Tomo 25

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BOLETIN DEL

Museo Nacjoual de Historia Natural

tom o

'

xxv

Correspondiente a los a単os 1950 y 1951

MUSEONACIONM^tDSTDRIANATURAL BIBLIOTECA CIENTIFICA ABATE JUAN IGNACIOMOLINA

SANTIAGO

WMm

SANTIAGO DE CHILE 19 51


PERSONAL DEL M USEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL DE SANTIAGO

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H U M B E R T O FU E N Z A L ID A V . . .

D irecto r.

M A R C IA L R . E S P IN O S A B ..............

J e f e de Se cció n P la n ta s C rip tó gam as (Ad H on ores). *■

E M IL IO U R E T A R .......................................J e f e de la S e cció n E n tom ología. R O D U L FO A. P H I L I P P I ........................J e f e de la S e cció n O rnito log ía. G R E T E M O ST N Y ..

............................. ....J e f e de la S e cc ió n A rq u eolo gía.

R E B E C A A. D E V A R G A S ....................J e f e de la S e cció n B o tá n ic a G en eral. C A R L O S MUÑOZ P .................................

J e f e de la S e cc ió n de P la n ta s F a n e ­ rógam as.

N IB A L D O BA H A M O N D E N .............

J e f e de la S e cc ió n H id rob iolog ía.

R A U L C A B R E R A ....................................

J e f e de la S e cc ió n M in e ra lo g ía H onores).

M A R IA C O D O C E O .................

J e f e de la S e cció n R e p tile s (Ad H o ­ nores).

..

M A R IA NUÑEZ B ............................ . .

J e f e de B ib lio tec a s.

L E O N O R O V A L L E R . ........................

B ib lio te c a ria .

G IL B E R T O M O N Z A L V E ....................

A yu d an te de E n tom ología.

H U M B E R T O M O LIN A B . . .

(Ad

..

P ro fe so r G u ía.

A L B E R T O M EN D EZ P ................. . . .

T a xid erm ista .

G U IL L E R M O K U S C H E L ....................

A d scripto a la S e cc ió n (Ad H onores).

M IG U E L C E R D A ....................................

A d scripto a la S e cc ió n E n tom ología (Ad H onores).

C A R L O S ST U A R D O O. ....................

A d scripto a la S e cc ió n E n to m o lo g ía (Ad H onores).

Dirección:

E n to m ología

"

MUSEO NACIONAL DE HISTORIA NATURAL (Quinia N orm al de A gricultura)

« Casilla 787 -

Teléfono 91206 -

Santiago de Chile


B O L E T I N DEL

M U SEO N ACIO N AL DE HISTORIA NATURAL



B O L E T I N DEL

Museo Nacional de Historia Natural

,

TOMO XXV

Correspondiente a los a単os 1950 - 1951

\

SANTIAGO DE CHILE 1951


INDICE DEL TOM O X X V

P ágs.

1.

El señor Enrique E. Gigoux, por H. F u en zalid a V ille g a s

2.

Sobre Ranúnculus Sem iverlicillaius y su cam bio de nom bre es­ pecífico, p or M. Espinosa B u s t o s .................................................... j . . . .

15

Indice específico de las V erbenáceas chilenas del M useo de His­ toria Natural, por R eb eca A c e v e d o ...............................................................

35

4.

Una nueva especie de X yleu tes, por E m ilio U r e t a ..............................

73

5.

Observaciones sobre aves norteam ericanas m igratorias que visi­ tan Chile, por R odu lfo A. P h ilip p i B . ...........................................................

79

6.

Sobre P arastacu s Spinifrons, por N ibaldo B a h a m o n d e ..................

85

7.

Los Petroglifos de la Fin ca de C hañaral, o o r H e rb e rt H orn koh l.

97

8.

Revisión de moluscos terrestres y de agua dulce provistos de concha, p or W a lter B i e s « .................................. ...............................................

115

Notas paleontológicas, por H. Fu en zalid a V ..............................................

139

3.

9.

. .. .

5


EL SEÑOR ENRIQUE ERNESTO G IG O UX

El 26 de Julio, murió en Santiago, a la edad de 88 años, el dis­ tinguido hombre de ciencias, señor Enrique E. Gigoux. De cepa francesa, había nacido en Copiapó en 1S63, ciudad en que pasó sus primeros años. Un espíritu de rebeldía,, que caracteriza toda su ju­ ventud, hizo que no se aviniera con los cánones de escuelas y cole­ gios, de tal manera que sólo sus muy primeras letras las obtuvo en estos establecimientos educacionales. Junto con esta rebeldía, un es­ píritu abierto al mundo y una auténtica vocación, lo llevó desde muy temprano a dedicar la mayor parte de su tiempo al perfeccionamiento intelectual, estudiando por propia iniciativa en tratados y textos de su tiempo. La generosidad con que lo había dotado la naturaleza a este respecto, pronto lo hizo descollar, y se constituyó eii una espe­ cie de mentor, entre los jóvenes de su generación, que tenían pre­ ocupaciones científicas o literarias. Al mismo tiempo que acrecía su cultura, empezó a sentir una vocación por el' estudio de la vida que se le ofrecía en racionadas porciones, en aquel medio hosco y parco del desierto. Al principio, su curiosidad lo llevó a estudiar el mundo de los insectos v de las plantas, luego el mundo de los fósiles y mi­ nerales, emprendiendo continuas .excursiones por los contornos de iu ciudad natal, las cuales, al mismo tiempo que le procuraban ma­ teria] para ensayarse en los caminos de la ciencia, le infiltraron 1111 hondo amor por la naturaleza, por los paisajes de su terruño y por el desierto.


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H. F ü E N Z A L ID A V IL L E G A S

Junto con estas inquietudes científicas, le agitaban también pre­ ocupaciones de orden literario. Incuestionablemente bien dotado en este sentido, se ensayó en la prosa, en el verso, y emprendió, con la pertinacia que le caracterizaba, una serie de obras de cierta enverga­ dura, las cuales, en su mayoría, nunca vieron la luz pública. Eran, sin embargo, las preocupaciones científicas las que prima­ ban en su espíritu, y en ellas fué donde encontró su intelecto el ca­ mino definitivo. Durante los primeros años se dedicó, para ganarse la vida, a va­ riadas actividades, estando en ello dirigido también, en cierto modo, por sus preocupaciones intelectuales. La fotografía, que recién llega­ ba a aquellas regiones, le apasionó con el misterio de los ácidos, de las emulsiones y los procesos de desarrollo, siendo tal vez ésta la pri­ mera actividad práctica que tuvo en su vida. Más tarde trabajó en las minas, particularmente en Ghañarcillo, dedicado a tareas de laboratorista y de inspección. Después es el comercio lo que polariza de­ finitivamente su actividad práctica y se dedica a la farmacia. Al mis­ mo tiempo que ya se desempeñaba vigorosamente en la vida, seguía cultivando su espíritu y estudiando las ciencias más dispares: estudió biología con particular interés, pero no dejó la química y agregó la odontología. Años más tarde se instaló en Caldera, puerto de toda aquella re­ gión de tan rica vida, en circunstancias que en esta localidad, existía una intensa actividad minera y una fundición. Una farmacia abierta en la esquina de la Plaza con la calle que baja hacia el mar, lo vió pasar la mayor parte de sus años, entregado a los trabajos del receta­ rio, ejerciendo un verdadero apostolado sobre la población, y emplean­ do sus solaces, en el estudio de la naturaleza de los contornos. Aho­ ra era el mar el que se le ofrecía como un inmenso campo a la cu­ riosidad permanente que le agitaba. E n aquellas regiones, frente a la parquedad de las tierras que es­ catiman la ffor, el insecto y el mamífero, el mar, en. cambio, se mues­ tra ubérrimo y generoso. En él las aves encuentran abundante alimen­ to y millares de pájaros marinos vuelan continuamente sobre las olas y pueblan los roqueríos costeros. En las playas, innumerables molus­ cos, equinodermos, crustáceos, celenterados, etc., se ofrecen a la cu-


Don Enrique Ernesto Gigoux


H. FU E N Z A L ID A V IL L E G A S

riosidad y las mismas terrazas marinas que se desarrollan, están cons­ tituidas por infinitas conchas trituradas que atraen la curiosidad por su abundancia y la potencia de sus depósitos. Los pescadores, por otra parte, todos los días llegan travendo su cosecha, y de vez en cuando, algunos peces raros que llaman la atención por sus formas, por su co­ lor o por su estructura. Todo esto atraía poderosamente y, poco a po­ co, se conforma en el señor Gigoux, un estudioso del mar, al cual le va a dedicar numerosos trabajos y sus principales desvelos. Su curiosi­ dad, pronto encuentra en el mundo de las conchas un campo predi­ lecto, y a ellas dedica su entusiasmo. Colecta profusamente por el li­ toral velando por la limpieza y perfección de sus piezas; hace series innumerables y después selecciona cuidadosamente. Las necesidades de la determinación le hacen entrar en contacto con dentistas de C h i­ le y de otras partes del mundo. Los capitanes de las naves que anclan en el puerto, le traen de tierras distantes, libros, ejemplares que soli­ cita, piezas de otros mares y de otros climas. Entra en contacto con el mundo entero y con los misterios del mar, que le sobrecogen por la vastedad de sus posibilidades v la belleza de sus formas. Es por ese entonces, cuando empieza a publicar sus primeros trabajos que lla­ man la atención por la acuciosidad de la observación y la información rica de primera mano que procuran. Crece su biblioteca, aumenta su experiencia, y poco a poco su nombre se inscribe entre la modesta pléyade de los hombres que en Chile se dedican a la ciencia. Pero su vocación por el mar no le hace olvidar las rocas, los me­ teoritos, los fenómenos geológicos, los insectos, las plantas o las es­ trellas. Continuamente envía materiales a los muSeos y a los especia­ listas, deseoso de servir y de aprender, de obtener materiales en con­ sulta y de aumentar su experiencia sobre la naturaleza. El sabe que hay que especializarse en algún ramo de la ciencia, para poder desta­ carse; pero lo que a él le atrae no es la planta, o el animal, el fenó­ meno geológico o la roca, sino la naturaleza. Si él hubiera de espe­ cializarse, sería en la naturaleza entera y no en ninguna de sus partes. Así transcurre su vida. Entre sus tareas de farmacia, su acción de consejero social, la vigilancia de sus intereses, el estudio de la ciencia y de la naturaleza, las preocupaciones literarias que no dejan de se-


