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26 de abril de 2015

7 razones por las cuales Israel es líder mundial en cyber seguridad.



Israel siempre ha sido considerado como una de las grandes potencias mundiales en temas de seguridad. Vivir en un barrio como el medio oriente no deja otra alternativa y lo cierto es que con el paso del tiempo, Israel también se ha convertido en líder en seguridad en lo que a tecnología se refiere. Hoy, Israel lidera un nuevo y ferviente campo en seguridad: la seguridad en temas de IT o cyber seguridad.

Internet, las grandes redes de datos, publicas y privadas, bases de datos, servidores, sitios web y todo lo que hay en el medio, son blanco constante de ataques maliciosos. Estos ataques tienen fines económicos, terroristas, o mixtos, y la realidad es que son un peligro cada vez más inminente y cada vez más grave, ya que todas las actividades críticas y sensibles de nuestras economías, salud, gobierno y demás están basadas en sistemas informáticos.

Hace un par de días, tuvimos la posibilidad de asistir a uno de los eventos más importantes en temas de ciber seguridad que se realizan en Israel. Allí vimos cosas realmente sorprendentes, que hoy pasaremos a enumerar y con el correr del tiempo contaremos con más detalle. Y no era para menos, estuvimos sentados y conversando con algunos de los más astutos y conocedores personajes del mundo de la seguridad informática.

Uno de ellos se presentaba así: “me llamo Shmuel, y me dedico a crear aplicaciones para seguridad informática, eso durante el día, durante la noche me dedico a hackearlas” refiriéndose a sus propias aplicaciones claro está.

A continuación una breve listado de porque consideramos que Israel lidera también, lo que hoy se ha dado a llamar: “ciber seguridad” para ello recorreremos algunas de las conferencias que tuvimos la oportunidad de presenciar.


1- Que es lo primero que escuchas en una conferencia?


En general cuando uno llega a un congreso, o conferencia el primer mensaje del moderador es “por favor apagar sus teléfonos celulares o pasarlos a modos de silencio”, cierto?

Aquí fue un poco diferente: “a todos los presentes, tenemos wifi gratis en las instalaciones del edificio, POR FAVOR no hay necesidad de hackearla, tengan en cuentas que ningún hotel nos quiere albergar porque terminan con sus redes internas destrozadas :)”

Fue una nota de humor pero nos venía a preparar para entender en qué ambiente nos encontrábamos.


2- “Porque es que los inversores están tan entusiasmados en poner su dinero en startups de ciber seguridad”.


La primera conferencia trato este tema. Es que es impresionante la cantidad de dinero que se está invirtiendo en este tipo de empresas y hay buenas razones para ello. El número de empresas en este campo no para de crecer, y recientemente se ha inaugurado un parque tecnológico dedicado 100% a este tipo de empresas, mas alla de las que ya existen en otros puntos del país. Y si, conseguir dinero (y mucho) no es un problema para quien puede demostrar que tiene una gran idea y es capaz de llevarla adelante.


3- IBM acaba de pagar al menos USD 800 Millones de dólares por Trusteer.


Aun no les hemos contado en detalle sobre esto, pero IBM a quien no le falta capacidad de desarrollo, acaba de pagar más de 800 Millones por una empresa de ciber seguridad. Amit, el CTO de Trusteer, con quien tuvimos el gusto de conversar más en profundidad, conto en su presentación como es que los “hackers” y otros delincuentes roban de las cuentas de banco con una facilidad que les haría pensar dos veces si usar internet para manejar cuentas bancarias. Lo más interesante fue el recorrido que Amit nos hizo por las “soluciones” que los bancos desarrollaron a lo largo del tiempo, invirtiendo millones de dólares, y como en cuestión de poco tiempo, los ciber delincuentes, burlaron estos métodos con una facilidad insoportable.


4- Cuantos más usuarios, más atractivo eres para los hackers.


Otra charla que nos llegó más de cerca, apunto a los sistemas de contenido como el que usamos en LatamIsrael. Ver de cerca la cantidad de gente que los usa para sitios y aplicaciones web, y ver de cerca los altos porcentajes de grietas de seguridad que tienen no nos dejó muy tranquilos, pero nos alienta a cuidarnos más y prestar más atención. Es que claro está, un sistema que sea usado masivamente y contenga vulnerabilidades es un “dulce” para un hacker que con poco esfuerzo obtiene resultados masivos.


5- Una jovencita nos dejó con la boca abierta.


Fuimos testigos de algo realmente impresionante. Todos sabemos que es peligroso entrar a sitios “no recomendables”, con contenidos dudosos, y que es aún más peligroso abrir archivos que nos envían por correo electrónico, o incluso abrir correos electrónicos de remitentes que no conocemos.

Pero Anat, nos hizo una demostración de cómo es posible “inyectar código malicioso” en nuestra computadora, incluso haciendo que “la víctima” entre a ciertos sitios totalmente seguros como por ejemplo en Google o Yahoo. En algún momento les contaremos más sobre esto, y como funciona, (sin entrar en detalles técnicos que nosotros tampoco entendemos). Por ahora no se preocupen, es seguro usar Google o Yahoo, aunque … los riesgos allí están.


6- Israel crea una infraestructura global para ciber defensa.


Particularmente interesante resulto escuchar de primera mano, a una representante de la oficina nacional de ciber defensa, organismo recientemente creado y dependiente de la oficina del Primer Ministro del Estado de Israel. Esta oficina, tiene como objetivo planificar y crear la estructura nacional de ciber defensa. Esto significa que Israel ha decidido que la ciber defensa es un asunto de carácter de Estado. Algo que para nada es trivial, porque pensémoslo un poco: por que habría de preocuparse y “ocuparse” el gobierno de que un grupo de adolescentes en Kiev, decidan atacar el sitio web del supermercado de la esquina de mi casa?

La respuesta es un poco más compleja que este simple ejemplo, y si bien el gobierno podría haber decidido que cada empresa o ente o institución en el país, se ocupara de este asunto, contratando en el mercado la o las soluciones que mejor le sirvan, ha decidido crear un “gran paraguas” de protección de datos que en forma global protegerá a todos los sistemas de datos del país.

Todo esto dicho en forma muy genérica, ya que estrictamente pueda no ser del todo exacto, pero es un lineamiento general del cual ya les contaremos en el futuro.


7- El postre: estas seguro que quieres seguir usando tu teléfono inteligente?


Una live-demo, de cómo un hacker (no demasiado sofisticado) puede hacerse con el control total de tu teléfono inteligente (sin que siquiera te enteres) fue el cierre de un día por demás interesante.

Un campo llamativamente interesante se abre a los temas de ciber seguridad en especial para empresas cuyos empleados tienen a su vez acceso a información y sistemas críticos y confidenciales y a su vez utilizan teléfonos inteligentes, ya que tan inteligentes no parecieron ser luego de esta demostración.

Basta un click no apropiado para que un completo extraño, tenga acceso a tu agenda, fotos, pueda escuchar y grabar tus llamadas, tu Skype, sacar datos y contraseñas, mirar todo lo que tú ves utilizando las cámaras de tu celular, e incluso saber exactamente donde te encuentras utilizando tu GPS.

Estas son solo algunas de las actividades, (de las menos sofisticadas) que tu teléfono inteligente le ofrece a quien ponga como objetivo tu teléfono o el de tus empleados.

Esta fue solo una brevísima reseña de lo que está pasando hoy en día en el campo de la seguridad informática, y expertos israelíes están creando las más innovadoras tecnologías para protegernos de los peligros asociados. Iremos contándoles más en próximas entregas.



Referencia:Latam Israel
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Por qué los árabes detestan a Hezbolá





Por Jaled Abu Toameh


Hasán Nasrala, líder de Hezbolá, protegido y socio de Irán en Oriente Medio, parece estar conduciendo al pueblo libanés a una nueva catástrofe.

En 2006 Nasrala inició una guerra contra Israel que sembró el caos entre los libaneses tras una emboscada tendida por Hezbolá en territorio israelí en la que murieron dos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) y otros dos fueron secuestrados.

Ahora, los libaneses están a punto de pagar otro elevado precio, esta vez a causa de la implicación de Nasrala en la guerra civil siria y de sus enérgicas condenas a Arabia Saudí y otros países árabes por el conflicto del Yemen.

Durante un discurso pronunciado en Beirut el pasado viernes, el líder de Hezbolá condenó la agresión contra el Yemen encabezada por los saudíes. “Es nuestro deber humano, yihadista y religioso adoptar esta postura, y todos los hijos de esta nación deben reconsiderar sus responsabilidades y adoptar la postura apropiada”, afirmó. “Ni la intimidación ni las amenazas evitarán que sigamos manifestando nuestra condena a la agresión contra el Yemen. El verdadero objetivo de la guerra es restaurar la hegemonía saudí-estadounidense sobre el Yemen”.

