Cambiar el paradigma de 60 años de uso de antibióticos en la producción avícola es bastante difícil. Sin embargo, “hemos perdido la confianza del consumidor” dijo el Dr. Stephen Collett de la Universidad de Georgia, en el desayuno de Alltech en la 2016 IPPE de Atlanta. Esta afirmación la hizo en referencia al debate que hay con respecto a la producción sin antibióticos, conocida como producción ABF (del inglés, antibiotic-free).
Para producir sin antibióticos, habló de dos aspectos importantes que se deben tener en cuenta: manejo de la flora intestinal y control de los protozoarios y coccidios
Uno de los aspectos clave fue el análisis de la flora intestinal natural frente a la flora que se encuentra en las casetas, principalmente, en países como EUA, en donde la cama de la parvada anterior se queda, hasta por seis ciclos consecutivo. Criar aves en este tipo de casetas o galpones “es como si el pollo naciera en un nido natural, pero con el riesgo de enfrentarse a virus de enfermedades.
La integridad del tubo intestinal superior determina el desempeño y el crecimiento del ave a largo plazo. Al manejar la flora intestinal, se tiene que acelerar la evolución de un tubo intestinal inmaduro a uno maduro.
Para la producción libre de antibióticos, el manejo de la microflora es de primordial importancia. Collett habló del método que recomienda que es el de sembrar, alimentar y descartar (seed, feed, weed). Se refiere a sembrar la flora intestinal correcta, lo cual es un paso crucial. A alimentarla desde la crianza de las aves mediante la acidificación del intestino con ácidos grasos de cadena corta ya descartar (o “desyerbar”), lo cual significa rehabilitar o acelerar la evolución.
Para ello, los aceites esenciales desempeñan un efecto antimicrobiano de amplio espectro, que tienen una acción similar a los antibióticos, además de que los microorganismos se adaptan a ellos. Por eso, Collett recomendó el tipo de bloqueadores o antagonistas de las fimbrias de las bacterias que consisten en los derivados de la pared celular de levaduras que no se absorben, bloquean la adhesión de la microflora negativa, previenen la colonización y reducen la capacidad de replicar.
También habló sobre los programas de control de protozoarios, tales como los de rotación y el uso de productos químicos, entre otros.
“El consumidor tiene que estar seguro de que recibe lo que pide”, dijo el Dr. Collett. La percepción de lo que hacemos al producir aves es una realidad. El uso de los derivados de la pared celular de la levadura es una buena opción para sustituir antibióticos y puede funcionar muy bien. Además, puede ser económicamente factible.