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guir bullentes en el seno de su espíritu, van pasando los años a me­ dida que acrece su experiencia y su caudal de conocimientos. Se ha casado y tiene varios hijos. Su nombre ha trascendido de la región y en las revistas científicas tiene la satisfacción de ver apa­ recer, por aquí y por allá, esos pinchazos que va dando en el mundo que lo rodea. Permanece, sin embargo, como agobiado frente a la gran­ diosidad del espectáculo y de la tarea que tiene por delante. ¿Cómo soqsrender más íntimamente a esa naturaleza que siempre se le esca­ pa? Porque la naturaleza no es ni el camarón, ni el molusco, ni el ave que vuela, ni el insecto, ni el roquerío. Es ese todo que desde lo alto de la terraza, en las tardes, contempla cuando se pone el sol y bullen los pájaros en su ajetreo nocturno, mientras el mar debate, a sus pies, su angustia interminable. Pasan los años. Allí está siempre el hombre que sale en su co­ che de dos ruedas a recorrer los contornos v a recoger esas briznas del mundo, que va acumulando en las piezas tde su casa, la cual, poco a poco se convierte en un museo. El está orgulloso de aquellas piezas cuidadosa y religiosamente escogidas. Se sienta entre ellas, toma sus libros, lee unas páginas, medita, escoge aquellas que le preocupan en el momento y estu d ia... Una desazón le roe por dentro sin embar­ go. ¡La naturaleza!. .. Abandona su estancia y se va a mirarla afuera, en el campo reverdecido por aquella' lluvia que cayó recientemente, en el mar con sus aguas agitadas, en el cielo poblado de estrellas. ¡Pobre hombre de ciencia! Está triste. ¿Cómo asir lo inaccesible? ¿Cómo sorprender ese todo, en su complejidad y en su imponencia? Pasan los años y es tan difícil encontrar el camino. En 1927 se traslada a Santiago. Sus hijos, establecidos en la capi­ tal y los males económicos que siempre aquejan al que vive para el espíritu, son los motivos’ que lo traen. Su nombre vastamente conoci­ do. y su vocación, lo ubican en el Museo de Historia Natural, donde toma a su cargo la Sección de Zoología. Durante sus primeros años trabaja con fervor en importantes trabajos. Restaura los tipos de aves del Museo en compañía de Gualterio Looser, y se preocupa del estu­ dio de las conchas. Sin embargo, algo se quiebra en su interior. Ya 110 es el hombre rodeado por la imponencia de la naturaleza, como en su pequeño puerto del norte. Los años le imprimen sus achaques


H. F U E N Z A L ID A V IL L E G A S

y no puede ir con la frecuencia que deseara a mirar el campo, los ce­ rros o el mar. No tiene la comodidad de sus bienes propios. E l Museo está en reconstrucción y no le ofrece lo que deseara para canalizar su actividad.' Si mira en el contorno, 110 encuentra sus huesos de ballena, sus conchas, sus aves, preparadas por propia mano, o su telescopio por el cual puede mirar los cielos límpidos de la noche en el desierto. Trabaja con ahinco, sin embargo, en las tareas de rutina. Su bonhomía y su espíritu acogedor, hacen pronto que su oficina sea el centro espiritual del Museo. Allí nos hemos sentado todos a conver­ sar un instante, cuando las tareas o las preocupaciones nos agobian, o a debatir los problemas comunes. Siempre había allí un espíritu que sentíamos amigo y que sabía enrielar nuestras preocupaciones o pro­ porcionamos los datos que nos hacían falta para seguir adelante cuan­ do nos encontrábamos en un callejón sin salida. A la muerte de don Ricardo Latcham, 1943, es nombrado D iíector en su reemplazo. Para' él, esto constituyó una gran alegría, por­ que veía premiada una vocación de toda su vida. Sin embargo, los años ya son muchos. En 1946 lo sorprende una hemiplegia que, sin dañarlo muy profundamente, inhibe su actividad. Atiende todavía a sus funciones, pero en 1948 se acoge a la jubilación. Para poder ha­ cerlo, fué necesario que el Parlamento le concediera años de servicio como empleado público. Su vida ya estaba concentrada en pocas cosas. Escribía sus ar­ tículos semanales para “Las Ultimas Noticias” con el cariño de su antigua vocación. Se sentaba en un sillón de peluche a mirar los jar­ dines de la Avenida Portales, y conversaba cuando lo iban a ver sus hijos o alguno de sus viejos amigos. Su integridad intelectual se con­ servó intacta hasta el último momento y era admirable oírlo todavía cuando hablaba de su tierra, del puerto en el norte, de Copiapó, de las minas, del mar con sus misterios insondables, o de las estrellas. Cuando lo despedimos en el cementerio, quisimos decirle nuestro viejo afecto, y guardar su recuerdo como una compañía. Al rendirle este homenaje en el Boletín, queremos saludar en él a estos científi­ cos del pasado, que por amor a la naturaleza, nunca canalizaron sus esfuerzos y lucharon incansablemente por tratar de comprenderla to­ da, por sorprenderla en su integridad v en su misterio.


E N R IQ U E E . G IG O U X

B IB L IO G R A FIA

D EL

SEÑOR

EN R IQ U E

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E. G IG O U X

EN LA R EV IST A C H ILE N A DE H ISTORIA N ATURAL

L o que viven sin com er algunos an im ales. Tom o II (1898). L a s P e c tin a d a s: com o co n stru y en sus h ab itacio n es. Tom o I I I (1899). E l aquarium de C aldera. T om o IV (1900). E l Sigaretus ccn cavus. T om o X I X

(1915), pág. 71.

E l M onoceros crassilabrum . T om o X X

(1916), pág. 11.

U n escutelíd eo te rc ia rio de C ald era. Tom o X X

(1916), pág. 80.

C oloración an orm al d'al P e cte n purpuratus. Tom o X X I I (1918), pág. 153. A p u ntes sobre la geología y top og rafía de C aldera. Tom o X X V (1921), pág. 68. A nom alías en las ram as de O xalis gigantea! Tom o X X V I I (1923), pág. 1923. A ves que nos visitan. Tom o X X V I I I (1924), pág. 83.

/

Calandrinia discolor: un caso de ex u b era n te lozanía. Tom o X X I X (1925), pág. 191. Proiop arce sexta coestri. T om o X X X (1926), pág. 99. L a qu eb rad a de león. Tom o X X X (1926), pág. 288. E l Liolaem us nigrom aculaius. Tom o X X X I (1927), pág. 182. F ru c tific a c ió n anóm ala de un granado. Tom o X X X I (1927), pág. 201. P la n ta s in d u striales del v a lle d e Copiapó. Tom o X X X I (1927), pág. 282. 458.

L o s M oluscos de la obra del A b a te M olina. Tom o X X X I I I (1929). pág. ' ■ E l H uem ul. Tom o X X X I I I (1929), pág. 573. L a S iern a hirundinacea L ess. Tom o X X X I I (1929), pág. 89.

P la n ta s in d u stria les' del v a lle de Copiapó. (C onclusión). Tom o X X X I I pág. 129. A ves de la Q uebrad a del L eó n y alred ed ores. Tom o X X X I I (1928), pág. 144. S o b re ostras fó siles de A tacam a. Tom o X X X I I (1928), pág. 202. A ves m arin as de A tacam a. Tom o X X X I V (1930), pág. 130. S o b re algunas aves de A tacam a. Tom o X X X V (1931), pág. 42. S o b re algunos ca ra co les te rre stres de A tacam a. Tom o X X X V I (1932), pág. 25.


H. F U E N Z A L ID A V IL L E G A S

A ves productoras de guano en el N orte de C h ile. T om o X X X V I I (1933). •

Los m oluscos m arin o s de A tacam a. T om o X X X V I I I

(1934), pag. 274.

E l M orro Copiapó. Tom o X X X I X (1935), pág. 253. ¡C u arenta años! Tom o X L (1936), pág. 1. E l H elix asp'ersa M ull. A t a c a m a . T om o X L (1936), p ág. 42. S o b re Tinam otis Penilandi Vigcrs. Tom o X L I (1937), pág. 8. E l agua de C h o rrillo s y el Bufo Spinclosus. T om o X L I I (1938), pag. 2. L a T ra v esía . Tom o X L I I I (1939), pág. 17. L a R ara (Phyiolom a rara, Mol.) T om o X L I V (1940), pág. 4.

EN E L B O LE T IN D EL MUSEO NACIONAL DE H ISTO RIA N A T U R A L

C on tribu ción a la O rnitología C h ilen a. Tom o X I I (1929), pág. 42. L o s tipos de aves conservados en él M useo N acio n al de H isto ria N atu ­ ra l de Santiagoi, E. E . G igou x y G. Looser. Tom o X I I I (1930), p á s . 5. C on tribu ción O rnitológica. Tom o X I I I (1930), pág. 37. Zoología del A ysen. Tom o X I V (1935), pág. 59. ¡C u aren ta años! Tom o X V (1936). pág. 159. C on tribu ción a la conch iliología a rq u eo ló gica. Tom o X V (1936), pág. 3. La Oliva peruviana L a m a rck . T om o X V I (1937), pág. 3. L o s ofidios chilenos. Tom o X V I I I (1940). pág. 5. ■Notas conchiliológi.cas. Tom o X I X

(1941), pág. 5.

A ves del V a lle de Copiapó, de m a r a co rd illera y lu g ares ad y acen tes. Tom o X X (1942), pág. 19. Don C arlos E . P o rte r. Tom o X X (1942), pág. 107. L a pesca en las costas de A tacam a. T om o X X I (1943), pág. 9. Fó siles de A tacam a. Tom o X X I I (1944), pág. 45.

