Crazy Light vs Darkness Adventures (CLDA)

Prólogo
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El incesante y armónico sonido de olas retirándose para golpear una y otra vez suavemente la fina arena, la cual brillaba bajo un sol que tomaba el protagonismo de un cielo despejado, imponentes palmeras dando gentilmente cobijo con su sombra a los inclementes rayos ultravioleta.

El escenario de aquella playa no era lo que había llamado la curiosidad de un joven muchacho, la única persona presente en ella, sino un elemento totalmente fuera de lugar.

- Tienes que estar bromeando... ¿Quién es tan idiota para hacer un muñeco de nieve en una playa? — Comentó en voz alta ante tan extravagante absurdo. Un muñeco de nieve completo se erigía en la orilla, derritiéndose lentamente bajo la acción del calor.

- Tú — Le respondió una lúgubre voz masculina, grave y gutural, en medio del aparente vacío.

Sin que él lo advirtiera una de las sombras de las palmeras cercanas empezó a tomar vida propia separándose de su campo esperado . Poco a poco fue moldeándose a si misma en tres dimensiones hasta adquirir una forma humanoide. Esta se movió hasta el muchacho, el cual finalmente la avistó tras voltearse hacia ella percibiendo su presencia.

- Perdón ¿Quién diablos se supone que eres? — Replicó el muchacho en un tono altanero. Sorprendentemente no parecía estar para nada asustado ante el tétrico ente que tenía ante sus ojos.

- Tú...

- A ver... — Dijo el joven soltando un suspiro de enfado — ¿Puedes decir una cosa que no sea "tú?

- Tú, tú, tú, tú...

- Sal de mi vista sombra subnormal - Dijo aún más enfadado — Tómate algo para tu garganta si es que tienes una porque tu voz apesta.

- ¿Es que acaso no entiendes? Tú eres yo y yo soy tú. — Respondió la sombra, cambiando efectivamente su voz a una más natural pero aguda y burlona - Te encanta hacer payasadas para llamar la atención y luego hacerte el genial porque te sientes estúpido, y eso es lo que eres - La sombra soltó algunas carcajadas.

- No sabía que las sombras fumaban porros, puedes meterte esas tonterías filosóficas en tu descomunal trasero — Respondió, haciendo alusión al voluminoso aspecto de la espectral presencia - ¡Ah! Y esa voz es aún peor que la anterior.

La sombra soltó de nuevo otra serie de burlonas carcajadas.

- Cambias de tema y te sigues haciendo el chistosito porque sabes que digo la verdad — Dijo después de terminar de reírse - No importa lo que digas y lo hagas para tratar de ocultarlo, eres un idiota.

Esos comentarios terminaron de romper la ya frágil paciencia de aquel muchacho, que se acercó con una pose agresiva hacia la sombra.

- ¡El coño de tu madre! — Le gritó mostrando su evidente enojo . — !Sal de mi vista maldita sombra loca de los cojones! — Hizo una pequeña pausa — !Y no! !No soy tú maldita sea!

Al terminar de decir aquellas claves palabras, una extraña energía empezó a emanar de la sombra.

- ¡¿Pero qué coño...?! — Exclamó por primera vez asustado el sorprendido muchacho.

Tal como si de un aura se tratase arcos de atemorizantes descargas luminosas titilaban alrededor de la sombra. Esta soltó carcajadas aún más maníacas y tenebrosas que las anteriores

- ¡Siento el poder! — Dijo en medio de las risas, con una voz que sólo podía describirse como demoníaca. El muchacho comenzaba a balbucear lo que parecía algún improvisado rosario - Así que no aceptas la realidad, entonces la aceptarás por las malas.

- ¡A la mierda los dioses! — Exclamó el muchacho, al no obtener alguna respuesta "divina" ante la inquietante situación en la que se encontraba - Justo cuando más los necesito están haciendo no sé que carajo - Pensó - Estoy que me orino pero si muero que al menos sea dándote un buen coñazo !Grandísima hija de puta! - Vociferó ante la sombra, aceptando lo que aquella demostración de poder podía significar en algunos instantes para él.

