El consumo abusivo y crónico de alcohol produce daños en el cerebro que
modifican la estructura y la fisiología de sistemas neurológicos específicos.
Los daños son producidos por la acción tóxica directa del etanol y sus
metabolitos, y pueden verse aumentados por circunstancias personales de salud.
Uno de los efectos es la reducción del volumen del cerebro, afectando
más al hipocampo, el cerebelo o la corteza
prefrontal, áreas implicadas en procesos de memoria, coordinación motora, toma
de decisiones, fijación de objetivos futuros o la definición de estrategias.
ADOLESCENTES Y CONSUMO DE ALCOHOL
Según el Informe de la ENCUESTA ESTATAL SOBRE USO DE DROGAS EN
ESTUDIANTES DE ENSEÑANZAS SECUNDARIAS (Estudes 2014):
- El alcohol y el tabaco, seguidos del cannabis siguen siendo las drogas más consumidas por los estudiantes españoles. Le siguen, por este orden, hipnosedantes (con y sin receta), cocaína, éxtasis, alucinógenos, anfetaminas, inhalables volátiles y heroína, que se sitúa en último lugar.
- Porcentaje de estudiantes que han consumido sustancias en el último año:
- Alcohol: 81,9%
- Tabaco: 35,3%
- Cannabis: 26,6%
- ……
- El consumo de alcohol, tabaco e hipnosedantes está más extendido entre las chicas. Los chicos que consumen alcohol lo hacen de forma más intensa. El consumo del resto de sustancias está más extendido entre varones
- Porcentajes de consumidores de alcohol en el último año, por edades:
o 14 años: 63% han consumido alguna vez
o 16 años: 84%
- Edad media de inicio en el consumo de alcohol: 13,9 años
- El 83,9 por ciento de los estudiantes de entre 14 y 18 años ha probado alguna vez en la vida el alcohol. El 81,9% han consumido en el último año y el 74% ha consumido alcohol en el último mes.
- 6 de cada 10 estudiantes se ha emborrachado alguna vez, 5 de cada 10 lo hizo en el último año y 3 de cada 10 en el último mes. Desde 1994 se observa una tendencia global ascendente en la proporción de estudiantes que se han emborrachado en los últimos 30 días.
- Con 17 años, el 63%, casi dos tercios de los estudiantes, se han emborrachado en el último año.
- Las mujeres consumen alcohol en mayor proporción que los hombres, e incluso el porcentaje de chicas que se emborrachan es mayor que el de los chicos. Así, el 29,2% de las escolares de 14 años se han emborrachado alguna vez en el último año.
- El 43% de los estudiantes de 16 años y la mitad de los de 17 se han atracado de alcohol alguna vez en el último mes (5 o más copas en un corto espacio de tiempo).
- La encuesta incluye por primera vez una pregunta específica sobre el “botellón”. El 62% de los encuestados ha participado en uno al menos una vez en el último año y el 53,3% en el último mes. La encuesta también revela una relación directa entre el “botellón” y los atracones de alcohol. Los consumos intensivos (borracheras y atracón de alcohol) son más habituales entre los que “hacen botellón”. Lo mismo sucede con la relación entre el “botellón” y el consumo de otras drogas: los escolares que realizan “botellón” presentan una mayor prevalencia de consumo de cannabis y cocaína.
- El supermercado (61,8%), seguido de bares o pubs (57,7%) son los lugares donde con más frecuencia los escolares consiguen el alcohol, pese a que la venta a menores está prohibida. En cuanto al lugar donde lo consumen, 6 de cada 10 menores lo hacen en bares y pubs y 5 de cada 10, en discotecas, y el 57%, en espacios abiertos. Durante el fin de semana las bebidas que más se consumen son los combinados, la cerveza y el vino y, entre semana, la cerveza.
CEREBRO ADOLESCENTE
La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la edad
adulta que abarca, aproximadamente, la segunda década de vida (11 a 25 años
según la OMS). En esta etapa hay cambios de conducta (aumento de la interacción
social, toma de riesgos, etc) importantes para desarrollar habilidades
necesarias para una vida independiente y adulta, pero que pueden predisponerlos
para desarrollar conductas de riesgo.
