Cincuenta artistas brasileños o afincados en Brasil presentan desde este martes en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) sus reflexiones y sentimientos respecto a un país que va más allá de la visión occidental basada en el carnaval, el fútbol y las playas.

La exposición 'Gigante por naturaleza', patrocinada por la CAM y que podrá visitarse hasta el 17 de julio, reúne unas sesenta obras, que guiadas por algo tan particular de Brasil como es "el ritmo", abarcan desde los años 40 del siglo XX hasta la actualidad a través de pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones o vídeos.

"Cuando uno piensa en Brasil lo hace en el carnaval y el fútbol, pero antes del carnaval, que existe en muchos países, hay un ritmo: la samba, que es genuínamente brasileña y que forma parte de este país", ha asegurado en rueda de prensa Wilson Lázaro, uno de los comisarios de la muestra.

Ese ritmo es el que marca el recorrido de esta muestra, en la que se pueden contemplar creaciones de Artur Barrio (Premio Velázquez 2011), Pedro Varela, Adriana Varejao, Bispo do Rosario, Ernesto Nieto, Volpi, Guignard, Anna María Maiolino, Ivan Serpa, Ivens Machado, Lygia Clark, Hélio Oiticica o José Mediros, entre otros.

El 'corazón' de Brasil

Junto con el ritmo, el corazón es el eje de este recorrido por el arte brasileño debido a su analogía con la orografía de Brasil, por su color rojo como expresión de intensidad, por un sentido físico de generador de vida, y como idea del impulso de la creación de los artistas.

Con esta exposición se pretende "huir de los prejuicios" y superar "la mirada poco profunda" que se tiene en Europa respecto al arte brasileño, así como la visión tradicional que sobre este país mantiene la cultura occidental, según el también comisario Rafael Gil.

Por ello, además del carnaval, el fútbol o el mar, la muestra aborda la fe, más como una actitud de culto que en referencia a una religión concreta, y dentro de ella, el culto al cuerpo instalado en el país sudamericano, así como la arquitectura, convertida en otro rasgo característico de esta región de la mano de Óscar Niemeyer o Lucio Costa.

La forma de concebir la línea, el volumen y el espacio por parte de estos artistas, que se distinguen por un trazo limpio, elegante y sencillo, ha marcado lo que los comisarios de la exposición consideran "el gesto del ritmo", que ha sido percibido por otros muchos artistas para trasladarlo a sus creaciones.

La evolución del arte carioca

"Gigante por la propia naturaleza" es una frase del himno nacional de Brasil, que en opinión de los comisarios resume dos de las grandes fortalezas brasileñas: "Su extraordinaria magnitud física y la potente presencia de la naturaleza en todo orden de la vida cotidiana".

Un mapa de Brasil hecho con cristales rotos, realizado por Ivens Machado en 1979 durante la dictadura militar, recibe al espectador, y desvela también un arte comprometido política y socialmente, que refleja "el descompás" existente entre el campo y la ciudad, el norte y el sur y el centro y la periferia.

La directora del IVAM, Consuelo Císcar, ha destacado que a través de esta exposición se puede ver cómo ha evolucionado el arte brasileño en estas últimas décadas, y ha afirmado que "si primero fue la economía el motor que propició esperanza a esta región, ahora le toca a las artes manifestar toda su fuerza".