La sombra tomó una pose confiada, si su rostro hubiera sido distinguible probablemente hubiera dibujado una sádica sonrisa.

- ¡Qué así sea! — Dijo finalmente.

De la nada un gran resplandor salió disparado de la sombra, el muchacho fue cegado por este por algunos segundos. Cuando recuperó la visión la playa en la que había estado antes había desaparecido, en cambio ahora se encontraba en lo que parecía en medio del espacio sideral, rodeado de lo que parecían nebulosas multicolores, manchas de pintura desordenadas en medio de la infinita oscuridad. Nada parecía tener sentido en aquel lugar.

Lo que antes era una sombra humanoide ahora era una monstruosa criatura de considerable altura, de unos 2 metros de alto quizás, armada con largas y afiladas garras. Su rostro era parecido al de un murciélago, con orejas puntiagudas y diabólicas facciones. Su corpulento cuerpo terminaba de darle su intimidante aspecto.

- ¡¿Pero qué mierda es esta?! — Exclamó el muchacho tratando de controlar el pánico - ¡No pensé que el diablo existiera y menos que fuera tan horrible!

- Soy la encarnación de lo peor de la humanidad — Le respondió, mientras se disponía a dar vueltas alrededor de su blanco - Incluyéndote.

- ¡Cállate! No moriré sin pelear antes — Dijo el muchacho, el cual igualmente se dispuso a moverse siguiendo los pasos de su adversario, esperando el ataque, el cual podía significar su inevitable fin.

Antes que la batalla pudiera comenzar, el escenario y la sombra, demonio o lo que fuera la cosa que tenía ante sus ojos se difuminaron hasta volverse irreconocibles para el muchacho.

Pronto la borrosa imagen se desvaneció en un negro absoluto...

NOTAS DE AUTOR

No se dejen engañar por el quizás demasiado vulgar comienzo. En el primer cap (que subiré en breve), y los posteriores comienza la verdadera trama, la cual se irá complicando progresivamente.​

 

Capítulo 1-1 La beca
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DING DONG!!

El penetrante sonido de un timbre viajó por las paredes de un hogar hasta llegar a una habitación en particular.

Los ojos castaños de un muchacho se abrían lentamente, respondiendo al estruendo que los hicieron despertar.

- ¡Demonioooooos! — Gritó molesto mientras procedía a levantarse — !¿Quién viene tan temprano a molestarme?! Justo cuando iba a pelear contra esa aberración me tienen que despertar. — Pensó — !Mierda! ¿Por qué siempre los sueños geniales terminan cuando se ponen buenos?

Separándose al fin de la cama, el joven puso los pies sobre el suelo y se irguió. Tenía una altura nada despreciable, un metro ochenta quizás. Sin preocuparse por cambiarse de ropa e ir al baño el muchacho no perdió tiempo y movió su cuerpo, ni delgado ni corpulento pero firme y lleno de vigor hasta la puerta de aquella casa, que por su aspecto, orden y mobiliario indicaban que eran de una familia económicamente estable.

No tardó mucho en llegar a la puerta, la casa sólo tenía una planta y su habitación estaba cerca de la entrada. La abrió con fuerza y...

- ¡No me interesa el camino del Supremo ni hablar con el Profeta! !Ya pagamos este mes! — Vociferó con los ojos entreabiertos. — !Dejen descansar a la gente en paz! ¿Acaso no tienen reloj?

- ¡No soy nada de eso! — Respondió el sujeto frente a la puerta - Soy un empleado del Ministerio de Educación — Sorprendido y entre risas no sólo por la reacción del inquilino sino por su despeinado cabello castaño y su trasnochado rostro, cuya definida barbilla y perfilada nariz eran destacables, al igual que la pijama que no se había molestado en cambiar. — Además... No es temprano, son las once y media de la mañana.

- ¡Vaya! — Exclamó el muchacho avergonzado, desapareciendo totalmente su anterior actitud — Lo confundí con otras personas, discúlpeme por favor y muchas gracias por despertarme — Hizo una pequeña pausa - ¿Pero qué lo trae por aquí? — Preguntó, estudiando a aquel sujeto, que por el atuendo negro que llevaba y su cuidado aspecto certificaban que si era en efecto un empleado público..

