Las balas volvieron a sonar en la ciudad entre la noche del jueves y la madrugada de ayer, acabando con la buena racha de seis días sin muertes violentas.
Las víctimas: Yoiner Barrios Pérez y Óscar Miguel Rivera Martínez, de 21 y 28 años. El primero fue asesinado en el barrio Luis Carlos Galán, mientras que Óscar pereció en el Hospital Universitario del Caribe.
Con sevicia
La primera muerte ocurrió en Luis Carlos Galán. En la manzana “D” de ese barrio vivía Yoiner. Su familia dicen que no tenía trabajo y que tampoco estudiaba, pero que ocasionalmente realizaba labores de albañilería. El jueves en la noche, se reunió con unos amigos en la cancha de microfútbol que está junto a la vía principal del barrio. Se sentó en un muro y se recostó a una de las mallas laterales que protege el campo deportivo.
Eran las 8:20 p.m. A esa hora apareció en ese lugar un joven, que vestía un suéter y una bermuda. Sigilosamente se fue por la parte de atrás de donde estaba Yoiner y le disparó a través de la malla metálica. “Primero se acercó y le dio dos balazos en la espalda. Los que estaban cerca empezaron a correr y ahí el pelao metió la pistola por los espacios de la malla y le dio cuatro balazos más a su víctima, quien se fue resbalando por el muro en el que estaba sentado, hasta quedar tendido en el piso de la cancha”, relató un testigo.
El asesino huyó a pie hacia el barrio Sucre, mientras que al herido lo llevaron sus parientes a la Clínica El Bosque. Allí murió a las 9 de la noche, cuarenta minutos después que lo balearan. La Policía indicó que el móvil del crimen es motivo de investigación y que hay un indiciado. Parientes de la víctima aseguran que conocen al asesino, pero no revelaron qué fue lo que motivó el asesinato.
Dos versiones
Unas horas después, a la 1 de la madrugada de ayer, murió Óscar Miguel Rivera, a quien llamaban ‘el Mudo’ por la discapacidad auditiva que tenía. Residía en la calle La Antena del sector Foco Rojo, en Olaya Herrera. Sus parientes reconocen que hace un tiempo hizo parte de la pandilla ‘los Tanconeros’, en Olaya, pero aseveran que se alejó de esas andanzas. “Hace unos meses un policía le dio un balazo en el abdomen y el lunes tenía una cita médica porque lo iban a operar. Óscar ya no era pandillero, pero aún así los policías no lo podían ver porque lo perseguían”, relató Elizabeth Martínez, madre de Óscar.
La mujer contó que el jueves en la noche, Óscar, el cuarto de sus siete hijos, salió a visitar a una hermana en la calle La Villa, en el mismo barrio. Elizabeth indicó que Óscar decidió regresar a su casa, pero que cuando caminaba, presuntamente, fue perseguido por un policía, quien le habría disparado varias veces.
El motivo se desconoce, pero aunque Elizabeth dice que policías llevaron a Óscar en una patrulla al Hospital Universitario del Caribe, donde murió instantes después, la Policía Metropolitana de Cartagena señaló que al lugar fue llevado con un balazo en un glúteo por un taxista, quien luego partió y lo dejó solo, sin decir quién o por qué lo había baleado. El hecho es materia de investigación y la Policía señaló que Rivera tenía anotaciones judiciales por hurto y porte o tráfico de estupefacientes.
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