En comparación con el adulto, el cerebro adolescente presenta una
región cortical prefontral más amplia, una mayor neurogénesis (formación de
células cerebrales nuevas), una intensa poda sináptica (desaparición de
conexiones neuronales poco utilizadas) y
una extensa reorganización en la acción de algunos sistemas de
neurotransmisores (glutamato, serotonina, dopamina, etc) en zonas concretas del
cerebro. Estos cambios afectan a zonas claves del cerebro para el aprendizaje,
la memoria, el procesamiento afectivo y las funciones ejecutivas (estructuras
límbicas , temporomediales y regiones prefrontales)
Durante la adolescencia se producen mejoras en procesos como la atención, la
velocidad de procesamiento o memoria, la flexibilidad cognitiva, el control
inhibitorio, la planificación o la toma de decisiones. Estas funciones que se
van consolidando en la adolescencia son más sensibles al consumo abusivo de
alcohol, que en el cerebro adulto.
El
alcohol, por tanto, podría alterar el neurodesarrollo adolescente y, de esta
forma, condicionar de forma significativa sus oportunidades futuras en el
ámbito educativo, laboral o social.
ALCOHOL Y RENDIMIENTO COGNITIVO EN LA ADOLESCENCIA
Los
adolescentes que practican el consumo abusivo discontinuo (fines de semana) de manera regular muestran un menor rendimiento neuropsicológico, en comparación con los no
consumidores o con consumidores no intensivos, en tareas que requieren atención
sostenida, memoria episódica (memoria relacionada
con sucesos autobiográficos -momentos, lugares, emociones asociadas y demás conocimientos
contextuales- que
pueden evocarse de forma explícita), memoria de trabajo (se
usa para el almacenamiento temporal de información y su manipulación)y otras en
las que participan funciones ejecutivas. También es frecuente que presenten alteraciones emocionales con más frecuencia y mayor
intensidad que los no bebedores.
ALCOHOL, FUNCIONES EJECUTIVAS Y MEMORIA ESPACIAL
Tomando una muestra de estudiantes universitarios se estudian los efectos del Binge drinking (consumo excesivo de
alcohol). Se considera tanto el hecho de consumir como el de no consumir, así
como el historial de consumo. Los resultados son los siguientes:
·
Los sujetos que consumen alcohol en gran cantidad
obtienen peores rendimientos en ambos tipos de pruebas (funciones ejecutivas y
memoria espacial) que los que no consumen e, incluso en algunas, peor que los
que consumen moderadamente.
·
Los que llevan tiempo bebiendo de modo regular
también obtienen peores resultados.
·
Parece haber una mayor afectación de las funciones
ejecutivas, luego parece que, a esas edades, los efectos del alcohol
repercuten más en la corteza prefontral que en el hipocampo.
Son componentes de las
funciones ejecutivas la MEMORIA DE TRABAJO (se usa para el almacenamiento
temporal de información y su manipulación), la PLANIFICACIÓN (nos ayuda a
establecer y ordenar las actividades tendentes a la consecución de objetivos
establecidos), la FLEXIBILIDAD (hace posible trasladar a nuevos contextos los
conocimientos adquiridos con anterioridad), la MONITORIZACIÓN ( hace referencia a la supervisión necesaria para la
ejecución del plan de acción establecido en la planificación de las acciones, conductas o
pensamientos encaminados al logro de una meta) y la INHIBICIÓN DE
CONDUCTAS (se refiere a la interrupción de alguna respuesta o secuencia de conductas, que anteriormente han sido automatizadas o aprendidas, para
resolver alguna tarea o acción)
ALCOHOL, PERSONALIDAD Y ACTIVIDAD PREFRONTAL
Los
resultados del estudio pusieron de
manifiesto que todos los estudiantes
consumidores de alcohol presentaban una sintomatología disejecutiva
significativamente mayor que los no consumidores. Es decir, su capacidad de
planificación, toma de decisiones, inhibición de respuesta o autocontrol era
menor que la de los abstemios.
Termino, como siempre, con una frase. En este caso de José Antonio Marina, filósofo y pensador:
"El 80% de los adolescentes no tiene ningún tipo de crisis. Es más, se divierten, se llevan bien con su familia y únicamente mantienen la pelea normal por ampliar los límites en la búsqueda de su independencia, algo que entra dentro de sus obligaciones evolutivas"
Termino, como siempre, con una frase. En este caso de José Antonio Marina, filósofo y pensador:
"El 80% de los adolescentes no tiene ningún tipo de crisis. Es más, se divierten, se llevan bien con su familia y únicamente mantienen la pelea normal por ampliar los límites en la búsqueda de su independencia, algo que entra dentro de sus obligaciones evolutivas"
José Antonio de la Hoz
Fuentes:
- http://www.msssi.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=3218
- Alcoholismo juvenil, daño cerebral y alteraciones del desarrollo. Luis miguel García Moreno – Departamento de Psicobiología – Universidad Complutense de Madrid
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