José María Álvarez-Pallete y la gravitas

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José María Álvarez-Pallete es un gran comunicador digital, como prueba su cuenta de twitter. Y, además, no habla nada mal en público. Si hasta ahora es más fácil encontrarle en grabaciones de video en internet que a César Alierta, desde su nombramiento como presidente de Telefónica seguramente se prodigará más aún hablando.

No lo tiene demasiado difícil. César Alierta posiblemente sea de los comunicadores en público menos brillantes en el escenario directivo español. Aventuro que la razón es que no le importa. Con un grupo así detrás, no tienes que preocuparte tanto de tu forma de comunicar. Si fuera el fundador de una start-up, que depende de su capacidad de comunicar su idea para atraer inversiones y cerebros, la cosa sería muy diferente.

De acuerdo con el posicionamiento que tiene en Telefónica, y hacia donde apunta la compañía, en sus intervenciones Álvarez-Pallete se refiere a la necesidad de innovar y de revolución tecnológica, con profusión de datos que apoyan sus puntos. Puedes verlo aquí https://goo.gl/LSId9u, o aquí https://goo.gl/R3c6hI.  

¿Qué hace muy bien? Comunica con una gravitas impasible. Si le viera el Conde Duque de Olivares, le encantaría como modelo para Felipe IV, que en su primera época no daba demasiada importancia a lo que transmitía. Su inflexión vocal es firme y atractiva por la modulación continua del tono. La postura es poderosa, y se preocupa de mirar a toda la audiencia, aunque tal vez escaneando en vez de mirar a los ojos. Maneja bien la expresión del rostro, enfatizando continuamente lo que dice con el ceño, y con movimientos del cuello (en https://goo.gl/LSId9u, en 01.20, o en 02.59).

En esta grabación, fíjate en la diferencia de autoridad que transmite cuando no le ves de cuerpo entero, y cuando si le ves desde 00.55, jugando con sus manos en un gesto que le resta poder. Juega con ellas también aquí https://goo.gl/R3c6hI, por ejemplo en 00.17, o en 07.06. Cuando las deja funcionar, funcionan muy bien: https://goo.gl/opQv6F.

Hay otro punto en el que podría variar su estilo, aunque esto es posible que no les guste demasiado a los inversores. No sonríe nunca, lo que añade a su gravitas de monarca, pero lo que también le resta cercanía. Se puede ser firme y a la vez encantador hablando, como nos enseñó el hombre más poderoso del mundo en su momento, Ronald Reagan. Cuando hacía falta, hablaba sin media sonrisa: https://goo.gl/5jJ7qg. Pero en casi todas las ocasiones, sonreía sin parar: https://goo.gl/b2u7ms.

Seguro que vamos a ver más intervenciones del presidente de Telefónica desde abril. Desde el punto de vista de la comunicación en público, seguro que van a ser digitalmente y oratoriamente interesantes.

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