El dinero no da la felicidad, al menos la doméstica. Hemos rastreado entre nuestros iconos más deseados para descubrir cuáles de ellos son imprescindibles, accesibles y hasta posibles llegado el momento. Antes de los 40 podrías comer, dormir, sentarte y hasta ducharte rodeada de mitos estéticos.
Muchas de nuestras piezas favoritas equivalen a una compra de supermercado y otras son inversiones más pensadas que, palabrita de AD, con el tiempo, prometen revalorizarse. Una mesita auxiliar Tulip de Eero Saarinen o un taburete de Charlotte Perriand pertenecen a esta última categoría. Pero una taza de Sargadelos o un jarrón de Alvar Aalto para Iittala son regalos de andar por casa que seguramente te mereces. Imaginación, buen ojo, paciencia y un poco de tiempo. Es todo lo que necesitas para llegar a ser un cuarentañero muy bien acompañado, al menos dentro de casa. Si no, al tiempo.