El verdadero motivo por el que Nasrala se ha manifestado en contra de los ataques aéreos sobre el Yemen realizados por la coalición encabezada por los saudíes es que está preocupado por la suerte de los huzis respaldados por Irán, que pretenden hacerse con el control del país. En realidad, el dirigente de Hezbolá tiene buenos motivos para preocuparse. Una derrota de los huzis se consideraría también una derrota de Hezbolá y de Irán. Como principal títere de la República Islámica en Oriente Medio (junto al sirio Bashar al Asad), Nasrala quiere que Teherán se haga con el control de la mayoría de los países árabes.

El libanés parece decidido a conseguir ese objetivo cueste lo que cueste. No le importa que sus compatriotas paguen un alto precio por su alianza con Irán.

Sus ataques contra Arabia Saudí y sus aliados han despertado el temor de que los libaneses residentes en el Golfo sean los primeros en pagar ese precio.

Eso es justo lo que les sucedió a los palestinos que apoyaron la invasión de Kuwait por Sadam Husein en 1990. Tras la liberación del emirato, éste y otros países del Golfo expulsaron a cientos de miles de palestinos que vivían y trabajaban allí.

Ahora, gracias a las políticas y declaraciones públicas de Nasrala, los libaneses residentes en el Golfo podrían correr esa misma suerte.

El líder druso libanés Walid Jumblat se preguntaba:

¿A dónde quiere llevar Nasrala al Líbano y a los libaneses con esos discursos contra Arabia Saudí, llenos de tensión? ¿Ha tenido en cuenta las consecuencias que tendrán sus palabras en las vidas de los cerca de 50.000 libaneses que viven en Arabia Saudí? El tono insensato de Nasrala no resulta nada beneficioso.
Jumblat no ha sido el único político libanés que ha manifestado su preocupación por el exaltado discurso de Nasrala contra Arabia Saudí y sus aliados.

El ministro de Justicia libanés, Ashraf Rifi, dijo que Nasrala debería sentirse “avergonzado” por sus ataques contra Arabia Saudí, “que ha apoyado a las instituciones estatales libanesas y no ha financiado a ningún bando o secta, ni ha creado milicias”. Rifi describió a Hezbolá como un “mero instrumento” de Irán que “se sacrifica a sí mismo y a los suyos por un proyecto [iraní] fallido. (…) Hezbolá está convirtiendo el Líbano en una sala de operaciones para expandir la hegemonía iraní”.

El ministro de Exteriores del Líbano, Gebran Basil, advirtió de que su país podría precipitarse en el caos si sus poderes políticos apostaban por potencias extranjeras enfrentadas y traían al Líbano conflictos regionales.

“No tenemos derecho a apostar por potencias extranjeras ni a atraer conflictos que superan al Líbano y que el país no puede manejar”, afirmó Basil. Y añadió, refiriéndose a Hezbolá:

Si un grupo, partido o secta sigue queriendo intentarlo tras el fracaso de todas las experiencias anteriores, someteremos a nuestro pueblo y a nuestro país a una amenaza existencial.
Cuando el ministro libanés habla del “fracaso de experiencias anteriores”, se refiere, evidentemente, a las guerras contra Israel a las que Hezbolá condujo al Líbano.

El exprimer ministro libanés Saad Hariri dijo que el discurso de Nasrala contra la coalición encabezada por Arabia Saudí en el Yemen era “gemir y llorar”. Afirmó que el dirigente del movimiento chií seguía los pasos del Líder Supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, al adoptar esa creatividad para “la falsificación, la interpretación errónea, el engaño, la demostración de fuerza y la movilización sectaria”. Afirmó que Hezbolá “está ansioso por rescatar al régimen [sirio] de Bashar al Asad y por ayudar a los iraníes a infiltrarse en el Yemen y a interferir en los asuntos árabes”.

La presentadora de televisión libanesa Hanadi Zaidan acusaba a Nasrala de trabajar en pro de los intereses iraníes y en contra de su patria:

Hezbolá y su secretario general [Nasrala] son los únicos que nadan contra la corriente árabe y libanesa al declarar su fidelidad ciega a las aves de las tinieblas iraníes. Su labor [de Nasrala] consiste en llevar a la práctica los planes iraníes contra el Estado libanés.
La presentadora añadió que la coalición de Estados árabes en el Yemen había pillado a Nasrala y a sus “amos iraníes” con la guardia baja.

A juzgar por las reacciones de los comentaristas saudíes y de otros países del Golfo, está claro que Nasrala ya ha logrado causar daños graves e irreversibles a las relaciones del Líbano con el mundo árabe de mayoría suní.

Esos comentaristas, cuyos puntos de vista reflejan las opiniones de sus Gobiernos, han empleado palabras muy duras para criticar a Nasrala; algunos de ellos lo han llamado “desquiciado” e “ingrato”.

El teniente general Dahi Jalfan Tamim, Subdirector General de la Policía y de la Seguridad General de Dubai, dijo que Nasrala era un idiota:

Un amigo me cuenta que Nasralat [el apodo que emplea Tamim para referirse a Nasrala] ha dicho que la injerencia iraní en el Yemen es como la de una organización de caridad… ¡Menudo idiota!
Tarik al Hamid, un destacado editor y analista político saudí, afirma que tanto Irán como Hezbolá “han perdido la cabeza” como consecuencia de los ataques aéreos de la coalición saudí contra las milicias huzis respaldadas por los iraníes en el Yemen.

Al Hamid señalaba que Irán y Hezbolá estaban frustrados ante los duros golpes sufridos por sus aliados en el Yemen:

Esperaban que el control huzi del Yemen reforzara la moral de sus seguidores, que están frustrados por lo que les está ocurriendo en Siria. Todos los locos de la región atacan ahora a Arabia Saudí, ¿Qué diferencia hay entre Hezbolá y Al Qaeda? ¿Y entre Irán y el Estado Islámico? La respuesta es simple: todos están tratando de afianzarse en la frontera con Arabia Saudí.
Un bloguero saudí se dirigía así al líder de Hezbolá:

Tendrá que pagar el precio por el crimen que cometió contra el Líbano en 2006, cuando destruyó el país con sus insensatas actuaciones. Todo lo que pretendía entonces era lograr el apoyo de todos los árabes y musulmanes que pudiera mediante sus sucias artes.
Otro bloguero escribía:

Es hora de que los países árabes detengan al terrorista Nasrala y lo lleven a juicio por sus injerencias en los asuntos del Yemen y por sus crímenes contra Siria, así como por traicionar a su país, el Líbano.
Nasrala y su grupo terrorista, Hezbolá, están ahora más aislados que nunca en el mundo árabe. Hasta hace sólo unos años, el dirigente era considerado un héroe del mundo árabe por su lucha contra Israel.

Pero ahora muchos árabes parecen haber abierto los ojos a la realidad: Nasrala no es más que una marioneta de Irán, cuyo único objetivo es servir a sus amos de Teherán. Naturalmente, esto es una buena noticia para los árabes y musulmanes moderados de la región. Pero queda por ver si Estados Unidos y otras potencias occidentales abrirán también los ojos y se darán cuenta de que Irán y sus peones suponen una verdadera amenaza no sólo para Israel, sino para muchos árabes y musulmanes.

Referencia:El Medio
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Historia a través de los ojos de un superviviente del Holocausto





Rina Perla Zakay tenía tan sólo diez años cuando la Segunda Guerra Mundial estalló y la vida que conocía terminó abruptamente. Después de la guerra, emigró a Israel sóla y luchó por la independencia del Estado de Israel. Formó una familia y 70 años después del Holocausto, es la orgullosa abuela de tres nietos que sirven en el ejército israelí.

En honor al Día del Recuerdo del Holocausto nos cuenta su conmovedora historia de valentía y supervivencia.

Mi nombre es Rina Perla Zakay. Tengo 86 años. Nací el 5 de agosto de 1929 en Lvov, entonces parte de Polonia y hoy es parte de Ucrania. Mis padres eran jóvenes cuando nací y era hija única. Mi padre, Asher Fisch, era un peletero como toda su familia y era dueño, junto con su hermano, de las dos tiendas más grandes de piel en Polonia y los dos hermanos tenían buenas relaciones comerciales internacionales. Mi madre, Bronia, me tuvo cuando tenía 21 años y dedicó su vida a mí. Las mujeres de su clase tenían la costumbre de contratar niñeras para cuidar a sus hijos, pero mi madre, que me adoraba, no dejaba que nadie me cuide. Mis padres eran gente intelectual, inteligentes y muy musicales. Mi padre tocaba el violín y mi madre tocaba el piano. Vivíamos en un edificio de dos pisos con mi tío, su esposa y sus hijos, mis primos, que tenían edades cercanas a la mía. Tengo gratos recuerdos de jugar con ellos, aprender a andar en bicicleta con ellos, y de estar constantemente rodeado por mi familia.

