Pablo e Íñigo

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En comunicación política se denomina framing al hecho de seleccionar aspectos de la realidad y hacerlos más salientes en la comunicación, para promover una definición concreta, una interpretación causal, una evaluación moral, o una recomendación de tratamiento, de un problema. La palabra en sí quiere decir enmarcar, y enmarcar es lo que hace muy bien Podemos en su comunicación.

Ya hemos hablado aquí en varias ocasiones de cómo Podemos son los mejores manejando el mensaje en política, esa cosa de la que se acuerdan los votantes cuando están delante de la mesa llena de papeletas. Su mensaje original postulaba que todos los demás son "la casta", con todo el poder de fuego que da el posicionarte frente a otros, porque ellos te hacen el trabajo. Su mensaje ahora es que buscan un gobierno de "progreso", pero no les dejan - de nuevo posicionándose frente al enemigo, que no les deja hacer lo que aparentemente, según su retórica, todo el mundo quiere que hagan. Este mensaje está ahora aderezado con palabras como "amor" y "bonito", que revelan la pretendida bondad de su proyecto. El framing en el caso de Podemos consiste entonces en posicionarse como radicalmente diferentes a los demás, siempre. Con sus mensajes hablados, con su estilo en el Congreso de reunión de calimochos en el césped de la facultad el día antes de las vacaciones, y con su decisión de vestirse de rebajas de hipermercado. No son una elección diferente, son una elección contra lo establecido.

Los medios juegan un papel esencial en el framing, al destacar un aspecto u otro de la realidad. En el caso de Podemos, es interesante darse cuenta de cómo el mensaje de "la casta" era repetido continuamente en los comienzos de Podemos, y no solo por los medios, sino también por sus adversarios, que les hacían el juego sin caer en la cuenta. También es llamativo que nadie se refiera a Podemos como un partido comunista, que este siglo ya vende bastante poco, sino como un partido surgido de un movimiento, o un partido radical, o incluso un "fringe party" en los medios anglosajones. Y ahora es divertido ver cómo Pablo Iglesias e Íñigo Errejón no son Iglesias y Errejón, sino Pablo e Íñigo. Verás muy pocos medios que hablen de ellos por sus apellidos, aportando con cada mención al nombre de pila un grado más a su posicionamiento de políticos diferentes de "la casta". Incluso el PSOE cae en la trampa, y Pedro Sánchez y Antonio Hernando hablan de cómo no han podido reunirse "con Pablo".

Los gobiernos comunistas manejan tres esencias para mantener el poder. De la primera, el control absoluto en la selección del personal de la administración, hemos vistoesta semana una demostración excelente de cómo se hace, con la destitución fulminante de Sergio Pascual. La segunda es el control absoluto del ejército desde la política, de lo que también hemos tenido una píldora en Barcelona con Ada Colau en el Salón de la Enseñanza. Y la tercera es el manejo de la propaganda. En el caso de Podemos, de momento la propaganda está siguiendo las pautas del manual.

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