Alfredo Jalife-Rahme

Osama el bueno y Osama el malo

EN LA ETAPA del utópico "neoimperio texano petrolero" resulta inevitable contaminarse con sus subproductos lingüísticos maniqueos. Resalta que el mismo yemenita-saudita Osama Bin Laden, según los hechos de la vida real, se ha dividido en dos personalidades: a) Osama "el bueno", quien opera en los Balcanes y en Chechenia, en realidad en todo el Transcáucaso, de acuerdo con los intereses geoestratégicos de Estados Unidos que calcan, al estilo fraudulento de las fotocopias de Xerox, la vieja geografía del "imperio otomano" y que aparentemente ignoran los "10 grandes" de los medios de comunicación masivos y las "cuatro grandes empresas publicitarias".

Y B) OSAMA "el malo", archiconocido en el corredor Afganistán-Pakistán-Cachemira y en otros 60 países muy bien monitoreados por aquellos que "no ven" a Osama "el bueno", en quien nos centraremos exclusivamente.

CUANDO FUE APRESADO el ex presidente de la "Gran Serbia", Slobodan Milosevic (quien pagó el mismo pecado del general Manuel Noriega en Panamá: colaborar con Daddy Bush para ser luego soltado a las fieras con máscaras penales), fue interesante que haya señalado que Osama Bin Laden, el mandamás de la trasnacional islámica Al-Qaeda, había estado en Kosovo al lado de los albano-kosovares islámicos, apoyados conjuntamente por Estados Unidos y Turquía.

PASAMOS POR ALTO los antecedentes históricos de colaboración de Osama -en ese entonces el "super-bueno"- con el nepotismo dinástico de la familia Bush y su papel como operario predilecto de la CIA en la guerra de Afganistán contra la URSS. Desde luego que Osama no es un esquizofrénico: no padece de "desdoblamiento de la personalidad"; lo que se conoce, gracias a las filtraciones de los servicios secretos franceses (confirmado por Jane's, la influyente revista militar británica, lo cual equivale a la verdad absoluta), es que padece una enfermedad renal que requiere de diálisis y que en una ocasión (con mayor exactitud el año pasado, dos meses antes de los atentados del 11 de septiembre) necesitó de los cuidados intensivos del hospital estadunidense de Doha, donde fue visitado por el jefe de la estación de la CIA regional, según divulgó crudamente Le Figaro.

FUE INTERESANTE QUE en Insight, la revista partidaria de Baby Bush, en un artículo de Jamie Dettmer, se hayan develado los vínculos de Al-Qaeda en los Balcanes. Las autoridades de Macedonia, una república que se separó de la vieja Yugoslavia, han demostrado los "enlaces peligrosos" entre Al-Qaeda y los islámicos sunnitas (espero que nadie "se indigne" porque escribo "sunnitas islámicos": no existe otra herramienta lingüística para diferenciar los procederes de ciertas etnias) del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), que desea instaurar la irredentista "Gran Albania", la única república islámica de toda Europa. Las autoridades de Macedonia han informado a la CIA y a la FBI (¡qué candidez!) de las "relaciones de Al-Qaeda con los grupos nacionalistas militantes albanos en Kosovo, que se encuentra bajo protección de la ONU, y en Macedonia". ¿Qué nos quieren decir las autoridades de Macedonia a través de Insight: que la ONU fomenta el terrorismo y solapa a los presuntos autores de los atentados del 11 de septiembre?

EL COLUMNISTA DETTMER asevera que los grupos islámico-sunnitas albano-kosovares "se encuentran estrechamente alineados con los sindicatos del crimen organizado". ¡A poco! En la primavera, las autoridades de Macedonia comunicaron al Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en un reporte de 79 páginas con lujo de detalles (¿qué tanto tendrá?), "sobre la actividad de Al-Qaeda", específicamente de dos unidades que integran 370 mujaidines trasnacionales en la región de los Balcanes, con cuentas bancarias en Suiza y Alemania. ¿Serán tan indetectables como las cuentas y los cuentos de los "amigos de Fox y Zedillo" (y por lo que se ha visto, también "amigos de Woldenberg Karakowski y Jonathan Davis")? Tan fácil que puede ser la vida con sólo revelar las cuentas para que no cundan los cuentos.

ES PROBABLE QUE las autoridades macedonias sobredimensionen los vínculos de la trasnacional terrorista islámica Al-Qaeda con el ELK para llevar agua a su remolino. Dettmer revela que los servicios secretos "occidentales" (¿qué significa "occidental" a estas alturas?) admiten -además de lo consabido: la ayuda militar transislámica- que "decenas de combatientes del ELK fueron entrenados en los campos de Afganistán".

VIENE LO MEJOR: "Albania sigue sirviendo -nota: conste que se conjuga en presente- como centro de recaudación de fondos de Al-Qaeda" por medio de los "vínculos mafiosos del contrabando de armas, el tráfico de heroína -nota: procedente de Afganistán- y la prostitución". ¡Orale! Dettmer pretende ilustrarnos sobre lo que sabíamos desde hace mucho: "la mafia de Albania controla la mayor parte de la ruta del contrabando de narcóticos que corre por Turquía, Bulgaria, Albania, Kosovo y Macedonia". ¿Nadie los ve, ni los sofisticados satélites GPS (sistema de posicionamiento global) de Estados Unidos? ¿A tal grado llegó la "desregulación" globalizadora?