Fui a una reconocida escuela en Polonia, el Gymnasium Hebreo, donde estudiaban niños desde el preescolar hasta la escuela secundaria. Esta escuela era sólo para niños judíos, así que la mayoría de los amigos que tenía eran judíos. Allí aprendí hebreo, celebré fiestas judías y canté canciones judías.



Rina con sus padres


Mis padres eran muy sionista e inculcaron ese valor en mí. El país estaba todavía muy lejos su establecimiento, pero anhelaba y planeaba ya desde chiquita emigrar al asentamiento judío en Palestina.

En mi niñez, no estaba expuesta a muchos actos de antisemitismo ya que vivía una vida privilegiada. Mi familia se integró muy bien en la sociedad polaca. Mi padre hizo varios negocios con la aristocracia polaca y estábamos financieramente seguros y es por eso que cuando empezamos a oír rumores de la invasión alemana no nos importó. No teníamos planes de huir de Polonia, nos sentimos seguros y sentíamos que verdaderamente pertenecíamos.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial

Yo tenía sólo diez años de edad cuando estalló la guerra el 1 de septiembre de 1939. Inicialmente, para mí, la guerra fue sólo una pelea entre los rusos y los alemanes. Pero los rusos conquistaron Lvov y la vida que yo conocía se terminó para siempre. Nos echaron de nuestra casa y se apoderaron de todo lo que teníamos: las dos tiendas de mi familia y nuestra propiedad. Nos mudamos a un apartamento más pequeño cerca de la familia de mi madre. Luego, los rusos arrestaron a mi abuelo y él fue enviado a prisión.

En mi escuela judía, se prohibió hablar la lengua hebrea. Durante los primeros meses de la guerra, continué estudiando en la escuela, pero ésta se cerró cuando los alemanes conquistaron Lvov. Mis padres y yo empezamos a buscar un escondite.De repente, leyes antisemitas se crearon y ya no se podía evadir el anti semitismo en las calles.

Empezamos a movernos de un escondite a otro, viviendo de esta manera varios meses. Cuando los alemanes comenzaron a planificar la construcción de un ghetto en Lvov, mi padre consiguió un lugar para alojarnos en uno de los apartamentos dentro del ghetto. Mis padres, mi abuelo y yo vivimos en una habitación de un pequeño apartamento, que compartimos con otras familias. Mi abuelo y yo rara vez salimos del departamento. Mi padre fue elegido para trabajar durante el día en una fábrica donde se fabricaban artículos para el ejército alemán. Los alemanes solían realizar búsquedas para intentar encontrar aquellas personas mayores de edad en la clandestinidad y matarlos. Recuerdo aquella vez que estaba sola en el departamento con mi abuelo y llegaron los alemanes y yo arrastré a mi abuelo al armario y bloquee con mi propio cuerpo la puerta. Yo le salvé la vida esa vez, pero no por mucho tiempo. Eventualmente los alemanes lo golpearon hasta la muerte en la calle.

Después de eso, mi padre logró sacarme del apartamento y entregarme a un par de polacos que eran sus conocidos. Eran una pareja sin hijos y me imposte como su sobrina. Mi padre me hizo un certificado falso con el nombre de una chica polaca que no vivía allí y nadie sabía la verdad a excepción de mi padre, la pareja y yo.

Mi padre también organizó un escape para mi madre. Los alemanes enviaban a los polacos a trabajar en trabajos forzados y mi padre forjó un certificado polaco para mi madre (tanto ella como yo teníamos una apariencia muy polaca, con pelo rubio y ojos verdes). Ella fue a la casa donde me estaba quedando para despedirse de mí. Cuando nos separamos, ella ni siquiera me dejó llamarla “mamá” porque estaba tan aterrada y aterrorizado. Esa fue la última vez que dije ‘mamá’.

Mi madre se escapó y mi padre se unió a unos pocos judíos en la fábrica donde trabajaba que planeaban un escape. Fui a su lugar de trabajo para decir adiós ya que el no podía caminar libremente por temor a ser reconocido y detenido. Esa fue la última vez que lo vi. Unas pocas frases me dijo mientras nos separamos. Estas están grabadas en mi corazón: “Tú eres una princesa. Tu tiara está colocada firmemente sobre tu cabeza, e incluso si usted tiene que limpiar escaleras y baños, la tiara no se caerá de la cabeza, siempre se quedará mi princesa. Por la mañana, cuando te paras delante del espejo y te cepillas los dientes, si usted no tiene ningún problema con la persona que ve en la reflexión, entonces está bien. Así es como se debe vivir, con los valores que se inculcan en usted en su casa, que amamantó del pecho de su madre”. El grupo al que se unió huyó y cruzó al lado ruso.

La extradición y prisión

Cuando nos separamos volví a mis llamado “tíos” y mientras caminaba por la calle, la hija del ama de llaves, una chica ucraniana, me reconoció. Siempre he tenido alguna especie de joya conmigo y le dije: “Yo te voy a dar todo lo que tengo, sólo déjame ir”. Ella se rió y dijo que iba a llamar a su hermano, que estaba en la milicia ucraniana, y así fue. Me investigaron toda la noche. Le dije a mi investigador que los documentos de identidad no eran míos. Afirmé que viví con esa pareja y que la mujer era mi tía, y que ella no es judía pero yo lo soy. Le dije que encontré los papeles dentro de una maleta que había robado en un tren. Yo no quería traicionar a la pareja que me ayudó. Llamaron a la mujer y la investigaron también. Le preguntaron si ella era mi tía. Ella mintió y dijo que ella no me conocía. Yo no contradije su mentira. A partir de ese momento, me aseguré de mantener mi integridad, incluso en los momentos más horrorosos. Nunca perdí mi humanidad. El investigador me dijo: “Usted acaba de salvarle la vida a esa mujer. Se suponía que debía obtener una sentencia de muerte por ocultar un judío, pero yo no quería su sangre en mis manos”. A ella le dijo: “Usted se puede ir, esta libre. Esta judía acaba de salvar su vida”.

De allí me llevaron al Gestapo. Mientras caminaba me acordé de la pastilla que me había dado mi padre para tragar en caso de que algo devastador llegara a suceder y que no pudiera seguir adelante. Durante la caminata al Gestapo decidí que no importa; yo iba a sobrevivir. Me dije: “Mis padres están en algún lugar, ahí fuera, y están vivos. Escaparon con el fin de sobrevivir y lo harán. No puedo suicidarme y dejarlos solos”.

Me llevaron a las oficinas del Gestapo en Lvov y tuve que dar mis datos personales: nombre, el nombre de mis padres, donde vivía. No declaré mi verdadero apellido porque sabía que era conocido por la empresa de mi padre, así que me identifiqué con un apellido diferente. Me llevaron al sótano y me colocaron con un grupo de un centenar de mujeres judías. Yo era la más joven. Dormía en el suelo de cemento, me daban un plato de sopa por día. Yo era considerada una criminal ya que le dije a la milicia ucraniana que robé mis papeles y por eso constantemente me llevaban a investigaciones en las que me severamente golpeaban. Durante una de esas investigaciones, me caí y me dieron una patada directamente a la mandíbula, que resultó dislocada. Me arrastraron de vuelta al sótano y luego, ocurrió un milagro. Un oficial alemán de las SS, que era probablemente un médico, me vio en el suelo y entró. Estaba seguro de que me iba a matar, porque quien yacía en el suelo le disparaban de inmediato. Pero él entró, me cogió la cara entre las manos y devolvió mi mandíbula a su lugar. Hasta hoy recuerdo el tremendo dolor que sentí. En realidad me salvó la vida, porque si alguien me hubiera visto con una lesión tan grave, me hubieran matado inmediatamente. Así viví durante meses: estába sentada allí todo el día, a la espera de ser asesinada.

