bullerengue deja de ser ritualista y se vuelve fiestero. Es un ritmo sincopado. Recuerda los cantos espirituales del jazz, del blue. El bullerengue vive gracias a las mujeres de la región del Dique, en Bolívar, y en el departamento de Córdoba, en Puerto Escondido y Arboletes”.

De todos los países donde ha viajado Petrona Martínez con sus cantos ancestrales, España es donde se ha sentido en casa. “Hemos ido a Inglaterra, Canadá, Brasil, Alemania, Francia, Marruecos, Malasia, pero es en España donde sentimos que estamos cerca de casa. Cuando me presento fuera del país siempre digo: Vivan los colombianos. Siempre encuentro colombianos en todo el mundo. Una vez me envolvieron en la bandera colombiana y bailé con ella”.

Los premios

Petrona Martínez ha recibido dos nominaciones a los Premios Grammy al Mejor Álbum de música latina, en 2002, por su álbum “Bonito que canta”, y en 2010 por “Las Penas Alegres”, co-producido por Mayte Montero y Manuel Andrés García, para el sello independiente Chaco World Music. “Las penas alegres”, ha sido ganador de premios Shock, premio Radiocan, nominado a premios Nuestra Tierra.  Artistas como Juanes, Aterciopelados, Checo Acosta. Cabas y Bomba Estéreo, reconocen la grandeza e influjo de esta extraordinaria cantadora.
Petrona ha representado a Colombia con sus cantos ancestrales, en Inglaterra, Canadá, Brasil, Alemania, Francia, Marruecos, Malasia, España, entre otros países.

La noticia del premio

Petrona recibe la noticia de su premio con la certidumbre de que están celebrando con ella a todos sus ancestros.  Todo lo que le ocurre es motivo de canción, incluso los recuerdos tristes y alegres, las hojas que arrastra el viento, las gotas de lluvia, las despedidas y las premoniciones. Nada la hace tan feliz que compartir un sancocho en familia.  O comerse unas costillas de cerdo que el médido le ha prohibido. El inmenso retrato suyo pintado  al óleo por Alfredo Torres Ibáñez le ha devuelto la risa de cascabel. El retrato es un espejo de su mejor momento. “Estoy idéntica”, dice. “No permito que el tiempo me desgaste esa sonrisa que tengo”.
La abuelita Orfelina debe estar feliz. Hay bullerengue en el cielo y en la tierra.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS