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EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI

Cada vez más escuelas funcionan como usinas de ciencia y tecnología en Junín

En la actualidad, los profesores ayudan a que se multipliquen los proyectos de investigación por parte de sus alumnos. En algunos casos, con resultados sorprendentes. Rubén Cacheiro, director de la escuela técnica 1, afirmó que "estamos en la era del conocimiento aplicado".

Chicos del secundario que hacen cohetes antigranizo, alumnos que ayudan a paleontólogos a recuperar fósiles, estudiantes que participan en un proyecto de la Nasa y envían una sonda a la estratósfera, son algunos de los grandes ejemplos que reflejan el vínculo cada vez más estrecho entre los jóvenes estudiantes y el mundo de la ciencia y la tecnología.
Se trata de una realidad que empezó a esparcirse de a poco en todas las regiones del país y que hoy es visible con nitidez en los establecimientos educativos locales.
Rubén Cacheiro, director de la Escuela de Educación Técnica Nº1 “Antonio Bermejo”, afirmó que “estamos en la era del conocimiento aplicado” y consideró que existe un campo fértil para que los estudiantes puedan llevar a cabo sus proyectos en las diferentes ferias de ciencias y en las olimpíadas de todo tipo.
“Las participaciones en este tipo de concursos han hecho que chicos de todos los niveles se involucren de una manera que cada año de va incrementando. Está bien que lo nuestro es convivir con la ciencia y la tecnología porque ese es un poco el espíritu de nuestra institución, pero ahora se han sumado alumnos y alumnas de otras escuelas que presentan sus trabajos y empiezan a investigar. Es realmente importantísimo que eso ocurra porque es la parte que la educación necesita, cuando volcamos esos conocimientos a nuestras prácticas cotidianas”, indicó el docente juninense.   

Estrategias para iniciar a los chicos en el mundo de las ciencias
Las innovaciones que desarrollan en la escuela técnica Otto Krause o los proyectos que encara la Escuela Secundaria 4 de La Matanza pueden verse como casos aislados. En tanto, desde el Estado, se asegura que es necesario que los chicos sean incluidos al mundo de la ciencia y la tecnología.
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, es categórico al respecto: “En unas décadas, no muchas más, la mitad de las tareas que sean rutinarias, reiterativas, van a ser automatizadas, y es imperioso que los chicos de ahora sean los que programen a los robots y no que sean desplazados por los robots en un futuro”.
Con el propósito de aumentar la cantidad de tecnólogos en el país, el ministerio de Ciencia promueve iniciativas como Robótica para educar, la cual consiste en distribuir kits en las escuelas para que los chicos armen robots y los programen. En una segunda etapa, que se iniciará pronto, también podrán realizar drones.
Ya se han entregado kits en barrios de la Capital Federal, en varias localidades del Conurbano bonaerense y en la provincia de San Juan. “Está demostrado que es fundamental una iniciación temprana, que los chicos se familiaricen con este tipo de actividades cuando tienen los máximos niveles de curiosidad y antes de que desarrollen la creencia de que la ciencia no está al alcance de ellos”, afirmó Barañao a la Agencia CTyS.
Asimismo, con el objetivo de elevar el nivel de la enseñanza de la ciencia en las escuelas, surgió en 2008 el programa "Los científicos van a las escuelas", destinado a que los investigadores interactúen principalmente con los docentes.
“Al haber más escuelas y alumnos que científicos en el país, los investigadores entran en contacto con los docentes y así es posible multiplicar los resultados”, observó la doctora Vera Brudny, coordinadora del Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación de la cartera de Ciencia.
Según las necesidades de la escuela, se plantean proyectos y los investigadores brindan su experiencia, que puede favorecer a la puesta a punto de un laboratorio o a plantear diferentes actividades científicas con los chicos, por ejemplo.

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