El campo de concentración Janowska

A menudo, prisioneros del Gestapo eran enviados en un transporte a un lugar llamado “La montaña de arena”, un pozo que tenía el mismo propósito que otros pozos de matanza, con una clara diferencia: en vez de disparar a la gente que luego caían al pozo, los alemanes empujaban a los judíos hacia la ‘La Montaña de Arena’ y luego la llenaban con cal y cubrían el hoyo, dejando a la gente en el interior ahogados. Sabíamos que nos iban a llevar allí. Nos trasladaron con un camión de carga y entre nosotros había un montón de chicas jóvenes que estaban dispuestas a salvarse a cualquier precio. Juntas decidimos saltar del camión. Habían rumores que para llegar a la ‘Montaña de Arena’, el camión tendría que hacer un giro brusco a la derecha. A último momento, vi que el camión no iba a girar a la derecha así que decidí no saltar. Esa fue la única vez en la historia que un transporte no llegó a su destino previsto. Giramos a la izquierda en su lugar y llegamos a Janowska.

El campamento se dividía en dos. Un lado era un campo de trabajo, donde sabía que mi tía Gusta y su marido se alojaban. El otro lado era donde estaban los criminales y nadie salió con vida de ese lado del campamento. Ahí me llevaron. Los presos vivían en barracas de madera, con aproximadamente un centenar de personas en el interior de cada barraca. Cada día nos llevaban a ser contados y de allí a trabajar. Mi trabajo consistía en cavar canales que ayudaban a preservar las papas y otros cultivos de los agricultores polacos durante el invierno. El oficial que pasaba entre nosotros, los trabajadores, y si no le gustaba uno de nosotros, él lo disparaba. Ese era su juego.

En mi cuartel había una pequeña ventana enrejada y la gente llegaba allí con el fin de hablar con aquellos del otro lado del campo y obtener información. Fuí a la ventana y grité el nombre de mi tía una y otra vez y dije: “Dile que estoy aquí.” Llegó mi tía y ella envió a su marido a buscarme. El me llevó cuando el oficial de la SS estaba contando a los presos y afirmó que se me necesitaba para el trabajo en el otro lado del campo. Él me llevó al campo y me puso en el interior de un pozo, donde tuve que esconderme y esperar a mi tío 24 horas sin agua, comida, luz y casi sin aire. Después de 24 horas, vino a buscarme. Pasé algún tiempo con él y mi tía. Luego de un breve período en el que tanto ellos como el resto del grupo de sus trabajadores me ocultaron, se dieron cuenta de que me plantea una amenaza para sus vidas porque los alemanes podrían darse cuenta de que me estaban escondiendo allí. Mi suerte fue que en Janowska las personas no estaban tatuados con números en los brazos y así es como nunca nadie se enteró que estaba allí.

El escape de Janowska

El campo de concentración Janowska estaba situado en el medio de la ciudad y habían casas que conectaban el campamento con el mundo exterior. Mi tía conocía a un hombre polaco que estaba en la resistencia. Vivía en una de esas casas, en las afueras de Janowska. El aceptó que me llevaran allí. Luego, él me llevó a la estación de tren y me proporcionó con un nuevo certificado bajo el mismo nombre falso que mi padre me había dado en los primeros documentos falsos. En ese entonces tenía 12 años de edad pero yo estaba maquillada y parecía mucho más grande que mi edad real y así fue como adopté una nueva identidad. Me bajé en la estación que me habían indicado y caminé hacia el bosque, donde encontré una cabina. La cabina era de un Volksdeutsche y su esposa polaca. Les dije que yo era una chica polaca cuyos padres huyeron de Polonia al estallar la guerra y que ahora me quedé huérfana y no tenía lugar para quedarme. Ellos aceptaron que me quedara allí.

Un día al caminar por la zona encontré un convento. Las monjas del lugar eran también enfermeras que cuidaban a los enfermos y empecé a ir allí a diario y a ayudar a las monjas con su trabajo. Fue allí donde me di cuenta que quería ser enfermera. Me vestía como una monja, con una gran cruz de madera colgada de mi cuello y aprendí cómo emular todas sus acciones: Oré, fui a la iglesia, fui a dar confesión, y a través de ellos, aprendí cómo ser auxiliar de enfermería. Así viví siete meses. En la cabina también me enseñaron a montar caballos, hacer las tareas del hogar y batir la mantequilla. Viví la vida de un campesino y de una monja. Después de un tiempo, los dueños de la cabina comenzaron a sospechar que era un impostora y que tenía una conexión con la resistencia polaca. Comprendí que tenía que volverme a escapar. Una mañana, me fui de la cabina como cualquier otro día y en vez de ir al convento, me quité el traje de monja y me vestí con mi ropa vieja. Caminé desde el bosque hasta la estación de tren y con el dinero que me quedaba compré un billete de tren a Varsovia.

La vida en el ghetto de Varsovia

Mi otra tía, la hermana de mi madre, vivía en el gueto de Varsovia. Sabía su dirección y caminé hasta allí. Llegué al lugar hambrienta y exhausta. Finalmente la encontré. Ella me dijo que toda nuestra familia murió y que mi abuelo había sido enviado a Auschwitz. Luego dijo: “Tenemos que sobrevivir, al menos para dar testimonio.” Ella aún no sabía nada de la muerte de mis padres. Después de varios meses allí, logré conectarme con la resistencia polaca. El famoso levantamiento del gueto de Varsovia había comenzado y decidí unirme a la lucha. Me enseñaron cómo usar un arma y participé en un entrenamiento. Fue catastrófico: la lucha en las calles, las casas quemando. Cuando los alemanes llegaron a poner un fin al levantamiento, estaba en camino a visitar algunos heridos que se encontraban en un hospital improvisado. Justo después que me fui, los alemanes capturaron la barricada donde hasta hace unos instantes yo había estado luchando, y así es como me escapé de otra muerte cierta. Los alemanes también capturaron el hospital. Permanecí en el hospital como enfermera. Los alemanes lucharon con los polacos, mientras que los rusos esperaban para entrar en la batalla. El Levantamiento de Varsovia se terminó, y los alemanes bombardearon el gueto, destruyendolo totalmente. Después de eso, mi hospital se trasladó a Cracovia.

La vida en la calle

El hospital fue reubicado a cracovia, en un campo de trabajos forzados. Yo continué trabajando en la clínica como enfermera. Tenía 13 años, pero mentía que tenía 20. La guerra continuaba, todos a mi alrededor eran polacos y estaban bajo la impresión de que yo también era polaca. Nos quedamos allí hasta que Cracovia fue conquistada. Los alemanes y los polacos escaparon y yo me vi forzada a vivir en la calle.

Dormía en las entradas de las casas y comía lo que lograba encontrar en las basuras hasta que encontré una especie de orfanato para niños y adolescentes. Dormía en el suelo y todo lo que tenía era la ropa que llevaba puesta, pero tenía un lugar para alojarme y finalmente otros niños con quien estar.

El escape de Polonia

Hacia el final de la guerra, vivir en las calles era caótico y terrible: personas eran asesinadas por todos lados, golpeadas o violadas. Decidí esconderme y empecé a buscar a otros judíos. Yo no sabía cracovian bien ya que había pasado la mayor parte del tiempo en el hospital dentro del campo de trabajo, pero eso no me detuvo. Me puse a buscar judíos y encontré un par de partisanos que lucharon en el bosque con los rusos. Me dieron una dirección y me dijeron que había una reunión de judíos que planeaban escapar de Polonia. Llegué al lugar de reunión y había mucha gente. Todos estaban en parejas y tríos, pero yo estaba completamente sola. El grupo planeaba llegar a Israel. Miré a mi alrededor y comprendí que había llegado por fin al lugar correcto. Dos días más tarde nos encontramos en la estación de tren antes del amanecer y nos colamos en un camión de carga de animales, y así es como logramos salir de Polonia. Al salir del territorio polaco, abrimos las ventanas y miramos hacia afuera. Por fin, estábamos a salvo. Nuestro destino era Italia. Fuimos en coche por Rumania y Hungría y finalmente llegamos a Italia. Cumplí 15 años al llegar allí. Estuvimos en un campo de refugiados, pero después de un tiempo los italianos desmontaron el campo de refugiados y les dijeron a todos volver a sus respectivos países de origen. Estaba agotada y no podía soportarlo más. Me dije: “Hasta aquí llegue, estoy cansada de huir. Yo no voy a volver a Polonia”. Pesaba 40 kg, estaba gravemente enferma, tenía piojos y estaba en muy mal estado. Un extraño hombre llegó al campamento y buscó a personas de Lvov, Polonia. Al parecer, fue enviado por un hombre que hizo negocios con mi padre. Yo fui evacuada en ambulancia a la casa de una señora, quien me cuido y ayudo a mejorar. Comencé a vivir. Viví un año en Italia.