- Primero que nada... ¿Este es el hogar de la familia Semangat? — Preguntó el empleado.

- Si — Respondió el joven.

- ¿Es usted Aviveki Semangat?

- Si.

- Bueno, me enviaron porque según los registros... no se ha anotado para la prueba de la beca OEE de este año escolar — Explicó el empleado — Y como bien sabe las vacaciones están por terminar.

- Gracias por recordármelo — Dijo sarcásticamente Aviveki ante el comentario de las vacaciones — ¿Pero eso que tiene de importante?— Preguntó.

- ¿Acaso no lee las noticias? — Le dijo, en un tono que parecía decir "¿En serio? ¿Acaso vives en una cueva?" — El gobierno federal aprobó una nueva ley hace varias semanas que obliga a todos los estudiantes de primer y segundo año de bachillerato a presentar la prueba OEE — Hizo una pausa — Aquellos que no la presenten deberán pasar por 3 meses de trabajo social obligatorio.

La inicial actitud irascible de Aviveki regresó tras escuchar esas "noticias" que había ignorado semanas antes.

- ¡Tanta gente asesinada por la delincuencia y gente en la calle y el gobierno aprueba leyes de mierda como estas! — Pensó en voz alta, sin importarle que el presente ante él fuera empleado de ese gobierno — ¿Cuándo es ese jodido examen?

- Justo mañana, a las 9:30 AM en la oficina del Ministerio de Educación de la ciudad — Le dijo el empleado, increíblemente indiferente al mal carácter del muchacho — Anótelo porque es la única convocatoria y si se le olvida ya sabe su destino.

- De acuerdo, gracias por venir a avisar. — Le respondió, calmando de nuevo sus ánimos — Por cierto ¿Hay alguna "penalización" para el que repruebe ese examen como ese trabajo social obligatorio? — Aprovechó para preguntar justo cuando el hombre se volteaba para retirarse.

- No. Si consigues un buen resultado, de 70 a 100 por ejemplo, tendrás grandes posibilidades de ser enviado a estudiar con todos los gastos pagos por un año en alguna prestigiosa escuela del extranjero — Le respondió pacientemente — Si consigues menos de eso, ya sea 60, 40 o menos simplemente perderás una oportunidad que probablemente no vuelvas a tener nunca más.

- Ya veo, gracias de nuevo — Le respondió Aviveki — !Hasta luego! — Se despidió mientras el empleado se alejaba más y más de su hogar.

Aviveki cerró su puerta y pronto empezó a planear lo que haría el día siguiente. Una pícara sonrisa se dibujó en su rostro.

Estaba ansioso por presentar la prueba, pero no precisamente por la razón que muchos aprovecharían para presentar un examen de ese estilo.

 

Capítulo 1-2 El examen
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- A ver según este mapa ya me falta muy poco para llegar a esa condenada oficina ...

Bajo una apacible mañana Aviveki recorría las calles de su ciudad guiándose por la aplicación GPS de su teléfono móvil, dirigiéndose renuente pero sin muchas alternativas al destino que tenía fijado.

- Ahí está... — Se dijo a si mismo en su mente al contemplar el edificio — Llegué demasiado temprano ¡Joder! - Pensó al ojear su reloj, que marcaba las 8:30 AM. - Ni modo, ya estoy aquí, no tengo más remedio que esperar.

Aviveki reanudó la marcha aproximándose al edifico, de vidrios oscuros y gran altura. El frío viento matutino acaricio su cabello, lacio y peinado en puntas desordenadas hacia adelante. Su negra chaqueta, pantalones vaqueros y zapatos deportivos del momento lo mantenían bien protegido del clima.

Al entrar al edificio advirtió de inmediato una recepción con una secretaria. Se dirigió hasta ella.

- Buenos días — La saludó - Disculpe ¿En dónde es la prueba OEE?

- En el aula A del piso 3. — Le respondió - Debe pasar a anotarse y a esperar primero en una sala de espera de dicho piso, está justo a la derecha del elevador, la encontrarás enseguida.

