Francisco ha expresado su preocupación por la situación de guerra que viven en muchos lugares y por el fenómeno del terrorismo, para el que la vida de la persona no tiene ningún valor
(VIS).-»Nuestro encuentro está marcado por el sufrimiento que compartimos, por las guerras que atraviesan diversas regiones de Oriente Medio y en particular por la violencia que padecen los cristianos y miembros de otras minorías religiosas, especialmente en Irak y Siria». Con estas palabras el Papa Francisco ha recibido esta mañana a Su Santidad Mar Dinkha IV, Catholicos Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente.
»Cuando pensamos en su sufrimiento -ha añadido- es natural ir más allá de las distinciones de rito o de confesión: en ellos es el cuerpo de Cristo que, incluso hoy en día, es herido, golpeado, humillado. No hay razones, religiosas, políticas o económicas que justifiquen lo que está sucediendo a cientos de miles de hombres, mujeres y niños inocentes. Nos sentimos profundamente unidos en la oración de intercesión y en la acción de la caridad para los miembros del cuerpo de Cristo que tanto sufren».
»Su visita -ha dicho después el Obispo de Roma- es un paso más en el camino de un acercamiento cada vez mayor y de comunión espiritual entre nosotros, después de las amargas incomprensiones de los últimos siglos. Hace ya veinte años, la Declaración cristológica común que firmó con mi predecesor, el Papa San Juan Pablo II, representó un hito en nuestro camino hacia la plena comunión. En ella reconocimos que confesábamos la única fe de los apóstoles, la fe en la divinidad y la humanidad de nuestro Señor Jesucristo, unidas en una sola persona, sin confusión ni cambio, sin división ni separación».
Por último, el Papa se ha referido a los trabajos de la Comisión Mixta para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia asiria de Oriente, que acompaña con la oración »con el fin de que a través de él se acerque el día bendito en que celebremos en el mismo altar el sacrificio de alabanza, que nos hará uno en Cristo… Lo que nos une -ha reiterado- es ya mucho más que lo que nos divide; por eso nos sentimos impulsados por el Espíritu Santo a intercambiar desde ahora los tesoros espirituales de nuestras tradiciones eclesiásticas, para vivir, como verdaderos hermanos, compartiendo los dones que el Señor no deja de hacer a nuestras iglesias como signo de su bondad y misericordia».
Por otro lado, los representantes pontificios en Oriente Medio están reunidos en el Vaticano, del 2 al 4 de octubre, por voluntad del Santo Padre para discutir de la presencia de los cristianos en esa región, debido a la grave situación de los últimos meses. El encuentro ha comenzado esta mañana en la Secretaría de Estado y cuenta con la participación de los Superiores de la Secretaría de Estado y de la Curia Romana directamente relacionados con el tema, así como con la de los Observadores Permanentes de la Santa Sede en las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra, y del Nuncio Apostólico en la Unión Europea.
La reunión es una muestra de la cercanía y de la solicitud con que el Santo Padre enfrenta esta importante cuestión. Él mismo ha querido introducir los trabajos dando las gracias a los participantes que se han encontrado para rezar y reflexionar juntos sobre que se debe hacer para hacer frente a la dramática situación de los cristianos que viven en Oriente Medio y otras minorías religiosas y étnicas que están sufriendo a causa de la violencia que asola toda la región.
Con palabras muy sentidas, esta mañana, el Papa Francisco ha expresado su preocupación por la situación de guerra que viven en muchos lugares y por el fenómeno del terrorismo, para el que la vida de la persona no tiene ningún valor. El Pontífice ha mencionado el problema del tráfico de armas que está en la raíz de muchos problemas, así como la tragedia humanitaria que viven tantísimas personas obligadas a abandonar sus países.
Reiterando la importancia de la oración, el Santo Padre ha manifestado su esperanza en que se puedan individuar iniciativas y acciones en múltiples niveles, con el fin de expresar la solidaridad de toda la Iglesia con los cristianos de Oriente Medio e involucrar a la comunidad internacional y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para responder a las necesidades de las numerosas personas que sufren en esa región.
El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, ha ilustrado la importancia y el propósito de la reunión. Por su parte, el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales ha proporcionado un exhaustivo informe sobre la situación de los cristianos en Oriente Medio, abordando diferentes aspectos de la cuestión y abriendo el diálogo con los participantes. A continuación han tomado la palabra los representantes pontificios en Siria e Irak informando sobre la situación de los cristianos en sus respectivos países, y posteriormente el cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo «Cor Unum», ha hablado sobre el papel de la Iglesia en la crisis humanitaria en Oriente Medio.
Esta tarde tomará la palabra el cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso abordando las perspectivas del diálogo religioso con el Islam y los desafíos que enfrentan los cristianos en Oriente Medio. Le seguirá el cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que presentará un informe sobre su reciente visita a Iraq como Enviado Especial del Santo Padre. Después del debate la sesión de hoy se cerrará con el rezo de las Vísperas.