Los cuerpos de origen netamente volcánico
están distribuidos en tres subsistemas
acuíferos
fracturados
y
porosos
denominados: Colima, Tiribí y Poás. Cada
uno está constituido por un acuífero
fracturado (lávico o piroclástico): Intracañón,
Avalancha Ardiente y San Pedro; así como
un acuitardo poroso tipo piroclástico: Sarchí,
Rosales y Tacares; respectivamente. Por
otro lado, el Acuífero Achiote (sedimentos
aluviales y laháricos), es una unidad porosa
de menor importancia, tanto a nivel local
como regional.
Se ha correlacionado el sistema acuífero
secundario Colima con la Formación Colima,
asimismo; el sistema acuífero secundario
Tiribí con la Formación Tiribí y el sistema
acuífero secundario Poás, con los materiales
de la Formación Andesita Poás; por otro
lado, el acuífero Achiote con la unidad de
Depósitos Recientes.
El acuífero Achiote es superficial (promedio
<5 mbns y hasta 20 mbns), libre, sin
cobertura de tobas o suelo (excepto algunos
lahares), de muy baja producción y se
restringe casi exclusivamente al sector medio
del área de estudio. El acuífero Intracañón es
el más profundo (50 mbns o mayores),
semiconfinado
a
confinado;
con
trasmisividades de 500 a 907,8 m2/d y
abarca la zona media y sur. Los acuíferos
Poás y Avalancha Ardiente se pueden
considerar someros o de profundidades
intermedias (promedio: 20 mbns), son
predominantemente
semiconfinados
y
abarcan casi todo el cantón occidental de
Grecia. Tanto el acuífero San Pedro como el
acuífero Avalancha Ardiente presentan un
comportamiento libre cuando afloran parcial
o totalmente; o por otro lado, confinado
cuando tienen una gruesa capa de
materiales que los sobreyacen. El acuífero
San Pedro presenta trasmisividades de 10-
600 m2/d y el acuífero Avalancha Ardiente un
promedio de 1,35 a 4,45 m2/d hasta un
máximo de 48,7 m2/d.
Las unidades hidrogeológicas de mayor
producción son los acuíferos fracturados
Intracañón, Avalancha Ardiente y San Pedro;
los cuales están siendo explotados por
medio de pozos de extracción, captación de
manantiales y tomas de agua de tramos de
ríos efluentes. Estos acuíferos son
actualmente y en con mayor razón en un
futuro las fuentes de abastecimiento público
del cantón occidental de Grecia, e incluso de
otras localidades aledañas.
Los manantiales de mayor caudal (80-140
l/s), que han sido correlacionados con las
lavas del acuífero Intracañón son: el campo
de nacientes Rosales, Ojo de Agua, Fuente
Amelia, Fuente Patal y Los Chorros. Las
nacientes correlacionadas con las ignimbritas
del acuífero Avalancha Ardiente (30-40 l/s),
son: El Trapiche, Salguero y Río Sarchí. Las
asociadas a las lavas del acuífero San Pedro
(10-17 l/s): Gladys1, Naciente 23, Baro 2,
Marlene Henderson 1, Santa Gertrudis 2, La
Arena 1, Naciente 24, El quinto, Luis Alberto,
Calle Porvenir y La Cueva. Existen otras con
caudales menores que son aprovechadas
principalmente para riego y uso doméstico.
Las propiedades físicas de todas las rocas
en el sitio de estudio están controladas por
inconformidades o discontinuidades, pliegues
y fallas, por lo cual tienen sus variaciones
laterales y verticales. Las estructuras
geológicas y la disposición de las unidades
de roca afectan en diferentes grados la
recarga y descarga de los acuíferos, pero el
sistema ha acoplado su patrón de flujo a
estos rasgos y el agua subterránea se
mueve por lo general con gradientes
hidráulicos uniformemente bajos, desde las
partes altas hasta el límite sur de la zona
estudiada (dirección predominante NE-SW).
Las líneas isopotenciales, tienen rumbo
preferencial NW-SE y tienden a juntarse en
las zonas con más incidencia de fracturas o
alineamientos relacionados con fallas o
estructuras geológicas importantes. También
convergen donde existe una alta
concentración de pozos y/o nacientes
(aprovechados para el riego y el
abastecimiento para consumo), estos sitios
coinciden con algunos de los centros
distritales de población.
Las líneas de flujo del agua subterránea,
tienen dirección preferencial NE-SW y tienen
dos tendencias: cerca de las trazas de falla,
fracturas o alineamientos geológicos, unas
flechas van desde las trazas y otras hacia
ellas. Esto coincide con la dirección del flujo
en las inmediaciones de los drenajes
principales: una es desde los colectores
primarios de la red hídrica y otra es hacia los
cauces de estos; la variación tiene que ver
con los tramos influentes o efluentes de los
ríos, respectivamente.
Lo anterior es importante, ya que tiene
incidencia directa respecto al tema de
contaminación de acuíferos, bajo el supuesto
de que si se somete el sistema a una carga
contaminante (dependiendo del tipo y
cantidad), ésta se comportará como un flujo
advectivo o no y así se moverá con el agua
siguiendo la dirección de flujo preferencial o
por otro lado, se acumulará.
Calidad físico-química del agua