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E N R IQ U E E. G IG O U X

EN LA R EV IST A U N IV ERSIT A R IA

1926

E l M íxine Dombeyi. V. X I ,

1927

A ves y nidos. V . X I I , N ? 2.

6.

M oluscos y equinoderm os. V. X II, N9 4. L a Ephedra andina. V . X I I, N9 5. E l silbido y la succión de las serp ien tes. V . X II, N9 ‘ 5. E l Lairodecius form idabilis y el veneno de las arañas. V . X II, N9 L a C ypricardia enigm ática. V . X I I, N° 8. Notas, o b servacio n es y recu erd o s de los indígenas de A tacam a. X II, N9 8 L a s m arm itas de los gigan tes. V . X I I, N? 9. M ariposas diu rnas del v a lle de Copiapó. V . X II, N9 10. 1928

E l cerro B ra m ad o r de Copiapó. V . X I I I , N? 2. L as piedras cam p anas. V . X I I I , N9 3. E l Term es chilensis. V. X I II ,

4.

L a ex term in a ció n de las esp ecies. V . X I II , N9 7. E l cetáceo fó sil de C ald era. V . X I I I . N.os 8 y 9. Los olores y sab o res de n u estras fru tas. V . X I II , N.os 8 y 9. E l m ira je de cabeza de vaca. 1938

S o b re algunos b a tra cio s y sus leyendas. V : X X I I I . N? 2.

1939

N otas ictio ló gicas. V . X X I V , N? 1.

1940

H o m en aje a M olina. V . X X V , N? 3. La A rtem ia de las salinas. V . X X V , N? 3.

1941

Notas m alacológicas. V . X X V I, N? 2.

1943

L as arañ as y su veneno. V . X X V I I I , N? 1.

1943

E l D r. P o rte r. V . X X V I I I , N? 1.

1945

E l C ururo. V . X X X , N? 1.

1946

C o n trib u ció n a la o cean o grafía chilena. V . X X X I , N? 1.



' EL

RANUNCULUS

SOBRE SEMIVERTICILLATUS

PHIL.

Y SU CAMBIO DE NOMBRE ESPEC IFICO Por el Prof. M a r c i a l R. E s p in o s a B. t ■, y Dr. ( M é d .) C a r l o s R u d o lp h

La diagnosis latina y la descripción en castellano de parte de es­ ta planta, fueron dadas a conocer por el Dr. (Mód.) R. A. Philippi en los Anales de la Universidad de Chile, 1861, 1, p. 60, pero con du­ da genérica, como Ranuncuíus semiverticillatus, aprovechando dos ejemplares recogidos por Ricardo Pearce “en el cerro Yate cerca de las nieves perpetuas”; el cerro se eleva al sur de la. entrada a la E n ­ senada del Reloncaví a 2.110 m. s. n. m., a los 4 1 945’ de lat s. y a 72g25’ de long. occ. (L. Riso Patrón, 1934), cu la provincia de Lkmquihue. En Journal fíir -Botanik “Linnaea” X X X III (1864-65) p. 3, el Dr. Philippi la nombra nuevamente, pero también con duda, bajo “Callianthemum semiverticillatum Ph.”, agregando: “Ranuncuíus semiverticillatus, An. Univ. Chil. 1861. I; p. 60” y repitiendo la diag­ nosis latina.


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E S P IN O S A Y R U D O LP H

En Catalogas Plantarum vascularium chilensium, publicado en los An. Univ. Chil., 1881. lom o 59, F sección, p. 52. el Prof. clon Federico Philippi coloca la planta en el gen. Ranunculus y como si­ nónimo a Callianthemum semiverticillatum Ph., así que desde esta última fecha quedó incorporada definitivamente en el gen. Ranuncu­ lus Tournef. ex L. El Dr. (pliil.) Carlos Reiche, en Estudios críticos sobre la Flora de Chile, Tom o I, 1896. p. 22. estableció para la planta la sección Pseudo-Callianthennun, pero cree que “en vista de un número más grande de muestras completas, tal vez sería motivado establecer otro género de las Ranunculáceas", lo mismo repite en Grundzüge der Pflanzenverbreitung in Chile, publicado en Dio Vegetation der Erdc de Engler und Drude, V IH , 1907. p. 243. Tomando en cuenta las indicaciones de Reiche y basándonos en el estudio del valioso y completo material vivo y .de herbario, reco­ lectado por el segundo de los autores de este trabajo, en el departa­ mento y provincia de Osorno, en las arenas volcánicas del cordón cor­ dillerano de Las Vizcachas, situado entre el volcán Osorno por el S. O. y .el cerro de La Picada por el N. E .. desde 1.200-1.300 m. s. n. m., en las fechas 7—X I —1943, 2—1—1945. 23—1—1949, 12—11 y 31— X I I —1950, hemos llegado a la conclusión de que los dos semiverticilos de hojas indicados para la planta por Philippi v Reiche, no son ta­ les, sino dos liojas superdescompuestas, caví sésiles, semiamplexicaulas, con el pecíolo de 1,5 mm. de 1. del cual salen pinas pecioluladas; el pecíolo de la hoja inferior de la planta mayor de Philippi. lleva tres pinas largamente pecioluladas con los peciólulos de 4,7. v de 3,5- cm. de 1. y una lateral con peciólulo de 5 mm. de 1. el cual se divide en dos peciólulos de 2? orden de largo desigual (2 v 4 cm .) los cuales parecen ser dos de primer orden que al secarlos se hubieran unido en su base por la presión, presentando así todos ellos la apariencia de un semivertieilo de cinco hojas. En varios- de los especímenes de la co­ lección vizcachense que liemos observado, la primera hoja se presenta como en el original mayor de Philippi, pero en muchos otros el pe­ ciolo está bastante desarrollado. Una de las pinas de la primera hoja del ejemplar mayor pliilippiano. se superdescompone 5 -(6 ) veces; en el último peciólulo van los folíolos.


SO BRE

R A N U N C U L U S S E M IV E R T lC lL L A T U S

1?

Estas muestras originales del cerro Yate, estudiadas por Philippi, se guardan en el herbario de nuestro Museo Nacional de Historia Na­ tural de Santiago, pegadas, últimamente, en una cartulina; llevan un rótulo manuscrito por el Prof. Francisco Fuentes M ., botanista (fa­ llecido) de dicho Museo, quien se ocupaba de la ordenación de los tipos museales; a la cartulina se le ha puesto el N Q 04508 v en un pequeño sobre hay una pínula con cinco folíolos y una punta de pé­ talo; rótulo de Philippi no poseen, sólo hav uno manuscrito que dice: "ex herb. Philippi”. Ambos ejemplares son de tamaño diferente: uno mayor con hojas grandes desarrolladas y con dos pedúnculos: uno axilar y otro terminal; y otro ejemplar menor de hojas pequeñas sin extenderse y con una flor terminal completa y de 2 cm. de diám. El pedúnculo terminal que se aparta de la hoja superior de la planta mayor, está inclinado, es el más antiguo, mide 3,3 cm. de 1. y el androginóforo de 4 mm. no conserva periantio ni androceo ni gineceo; el pedúnculo axilar mide 5,5 cm. de 1. y el androginóforo de 8 mm. de 1. conserva algunos frutos avanzados en su desarrollo y carpelos pequeños; es el más nuevo y se desarrolló más que el terminal, por el cual se le toma a primera vista. Fotografías de los dos originales se presentan en este trabajo y agregamos además la de un ejemplar in­ completo del mismo herbario, coleccionado en Raneo, provincia de Valdivia, por Krause, pero sin fecha ni estación y al cual nosotros con­ sideramos por sus caracteres, como la misma especie de Yate y de Las Vizcachas v que probablemente fué coleccionado en alguna lo­ calidad cordillerana; referencias a él no hemos encontrado, sino los rótulos del herbario, uno dice: "Herbarium Friderici Philippi. 21. Ra­ nunculus subverticillatus Ph. Raneo leg. Krause”; el ejemplar lleva un rotulito con el Np 21 pegado en el tallo; otro rótulo lleva el N ° 8 y con el mismo nombre botánico v “Raneo 1. Krause"; el N9 que se le ha puesto en la cartulina museal es 039295; en el nombre espe­ cífico creemos se incurrió en un error de pluma al poner sub en lu­ gar de semi. Para completar el conocimiento de la planta apuntamos a con­ tinuación nuestras observaciones, acompañando dibujos y fotografías originales.


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E S P IN O S A Y R U D O L P H

R. herbaceus, validus, eugeophilus, rhizomatiferus, psammophilus, andinus, soc. v. spars., usque 29 cm. altus foliis 1-3 oblique patentibus, extremo caulis epigeo collocatis; rhizomate albido v. isabellino, defi­ nito, simplice ramificatove, duriusculo, 6-10 mm. diàm., contracto-articulato, verticali, obliquo horizontalive, recto curvatove, cum circularibus cicatricibus; masticatus dulcis est; flexibilis sed fragilis, siccus fractura straminea, fasciculis vascularibus sive valde proximis cum radiis medullaribus angustissimis sive valde separatis cum radiis medullaribus amplis, medulla usque 4 mm. diam., cortice usque 1,5 mm. crasso; radices fasciculatae, amyliferae et dulces, albae albidaeve et biformes: unae fibrosae usque 25 cm. longae, 1,5-3 mm. diam. in crassiore parte et basi pentarchae vel hexarchae et extremum versus tetrarchae pentarchaeque sunt; reliquae camosissimae, crassae, clavatae, tetrarchae, usque 5,5 cm. longae, extremo 4-7 mm. crassae et multum amylum continentes. Grana ex amylo grannulis partialibus composita. In apice rhizomatis vaginae duae orientes, albae, nitidae, chartaceae, ovato-lanceolatae, acutae, cum longitudinalibus carinis et valleculis, ambas in magnitudine differunt, major usque 5,5 cm. longa et 0,15-2, 5 cm. lata et in illis caulis epigeus oriens, interdum quatuor, duós in unaquaeque vagina e diam. et longit. differentibus sed communitcr duae vaginae in unoquoque; caulis 1,5-8 mm. diam. aphylla parte, rectus curvusve, duriusculus, parte inferiore albus, mediana atropurpureus, purpureus v. viridi-purpureus, interdum ¿ubcastaneus usque ad primum folium, caeterus glaucus, sed interdum etiam totus purpu­ reus; pedunculi alabastraque communiter atropurpurea. Crassiores caules cum 17-26 vascularis fasciculis. Folia usque 12 cm. longa, superdecomposita. alterna, petiolata, interdum subsessilia semi v. fere amplexicaulia, oblique patentia, petiolo rigido 1,5 mm.— 3,5 cm. longo usque 6 mm. lato, communiter atropurpureo purpurinove, circumscriptio laminae semicirculata est, usque 11 cm. lata, cum pinnis usque ad 7 um. ordinem, petiolulatis, petiolulis ejusdem ordine longitudine differente, frequentcs, atropurpureis, pinnis (pinnulis) ultimo ordine foliolatis, foliolis polymorphis, subcarnosis, integris, subsessilibus sessilibusve, simplicibus v. nonnulis lobulatis, subrecurvatis. basi attenuatis, nervatis, nervis paulum visibilis propter crassitudinem foliolorum; sto­ rnata ovali a sed etiam circularia cum 4-6 cellulis annexis parietibus