Retrato de Rina en Italia


La Aliyah y el comienzo de la vida en Israel

En Italia, logré comunicarme con mi tía que vivía en Israel, nos mandamos cartas y empecé a planear como llegar a Israel. Conocí a un comandante de una compañía de conductores del ejército británico que se encontraban en la zona. Él era un judío polaco que ya había emigrado a Israel y sugirió que nos casamos ficticiamente para que yo pudiera emigrar a Israel como la esposa de un soldado que vuelve a casa de la guerra. Nos casamos y en 1947 vine a Israel en un barco con todas las esposas de los soldados que fueron liberadas de la guerra. Primero viajamos en un barco a Ismailia, Egipto, y desde allí en tren a Jerusalén. El tren pasó por Rehovot, que era donde vivía mi tía. Yo le había escrito una carta a mi tía y le había dicho que iba a venir a Israel. Finalmente, nos reunimos en la estación de tren de Rehovot. Al principio, me quedé con ella y luego viajé a Jerusalén para ver a mi tío, hermano de mi padre, que también había sobrevivido. Era tan extraño caminar por las calles y estar rodeada por judíos. Cumplí 16 años un mes después que llegue a Israel. Me aclimatice y aprendí hebreo, pero no podía ir a la escuela porque tenía que trabajar para poder mantenerme. Vivía en la Casa de Pioneros en Jerusalén y trabajaba en la sala de pediatría tratando bebés prematuros. Después de un tiempo decidí mudarme a Tel Aviv, donde tuve todo tipo de trabajos.

Alistamiento en el Palmaj, luchar en la Guerra de la Independencia y encontrar el amor

En 1947 estalló la Guerra de la Independencia y yo quería participar en la lucha por mi país. Tuve que ser aceptada en una organización clandestina, porque todavía no existía el ejército israelí. Fui a la oficina de reclutamiento y me alisté en la “Haganá”. Me enviaron a un entrenamiento en el norte de Israel, en Degania. Hice muchas de las cosas que los soldados de las Fuerzas de Defensa hacen en el entrenamiento básico: aprendí el rastreo militar y cómo utilizar un arma. Mientras estaba en el entrenamiento me lesioné y decidieron mis comandantes liberarme de la “Haganá”. Yo no estaba de acuerdo en ser liberada del ejército. Arranqué el documento de liberación y traté de ser reincorporada. Me enteré que el “Palmaj” estaba haciendo reclutamientos y traté de ser aceptada. Me preguntaron cuál era mi profesión y dije que era una enfermera. Me convertí en una enfermera de combate y me mandaron al Negev (sur de Israel). Yo sabía que iba a sobrevivir: ya había pasado por todo en mi corta vida, nada podía desafiarme. Llegamos a Nir-Am, donde estaba la sede del Palmaj. Hice de todo: cocinaba para los soldados, limpiaba, ayudaba a construir las tiendas de campaña y me encargue de los heridos. No le tenía miedo a nada. Estaba tan emocionada de finalmente estar entre judíos. Sentía que todos eran mis hermanos y hermanas.


Rina sosteniendo un arma durante su tiempo en el Palmaj
La guerra continuaba y me convertí en la enfermera de combate la Brigada del Negev. Yo me unía a los soldados en el terreno y me hacía cargo de ellos. Por la noche, ellos volvían del terreno y venían a sentarse conmigo en el hospital, a tomar un café y a descansar. Rápidamente me hice amigo de todos ellos. Un día, un soldado se acercó a mí y me dijo: “Usted tiene que unirse a todos nosotros y venir a esta hoguera que estamos teniendo.” Ese soldado era un conductor de Hummers en el Noveno Batallón. Acepte ir con él. Estábamos sentados alrededor de la hoguera cuando un chico que estaba sentado a mi lado puso su mano en mi plato y tomó de mi comida. Saque su mano de mi plato y comencé a reprenderlo. Le dije: “¿Qué clase de comportamiento es ese? ¿Dónde están tus modales?” Él respondió: “De Tel Aviv, donde nací y crecí”. Con el tiempo, ese ladrón de comida, Akiva, fue la persona con la que me case. Él me cortejó y aunque era mayor que yo, nos llevamos muy bien. Él venía a la clínica y me visitaba constantemente. Los soldados Palmach solían no bañarse y eran descuidados con su apariencia, pero Akiva estaba siempre limpio, afeitado y duchado. Era un hombre tan impresionante. Después de que lo conocí, yo no podía mirar a nadie más. Lo amaba tanto. Lo sigo haciendo, hasta el día de hoy.

Rina y Akiva

Durante la Guerra de la Independencia, la Brigada del Negev fue atacada en numerosas operaciones. Durante una de las operación, camino a Beer Sheva tuvimos que pasar por un lugar llamado Irak Suwaidan. Este lugar estaba bajo el asedio de la policía de Irak Suwaidan y en el pasado, ocho veces intentaron en vano las tropas israelíes conquistarlo. De allí nos fuimos a lo que luego se convertiría en el kibutz Ruchama. Yo sabía que el noveno batallón estaba allí, en el terreno, y fui allí a ver si podía lograr ver a Akiva. Cuando llegué allí no lo reconocí ya que estaba cubierto de hollín y sucio después de varios días de combate. Lo abracé, puse mis brazos alrededor de él y me aseguré de que tenía todos sus miembros intactos. Él regresó a su unidad y yo me quedé en la sede del Palmaj.

Beer Sheva fue conquistada por nuestras fuerzas en una operación larga y, mientras tanto, me contraje neumonía. Akiva vino a visitarme. Se veía muy molesto. Le pregunté: “¿Por qué estás de un humor tan amargo?” Y me dijo: “¡Yo estoy así porque usted está enferma y distraída y su mente está ocupada con otras cosas, pero tenemos que casarnos”. Así es como él me propuso. Los chicos de la Brigada del Negev nos construyeron una pequeña casa hecha de barro sin electricidad ni agua, pero tuvimos un pequeño patio y yo hice cortinas de gasa. Esa fue nuestra primera casa como recién casados. Después del casamiento, mi marido se fue al Curso de Oficiales y yo continué trabajando como una enfermera en la sede de la Brigada del Negev. Me volví a enfermar y él decidió que no podíamos continuar así. Cuando me repuse, me liberaron del ejército. Akiva continuó su servicio y estaba en el servicio de reservistas toda su vida. Participó en cada una de las guerras de Israel hasta su muerte.

La vida en Israel y construyendo una familia

Después de que nos casamos, tuvimos dos hijas, Orly y Tali. Tenía 21 años cuando mi hija mayor, Orly z “l, nació. Fue entonces cuando empecé a tratar de averiguar qué pasó con mis padres. Con el tiempo conocí a un hombre que estaba con mi padre en ese grupo de personas que escaparon de la fábrica a la parte rusa. Fueron capturados por los alemanes y encarcelados. Cavaron un túnel en el suelo y escaparon de la prisión. Mientras huían, alguien los persiguió y gritó: “¡Jude!” (judío en alemán) y mi padre se dio la vuelta. Lo mataron a tiros ahí mismo, en el medio de la calle, en Kiev. Él tenía 41 años cuando murió. Mi madre murió en un campo de trabajo en algún lugar de Alemania. Ella tenía 32 años cuando fue asesinada. Su presencia, caras y valores amorosas nunca me dejan. Crie a mis dos hijas con mi marido, hasta que él falleció de cáncer. Mis dos hijas sirvieron en el ejército israelí, se casaron y tuvieron hijos. Tengo tres nietos, dos de los cuales sirvieron en el ejército y la tercera que actualmente sirve en las FDI, y cuatro bisnietos.

Rina con sus hijas


Cuando llegué a este país, toda la gente tenía un mismo sueño: el sueño sionista. Cuando estábamos en el ejército no teníamos rangos, uniformes, zapatos, alimentos, pero teníamos amor por el país y por los demás. Nuestra generación tenía un sueño que se hizo realidad, porque esta es la tierra de leche y miel. Creo que cada soldado de las FDI es un hijo mío de alguna manera, y cada vez que muere un soldado, me entristece profundamente. Esta es mi gente. La juventud aquí es increíble: ellos son nuestro futuro. Aprenden, trabajan, tienen valores tan fuertes y se comportan como seres humanos, con sus amigos, así como con extraños y enemigos.

Rina con su nieta que actualmente sirve en el ejército israelí


Referencia:IDF
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Jerusalem: Hechos y cifras





Referencia:Aish Latino
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Como despedirse del dolor de espalda?



El dolor de espalda es una de las dolencias mas comunes, y su tratamiento a menudo requiere muchas horas de terapia física, además de múltiples visitas a la clínica y fisioterapias, lo que además de todo resulta bastante costoso. Ahora el Dr. Michal Katz-Leurer de de la Universidad de Tel Aviv propone que un programa simple, de caminatas es tan eficaz en el alivio de dolor de espalda lumbar como programas mas complejos que incluyen el fortalecimiento de los músculos donde se requiere equipo especializado en clínicas de rehabilitación.