- ¡Gracias! — Respondió Aviveki .

Siguiendo las indicaciones, ubicó el elevador y marcó el piso señalado. El mismo llego bastante rápido al mismo. Aviveki giró a la derecha y justo a unos pocos metros había una entrada a una sala con un cartel que decía "Sala de espera".

- Como odio estas salas — Pensó en voz alta — Seguramente debe estar llena como las de los hospitales.

Aviveki entró en ella, para su sorpresa estaba casi vacía. Sólo él y otros dos muchachos se encontraban en la misma.

- Vaya, parece que a muchos les gusta el trabajo social obligatorio — Dijo irónicamente ante el inesperado escenario, cogió un asiento cercano a ellos. — Parece que sólo somos los únicos que queremos evitarlo a toda costa.

- Si — Dijo uno de los muchachos soltando algunas carcajadas. Su grueso sweater gris, piel pálida, lacio y despeinado cabello negro y su baja altura, 1,70 metros más o menos, eran llamativos. — Parece que los tres queríamos salir de esta basura lo más rápido posible.

- Pues yo vine porque quiero ganarme esa beca, quiero que manden a algún lugar genial — Dijo el segundo, cuya altura, algunos centímetros superior a la de Aviveki, contrastaba con la del otro muchacho. - Y con mi gran inteligencia estoy seguro que será pan comido — Culminó. Su agradable y simpática voz evitaban que los anteriores comentarios pasaran por arrogantes y pesados. Su claro cabello castaño cuidadosamente planchado y peinado hacia adelante recordaba al de estrellas de rock de los años 60.

- Qué espíritu.. — Dijo Aviveki sarcásticamente. Aunque no le incomodaban no estaba precisamente ahí por las mismas razones de aquel joven.

- Todavía faltan varios minutos — Dijo el joven de pelo negro mientras ojeaba su reloj — ¿Qué tal si charlamos un rato?

Los minutos pasaron velozmente mientras el trío conversaba. Aunque aparentemente distintos en muchas cosas había algo que podría considerarse como "química" entre ellos que hizo que se cayeran bien desde el primer momento. Hablaron sobre todo tipo de temas aleatorios, como suele ser usual.

De repente, una voz proveniente de unos altavoces cercanos interrumpió la conversación.

- Buenos días a todos los presentes — Saludó la voz femenina — El examen para la beca de Oportunidad de Estudios en el Extranjero comenzará ahora, por favor pasen al aula A para recibir sus pruebas.

- Todavía me sorprende que seamos los únicos que estemos para presentarlo — Comentó el chico de cabello claro.

- Creo que a todos — Dijo Aviveki — Pero ya escucharon, vamos ya.

El grupo se marchó de la sala para moverse hacia el aula, ubicada justo al frente de la sala de espera. Cada uno tomó rápidamente un púpitre y se instalaron en ellos, preparando sus bolígrafos y correctores.

- Jajaja, voy a "arrasar" este examen — Pensó Aviveki, ansioso por poner en marcha lo que había planeado el día anterior.

Un hombre de mediana edad entró al salón, cargaba en sus manos una pila de hojas de papel.

- Pocos como todos los años, eh — Pensó en voz alta. Pronto se dispuso a entregar bocabajo a cada joven su correspondiente examen. Tras terminar de repartirlos se colocó frente a ellos.

- Muy bien, pueden voltear sus exámenes. — Anunció, los jóvenes siguieron al instante su instrucción - Tienen 90 minutos para hacerlo... — Continuó explicando otra serie de instrucciones especificadas en el texto. — ... eso es todo, ya pueden comenzar !Suerte! — Culminó retirándose a a sentarse en un escritorio que le permitía una visión estratégica de todo el salón.

Aquella palabras fueron un disparo de salida, todos comenzaron a leer y a escribir respondiendo las cuestiones que se presentaban ordenadamente. Ese "todos" incluía a Aviveki, pero en su caso...