SO BRE

R A N U N C U L U S S E M IV É R ÍIC IL L Á T Ü S

ìt»

undulatis; vallus chlorenchymatis 120-140 u crassus. Flores speciosi inodori, 1-4, pedunculati, solitarii, axillares et una terminalis; primum expandit flos terminalis eaulis, deinde reliqui; peduneuli cylindrici, 3,3-12 cm. lóngi, 1,5-3 mm. diam.; alabastra atropurpúrea, ovata, usque 10-11 mm. longa et usque 6-7 mm. lata; sépala 12-20 mm. longa et in latiore parte 5-10 mm., venosa, concava, obovata, interdum oblonga, basi subattenuata, atropurpúrea, exsicata atroviolacea; pétala usque viginti, 10-22 mm. longa, usque 9 mm. lata, carináta valleeulataque, venosa; stamina usque 6-7 mm. longa filamento 0,3-0,4 mm. lato, ad antheram 1 mm., anthera usque 1 mm. lata, 1 mm. longa, polline flavo granulis globosis 32-36 u diam., extina scabriuscula. Perianthium, androecium gynaeceumque in androgynophoro clavato usque 5 mm. longo et extremo 4 mm. grosso basi cylindrica 2 mm. longa et 1,5 mm. diam., disposita; carpellis laevibus usque 2,5 mm. longis, 0,7-1 mm. latis, quadrangularibus, breviter pedicellatis, pedicellis 0,3-0,4 mm. longis, ovario 1,5 mm. longo, stylo 0,4-0,5 mm. longo extremo stigmatico incurvo-rostrato. Androgynophori extremum posteaquam fructus cadent, alveolatum est et in alveolis cum pusillo ex­ centrico puncto, qui fascículo vasculari carpelli pertinuit; fructus subovoideus, quadrangulari-alatus, laevigatus, pedicellatus, viridulus v. subochroleucus, interdum isabèllinus, 6-10 mm. longus (pedicellus stylusque inclusi), pedicellus 1,5-4 mm. longus, 0,5-1 mm. latus, pericarpium cliartaceum parte interna parietis cellulis undulatis; semen oblongo-clavatum vel obovoideum micropylum hilumque versus attenuatum, 2-3 mm. longum, 0,9-1 mm. latum, exterius isabellinum badiumve; siccum longitudinaliter rugosum, udum laeve; embryo 428 u 1. et. 380 u latus, cordiformis prope micropylum situs. Pollinatio non observata, sed ob floralem morphologiam entomogama planta est. Progemmat mense Februario; a Novembri ad Februarium floret; a Januario ad Februarium fructificat et a Januario ad Februarium etiam fructos disseminat; diseminatio, ob fructus valde leves et angulis aliformibus, credimus anemoehora esse. O b anteriores observationes credimus necessarius esse nominem Ranunculum semiverticillatum Phil, in R a n u n c u l u m p s e u d o s e m iv e r crLLATUM

Espinosa et Rudolph mutare.


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E S P IN O S A Y R U D O LP H

R. herbáceo, robusto, eugeófilo, rizomatífcro, samófilo, andino, al­ canzando hasta 29 cm. de alto, soc, formando ranunculeto, de follaje obcónico, con 1-3 hojas oblicuamente extendidas, colocadas en el ex­ tremo del tallo epígeo; rizoma blanquecino o isabelino exteriormentc. definido (simpodial), simple o ramificado, algo duro, de 6-10 mm. de diám., con articulaciones angostadas en su extremo posterior, vertical, oblicuo u horizontal, recto o curvo, con cicatrices circulares dejadas por los tallos epígeos desaparecidos y por raíces; las cicatrices mayores corresponden a los tallos epígeos y van en la parte más gruesa o an­ terior de los artejos rizomáticos; es algo flexible, pero quebradizo, seco es de fractura pajiza, masticado es dulce; la médula mide 2-2,5 mm. de diám. y la corteza hasta 1,5 mm. de espesor; se observan 15-18 fascículos vasculares, unos muy próximos entre sí, siendo los radios medulares angostos, otros más separados y los radios medulares más anchos; la sección transversal del rizoma es circular. Las raíces fasciculadas, amilíferas y dulces como el rizoma y de dos formas: unas fibrosas algo carnosas, hasta de 25 cm . de largo, cilíndrico-cónicas y de 1,5-3 mm. de diám. en la parte más gruesa, en la base son pentarcas o hexarcas y hacia el extremo tetrarcas o pentarcas. las otras son muy carnosas, gruesas maciformes. tetrarcas, hasta de 5,5 cm. de largo y en el extremo de 4-7 mm. de grueso, son las que contienen más almidón y constituyen principalmente los alma­ cenes de reservas alimenticias para las necesidades de la planta. Los granos de almidón son, principalmente, de forma elipsoídea. rom­ boidea o deltoídcn y compuestos de granulos de dos caras o poliédri­ cos, con una pequeña cavidad con hendiduras radiales o curvas en una de sus caras, en el núcleo de formación; en dichos granulos no se distinguen estratos, los menores son de 3-4 u ( 1 ) . Los granos elipsoídeos comúnmente de 40-4S u de 1 por 18-28 u de ancho en su parte media, están formados de dos granulos con la cara de unión plana, la otra convexa alargada, miden 20-24 u de 1„ á veces se presentan bajo el microscopio por la cara plana, como un disco con su núcleo muy visible. Los granos romboideos son de 40-48 u de 1. por 24-36 n de ancho, con los granulos de cada extremo de 18-20 (1) L os granos y granu los son m uy p a recid o s en su fo rm a a los del bulbo del genero C on anth era de las A m arilid áceas.


SO B R E

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u de 1. por 20-24 u de ancho y de tres caras: dos basales de unión y una convexa; los granulos laterales de 20-24 u de 16-18 u de ancho y de cuatro caras: tres planas de unión convexa; también se observan, raras^ veces, granos romboideos

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planas 1. por y una de 40

u de 1. por 34 u de ancho y de ocho granulos. Los granos deltoideos miden de vértice a base 2S-38 u, con los granulos de 16-24 u de 1. por 22-24 u de ancho y de tres caras: dos planas de unión v una convexa. Algunos granos compuestos son curvos, hasta de 108 u de 1. por 28 u. de ancho en su medio v de tres granulos, a veces con un granulito en la concavidad de la curvatura, el granulo central con dos caras de unión planas o con tres si hay granulito, los granulos ter­ minales con una cara de unión plana y una convexa, pero si hay granulo pequeño poseen dos caras planas, siendo una de ellas pe­ queña. Otros granulos libres se ven obovados, de 22 u de 1. por 20 u de ancho, con pequeña cara plana en el extremo angosto. Los granos deltoideos se presentan a veces con un granulo central, cuyo contorno se de'staca como una circunferencia sobre los otros tres gra­ nulos hermanos. ,Las células parenquimáticas feculíferas están repletas de granos compuestos v de granulos libres; éstos aumentan por desgranularse los granos por la presión mutua, desgranulación que se observa al romper las células bajo el microscopio. En el ápice del rizoma se levantan dos vainas blancas lustrosas, papiráceas, de borde escarioso. nervadas, con pequeños valles y quillas longitudinales, aovado-lanceoladas. agudas, de diferente magnitud, la mayor puede alcanzar hasta 5,5 cm. de largo y 0,15-2.5 cm. de ancho; de entre ellas se levanta un tallo epígeo, a veces cuatro, dos en cada vaina, de diferente diám. v longitud, pero comúnmente cada uno bivaginado; tales vainas sirven de protección a los órganos nuevos, rara vez se presenta una laminita peciolada en el extremo de una de ellas; el tallo es robusto, tieso, pero algo flexible, liso o ligeramente estriado, recto o curvo, blanco en la parte inferior, en el medio atropurpúreo o purpurino o verde con tinte purpúreo, a veces algo castaño hasta cerca de la primera hoja; lo demás es glauco, pero a veces todo el tallo es purpúreo, los pedúnculos y los botones florales, comúnmente atro­ purpúreos; la parte sin hojas mide 1,5-8 mm. de diám.; los tallos más