El programa propone caminar dos a tres veces por semana durante un período de 20 a 40 minutos. El Doctor Katz-Leurer y su colega Ilana Shnayderman, una estudiante graduada en el Departamento de Terapia Física de fisioterapia en Maccabi Health Care, dicen que su opción de tratamiento se adapta fácilmente a una rutina diaria y permite que las personas con dolor de espalda sean más responsables por su propia salud.

Este estudio fue publicado en la revista Clinical Rehabilitation. Según Katz-Leurer, las investigaciones han demostrado que cuando la gente camina activamente, los músculos abdominales y de la espalda funcionan de la misma manera que cuando se hacen ejercicios completos que se enfocan a estas áreas.

Y a diferencia de los programas de fortalecimiento muscular, que a menudo requieren equipo especial y puede involucrar ejercicios que requieren la supervisión de expertos, caminar es una actividad simple que se puede hacer solo.

Para el estudio, los investigadores reclutaron a 52 pacientes con dolor de espalda lumbar para participar en un ensayo controlado aleatoreo. A través de cuestionarios, que fueron evaluados inicialmente segun los niveles de dolor, sentimientos de incapacidad, y la dificultad para realizar actividades diarias.

Entonces, la mitad de los participantes completaron una típica rutina basada en programa de fortalecimiento muscular, con dos o tres sesiones de ejercicio a la semana durante seis semanas.

La otra mitad completó un programa de seis semanas de caminata aeróbica, caminar dos a tres veces por semana. Los participantes comenzaron con 20 minutos de caminata, luego avanzaron a 40 minutos, a medida que su resistencia mejoraba.

Los resultados mostraron que ambos grupos mejoraron significativamente en todos los ámbitos de la evaluación, lo que demuestra que el programa de caminar resuta “tan eficaz como el tratamiento que podría haber sido recibido en la clínica”, dice el Doctor Katz-Leurer.



Katz-Leurer dice que el programa de caminar tiene la ventaja adicional de animar a los pacientes a seguir un estilo de vida saludable en general. En cuanto a la aptitud física, los del grupo de caminantes fueron capaces de caminar más (un promedio de 0,05 millas) durante una prueba de marcha de seis minutos, en el final del programa, en comparación con las evaluaciones anteriores.

También señala que las personas regularmente activas son menos propensas a sufrir dolores y molestias durante toda su vida. Caminar, es una actividad de bajo impacto, también disminuye la presión arterial, mejora el cerebro y el funcionamiento del sistema inmunológico y reduce el estrés, dice

Referencia:Latam Israel
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19 de abril de 2015

Discurso del Primer Ministro Benjamín Netanyahu en el
Día de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto
en Yad Vashem





Hace setenta años, las campanas de la libertad sonaron en el mundo libre. La horrible pesadilla que había envuelto a toda la humanidad en las profundidades de la sangre había llegado a su fin en Europa. Pero el día en que los nazis fueron vencidos no fue solamente un día de alivio y júbilo. Fue un día de gran dolor para nuestra nación, pero también un día de reflexión para los líderes del mundo.

Los líderes de los países modernos entendieron que era un momento propicio para establecer un nuevo orden mundial basado en la defensa de la libertad, erradicando el mal y oponiéndose a la opresión. Ellos articularon la lección más importante de la Segunda Guerra Mundial: las democracias no deben ignorar las aspiraciones de expansión de los regímenes tiránicos. Una actitud conciliadora hacia dichos regímenes sólo aumenta su tendencia a la agresión. Y si ésta agresión no se detiene a tiempo, la humanidad podría encontrarse frente a una gran batalla, aún más sangrienta.

En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, el mundo libre trató de apaciguar al régimen nazi, para ganarse su confianza. Hubo quien advirtió que ésta política conciliadora sólo abriría el apetito de Hitler, pero estas advertencias fueron ignoradas por el deseo natural del humano a conseguir la calma a toda costa. Y, en efecto, el precio fue exigido no mucho más tarde, y fue demasiado pesada de sobrellevar – seis millones de personas de nuestro pueblo fueron masacrados en el Holocausto, y docenas de millones de personas fueron asesinados en ese terrible infierno
.
Cuando la guerra terminó, la conclusión fue clara: no hay lugar para la debilidad cuando se debe de enfrentar a regímenes tiránicos que envían sus criminales tentáculos a todas direcciones. Sólo permaneciendo firme y adhiriéndose a los valores de libertad y tolerancia podemos asegurar el futuro de la humanidad.

Hay muchas personas en todo el mundo que afirman que las lecciones aprendidas en aquél momento, siguen siendo válidos hoy día. Afirman: “¡Nunca más!” Ellos declaran: “No vamos a ignorar las intenciones de expansión de una violenta tiranía”. Ellos prometen: “Nos opondremos a la maldad, antes de que comience”. Pero mientras, éstos dichos no están respaldados con acciones prácticas – estos no tienen sentido. ¿El mundo realmente aprendió la lección de la inconcebible tragedia universal y judía del siglo pasado? Me gustaría estar aquí y poder decirles que la respuesta es: sí.

Hoy en día, permanentes amenazas desafían la civilización humana. Fuerzas islámicas radicales están inundando al Medio Oriente, destruyendo los remanentes del pasado, torturando a los indefensos, asesinando inocentes. Tienen la esperanza de establecer califatos, más de uno, al igual que en la Edad Media. Al mismo tiempo, el régimen extremista en Irán está oprimiendo a su pueblo; que se apresura en sumergir al Medio Oriente en sangre y sufrimiento – en Yemen, en Siria, en Líbano, en Irak, en Gaza y en la frontera del Golán.

Al igual que los nazis aspiraban a aplastar a la civilización y establecer una “raza superior” para controlar al mundo, mientras que aniquilaba al pueblo judío, también lo hace Irán que se esfuerza por obtener el control de la región, de la que pueda extender todavía más allá, con la explícita intención de aniquilar al Estado judío. Irán está avanzando en dos direcciones: la primera en desarrollar la capacidad de armarse con armas nucleares y acumular un arsenal de misiles balísticos; y la segunda – exportar la revolución de Khomeini a muchos países por medio de la utilización del terrorismo y hacerse cargo de una gran parte del Medio Oriente. Todo está a la intemperie – todo tiene lugar a plena luz del día, frente a las cámaras. Y, no obstante ello, la ceguera es inmensa.

“Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y la oscuridad a los pueblos”, dijo el Profeta Isaías. La determinación y lecciones que fueron adquiridas con sangre hace setenta años se están disipando, y la oscuridad y la niebla por negar la realidad están tomando su lugar. El maltrato que está realizando Irán, demuestra que la lección histórica no se ha interiorizado. El occidente se está doblegando a las agresivas acciones de Irán. En lugar de exigir un desmantelamiento del programa nuclear de Irán – un país que declara abiertamente sus planes de exterminar a seis millones de judíos aquí y en otros lugares, para erradicar muchos países y muchos regímenes – las superpotencias retroceden. Están dejando a Irán con su capacidad nuclear, e incluso permitiendo que se expanda aún más, independientemente de las acciones de Irán en Medio Oriente y en todo el mundo.

A medida que el mundo civilizado se deje llevar por el sueño de ilusiones, los gobernantes de Irán continúan alentando la subversión y el terrorismo, y difundiendo la destrucción y la muerte. Las superpotencias hacen oídos sordos a las multitudes en Irán gritando: “Muerte a Estados Unidos; Muerte a Israel”. Ellos ignoran las escenas de la ejecución de los que se oponen al régimen y los miembros de las poblaciones minoritarias. Y ellos mantienen su paz en cara de la activación masiva de organizaciones terroristas. A lo sumo, hacen una declaración a medias como constancia.

Yo la leí y descubrí que en honor del Día de Conmemoración del Holocausto de nuestro pueblo, se abrió una competencia con premios que se llevará a cabo en Teherán con participantes de 56 países. Es un concurso de ilustraciones cuyo tema es la negación del Holocausto judío. ¿Vamos a oír las protestas? A lo sumo, una condena menor puede ser oída, para que mínimamente cumplan con su obligación.

Distinguidos invitados, los ciudadanos israelíes y representantes de otros países que están con nosotros, la burbuja de la ilusión va a estallar. Los gobiernos democráticos cometieron un error crítico antes de la Segunda Guerra Mundial, y estamos convencidos – y tengo que decir que muchos de nuestros vecinos también – están cometiendo un grave error también ahora. Es posible que esta coalición con muchos de nuestros vecinos, en la identificación de amenazas, sea la base de la coalición en la creación de un futuro mejor, más seguro y más pacífico, en nuestra región. Mientras tanto, no vamos a retroceder. Vamos a seguir insistiendo en la verdad, y haremos todo lo posible para abrir los ojos, a quienes los han cerrado.