- A ver... Veamos esta pregunta, es de opinión... "¿Qué carrera deseas estudiar en el futuro?" !Ya sé! Fórmula 1 — Borró dicha respuesta con su corrector — No, mejor Speed Racer jajaja. Ahora la parte de ejercicios... "Un avión se estrella en la frontera de los países A y B ¿Donde enterrarán a los supervivientes?" Pues ¿Dónde más? En el suelo jajaja — Colocó una nota al lado de dicha respuesta — El que los entierre debe ser un maldito enfermo al torturar de forma tan horrible a supervivientes de semejante accidente — Continuó — "Dado el siguiente triángulo y las medidas de sus lados conocidos, encuentra a X" ... muy fácil, está justo aquí — Dibujó un circulo alrededor de una "X" que señalaba el lado de longitud desconocida - "Un automóvil de 2 toneladas de masa se desplaza 300 m variando su rapidez de 30 m/s a 60 m/s. Calcular el trabajo que realiza la fuerza que dio origen al cambio de rapidez y el módulo de dicha fuerza" Primero, esa fuerza no puede trabajar porque es algo inanimado, para trabajar tienes que estar vivo, tener un salario y poder seguir instrucciones. Segundo, ¿Quién diablos está al volante? ¿Una abuela?... — Respondió

Aviveki mantuvo el mismo estilo de respuestas durante todo el examen, cuando pensaba en "arrasarlo" se refería a resolverlo de la forma más absurda posible para que un "reprobado" fuera garantizado. Finalmente llegó a la última parte, perteneciente al área de Lengua y Expresión Escrita, donde se le pedía que escribiera un ensayo sobre su visión de la vida, sus expectativas y sus opiniones sobre como vivirla mejor.

- Sólo puedo decir que esta maldita prueba me ha arrebatado tiempo valioso de ella y que si estos fueran los últimos 90 minutos de mi vida elegiría pasarlos en este examen porque se me hacen una eternidad. — Escribió.

Una vez terminado el examen Aviveki escribió su identificación en la parte correspondiente. Como es de esperar no se molestó en repasarlo en busca de errores y simplemente fue hacia el profesor a entregarlo.

Fue el primero en entregarlo, apenas lo había hecho en 30 minutos. Los demás muchachos continuaban realizándolo, aparentemente ellos si lo estaban haciendo en serio y buscaban una buena puntuación.

Varios minutos después

Eran las 10:45 AM apróximadamente, Aviveki cerraba la puerta de su hogar, acababa de llegar del examen.

- Por fin hice ese estúpido examen, ahora a descansar un poco, a recuperar esas horas de sueño que me robó — Pensó — Es una lástima que probablemente no vaya a ver nunca más a esos tíos, me parecieron muy buena gente — Pensó en referencia a los muchachos de la sala de espera — Sólo me queda esperar los resultados, por primera vez estoy emocionado por ver un 0/100 jajaja... Mientras tanto a hacer lo que más me gusta, matar el tiempo en la Internet y los videojuegos.

Aviveki se dirigió a su habitación con intenciones de dormir un poco. Poco después seguiría su rutina usual: Internet la mitad del día, videojuegos la otra mitad, y las pequeñas sobras de esas mitades para necesidades básicas y cosas realmente importantes. Su vida consistía en un constante e inmaduro asesinato del tiempo, cualquier cosa que pusiera en riesgo ese cuestionable estilo de vida lo hacía sentir amenazado.

Sin embargo y sin que él pudiera evitarlo, todo eso estaba a punto de cambiar.

 

Capítulo 1-3 Sorpresa, unos inesperados resultados
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Varios días pasaron desde aquel en que Aviveki fue a presentar la prueba OEE. Eran las 2:00 PM de un típico viernes.​

Ecos de de lo que parecían emular saltos, explosiones y disparos de poderosas y "ficticias" energías retumbaban en los oídos de Aviveki mientras centraba su atención en el videojuego que estaba jugando en su PC en dicho momento. Un juego de plataformas llamado Cannonman, que por sus gráficas y el programa que usaba para emularlo se trataba de un juego antiguo. Aviveki siempre tuvo una inusual obsesión por los juegos retro ya que los consideraba particularmente desafiantes y exigentes y por lo general le gustaban los buenos retos siempre que los considerara entretenidos.