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gruesos con 17-26 fascículos vasculares, cuyo xilema semirodea al floe­ ma; 7-9 de ellos son de muy pequeño diám., y situados hacia la peri­ feria del círculo fascicular entre los floemas de los grandes, esos tallos gruesos, a veces, son algo huecos en la base. Las hojas son superdescompuestas, alternas, pecioladas, a veces casi sésiles, semi o casi amplexicaulas, oblicuamente extendidas, con el pecíolo tieso de 1,5 mm.- 3,5 cm. de largo y hasta de 6 mm. de ancho (1 ) ; la primera es la mayor, puede alcanzar hasta 12 cm. de 1.; la circunscripción de la lámina es semicircular y puede medir hasta 11 cm. de ancho, con pinas hasta de 7° orden pecioluladas, y los peciólulos del mismo orden, de longitud diferente; las pinas (pínulas) de último orden son folioladas con los foliolos algo carnosos, enteros, con la mitad del borde anterior y la punta a menudo purpurinas, casi sésiles o sésiles, simples o algunos lobulados, algo recurvados, atenuados en la base, polimorfos (obovados, lanceolados, oblongos y obovado-lanceolados) de 6-8 mm. de largo, con los peciólulos de 0,5-1 mm. de 1. y la laminita de 1,5-3 mm. de ancho, con un pequeño engruesamiento en la punta y con nervadma poco visible debido al espesor de dicha laminita. Los estomas son abundantes de 41-60 u 1. por 32-48 u de ancho en los ovalados y de 28-48 u de diám. en los circulares, con 4-6 células anexas de paredes onduladas, cuyos núcleos miden 10-12 u de diám.; la paliza­ da del clorénquima es de 120-140 u de espesor. Flores hermosas, 1-4, inodoras, hasta de 4 cm. de diámetro, pedunculadas, alternas, solitarias, axilares y una terminal del tallo que es la que se abre primero, después las restantes, siguiendo un orden centrípeta]; pedúnculos cilindricos, de 3,3-11 cm. de largo y de 1,5-2,5 mm. de diám., muy rara vez se presenta en ellos una bráctea ancha; botones aovados, hasta de 10-11 mm. de 1. y hasta de 6-7 mm. de an­ cho; los sépalos de 12-15 mm. de 1. y de 5-8 mm. en su parte más ancha, venosos, cóncavos, obovados, a veces oblongos, algo atenuados en la base, atropurpúreos, por la desecación atrovioláceos; pétalos al­ bísimos, hasta 20, de 10-19 mm. de 1., valeculados y carinados, ve­ nosos; los estambres hasta de 7 mm. de 1., incluida la antera, éstk co­ múnmente de 1 mm. de 1. y de 1 mm. de ancho, el filamento de

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0,4-0,5 mm. de ancho, el polen flavo de granos globosos, de 32-36 u de diám., con la extina finamente áspera. El periantio, el androceo y el gineceo van colocados en un androginóforo, maciforme, hasta de 5 mm. de largo y 4 mm. de grueso en el extremo, con la base cilindrica de 2,9 mm. de largo y de 1,5 mm. de diám., es la zona del pariantio; en seguida viene la zona del andro­ ceo y en el extremo está la zona blanquecina del gineceo apocárpico con los carpelos lisos hasta de 2,5 mm. de largo y de 0,7-1 mm. de ancho, cuadrangulares, brevemente pedicelados, los pedicelos de 0,3-0,4 mm. de 1., ovario de 1,5 mm. de 1., estilo de 0,4-0,5 mm. de 1. con el extremo estigmático rostriforme, encorvado. E l extremo del androginóforo, después que caen los frutos, es alveolado, con una pequeña punta excéntrica en los alvéolos, la cual perteneció al fascículo vas­ cular del carpelo; ei fruto de contorno obovoide, pero cuadrangularalado, liso, pedicelado, verdoso u ocroleuco, a veces isabelino, de 6-10 mm. de largo (inclusos pedicelo y estilo), el pedicelo de 1,5-4 mm. de 1. y de 0,5-1 mm. de ancho, el pericarpio papiráceo, sin venas en las caras, con la parte interna de la pared, de células onduladas; la semilla oblongo-maciforme u obovoídea, separada de la pared perieatpiana por un gran espacio, atenuada hacia el micrópilo y el hilo, este último es el único punto que la une por medio del funículo con el pericarpio; mide 2-3 mm. de 1. y 0,9-1 mm. de ancho, con la testa isabelina o baya, seca es rugosa longitudinalmente, húmeda es lisa; a veces con una cavidad interior; el embrión cordiforme situado cerca del micrópilo, de 428 u de 1. por 380 u de ancho. No se'ha observado la polinización, pero por la morfología floral la planta es entomógama. Principia a brotar en el mes de febrero, según los ejemplares re­ cogidos en el presente año (1 9 5 0 ), esos brotes son aovado-agudos, blancos, de 10-12 mm. de 1. por 7-8 mm. de ancho, van junto a la base de los fallos viejos y no se hacen epígeos sino hasta que la capa nivea que cubre la zona se ha retirado, lo que se verifica de octubre a noviembre, pero a veces asoman ejemplares nuevos con su flor ter­ minal abierta por entre la nieve que se retira. La floración tiene lugar de noviembre a febrero, fructifica de enero a febrero y también en estos dos últimos meses disemina los frutos. Creemos que la disemi-


E S P IN O S A

Y RUD O LPH

nación es anemocórica, porque por ser los frutos tan livianos y con ángulos en forma de ala, pueden ser transportados fácilmente por las fuertes corrientes eólicas que soplan en esas legiones, aun pensamos que por flotar en el agua, puede ser también hidrocórica, y no sería raro que por su estilo encorvado y por su estipe alargado pudiera adherirse a algunos animales; seria, entonces, también, zoocorica. La planta se presenta, además, esparcida entre los pequeños mato­ rrales situados en las faldas de Las Vizcachas, que bajan al portezuelo de la Desolación o del Contrabando, frente al volcán Osorno por el N E . Por las observaciones expuestas y teniendo presente las reglas Internacionales de Nomenclatura Botánica, hemos estimado necesario cambiar el nombre de Ranunculus semiverticillatus Phil. por R a n ú n Espinosa y Rudolph nov. nom. También el nombre de la sección “Pseudo-Callianthemum” es­

c u l u s PSEUDOSEMIVERTICILLATUS

tablecida por Reiche para la planta, proponemos cambiarlo por: 'O uadrangulari-carpella”, modificando la diagnosis, la que quedaría "así: “Rizomatifera, con raíces fibrosas v maciformes, pétalos blancos 10-20; nectario abierto foveolado. Hojas alternas, superdescompuestas. glau­ cas, glabras. Carpelos lisos, lampiños, cuadrangulares, agrupados en el extremo de un androginóforo maciforme” . Al mismo tiempo el N ° II del cuadro analítico de las especies de Reiche quedaría: “Hojas al­ ternas superdescompuestas; pétalos numerosos” . El vocablo Ranunculus es diminutivo de rana, alude a que varias de sus especies son acuáticas y la familia misma de las Ranunculáceas está incluida en el orden de las Ranales, llamado así por haber mu­ chas hidrófitas en él; Toum efort dice a este respecto en su obra citada más adelante: "Ranunculus á Ranis. quod plurimae ejus generis species locis aquosis in quibus Ranae degunt. delectentur” . Según Engler-Diels en Syllabus der Pflanzenfamilien, 1936. el gé­ nero comprende 250 especies, la mayor parte del hemisferio norte. C . Reiche en sus Estudios críticos sobre la Flora de Chile, Tom o 1, 1896. lo indica repartido por toda la tierra y cita de Chile 26 especies. Está incluido en la tribu Anemóneas. Frutos fósiles de R. emendatus Heer se han encontrado en el terciario de Oeningen según Engler-Prantl en D ie Natiirlichen Pflan­ zenfamilien, III, 2, Leipzig, 1891.


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Si esta planta pudiera adaptarse en el valle, sería en jardinería una flor envidiable. Nota.—Agradecemos a la Profesora de Ciencias Biológicas, bota­ nista del Museo, señora Rebeca Acevedo de Vargas, las facilidades que nos proporcionó para la consulta del Herbario de fanerogamia y de la literatura científica. Advertencia.—Los colores indicados en este estudio se refieren a la Chromotaxia de P. A. Saccardo, Patavii, 1912. En los dibujos nos hemos ayudado con la cámara clara de Abbe. Ejemplares de la planta de Osorno quedan depositados en la Sección Botánica Fanerogámica del Museo, unos pegados en cartón y otros preservados en so­ lución de formalina; fueron entregados a la señora Rebeca. Otros datos histórico-geográficos.— El género Ranunculus fue mencionado por Teofrasto, por Dioscórides y por Plinio el Antiguo; el primero nació en Ereso de la isla de Lesbos (hoy M itilene) 372370 años ant. de C .) y murió en Atenas (287-285 años ant. de C .), famoso filósofo y orador griego, discípulo del gran Aristóteles y a quien reemplazó en el Liceo ateniense; su obra “Historia plantarum” es considerada como el más antiguo trabajo sobre botáhica; C. Linneo le dedicó un género de plantas “Teophrasta”, que dió nombre a la fa­ milia “Teophrastaceae” de D. Don. Dioscórides de Anazarbo, natu­ ralista v módico griego, oriundo de Anazarbo, en Cilicia de Píramo. Asia Menor, en las costas bañadas por las aguas orientales del Medi­ terráneo. nació en la mitad del siglo I d. C-, describió un gran nú­ mero de plantas medicinales en su obra “Materia Médica'’, la que fué durante mucho tiempo autoridad en botánica; Plumier nombró (1703) en su honor "Dioscorea” a un género de plantas aceptado por Linneo. por el cual se dió el nombre de “Dioscoreaceae” a la familia por Lindlev. Cayo Plinio Segundo o Plinio el Antiguo, naturalista roma­ no. nació en Verona el año 23 d. C. y murió, observando la erupción del Vesubio, del año 79 de C.. envenenado por los gases del volcán: escribió su "Historia Naturalis” en 37 libros; Plumier, recordándolo, estableció 1111 género Plinia de las Mirtáceas, el cual fué también adop­ tado por Linneo.


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l i t e r a t u r a

A las ob ras y a ind icad as en el te x to ag reg arem o s las sig u ien tes, a lg u ­ nas de .las cu a les h a n sido co n su ltad as en las b ib lio te c a s d e los a u to re s de este tra b a jo y la m a y o ría de ella s en la B ib lio te c a B o tá n ic a d e l M useo. BA ELLON , H., H isto ire des P la n te s, T o m e I, P a rís , 1867-1869. B E N T H A M , G. e t H ooker, J . D., G en era p la n ta ru m , V o l. I, L o n d in i, 1867. CH O DAT, R.. P rín cip es de B o ta n iq u e , G en ev e e t P a rís, 1907. D e C andolle, Aug. P y r., P rod rom u s, P a r s I, P a ris ii, 1824. D E D A L L A T O R R E , G. G. e t H arm s, H. G en era Sip h o n og am aru m , L ip siae, 1900-1907. D E L ’E C L U S E , Ch., (Clusius), R a rio ru m p la n ta ru m h is to ria , A n tv e rpia, 1601. D E L E S S E R T , B.. Icon es selecta e p la n ta ru m , V o l. I, P a ris ii, 1820. G A Y , C l , H ístq ria física y p o lític a de C h ile . B o tá n ic a , T om o V I, P a ris , 1853. H E G I. C-, Ilu strie rte F lo ra vo n 1906.

