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JULIO Humedales de la Orinoquia colombiana, una asombrosa panorámica tomada por Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha.
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Minería y deforestación acosan al Atrato Juan Felipe Blanco L. PhD. Coordinador y Profesor Asociado, Programa de Postgrado en Biología. Instituto de Biología, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Antioquia
En la cuenca del río Atrato se conjugan valores naturales únicos como su clima hiperlluvioso y su megadiversidad biológica, pero están siendo arrasados por las prácticas mineras contaminantes y la voraz deforestación.
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a cuenca del río Atrato alberga una riqueza natural gigantesca, que ha sido objeto de una explotación desmedida cuyos impactos ambientales son evidentes. Los primeros mapas realizados por parte de emisarios de Colón ya mostraban su imponencia en el inmenso golfo de Urabá, el cual posteriormente fue llamado golfo Dulce. La cuenca alberga densas selvas húmedas que cubren las montañas; cativales o selvas inundables que cubren las tierras bajas del valle; y panganales (bosques de palmas), arracachales (humedales dominados por anturios gigantes de la familia Araceae) y manglares, estos últimos en el borde costero, que dominan la planicie costera. Esta cuenca, como parte de la región megadiversa del Chocó, es una de las áreas donde se presentan muchas especies únicas de plantas, aves, anfibios, peces y mamíferos. Estas riquezas naturales están amenazadas a pesar de que la cuenca presenta una baja densidad humana y una gran cantidad de la población vive en numerosos resguardos indígenas y territorios colectivos afro-
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descendientes, que han convivido con el bosque y el río durante varios siglos. Las presiones se iniciaron a principios del XX con la expansión de la minería, principalmente de oro, y de la explotación forestal usualmente controlada por colonos foráneos, mayoritariamente antioqueños y norteamericanos. La minería del oro y de metales preciosos ha sido uno de los pilares de la economía del departamento de Chocó y su principal medio de vinculación económica con el resto del país. Sus formas dominantes son las de veta y aluvión, y se explotan a escalas que van desde la artesanal hasta la industrial, utilizando retroexcavadoras, dragas, draguetas, motobombas y paleo de cauces, bancos y riberas. Las explotaciones semiindustrial e industrial son las más dañinas por las grandes áreas explotadas, la gran cantidad de sedimentos removidos y el vertimiento de insumos como el mercurio al río Atrato y sus tributarios, pero las explotaciones artesanales también son numerosas y dejan áreas sin cubierta vegetal y suelo, con muchos hoyos y contaminadas, las cuales afectan la fauna terrestre y acuática local.
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La cuenca del río Atrato Hace el SEGUNDO mayor aporte de agua dulce al MAR CARIBE colombiano: 4.200m3/s.
Es una de las cuencas más GRANDES del país con
36.238 km2.
Corresponde al
3,2 %
del total de las cuencas de Colombia
QUIBDÓ
La minería afecta al río Atrato por la gran cantidad de sedimentos removidos y el vertimiento de mercurio y otros tóxicos.
La deforestación, otro enemigo La explotación forestal ha sido una actividad tradicional, pero la escala industrial se duplicó durante los últimos 30 años. Esta se concentra en más de 10 especies de los bosques de la parte media y alta de la cuenca, donde el cativo, el chanú, el lechero, el abarco y el cedro son las más importantes. La extracción de la madera se realiza a lo largo del río, aguas abajo, mediante el sistema de trozas o balsas que la transportan hasta los municipios más cercanos. Es ampliamente aceptado que la explotación de los bosques de la cuenca del río Atrato con fines extractivos es rapaz, debido a los intereses económicos que generan conflictos, incluso por la presencia de permisos de explotación en áreas de resguardos indígenas o de otros pobladores locales. Durante la primera mitad del siglo XX, la sobreexplotación de la palma de tagua deforestó muchas áreas
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EL RÍO NACE en cerro Plateado (1.250 msnm, Farallones de Citará, cordillera Occidental) y DESEMBOCA en el golfo de Urabá después de recorrer
720 KM
entre las colinas de la serranía del Baudó y la cordillera Occidental.
de bosque inundable de la planicie costera. En la zona costera también se realiza explotación forestal del manglar, actualmente ilegal. Este panorama ha sido causado por una compleja combinación de factores, como la ausencia del Estado, la presencia de poderosos intereses económicos privados, la corrupción de funcionarios públicos de los entes de control y regulación ambiental, y la presencia de grupos armados ilegales. Finalmente, las regalías de la explotación minera y forestal, en muchos casos, no llegan al Departamento debido a que el domicilio de las compañías no se encuentra allí, y aun en los casos en que llegan, no se invierten para compensar los daños ambientales.
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