- !Aviveki! !El almuerzo está servido! — Le anunció en voz alta una voz femenina que provenía de la cocina de la casa.


- !Ya voy Mamá! — Respondió casi gritando mientras seguía manteniendo la concentración en el videojuego, sin embargo...


- !Volví a caerme en ese parte! !Me cago en la puta! — Gritó en su mente Aviveki mientras daba un golpe a su escritorio para desahogar su frustración ante el fracaso — Ni modo, voy a comer. Cuando lo vuelva a intentar estaré refrescado.


Aviveki pausó el juego, se quitó los auriculares y los colocó a un lado de su ordenador. Se levantó y cogió su móvil, revisó si había alguna nueva notificación, uno de sus muchos hábitos tecnológicos. Aviveki advirtió de inmediato que le acababa de llegar un email, era del Ministerio de Educación.


Resultados de la prueba OEE - Decía el título del mensaje.


- ¡Genial! !Ya era hora! — Se dijo en voz alta — A contemplar ese 0 jajaja — Pensó mientras sonreía ante lo graciosa que era la situación para él. Abrió el mensaje...


Sólo le basto leer unas pocas líneas para...


- ¡¿QUÉ?! — Gritó desconcertado al mismo tiempo que levantaba las cejas.


" Buen día Aviveki Semangat, DI 24.453.212, estos son sus resultados de la prueba OEE (convocatoria de Agosto del 2013, 24/08/13)


* Matemáticas, lógica y resolución de problemas: 100


* Ciencias naturales: 100


* Historia y filosofía: 100


* Lenguaje y expresión escrita: 100


Total: 100 Nota de honor


Dados sus excelentes resultados ha sido ganador de la beca OEE para estudiar por un año en el Instituto Tedukan del país de Nopaj.


El gobierno se encargará de pagar todos los datos necesarios durante su estadía. Los detalles de este y otros asuntos de interés se le serán comunicados en posteriores mensajes. ¡Felicidades!"


Aviveki releyó una y otra vez ese mensaje hasta verificar y convencerse que efectivamente se dirigía a él. El número de su documento de identidad era el suyo y la dirección de la página web a la que el mensaje hacía referencia era la oficial del Ministerio de Educación.


- ¿¡What, the, fuck?! — Volvió a gritar, esta vez enojado — !Pero si contesté todo al pedo! Es imposible que haya podido obtener esta nota, justamente pretendía que fuera lo contrario — Pensó — Esto es un tremendo error, tengo que informarle a ese puto Ministerio. Primero muerto que ser mandado por un año a un país extraño sin poder hacer lo que me da la gana.


- ¿Qué pasa hijo? — Le preguntó su madre, que estaba asomada en la puerta, había acudido atraída por los anteriores gritos de Aviveki.


- Eh... Recibí los resultados de la prueba de la beca... — Le respondió Aviveki, maquinando lo que diría después.


- ¡Qué bien! — Dijo su madre contenta — ¡¿Cómo saliste?! ¡¿La ganaste?! - Preguntó ansiosa.


- Ese es el problema... No tan bien como esperaba, voy a ir a la oficina del Ministerio esta tarde para averiguar que pudo estar mal — Dijo. A pesar de su mentira efectivamente tenía planeado ir a la oficina ese mismo día.


- Ya veo — Le respondió. Tenía tanta confianza en su hijo que no le exigió que le mostrara sus notas — Pero primero almuerza Aviveki, ya tu comida se debió enfriar.


- ¡Por supuesto! — Dijo el joven más animado, uno de los deliciosos platos de su madre le venían muy bien para recuperar su compostura y prepararse para su insólita protesta.


Horas después, en la oficina del Ministerio


Aviveki no tuvo que esperar mucho para que le llegara su turno de hablar con uno de los empleados del Ministerio. Nada más entrar a la oficina del empleado que le tocó, este lo reconoció.


- Buenas tardes... !Pero si tú eres ese muchacho que visité hace días! — Le dijo — ¿Cómo estás? ¿En qué te puedo ayudar?


Aviveki colocó sus manos con un pequeño golpe en el escritorio del empleado.