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1886.


Lám . I.

F ig . a, P a r te del o rigin al m ayor, com prim id o por la desecación, de) R anunculus de P h ilip p i con p arte de la h o ja in fe rio r cortam en te p eciolada. m irad a por la p a rte del p ecíolo del cual salen 3 p in as largam en te pec iolu lad as y una m en or (d erecha) c o rta m en te p eciolulada. Significado de las le tra s : p. p ecíolo fo lia r, el largo indicado p or el ángulo negro; pío. I, peciólulo de p rim er orden, el m enor, ind icad a su longitud por la cu rv a de puntos; pío. II, peciólulo de segundo o rd en ; pío. III, peciólulo de te rc er orden. F ig s. b y c, o rig in a l m ayo r p h ilipp ian o p or d iferen te lado. F ig . d, E je m p la r m en o r de P h ilip p i. Fig . e, e je m p la r de R an eo colectad o por K ra u se ; b. c, d y e de tam a­ ño reducido.


L ám . II

a, E x tre m o del o rig in a l m ayo r p h ilip p ia n o 1/1; b, e x tre m o de h o ja s con íoliolos. 1/1, V iz ca ch a s; o, h o ja casi sésil, con 4 p in as; la p in a de la d erech a con peciólulo de p rim e r orden m uy co rto . 1 1. cord ón V i/.cachas. 7 -X I-4 3 ; 1.230 m. s. m.


L ám . III

a, L ocalid ad de R anunculus pseudosem iverticillaius; el p rim er rotu lito b lanco de la izquierda dice: “ P u n tia g u d o ’ ’ ; el segundo con la flecha ind ica el cordón V izcach as q ue b a ja del cerro P icad a. P as. Des., es Pasp D esolación y f. v. O., es fald a del vo lcán Osorno. b. P la n ta con dos h o ja s de las cuales la p rim era in ferio r con un pe­ cíolo de 7 m m . de largo, indicado por la fa jita n egra de la derecha. 1 /1. c, P la n ta en fru ctifica ció n , tam año reducido. d. E x tre m o de un e je m p la r florido, con la p rim era h o ja largam ente peciolada. el pecío lo de 3.5 cm . de largo, del cual salen dos pinas co rta­ m en te pecio lu lad as y una pina cen tra l de p eció lu lo m uy larg o ; el pecio­ lo fo lia r está indicado por la lín ea n egra curva, de la derecha (tamaño red u cid o ); el largo de esta planta con su rizom a es de 32 cm .; desde la base del ta llo epígeo es de 29 cm . V izcach as, 23-1-49 a 1.300 m. s. m.


L ám

tV

a. E je m p la r de tam año reducido, con h o ja s en d e sa rro llo y flo r t e r ­ m inal ab ierta , de las V iz ca ch a s 7 -X I -4 3 ; e l la rg o n a tu r a l con e l rizom a es de 23,5 c m , el ta llo epígeo con flo r m id e 12,5 cm . de larg o . b. E je m p la re s de tam añ o reducido en fr u c tific a c ió n y flo ra c ió n , con un ta llito nuevo e n tr e la s v a in a s; c, B a ses de ta llo s epígeos 1/1. con un b ro te en cada base. d, E je m p la r de tam añ o reducido con rizom a co rto , con una flo r t e r ­ m inal cen tra l, y a sin p eria n tio y con tre s b o to n es m ás a b a jo .


Lam

V

a, E je m p la r tam año reducido, con un tallo epigeo en fru ctificació n y flo ra ció n , dos estériles m en o res y m ás delgados y la p arte in fe rio r de otro quebrado, delgado, rizom a ondulado; el ta llo epigeo m ayor con in ­ fru te sc e n c ia te rm in a l del e je y dos flo res a b ierta s a x ila re s; la p arte epi­ gea m ayo r de la p la n ta en estado n a tu ra l m ide 23,5 cm. de largo, desde su b a se h asta el ex trem o de la in fru tescen cia y el tallo afilo, 5 mm. de d iám etro y el fo lla je llc m . de diám . (cordón V izcachas, 1.300 m. s. m., 23-1-49). b, P la n ta tam año reducido, con rizom a de dos ram as, una de estas con un ta llo epigeo y la o tra con dos, florid os. c, E je m p la r de tam año reducido con in fru tescen cia en el extrem o del e je y con dos a x ila re s ■en d esarro llo y con una flo r a x ila r ; largo natural desde la b ase del tallo epigeo h asta el e x tre m o de la in fru tescen cia cen ­ tra l 27 cm., diám . fo lla je 18 cm . y diám . ta llo a filo 5 m m .: localid ad y fech a igual a la an terior. d, B a s e s de ta llo s epigeos con sus vainas, 1/1; la prim era base de la d erech a de 8 m m . de diám ,


Lám

VI

a. Dos flo res, la de la izquierd a m u estra los n ecta rio s, 1/1. b. In fru tescen cia s, 1/1. c. Sépalos, 1/1. d. P étalo s. 1/1. e. S e is an droginóforos con carp elo s en fru c tific a ció n , una flo r a b ie r ­ ta y dos botones, el ped únculo m ayo r llev a una b ra c té o la an ch a, ú n ic a observada. 1/1. f. P a rte su b terrá n ea , tam año reducido de una p la n ta co n la b a se del tallo epigeo y con ta llito nuevo y con h o jita , d en tro de la vain a. g. Dos fila s de frutos, en el ex tre m o izquierd o de ella s v a n dos p u n ­ tas de frutos, en el e x trem o d erech o van dos seccio n e s lo n g itu d in a le s de androginóforos sin p eria n tio ni androceo. sólo con g in e c e o ; una fila in ­ fe rio r de sem illa s que en el e x trem o izq u ierd o lle v a u n a p u n ta de fr u to y en el derecho va una secció n tra n sv ersa l de sem illa. 1/1. h. T re s an droginóforos pequ eñ os con el e x tre m o b la n q u e c in o donde estaban los frutos, 1/1.


Fig. 1, sección transversal de un fruto con sem illa. Fig. 2, sem illa sin funículo. F ig 3, sem illa con el m icrópilo encorvado 'por la resistencia del fu n ícu lo ., F ig. 4, extrem o de un fruto mirado por eí fren te de su vértice. Fig. 5, extrem o m icropilar de una sem illa con la situación del em brión. Fig. 6, esquem a de una sección transversal de un tallo epígeo, de 8 mm. de. diám., parte afila, con los fascículos vasculares. Fig. 7, óvulo. Fig. 8. fruto abierto con su sem illa. Fig. 9, fruto. Fig. 10, granos de al­ midón. Fig. 11, carpelo. F ig . 12, sem illa en sección longitudinal. F ig 13, base de un pétalo con su nectario. Fig. 14, est^mbe. Fig. 15, grano de polen. F ig. 16, foliolo y lóbulo con su nerviación. F ig. 17, epidermis in­ fe rio r de folíolo, con estom as y núcleos. Significado de las letras: m, micrópilo; h. hilo; r. rafe; c. calaza; í. funículo; e. endosperma; emb. embrión; ca. cáscara; f. v. fascículo vas­ cular; pí. placenta; lob. lóbulo; fol. folíolo; n. núcleo.


34

M. E S P IN O S A

BU STO S

Lรกm .

F lo r y grupo de flo res, l/ l, de ]as V iz ca ch as.

V III.


INDICE ESPEC IFIC O DE LAS VERBENACEAS CHILENAS, NUEVAS O CRITICAS DEL HERBARIO DEL M USEO NACIONAL Por

la

Prof. R e b e c a A c e v e d o d e V a r g a s

En estas notas se ha tratado de exponer el material de la familia Verbenáceas del herbario museal chileno en forma ordenada y en con­ cordancia con las últimas modificaciones sistemáticas constatadas en múltiples publicaciones botánicas, muchas de las cuales se hallan dis­ persas, de tal modo que su consulta oportuna resulta a veces imposible. Cpn tal objetivo se han revisado en el herbario mencionado aproxi­ madamente 470 ejemplares, equivalentes a 14 géneros y 73 especies. De éstas, más o menos 53 son autóctonas y las restantes o son plantas co­ munes a los países limítrofes o exóticas naturalizadas en el nuestro. (1 ). Esta revisión ha implicado, a la vez, el estudio de una especie, una variedad y dos formas nuevas para la ciencia, algunas combinacio­ nes igualmente nuevas y varias modernizaciones nomenclaturales. Las Verbenáceas citadas de Chile, incluso las excluidas —y no re­ presentadas en el herbario— se mencionan separadamente. Y con el fin de facilitar las consultas, se agregan al nombre científico citas bibliográficas, relacionadas especialmente con las descripciones origi(1) No se num eran las esp ecies sinonim izadas o erró n eam en te citadas para C h ile y sólo, por excep ció n , se m en cion an dos a je n a s a nuestra ílora.