No quiero engañar a nadie. Tenemos pruebas delante de nosotros. Estamos en medio de una gran batalla contra la languidez, la debilidad, la negación de la realidad – vamos a estar preparados con toda la fuerza.

Junto a los que se niegan a entender nuestra posición, hay muchos otros que se identifican con nosotros. Pero incluso si nos vemos obligados a estar solos, no tendremos miedo. En todo escenario, en toda situación, vamos a salvaguardar nuestro derecho, vamos a mantener nuestra capacidad, mantendremos nuestra decisión de defendernos.

Hace setenta años éramos un pueblo de refugiados de guerra, sin poder y sin voz. Hoy podemos expresar lo que tenemos que decir, y estamos decididos a garantizar nuestra existencia y nuestro futuro. Es nuestro deber de luchar contra aquellos que desean destruirnos, que nos postremos ante ellos ni menospreciar la realidad. No vamos a permitir que el Estado de Israel sea un episodio que pase en la historia de nuestra nación.

Distinguidos invitados, hoy he conocido en mi oficina una persona de 85 años de edad, sobreviviente del Holocausto, Abraham Niederhoffer. Abraham nació en Rumania. Cuando tenía 12 años fue testigo del brutal asesinato de sus familiares por un soldado rumano. Fue llevado en un tren de carga animal hacia Ucrania, donde sobrevivió el Holocausto. Debido a la persistente negativa de las autoridades comunistas en Rumania de permitir su emigración, llegó a Israel recién en 1969. Aquí trabajó como ingeniero y supervisor, contribuyendo a la construcción del país. Él me contó su historia con gran emoción, tanto es así que tuvo que hacer varias veces contener sus lágrimas. Al final de la reunión, me suplicó, “Primer Ministro”, dijo, “es su deber evitar otro Holocausto”. Y respondí: “Eso es exactamente cómo veo mi responsabilidad”.

Hace siete décadas, los sobrevivientes salieron de los campos, de los bosques, de la Marcha de la Muerte, todos maltratados y golpeados con nada más que el desgaste sobre sus espaldas. Tras su liberación, los soldados aliados les preguntaron a cada uno de los prisioneros de todas las naciones a donde deseaban ir. Los polacos regresaron a Polonia; los rusos volvieron a Rusia; los húngaros – a Hungría; los ucranianos – a Ucrania. Sin embargo, un gran número de ellos no tenía adónde regresar. Ellos quedaron sin esperanza, porque no tenían su propio país.

Hoy en día, tenemos nuestro propio país – un país próspero y moderno. Un país que se impregna de la herencia de nuestros padres y se sitúa a la vanguardia del conocimiento global. Un país que difunde una gran luz. Un país que se ha hecho cargo de su destino. Setenta años después de los valles de la muerte, nosotros veneramos a los vivos, a la vibrante vida, a la creatividad, al florecimiento.

Israel lidera todos los frentes de la modernización – en la ciencia, en la medicina, en la tecnología, en la agricultura, en la educación y en la cultura. Y lo hacemos no sólo para nuestro pueblo. Hacemos esto para el beneficio de toda la humanidad. Esta es la base de nuestra existencia – en nuestro compromiso con la seguridad y el futuro de Israel, en el respeto a nuestro legado, y en la unidad de una nación en la que late una gran fuerza de vida. La nación de Israel, que ha surgido desde el fuego del infierno, está lista para cualquier desafío.

“Sacúdete del polvo; ponte tu ropa de hermosura, mi pueblo”. La nación de la eternidad se ha sacudido del polvo, regresó a su casa, se mantuvo de pie, y estableció un país excepcional y un ejército excepcional, las Fuerzas de Defensa de Israel, en la que sirven nuestros hijos e hijas valientes y valerosos.

Vamos a recordar a aquellos que fueron asesinados, vamos a garantizar la vida.

Referencia:Por Israel
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David Ben Gurión



(David Gruen; Plonsk, Polonia, 1886 - Tel Aviv, 1973) Político sionista, creador del Estado de Israel. Imbuido del ideal de dotar a los judíos de un Estado propio, emigró muy joven a Palestina (1906). En 1908 comenzó a formar una organización armada de defensa de los colonos judíos frente a los ataques de la población árabe (Hashomer). En 1910 entró en política afiliándose al Partido de los Trabajadores de Sión; fue entonces cuando adoptó el nombre hebreo de Ben-Gurión. Al estallar la Primera Guerra Mundial fue expulsado por el Gobierno turco -que dominaba entonces Palestina- por las sospechas que despertaban las actividades del Hashomer (1915). Se alistó en la Legión Judía para luchar de parte de los Aliados, pero cuando llegó a Palestina los turcos ya habían sido derrotados (1918).

Desde que Palestina pasara a ser un mandato británico (1919), Ben-Gurión se centró en la reconstrucción del país y en el encuadramiento de los inmigrantes judíos que iban llegando. En 1920 participó en la fundación del Histadrut (Confederación del Trabajo), la primera gran organización política israelí, de tendencia socialista. Como secretario general de aquella confederación sindical consiguió agrupar a su alrededor a la mayor parte de las organizaciones judías de Palestina, formando en 1930 el Mapei (Partido Unido de los Trabajadores).

Su liderazgo indiscutible le llevó en 1933 a presidir la Agencia Judía, que actuaba como gobierno informal de los judíos de Palestina. Desde ese puesto se enfrentó a los sionistas moderados (encabezados por Weizmann), que estaban dispuestos a admitir las pretensiones árabes y británicas de que se detuviera la afluencia de inmigrantes judíos; y al mismo tiempo dirigió la resistencia contra los ataques de los árabes (1936-37). Igualmente tuvo que enfrentarse a la política del «Libro Blanco» británico sobre Palestina, que interrumpía la inmigración judía como paso previo para la independencia de un Estado árabe; en respuesta, la Agencia organizó la inmigración clandestina de judíos (1939-47).

Al acabar la Segunda Guerra Mundial en 1945, la Agencia se mostró abiertamente partidaria de dividir Palestina en un territorio árabe y otro judío sobre el que edificar un Estado propio, política admitida por las Naciones Unidas en 1947. El rechazo de los árabes al plan de partición hizo estallar la primera guerra árabe-israelí tan pronto como las autoridades coloniales británicas abandonaron Palestina (1948).

Ben-Gurión, convertido ya en primer ministro y ministro de Defensa del gobierno provisional, proclamó la creación del Estado de Israel y dirigió la llamada «Guerra de Independencia» (1948-49), en la que el nuevo Estado se impuso a los palestinos y a los cinco países árabes que los apoyaban, extendiendo incluso el territorio que le había concedido la ONU. Para ello hubo de unificar sobre la marcha a los grupos armados judíos formando un ejército regular, al tiempo que hacía frente a la disidencia armada del grupo derechista Irgun.

Vencedor en las elecciones de 1949, 1951, 1955, 1957 y 1961, Ben-Gurión fue primer ministro de 1948 a 1963, con una breve interrupción en 1953-55 para dar ejemplo a la juventud israelí trabajando como colono en un kibbutz del Negev. Volvió a dirigir una segunda guerra victoriosa contra los árabes a raíz de la nacionalización del canal de Suez por el Egipto de Nasser (1957). Su insistencia en esclarecer un caso de terrorismo de Estado ocurrido durante su ausencia del gobierno le enfrentó con la «vieja guardia» del Mapei, del que finalmente se escindió en 1965 formando el partido Rafi (con Moshé Dayán y Shimon Peres).

Referencia:Biografias y Vidas
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¿Por qué los israelíes mantienen un momento de silencio ante el sonido de sirenas durante el Día de Recordación del Holocausto?


Instalado para advertir sobre misiles enemigos, el sistema de sirenas es un modo conveniente de unir al pueblo durante este día de conmemoración y en el Día de la Memoria por los Soldados Caídos y tiene una larga historia que se remonta a la Primera Guerra Mundial.



Durante Iom HaShoá, Día de Recordación del Holocausto, y Iom Hazikarón, Día de la Memoria por los Soldados Caídos, se mantienen dos minutos de silencio en todo Israel, acompañados desde el comienzo hasta el final por sirenas de alarmas aéreas.

La tradición tiene su origen en Cape Town, Sudáfrica, durante la Primera Guerra Mundial. El alcalde de la ciudad, Sir Harry Hands, inició una pausa de dos minutos el 14 de mayo de 1918. Al medio día un disparo dio la señal para comenzar un momento de silencio en memoria de los caídos, y en Día de Gracias por aquellos que habían vuelto a salvo de la guerra. Una vez que empezó, un juglar tocó una melodía triste, luego de la cual la ciudad volvió a cobrar vida. Esta tradición fue mantenida diariamente por algunos meses, hasta el 17 de enero de 1919.

