La participación de Colombia en la Copa Mundo de fútbol de salón en Bielorrusia sirvió para ratificar que el país es potencia en fútbol de salón, “porque tiene calidad, continuidad e inversiones”, reconoció Mario Giménez, presidente de la Confederación Suramericana.
Gracias al proceso liderado por el estratega Jaime Cuervo, el compromiso de una generación valorada en el exterior por su estilo de juego y liderada por John Pinilla (considerado el mejor del mundo por los expertos del micro), la Selección se convirtió en la segunda nación en alcanzar tres coronas en la historia del campeonato igualando a Paraguay.
Colombia fue el referente del Mundial con sus seis victorias (incluyendo el 4-0 de la final ante Paraguay al que también le ganó el título en 2011 por 8-2).
Anatoly Smal, entrenador de Rusia, referente del micro en el Viejo Continente, resaltó “su buen manejo, movilidad, efectividad y superioridad sobre los rivales”. Eso se dio, resalta Jaime Cuervo, al compromiso de todos los jugadores con el deporte y el país.
“El microfútbol es un deporte que va a dos finales seguidas y eso es récord, más ahora en Europa donde demostramos el poder, la fuerza y la jerarquía gracias a que planificamos bien”, resaltó Manuel Sánchez, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol de Salón.
Así cerca de tres jugadores tengan incierta su continuidad en el equipo por la edad (John Pinilla, John Celis y Andrés Murillo) la renovación es constante. Atrás vienen, según el asistente Viviano Mena, jóvenes como Diego Castillo, Dimas Rodríguez, Cristopher Martínez y Felipe Echavarría. “Este deporte es hecho y criado en las calles de los barrios, donde más de millón y medio de personas lo practican y se identifican con él porque es incluyente”.
Para intervenir en la edición 11 del Mundial la dirigencia tuvo que hacer un préstamo bancario, pues la delegación apenas contó con el apoyo de Joma (indumentaria), el Comité Olímpico Colombiano (prometió los tiquetes) y Coldeportes.
Mario Giménez puso a Colombia “como el ejemplo a seguir”. Esos reconocimientos también se fundamentan en los títulos del Mundial de 2011, el Suramericano y los Juegos Mundiales de 2014, situación que le hace pensar al orientador Cuervo que hay cuerda para rato “porque el micro nacional habla con trabajo, calidad y títulos”.
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