Las cornadas a toreros que han conmocionado al mundo en la última década

Saúl Jiménez Fortes y Fran Rivera han sido los últimos pero en la última década han ocurrido casos tan espeluznantes como el de Juan José Padilla o Julio Aparicio

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Imagen de la cornada que sufrió Julio Aparicio en Las Ventas el 21 de mayo de 2010 con la que el fotógrafo español Gustavo Cuevas, de la agencia EFE, ha conseguido el segundo premio, en la categoría de deporte, del certamen World Press Photo

Propias

Se temió por la vida de Fran Rivera , se sufre por el estado de salud de Saúl Jiménez Fortes . Dos toreros, el mismo destino... con una semana de diferencia. Ambos diestros fueron corneados. El primero, en el bajo vientre. El segundo, en pleno cuello cuando estaba de rodillas recibiendo con el capote a su primer toro. No han sido los primeros, ni serán los últimos.

La última década del toreo nos ha dejado imágenes escalofriantes. Desde Juan José Padilla a Julio Aparicio pasando por Sergio Aguilar o Israel Lancho. Torear es un trabajo de riesgo tanto para el torero como para el astado.

En 2010, el experimentado Julio Aparicio resbaló mientras realizaba su faena en la plaza de las Ventas de Madrid, en plena feria de San Isidro. En frente tenía a Opíparo, un jabonero (cubierto de piel de color crema) de 530 kilos de la ganadería de Juan Pedro Domecq.

El animal no desaprovechó la oportunidad. Dio media vuelta, atacó y atravesó el cuello de Aparicio con el asta mientras este gateaba hacia atrás intentando escapar. La escena fue espeluznante, sobre todo cuando empezó a brotar la sangre. Más cincuenta días y tres operaciones necesitó el sevillano para recuperarse.

Pocos meses después del incidente de Aparicio, Sergio Aguilar repitió una escena similar. En la plaza de toros de Bilbao, con su segundo toro de la tarde, el diestro recibió una cornada en el cuello. El torero madrileño respiraba bien, movía la lengua e incluso podía hablar, según el parte médico. Pero tuvo que ser operado de urgencia porque el pitón, que entró por el maxilar llegando hasta el paladar, le causó "importantes y serios destrozos".

La cogida a Israel Lancho en 2009 también fue espeluznante. El diestro de Badajoz salvó la vida de milagro en Las Ventas cuando el cuerno derecho del toro se le clavó en el hemitóraz izquierdo llegando incluso hasta el pulmón. "La cornada ha sido para haberle hecho muchísimos más destrozos, e incluso haberle partido el corazón", reconocía el doctor Máximo García Padrós.

Miguel Abellán entraba a matar a su primer toro de la tarde en Las Ventas el 11 de junio de 2011 cuando fue herido por un pitonazo seco que le atravesó la mejilla. El madrileño sangró abundantemente sobre el ruedo, sufrió una conmoción cerebral y perdió varios dientes.

En México estaba el torero José Tomás en abril de 2010 cuando recibió una cornada que penetró unos 10 centímetros en la pierna izquierda, justo por debajo de la ingle, en plena feria de San Marcos de Aguascalientes. El diestro necesitó la transfusión de 19 bolsas de plasma porque la herida le afectó a la safena, a la femoral y a la ilíaca.

Juan José Padilla estaba saliendo tras colocar un par de banderillas cuando tropezó y el astado de la ganadería de Ana Romero le enganchó la cara con el pitón en el coso de la Misericordia de Zaragoza. Era el 7 de octubre de 2011 y el torero de Jerez de la Frontera perdió el ojo izquierdo.

Fernando Cruz fue corneado y zarandeado durante varios segundos por un toro en 2012 durante el festejo extraordinario del día de La Paloma en la plaza de toros de Las Ventas. El matador madrileño recibió una herida de unos 20 centímetros en sentido vertical en el abdomen y otra en la parte superior del muslo derecho.



El torero mexicano Arturo Macías quedó herido "muy grave" en la corrida de toros celebrada en 2010 en el Puerto de Santa María (Cádiz) cuando entraba a matar al quinto toro de Buenavista. El golpe de pitón le afectó el pulmón y el tórax.



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