36

M . E S P IN O S A B U S T O S

Fig . 1. A. A cantholippia trífid a H o ja s (tam . aum .) Sgo. 42406

B,

A loysia g ra c ilii (P h il.) nov. com b. H o ja s (tam . aum .) Sgo. 54824.

nales y la literatura extranjera de más. reciente aparición. Sólo se ha adoptado la sinonimia más generalizada en el país. Las diagnosis latinas han sido redactadas por el distinguido Prof. M . R. Espinosa B. v la confrontación del material estudiado se ha verificado con la mayor parte de los tipos chilenos conservados en el mismo herbario o con especies de éste o de particulares, obsequiadas al Museo y previamente determinadas por el especialista norteameri­ cano Dr. H. N. Moldenke, cuyas publicaciones, por otra parte, han servido de base y estímulo en esta ocasión. El autor expresa a dichos señores su reconocimiento. Ilustran este trabajo algunos dibujos originales. 1.— Acantholippia deserticola. (R. A. Phil.) M oldenke Moldenke, in Lilloa V : 370.1940. L ip p ia d e s e r t i c o l a Phil,, in Anal. Univ. C liil., 27:350.1863; Reiche, Flora de Chile, V : 301.1910.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

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D istribución geográfica. — Bolivia, Argentina y Gliile. En este país en el interior de la cordillera de Antofagasta y Atacama. Nombre vulgar: Rica-rica. M a te ria l estudiado: B re a s, 'F. -Philippi, 1-1885 (Sgo. 42432 e t 59681), en fl.— In te r Tilopozo et A ta ca m a : Agua del P ro feta . P in to pingo, s/f. (Sgo. 42405), en f l y f r . — A n to fa g a sta : Socom pa, F . P h il. . 6 -II-1885.— Ibid, D epto. de L o a: Calam a, 2216 m. s. m„ So to B a rro s y B la n c . 2 -V II-1 9 4 1 (Sgo. 54818).— Ibid, P eine, L . B ö h m e y R . González, X II-1 9 4 9 (Sgo. 68321). en fl.— N orte de Chil'3, Pdre. G. K u sch e l, 17-X I-1 9 4 6 (Sgo. 66215), en fl.

2.— Acanthclippia trífida (C. Gay) Moldenke (Fig. 1, A) Moldenke, in Lilloa V : 371.1940. L ip p ia t r í f i d a C. Gay, Fl. Chil. V : 29.1849; Reiche, in loe. cit.: 299. D istribución geográfica.—Chile: Prov. Atacama. M a te ria l estudiado: D eserti A ta ca m a : Q uebrad a de P uquios, F r . G eisse fil., 1865 (Sgo. 42406, e x h erb . F . P h ilip p i), en fl.—FototyD us a L . trífida Clos, e x F ie l Mus. Nat. H ist. 24673, (Sgo. 68396).

Obs.—El tipo de esta especie no ha sido observado, motivo por el cual se la menciona aquí con duda, fundamentada, a la vez, en cierta discrepancia constatada entre su diagnosis original y las carac­ terísticas genéricas dadas para Acantholippia. Al parecer, dicha planta es una A l o y s i a . 3.— Aloysia Foncki (R. A. Phil.) Moldenke Moldenke, in Lista Suplem. Verbenáceas, 1941. L ip p ia F o n c k i Phil, in Anal. Univ. Chil. 90: 620.1895; Reiche, in loe. cit.: 299, sub synon. Distribución geográfica.—Chile: Atacama y Coquimbo. M a te ria l estud iad o: . C oq uim bo: L a H iguera, Feo . 2? F o n c k (Typus et isotypus: Sgo. 42408 e t 54825).


38

R EB EC A A CEVED O

4.— Aloysia gracilis (Phil.) nov. comb. L ip p ia g r a c i l i s L ip p ia t r í f i d a

Phil., in Anal. Univ. Chil. 90: 620- 1895. (P hil.) Reiche, loe. cit. 300.

v ar. c r a c ilis

Distribución geográfica.—Chile: especie endémica ele la cordi­ llera de Atacama. M a te ria l estudiado: A tacam a: S a lto de San A ndrés, F . Flü h m a n n , 1885 (T ypu s et isotypu s: Sgo. 42419 e t 54824).

Obs.— L ip p ia g r a c i l i s Phil., subordinada a L ip p ia t r í f i d a Gay por el Dr. C. Reiche, y posteriormente sinonimizada con la misma —bajo el nombre de A c a n t h o l i p p i a t r í f i d a — por el Dr. Moldenke, es según mi opinión una A l o y s i a . Por una parte, difiere del género A c a n th o lip p ia

por sus ramas inermes, por sus hojas opuestas, no

carnosas y por sus estambres exsertos, con anteras apendiculadas. Por otra, se aleja de A . t r í f i d a por su aspecto más delicado, su coloración más verdosa, sus flores blancas, de naturaleza diferente y por sus ho­ jas profundamente 3-fidas, a veces largamente atenuadas,en la base en seudopeciolo y con segmentos levemente ensanchados hacia el ápice. En la especie de Gay las flores son rojizas y las hojas corno la fig. 1, A. 5.— A loysia Looseri. M oldenke Moldenke, in Lilloa V : 377.1940. Distribución geográfica.—Chile. Cultivada en los jardines. Nombre vulgar: Ilán-ilán. M a te ria l San tiago , Ñunoa. cult., (Sgo. 65926),

estudiado: G. L o o ser 4054, 7-9-1940 (M etaty p u s: S g o . 67503) __ Ibid R . A. de V arg as, 11-1950 (Sgo. 68363), en fl. — Ib id II-3 -4 1 en fl.

Obs.—Esta especie, de aspecto semejante a A l o y s i a

ly c io id e s

Cham. y con la cual ha sido confundida en el país, se distingue fá­ cilmente de ella por sus hojas mayores, aserradas en la parte superior y con nervadura prominente en el envés; por sus espigas más largas. Aun no había sido mencionada en el país,


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

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6.— Aloysia Reichii Moldenke Moldenke, in Lilloa V : 380. 1940. L ip p ia f l o r i b u n d a Phil., in Anal. Mus. Nac. ßot. 2: 59. 1891; Reiche, loe. cit.: 299, sub synon.

D istribución geográfica.—Chile: Tarapacá y Coquimbo. M a te ria l estudiado: C oquim bo: C o rd illera de H uanta, C. R eich e , 1-1904 (Isotypus a L. floribu nd a: Sg o. 54826).— T a ra p a cá : U sm agam a, C. R ah m er, 1885 (C lastotypu s a L. floribunda: Sgo. 42417).— Ibid, ipse (Tynus a L. floribunda: Sg o. 54827).

O bs.—El material tipo de L . f l o r i b u n d a difiere de A . R eichii por presentar entre sus hojas enteras otras trífidas, semejantes a aquellas de A c a n t h o l i p p i a t r i f i d A , carácter este sobre el cual se basó, tal vez, el Dr. Rciche, al sinonimizar con esta especie la del Dr. Philippi. 7.— Aloysia Reichii var. trilobata

Moldenke

Moldenke, in Lilloa X IV : 16. 1948. D istribución geográfica.—Chile: Coquimbo. M a te ria l estudiado: C oquim bo: R ío T urbio, 1000 m. s. m., R . W agenknecht, 19-X -1940. G. L o o se r 4238 (Isotypus: Sgo. 67502).— A tacam a. Copiapó: Q uebrada San M iguel, S a n R om án, 1885 (Sgo. 42404 et 54828).

O b s —Aun no había sido mencionada en el país. 8.— Aloysia salviaefolia (Rock et Arn.) M ó ld e le Moldenke, in Lilloa V : 381. 1940. V e r b e n a s a lv ia e fo lia L ip p ia c h i l e n s i s

loc. cit.: 300.

Ilook. et Arn., Bot. Beech. Voy. 42. 1830.

Schau., in D. C., Prodr. X I : 573. 1847; Reiche


R EB E C A A CEVED O

40

D istribución geográfica.—Chile: Interior de las provincias de Atacama y Coquimbo. Nombre vulgar: Salvia blanca. M a teria l estudiado: Coquim bo: P aih u an o, D r. R . A . P h il., X -1 8 7 8 (S go . 42438, e x h e rb . F . P h il.), en fl.— Ibid, R iv a d a v ia , C. R eich e , IX -1 9 0 4 (Sgo. 54808), en fl. y fr. — Ibid, A rqu eros, in co llib u s, C. G ay 1088, X I-1 8 3 6 (Sgo. 54811), en fl. y fr.— A tacam a: D oña R o sa rio Godoy de C o llao , 1885 (S go. 54810), en fl. Y e rb a buena (m ezclado con fragm . ro tu lad o co m o N? 42438; fo rm a de íio ja s en teras).— Ibid, C arrizal, J . K in g , 22, 1885 (Sgo. 54809 e t 42440). en fl. — Ibid, V a llen a r, B . R o ja s, 11-1883 (Sgo. 42441), en fl. y fr.

9.— A lo y s ia tr ip h y lla (L'Hér.) Britton Britton, Scient. Surv. P. R. and Virg. Isis. 4: 140. 1925; M ó l­ denle, in Lilloa V : 383. 1940. V e rb e n a tr ip h y ia a L ip p ia c i t r i o d o r a

L ’Hér., Stirp. Nov. 21-22, pl. 11. 1784.

H. B. K. apud Hook. f. et Jacks.; Reiche, loe

cit.: 303. Distribución geográfica—Planta americana. En Chile en estado de cultivo. Nombre vulgar: Cedrón. M a teria l estudiado: vSaf” tlaT Í°¡H ^ eg-a S a n tia g o , M. R. E spinosa. 3-V -1 9 3 0 (S go. 65657). fl. y fr. Ibid, Ñunoa, R . A . de V arg as, 1-49 (Sgo. 68362), en fl.. cu lt.

en

10.— Castelia cuneato-ovata C a v . Cavanilles, Anal. Cieñe. Nat. Madrid 3: 134-135 Dec. Pl. 6: 60, pl. 583. 1801.

1801- le

et

P r i v a c u n e a t o - o v a t i s (C av.) Rusby, in Bull. Torrey B ot. Club 27: 80. 1900; Kobuski, in Ann. Miss. Bot. Gard. 13- 16-17 ni 4 f 12, pl. 5, f. 21. 1926. ’ V ’ ■ P r iv a la e v is

A. Juss.. in Ann. Mus. Paris 7: 70. 1806; Reiche loc

cit.: 304. B o u c iie a

c o p ia p e n s is

Gay, Fl. Cliil. 5:26. 1849.


