Córdoba sigue ocupando uno de los primeros lugares en muertes maternas en el país.
El último caso reportado fue el de Mayerlin Marimón Boto, una joven de 24 años de edad, quien murió en la clínica de Montería.
De acuerdo con lo señalado por los familiares de la víctima, ella había ido en dos oportunidades a la urgencia de la IPS que presta sus servicios a EPS Salud Total, a la que estaba afiliada, indicando que no se sentía bien.
Sin embargo, en las dos oportunidades fue devuelta sin hacer mayores pesquisas médicas que permitieran establecer un diagnóstico acertado.
En la tercera oportunidad Mayerlin decidió nuevamente ir a la sala de urgencia indicando que tenía mucho dolor y ante la reincidencia de sus visitas decidieron internarla.
EN MALAS CONDICIONES
Uno de los exámenes autorizados fue la ecografía en la cual se pudo observar que el embarazo de 26 semanas de gestación no estaba en óptimas condiciones porque había sufrimiento fetal y pérdida del líquido amniótico.
De inmediato fue llevada a cirugía y le hicieron cesárea. Sin embargo, el bebé está en delicado estado en la unidad de cuidados intensivos.
Horas después de la intervención quirúrgica, una auxiliar de enfermería encontró a la joven madre desmayada y de inmediato activó los protocolos para salvarle la vida.
Le hicieron labores de reanimación y luego la llevaron de nuevo a cirugía, donde le practicaron una histerectomía total, es decir, le sacaron el útero para tratar de salvarla.
A los familiares les explicaron que había sufrido un shock hipovolémico, que es una afección de emergencia en la cual hay una pérdida severa de sangre y líquido que hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo.
Al terminar la cirugía fue recluida en la unidad de cuidados intensivos donde finalmente murió por un paro cardíaco, pese a que los médicos tardaron aproximadamente 40 minutos haciendo maniobras de reanimación.
Familiares de la embarazada fallecida, quienes residen en el barrio Mocarí de Montería, indicaron que habían fallado los controles porque Mayerlin siempre tuvo la presión alta y durante el tiempo del embarazo permaneció hinchada sin que le hubieran prestado mayor atención a ese síntoma clínico porque los exámenes arrojaban que ella no era una paciente con preeclampsia.
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