Todo el mundo se sentía de Galeras. El humor y el dramatismo y el ingenio creativo maravillaron a los espectadores.
Durante dos horas Cartagena se paralizó con la puesta en escena de Los Cuadros Vivos de Galeras (Sucre) en la Plaza de la Proclamación, dentro de Hay Festival, en homenaje al Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
Los Cuadros Vivos se presentan en el comienzo de cada enero en la población sucreña desde hace más de un siglo, y en un principio eran escenas evocativas del pesebre bíblico para convertirse gradualmente en el teatro de la realidad cotidiana y como una forma paródica de la realidad política contemporánea. Los Cuadros Vivos fueron declarados Patrimonio Cultural de Colombia, por el Ministerio de Cultura, por perpetuar una tradición que se enriquece con el ingenio y la creatividad popular.
En las calles de Galeras, los Cuadros Vivos convocan a todos sus habitantes, y se exhiben simultáneamente en diversas calles. Lo singular de estos actores y actrices es que no provienen de ninguna escuela teatral, son actores naturales que se han nutrido de la experiencia cotidiana.
La selección que se presentó en Cartagena recogió lo más destacado de esa tradición y sus puestas en escena recrearon la obra de García Márquez, algunos de sus cuentos como El rastro de tu sangre en la nieve, la novela Crónica de una muerte anunciada , el instante en que Gabriel Eligio García García Martínez le pidió la mano a Luisa Santiaga Márquez, instantes de la vida del escritor cuyos ancestros paternos eran de Sincé (Sucre).
La exhibición atrajo a amigos y familiares del escritor: sus hermanos Jaime y Aída García Márquez, Carlos Martínez Simahan, sus inumerables sobrinos y sobrinas, la directora de Hay Festival Cristina Fuentes, la antropóloga y documentalista Gloria Triana, quien fue una de las artífices que gestionó ante el ministerio de Cultura la posibilidad de que estas manifestaciones ancestrales tuvieran el reconocimiento y la visibilidad nacional.
Un homenaje al padre de García Márquez
Los amores contrariados de Gabriel Eligio García Martínez y Luisa Santiaga Márquez, que sirvieron de modelo para que García Márquez escribiera El amor en los tiempos del cólera, fueron retomados por los Cuadros Vivos.
Esa novela de amor es un homenaje de García Márquez a sus padres. "Me he sentido en Sincé", dijo Aída García Márquez al contemplar los Cuadros Vivos.
"Sincé no es solo la tierra donde nació mi padre Gabriel García Mártínez, sino que en Sucre en general tenemos nuestras raíces paternas", expresó la hermana del escritor a El Universal.
"Estos actos contribuyen a aclarar y valorar el papel de Sucre en la vida de mi hermano Gabito y es una oportunidad para reconocer la grandeza de nuestro padre que ha sido desfigurada por el biógrafo inglés Gerald Martin. Nuestro padre nos legó el más grande de los tesoros: la educación. No hay un solo García Márquez que no haya estudiado. Siempre se preocupó de que tuviéramos una casa donde vivir. Y eso fue lo que hizo en cada pueblo donde vivíamos: lo primero que hizo fue comprarnos una casa. Era un hombre culto, bondadoso, generoso, sabía escribir muy bien, declamaba versos, tocaba el violín y era un homéopata reconocido en la región Caribe".
Por su parte, el historiador Elmer de la Ossa, quien trabaja en un libro biográfico sobre el telegrafista de Sincé que se fue para Aratacata, dice que mucho de los rasgos de Aureliano Segundo en Cien años de soledad, coinciden con Gabriel Eligio García Martínez.
"Nos hemos compenetrados con el personaje Aureliano Segundo, de cuya personalidad encontramos similitudes y coincidencias con los rasgos en vida de Gabriel Eligio, el padre del Nobel. En la investigación que hemos adelantado desde Sincé que hemos llamado Al Rescate de Gabriel Eligio, el telegrafista de Sincé que trabajó en Aracataca, hemos encontrado que Gabriel Eligio en compañía de unos amigos se disfrazó de tigre posiblemente en un noviembre 1917, al igual que Aureliano Segundo en Cien años de soledad. Esa parodia ya era popular y con mucho arraigo en esta población con la que se festejaba el aniversario de la independencia de Cartagena. También descubrimos que es Aureliano Segundo quien hace las excavaciones con el pretexto de drenar la casa durante la lluvia diluvial de Macondo, cuando en realidad buscaba el oro guardado en unos San José que Ursula había enterrado..."
Elmer de la Ossa ha logrado desentrañar vivencias y recuerdos en la comunidad sinceana, reivindicando la grandeza invisible del padre de García Márquez.
En otro de los Cuadros Vivos se rindió homenaje a la diosa de la poesía representada por una musa que sostiene la luna.Para Carlos Martínez Simahan, los Cuadros Vivos ya rebasaron la sorpresa regional y nacional, y empezaron a vivir en la pupila de los visitantes del mundo que asisten a Hay Festival. Galeras empezó a habituar el mundo macondiano de García Márquez para el mundo. Gracias a una tradición que enorgullece a una región que fue sin duda, una de las múltiples fuentes de imaginación del autor de Cien años de soledad.
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