- ¡Exijo una explicación! — Le vociferó — !Me han puesto la nota máxima en su examen del OEE y estoy seguro que saqué todo lo contrario porque respondí todo a lo loco!


- ¡Oh! Así que crees que es imposible que hayas sacado esa nota - Dijo el empleado - ¡Vamos! No hace falta tanta humildad, quizás eres un genio natural y nunca te diste cuenta — Le dijo mientras reía ante lo irónico de la queja.

- ¡Maldición! — Le respondió Aviveki, cada vez más impaciente — !Ya le dije que estoy seguro que salí 100% mal, todo lo respondí por responder, por dármela de graciosito para pasarla bien — Hizo una pequeña pausa — !Y lo hice así porque no quiero ganarme una puta beca para el extranjero! !Quiero quedarme aquí en paz siguiendo mi rutina: levantarme, meterme en la PC y jugar videojuegos hasta el amanecer! — Volvió a hacer otra pausa — !Al diablo con sus leyes! Anúlenme ese examen, al menos cumplí con el deber de presentarlo. Puede decirle al presidente, ministro, diputado o quienquiera que haya inventado esa ley que se puede ir a la mierda.

- Mmm... Así que presentaste ese examen sólo por hacerlo y pensando sólo en tus caprichos... — Dijo el empleado tocándose la barbilla pensativamente, impasible ante los previos y descontrolados comentarios del muchacho. — Si toda tu queja hubiera tenido un motivo sincero y justo más allá de tus inmaduros intereses te hubiera dado una mano pero ahora con más razón te dejo el examen así — Sentenció — Quizás salir de eso que llamas "rutina" es lo que te ayudará a madurar de una buena vez. - Sonrió.

En un arranque de ira Aviveki agarró bruscamente por la camisa al empleado y lo levantó ligeramente de su silla.

- Ni si te ocurra — Le dijo el empleado, manteniendo la calma — ¿Quieres hacer Servicio Comunitario después de todo?

Al escuchar esas palabras, Aviveki soltó al empleado y le dio la espalda, resignándose a que ya no tenía escapatoria al destino al que lo había sentenciado.

- Sé lo que estás pensando. — Le dijo el empleado — No trates de saltarte el vuelo, si lo haces ganarás una penalización económica bastante seria, no creo que seas tan patético como hacer pasar por eso a tus padres.

Justo antes de salir y cerrar la puerta de la oficina, Aviveki se volteó al empleado.

- !Algún día me las pagarás hijo de perra! — Le gritó señalándolo, desahogando toda su rabia del momento — !No te perdonaré!

- Al contrario muchacho, me agradecerás toda tu vida — Le dijo el empleado sonriendo mientras vio como Aviveki se retiraba finalmente cerrando la puerta con un fuerte golpe.

Ese mismo día, poco tiempo después

Aviveki cerraba la puerta de su hogar, estaba más calmado pero aún devastado por los recientes sucesos. Su madre lo miraba desde un sofá, al parecer lo había estado esperando.

- ¿Qué pasó? ¡¿Qué te dijeron?! — Le preguntó ansiosa buscando la respuesta.

Aviveki le devolvió la mirada.

- Ni modo, tengo que decirle ya — Pensó — He ganado la beca mamá, me iré a estudiar por un año a otro país dentro de una semana.

Su madre se levantó y se abalanzó hacia él abrazándolo y agitándolo por la emoción.

- ¡Qué bien! ¡Qué bien! — Dijo alegremente — !Siempre creí en ti! !Siempre supe que eras un buen chico! !Te lo mereces! — Aviveki sólo podía aguantarla con una cara inexpresiva, no compartía precisamente esa misma euforia. Al rato su madre lo soltó.

- Tenemos que preparar tus maletas desde ahora — Le dijo, ignorando el poco entusiasmo de su hijo — ¿Cuál país es? ¿Qué idioma hablan? ¿Cuáles son sus costumbres? ... - Le preguntó sin parar.

- Adiós a mi mundo ideal... — Fue lo que pensó Aviveki que ese día significaría para él por un largo tiempo.

Su vida cambiaría para siempre, pero no de la forma que él lo esperaba.