NO HACE MUCHO, la revista británica The Economist, que se adhirió al esquema del "nuevo imperio" de Baby Bush, exhibió que uno de los negocios detrás de la guerra de Afganistán radica en la exportación de heroína desde Afganistán (el primer productor global de opio) a Europa por medio, por un lado, de la mafia rusa y, por otro, de la indispensable red de Al-Qaeda en el Transcáucaso y los Balcanes. El primer ministro británico Tony Blair, quien sabe demasiado de tales temas, confesó en la cumbre reciente del G-8 en Canadá que el negocio del narcotráfico de Afganistán producía alrededor de 50 mil millones de dólares anuales, cuando el devastado país a duras penas alcanza un PIB de 2 mil millones de dólares (¡25 veces menos que el importe del narcotráfico!) y al que se le escatiman unos miserables 2 mil millones para "reconstrucción". ¿No será más bien que, además del trayecto del gasoducto de UNOCAL ?la gasera estadunidense, que perfora también el "Hoyo de la Dona" en el Golfo de México?, uno de los verdaderos negocios colaterales encubiertos sea el control del opio para envenenar a los europeos?

MICHEL CHOSSUDOVSKY, el intrépido profesor de economía de la Universidad de Ottawa, se había atrevido antes que Dattmer a penetrar profundamente las cavernas de los avernos en un ensayo relevante sobre el Osamagate (globalresearch.ca, 9 de octubre de 2001): "La evidencia confirma ampliamente que la CIA nunca rompió sus vínculos con 'la red militante islámica'. Desde el fin de la guerra fría, los vínculos encubiertos de inteligencia no solamente fueron mantenidos, sino que se volvieron más sofisticados". ¡Pácatelas! Lo sorprendente es que no exista mucha variación entre el Osamagate y el patrón del Irán-contras, que vuelve a cobrar fervor gracias al cubano-estadunidense Otto Reich, uno de sus operarios inolvidables y hoy subsecretario "clandestino" para Latinoamérica (no cuenta ni contará con la aprobación del Congreso, que lo repudia por su pasado mafioso. ¿El cubano-estadunidense, hoy aliado de Castañeda Gutman, tendrá algo que ver con el "cártel de los Salazar"?)

ENTONCES, ¿ESTADOS UNIDOS propicia el terrorismo global? El 13 de diciembre de 2000, Frank Cilluffo, vicedirector del programa sobre crimen organizado global del Comité Judicial del Congreso estadunidense, atestiguó que "lo que ha sido ampliamente ocultado a la opinión pública (¡cómo!) es el hecho de que el ELK ?nota: superaliado de Estados Unidos contra los serbios? recauda parte de sus fondos de la venta de narcóticos. Albania y Kosovo se encuentran en el corazón de la "ruta de los Balcanes "que conecta el "Creciente de Oro" de Afganistán y Pakistán a los mercados de narcóticos de Europa. Esta ruta se estima que rinde 400 mil millones de dólares al año y maneja 80 por ciento de la heroína destinada a Europa". Se quedó cortó (10 veces menos) el premier británico Blair, quien seguramente tiene de contadores a la empresa Arthur Andersen. Michel Chossudovsky se burla del aserto absolutista de Blair cuando aseveró que poseía "evidencia absolutamente poderosa e incontrovertible de los vínculos de Osama con los sucesos del 11 de septiembre. Lo que Blair falla en mencionar es que las agencias del gobierno de Estados Unidos, incluida la CIA, continuan el respaldo a la Al-Qaeda de Osama Bin Laden". ¿Cómo puede ser Blair el único en haber visto las "evidencias" aparte del gobierno de Baby Bush? ¿No sería saludable para la democracia difundir al planeta entero las "evidencias" que solamente han visto Baby Bush y Tony Blair, para que cesen de importunarnos a cada rato con los insípidos videos de Osama y que en México promueve la hispano-estadunidense Ana María Salazar (¿se llevará alguna comisión?), una ex amazona del Pentágono a la que avala ciegamente su auxiliar Rafael Fernández de Castro, el inigualable director de relaciones internacionales (sic) del ITAM?

PARA REMATAR EL último clavo en el féretro de la desinformación del gobierno de Estados Unidos, le cedemos la palabra nada menos que a Ralf Mutschke, de la División de Inteligencia Criminal de la Interpol, en su testimonio ante el mismo Comité del Congreso, el mismo día de la comparecencia de Cilluffo: "El Departamento de Estado puso al ELK como una organización terrorista, al indicar que financiaba sus operaciones con dinero del tráfico internacional de heroína y de préstamos de países islámicos e individuos entre quienes se encontraba presuntamente Osama Bin Laden. Otro vínculo con Bin Laden es el hecho de que el hermano de un líder en la organización Jihad egipcia, y asimismo comandante militar de Osama Bin Laden, fue el mandamás de una unidad de elite del ELK durante el conflicto en Kosovo". Dejamos para cielos más propicios el abordaje de los vínculos entre Osama "el bueno" en el Transcáucaso (incluida Chechenia) y donde el sobrino de Zbigniew Brzesinski mantiene poderosos intereses petroleros. Y eso que todavía no abordamos el tema de la madre y una hermana de Osama (¿aquí será "el bueno", o "el malo"?) que se encuentran "albergadas" en Damasco, la capital siria. Just for the record.

De la ciberguerra a la guerra de redes (netwar)