Mientras tanto, la Gran Guerra, como fue llamada, terminó el 11 de noviembre de 1918 a las 11hs. Cuando Sir James Percy FitzPatrick, un empresario, autor y político sudafricano, escuchó que se iba a nombrar a ese día como recordatorio en todo el Imperio Británico, sugirió al Rey Jorge V que se mantuviera un momento de silencio similar. El rey aceptó la idea y fue incorporado a los servicios memoriales.

Mientras tanto, Palestina había caído en manos británicas para fines de la Primera Guerra Mundial, que estuvo gobernada por ellos hasta el establecimiento del Estado de Israel en 1948. Ellos dejaron su marca en los judíos palestinos de muchas maneras. Una de esas influencias fue la práctica de mantener uno o dos minutos de silencio para marcar eventos solemnes (aunque hacerlo con una sirena fue instituido después de que terminara el gobierno del Mandato).

Durante el reino, estos minutos eran observados por los judíos locales en la apertura de encuentros luego de que habían muerto personas notables, de catástrofes y al comienzo de partidos de fútbol (otra innovación introducida por los británicos).

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial y Palestina se movilizó hacia la guerra, los británicos instalaron sirenas de alarma en todo el país para advertir sobre misiles enemigos. Esto se expandió al Estado de Israel durante la Guerra de Independencia, la cual terminó oficialmente con el mandato británico.

Durante los primeros años de Israel los momentos de silencio marcados por las alarmas sonoras eran esporádicos, según el medio israelí Haaretz.

En 1950 el gabinete, encabezado por el primer ministro David Ben-Gurion, decidió que las conmemoraciones por los muertos en el Día de la Independencia se llevaran a cabo como parte de las celebraciones de ese día. Sin embargo esto pasó solo una vez ese año. Después el Gran Rabinato de Israel empezó a discutir un día alternativo y se decidió que se hiciera un día antes, estableciendo así la fecha oficial de Iom Hazikarón.

Los arreglos para ese día se establecieron rápidamente y se tomó la decisión de acompañarlo con las sirenas que ya habían sido instaladas, probablemente por una cuestión práctica para que todos los israelíes lo hicieran de manera conjunta. En 1959 la Knesset, parlamento israelí, sancionó que también sonara en el Día de Recordación del Holocausto.

Desde entonces los israelíes mantienen momentos de silencio tres veces al año: una vez durante el Día de Recordación del Holocausto por dos minutos desde las 10hs y después dos veces durante el Día de Memoria por los Caídos, una por un minuto la tarde anterior (debido al calendario hebreo) y otra por dos minutos a las 11hs.

Referencia:Prensa Judia
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El jardín del edén de Israel se llama Neguev



El empleo de alta tecnología y el reciclaje de aguas residuales permiten el aprovechamiento agrícola del desierto que ocupa el 60% del territorio israelí.

Un hotel de la localidad de MitzpeRamon,
al borde del cráter Ramon,en el desierto del Neguev.


"Si quieres ser rico, ve al norte. Si quieres ser sabio, ve al sur", afirma Saar Badash. Este joven de 28 años sonríe al explicar por qué abandonó su empleo como profesor de educación especial en la próspera y tecnologizada Tel Aviv para vivir con su pareja en Mitzpe Ramon, un pueblo de 5.000 habitantes en el corazón del desierto del Neguev, y que alberga una de sus mayores joyas naturales: el cráter Ramon, de 45 kilómetros de profundidad y 400

Uri Yeguev, en el olivar del kibutz Revivim.
metros de profundidad. "Es una opción personal. Queríamos alejarnos de la sociedad de consumo y encontrar una sociedad en equilibrio con la naturaleza y sostenible. No somos ni misioneros ni colonos", afirma Badash, que forma parte de un movimiento llamado Regreso al Desierto que ha llevado a otras treinta familias de jóvenes universitarios a trasladarse al Neguev. "Los jóvenes se tenían que marchar de aquí para ir a la universidad o buscar trabajo. Nosotros queremos cambiar esa situación", señala Badash.

Shajar Bloom, gerente
de la plantación de cactus Orly.

Un ejemplo de ello es la apertura de su negocio, un restaurante especializado en comida ecológica que da empleo a diez personas. Con una extensión algo menor a la provincia de Sevilla, el desierto del Neguev ocupa el 60% del territorio de Israel pero alberga sólo el 12% de la población. Aunque las ruinas de Masada y de ciudades nabateas como Mamshit o Haluza demuestran que estuvo habitado desde antiguo, la urbanización del Neguev se debe en gran medida a David Ben Gurion, el primer jefe del Estado israelí. Su política se resumía en "primero, la gente; luego todo lo demás". Más de 600.000 emigrantes judíos, procedentes principalmente de la Europa arrasada de la posguerra y de Sudamérica, fueron distribuidos por el Neguev en granjas colectivas conocidas como kibutz.

Los primeros años, marcados por las guerras y la penuria material, fueron muy duros, lo que generó un espíritu de solidaridad comunitaria, magnificado por el idealismo de los revolucionarios de mayo del 68.

"Hay una gran diferencia entre la vida de aquellos kibutz y la de ahora. Fue una época muy difícil. No teníamos nada pero lo compartíamos todo. Los jóvenes piensan ahora de otra forma ", señala Zabu Levieim, uno de los primeros colonos del kibutz Ein Gedi, conocido por su espectacular jardín botánico. Situado en las faldas de la depresión del Mar Muerto, Ein Gedi cuenta con 650 residentes, de los que sólo unos 240 son miembros del kibutz con derecho a voto en la asamblea comunitaria. Otro signo del paso del tiempo es que la explotación de un hotel y de un spa en la orilla del Mar Muerto han desplazado a la agricultura como su principal fuente de ingresos.

Sin embargo, el sector primario es aún estratégico en el Neguev, no sólo por su aportación económica, sino por la autosuficiencia alimentaria que proporciona a Israel. Gracias al reciclaje de aguas residuales, la excavación de pozos, la desalación, y el Acueducto Nacional -un sistema de tuberías que trasvasa el agua del norte al árido Neguev- es posible encontrar explotaciones como la plantación de cactus Orly, de 212 hectáreas. "Mi padre buscaba una planta que se pudiera comer completamente, y tardó 17 años en patentar esta especie sin espinas", señala su gerente, Shajar Bloom. Orly emplea hasta 150 personas y procesa unas 10.000 toneladas anuales de fruto, de las que el 75% se comercializa en Israel y el resto se exporta a la UE. La tecnología es básica. "Cada planta recibe entre 50 y 70 mililitros de agua y el riego está totalmente controlado por ordenador", agrega.

La eficiencia hídrica también permite encontrar olivares en el Neguev. El kibutz Revivim cuenta con unas 350 hectáreas regadas con agua salina extraída de un pozo de 700 metros de profundidad. Esta circunstancia marca el rendimiento de los olivos, de la variedad picual, cuya base se cubre de plásticos para evitar que el agua de las escasas lluvias se mezcle con la del riego. "En España producen aceite de oliva, pero nuestras olivas son tan pequeñas que valen como aceituna de mesa", afirma Uri Yoguev, que ha visitado Sevilla para sondear las posibilidades de plantar olivo de la variedad manzanilla. La producción de aceituna de mesa, "mucho más rentable", asciende a unas 1.000 toneladas, mientras que la del aceite disminuye hasta las 400 toneladas, y sólo se vende en Israel. "Sin una marca fuerte, es imposible competir con España o Italia", señala.

Los objetivos de Erez Rota son muy diferentes. Descendiente de una familia de judíos etíopes asentados en Tierra Santa desde el siglo XIX, Rota fue un artista bohemio que recorrió el mundo hasta que regresó definitivamente a Israel hace diez años para encontrar su vocación: producir vino kosher en el desierto. Su viñedo -uno de los 26 del Neguev- abarca sólo dos hectáreas, donde cultiva uvas syrah, merlot, cabernet sauvignon y moscatel de Alejandría. Produce unas 10.000 botellas de vino, cuya maduración está supervisada por un rabino que certifica que sigue los preceptos de la religión judía. Erez Rota guarda su cosecha en dos contenedores donde la climatización la mantiene a una temperatura constante de 18 grados y una humedad del 70%. "Éste es mi lugar en el mundo. Pero no es fácil vivir aquí", confiesa mientras escancia una copa de vino.

Referencia:Diario de Sevilla
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