Mauricio Tolmasquim, presidente de la Sociedad de Investigación de Energía, dijo que el país sudamericano debe expandir el uso de la energía eólica en medio de un descenso de los costes. Brasil dejará en el limbo sus planes para instalar nuevas centrales nucleares debido a preocupaciones de seguridad surgidas tras la fuga radiactiva ocurrida en 2011 en la central nuclear de Fukushima en Japón, dijo el jefe de la agencia de planificación energética del Gobierno. En materia nuclear, el funcionario sostuvo que es “poco probable” que el Gobierno mantenga sus planes de construir cuatro nuevas centrales nucleares para el año 2030 para satisfacer la creciente demanda de electricidad del gigante sudamericano. Tolmasquim se negó a especificar la cifra de centrales que podrían ser construidas en su lugar. Los dichos de Tolmasquim, que son parte de una amplia evaluación de los planes estratégicos a largo plazo de Brasil para la generación de electricidad, dan muestra de las continúas dudas globales respecto a la energía nuclear, más de dos años después de que un terremoto y un posterior tsunami provocaran un grave accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima. “Después de Japón, las cosas (sobre las centrales nucleares) se pusieron en espera”, dijo Tolmasquim en una entrevista con Reuters. “No los hemos abandonado (los planes )… pero no se han reanudado todavía tampoco. No es una prioridad para nosotros en este momento”, agregó. Brasil no ha comenzado el proceso de licitación para unas instalaciones que según lo proyectado se esperaba que estuvieran terminadas en 2030. El país sudamericano sigue siendo un lugar relativamente atractivo para la energía nuclear, dijo Tolmasquim, ya que es una de las pocas naciones que poseen todos los elementos naturales necesarios para su producción. Brasil cuenta con dos centrales nucleares que operan en Río de Janeiro y en la actualidad está construyendo una tercera, que debiese estar trabajando en 2018. Después de registrar un robusto crecimiento económico en la última década, Brasil se encuentra analizando nuevas fuentes de electricidad de bajo precio, fiables y limpias. Su red de energía actualmente basa en las presas hidroeléctricas que cubren el 75 por ciento de sus necesidades de electricidad. Eso tiene claros beneficios ambientales pero también ha dejado a Brasil vulnerable a ocasionales sequías. Tolmasquim, quien era un alto asesor de Rousseff cuando la actual mandataria era ministra de Energía en la década pasada, ve un potencial especial para la expansión de la energía eólica gracias a la creciente competencia y los avances tecnológicos que provocaron un descenso en los precios. “Este es el momento de la energía eólica”, sostuvo. “Ha habido una revolución en términos de coste”, agregó. Varias empresas eólicas extranjeras están invirtiendo en el sector eólico de Brasil, entre ellas la italiana Enel Green Power, la estadounidense General Electric, la francesa Alstom y la española Gamesa Corporación Tecnológica.

Eólica mundial, con 371GW, por delante de la energía nuclear

REVE

Ya hay más potencia eólica que nuclear en el mundo. Ese es uno de los datos clave del último boletín eólico de EurObserv’ER, informe según el cual el mundo añadió en 2014 a su parque eólico global 52.000 megavatios, lo que sitúa la potencia eólica total acumulada a finales de ese año en 371.200 MW.

Menos de dos décadas han sido precisas para que las tecnologías de aprovechamiento de la energía eólica se hayan convertido en lo que son: tecnologías estrella de generación limpia de electricidad.
Apenas veinte años que contrastan con los casi sesenta de historia nuclear, seis décadas, en fin, a lo largo de las cuales tres accidentes se han instituido en hitos clave para la comprensión de esta historia: Three Mile Island, Chernóbil y Fukushima.
El último de ellos ha acarreado como consecuencia la paralización de todo el parque nuclear japonés, el segundo más importante del mundo, solo por detrás del francés.