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D istribución geográfica.—Argentina, Brasil, Perú, Bolivia y Chile. Nombre vulgar: Papilla, papacucha. M a te ria l estud iad o: C H IL E . A tacam a, R . A. P h il., 1854 (Sgo. 54884), en il.— Ibid, F . P h i­ lippi, 11-1885 (Sgo. 42504, e x h erb . F . P h il.).— Ibid. ipse (Sgo. 54886) .—A n to­ fa g a sta : W . D ole, 1872 (Sgo. 54887), fragm .— Ibid, P ein e, obsq. P ro l. Hto. Fu en zalid a. X I-1 9 4 9 (Sgo. 68394), en fl.— Coq'uimbo, Illa p e l: W. G eisse, 1893 (Sgo. 42405. e x h erb . F . P h il.), en fl.— S a n tia g o : Q u inta N orm al, IV -1877 (Sgo. 42502 e t 54885), en fl.— Ibid, s/col., X II-1 8 8 1 (Sgo. 42499. en herb. F . P h il.), en fl.— Ibid, S a n B ern ard o , P h . G erm a in (Sgo. 54883), en fl.— Ibid, R . A . de V arg as, 1-1945 (Sgo. 68388), en fl.— O hincolco, s/col., 1-1862 (Sgo. 54890), en fl.— A R G E N T IN A , M endoza: W. Diaz, 1861 (Sgo. 54888), en f l — Ibid , s/col., 1868-9 (Sgo. 42503 et 54889), en fl. y fr.

11.— Diostea cinerascens (Schau.) Moldenke .M oldenke, in Rev. Sudam. Bot. 5: 1. 1937. V e r b e n a c i n e r a s c e n s Schau., in D. C., Prod. 11: 545. 1847; Reiche, loc. cit.: 282. D istribución geográfica.—Chile: Cordillera, desde la provincia de Coquimbo a Santiago. M a te ria l estud iad o: C oquim bo. D epto. O v alle: T u lah u én , G u ill. G eisse, 1890 (Sgo. 42513 et. 54778), en fl.— Ibid . Concum én .Choapa, P h . G erm ain , X I-1894 (Sgo. 54777), en fl.— E je . s/ loe., V o lck m an n , 1860-61 '(Sgo. 54779), en fl.

12.— Diostea juncea (Gill, et Hook.) Miers ’■ Miers, in Trans. Linn. Soc. Lond. 27: 103.1869. V e r b e n a ju n c e a L ip p ia

ju n c e a

Gill, et Hook, in Hook. Bot. Misc. 1: 162. 1830. (G ill, et Hook.) Schau., in D. C., Prodr. X I:

573.1847; Reiche, loc. cit.: 298. D i p y r e n a d e n t a t a Phil., in Linnaea X X I X : 22. 1857-58. D istribución geográfica.—Argentina y Chile. En este país en las cordilleras, desde la provincia de Valparaíso hasta la de Aysén. Nombre vulgar: Retamo, retama.


42

R EB E C A A CEVED O

M a te ria l estudiado: C H IL E . C o rd illera de S a n tia g o : S a lto del agua, G erm aln , 1-1854 (C otyp i a D ip yrena d en ta ia : Sgo. 54862 et 42413).— Ibid , s/col., n i f. (C otypu s a D. d e n la ia : Sgo. 42412).— C olchagua, in collitous sub an d in u s C au qu en es, C . G ay 2005. 1-1831 (Cotypus a D. d e n ta ia : Sgo. 54863).— Ib id , C o rd ille ra V a lle del R ío C laro, V olckm an n , (Sgo. 54867).— O sorno: R ío N egro, C. G ay 998. 11-1835 (Sgo. 54868).—V a ld iv ia : H uahuin, O tto P h ilip p i, 1-1887 (Sgo. 42402 et 54876.— B ío -B ío : Antuco, V olckm an n , s/f. (Sgo. 42410 e t 54874).— L a C u eva, R a h m e r. 1887 (Sgo. 54877).— M alleco ; p o trero de C o llip u lli, R . A . P h il., 11-1858 (Sgo. 54878).— Ibid, P em ehu e, R en aico , 800 m . s. m ., P d re . G . K u sc h e l, 19-1-1946 (Sgo. 68389).— E je . s/ datos (Sgo. 42403).— P ro v . A y sen : R io P a le n a , F r . D e l­ fín, I-II-1 8 0 7 (Sgo. 42427).— Ibid. A. H irt, A est., 1885 (Sgo. 42422 e t 5 4 8 7 3 ).— A tacam a: R ío Colorado. A ug. B o rch ers, 1-1886 (Sgo. 54872).— Ñ u b le; V a lle del -Renegado. II-III-1 8 6 2 (Sgo. 42409 e t 54870).— Ib id . L a s T ra n c a s. Ite ra d b alneos C h illán , s/col.. 1-1899 (Sgo. 42444 e t 54864).— Ib id . P o tr e r illo de L a s Y eguas, en el cam ino a C h illán , s/col., IV -1854 (Sgo. 54865).— L in a re s : C ord illera, P . G.. 11-1855 (Sgo. 54869).— T a lc a . L o n tu é. s/col., (Sgo. 54866).— S an tiago : C o rd illera de P op eta. s/col., 1-1881 (Sgo. 42421), fo rm a d e h o ja s én teras.— C hicau hu e, in co lih u alib u s novis, s/col., 1-1838 (Sgo. 42434).— A R ­ G E N TIN A . San C arlos de B a rilo c h e . N ah u elh u am 750 m. s. m.. D r. Otto B u ch tie n 120, 6-II-1905 (Sgo. 54871).— A ndes de M endoza, s/col., 1868-69 (Sgo. 42414 et 54875).

13.— Diostea scirpea (Phil.) Miers (1) (Fig- 2) Miers, in Trans. Linn. Soc. L ond .27:107.1869. L ip p ia s c i r p e a Phil., in Anal Univ. Chil. II: 402.186’ et Linn X X X III: 196. 1864-5.

D istribución geográfica.-Argentina. Especie endémica de M endoza. M a te ria l estudiado: P o rtillo , lado de M endoza, W. D iaz, 1861-62 (T ypu s e t iso tv o u s a L in n i» íc u p e a : Sgo. 42407 et 54830). isoiyp u s a L ip p ia P la n ta de aspecto se m e ja n te a Diostea sco p aria y D, jú n cea.

Obs.—En la sinonimia de D i o s t e a j ú n c e a , establecida por el Dr. Moldenke en Lilloa V : 386.1940, figura V e r b e n a s c i r p e a R . A. Phil. ex Moldenke (previamente citada por este mismo botánico en List. AIMPrelim. 48.1940), combinación que, según mi parecer, se refiere de n i a r ta .a rg en lin a a q u i. d e scrip ta o rig in a lm e n te sido vista por los bo tán ico s siendo S6^ n laS ? u b lic a c io n e s ' no ha jú n cea . Segú n m i opinión d eb ería sPe r s í f b o X a d a 'T S e a *


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

Fig . 2.— D iostea scirp ea (P hil.) M iers: A, ram a flo rífe ra flo r (tarn. aum .). T yp u s: Sgo. 42407.

(tarn, nat.);

B,

a L ip p ia s c i r p e a Phil., por ser esta planta, sin duda alguna, la única descripta por el Dr. Philippi, de epíteto específico s c i r p e a y que pos teriormente sirvió de base a Miers para establecer su D i o s t e a s c ir p e a . Del estudio comparado del material tipo, dibujos y diagnosis ori­ ginales de esta especie con sus congéneres chilenas se deduce que se trata de plantas distintas, cuyos caracteres diferenciales podrían resumirse así: A. Arbusto ceniciento-peludo, con ramas prismáticas. D . c in e r a s c e n s

A’. Arbustos lampiños, con ramas cilindricas.


44

R E B E C A A CEVED O

B. Planta poco foliosa; hojas mayores de 1 cm. de largo; corola de más o menos cuatro veces la longitud del cáliz. D . JUNCEA B ’. Plantas subáfilas; hojas menores de 1 cm. de largo; corola más o menos 3 veces o el doble de la longitud del cáliz. C. Cáliz cortamente dentado, más o menos pubescente; corola blanca. D . SCOPARIA C'. Cáliz con dientes subulados, casi glabro; corola amarilla (en seco, según su autor). D . SCIRPEA

14.—Diostea scoparia (Gilí, et Hook.) Miers Miers, in Trans. Linn. Soc. Lond. 27: 104. 1869. G ilí, et Hook., in Hook. Bot. Mise. I: 161, pl. 47. 1830; Reiche, loe. c it.: 282. V e r b e n a s c o p a r ia

Lippia aphylla Phil., in Anal. Univ. Chil. 90: 623. 1895. D istribución geográfica .-A rgentin a y Chile: Cordilleras de las provincias centrales. Nombre vulgar: Clavelillo del campo, escobilla del campo. M a te ria l estudiado: C H IL E . S a n tia g o : C o rd illera , s/col. n i í ba dulce, O tto P h ilip p i, 11-1891 (S eo . 5 4 7 7 llota, A ug. B o rch ers, 1884 (C lastotyp us ot tv n iK

ssl.^«fwiassaiaí r

(S eo iPñ'íi i __, , , , 4 ) J de J a X “ ' T C am p an a d e Q u i-

r i c a 21,?

15.—Lampaya medicinalis Phil. ^

Philippi, in Anal. Mus. Nac. Bot. 2: 58. 1891; Reiche, in loe. cit.:


45

L am p ay o o ffic in a lis

1889 (nomen provisorium)

F. Phil, ex Murillo, PI. medic. Chil.: 163. (1 ).

D istribución geográfica.—Chile: Cordilleras altas de Tarapacá. Nombre vulgar: Lampaya. M a te ria l estud iad o: T a ra p a c á : M achu ca, F . P h ilip p i, 11-1885 (Typus: Sgo. 54881).— Colana, ipse, 11-1885 (Sgo. 42504).

16.— Lippia turbinata Griseb. Grisebach, Abh. K. Ges. W iss. Gotting. 19': 243. 1874. L ip p ia d i s e p a l a Phil., in Anal. Univ. Chil. 90: 622. 1895; Moldenke, List. Alf. Suplem., 1947 et Reiche, loe. c i t : 301, pro synon. L i p p i a a p r ic a

Phil., in Anal. Univ. Chil. 9 1 : 4 1 5 . 1 8 9 5 .

D istribución geográfica.—Perú, Argentina y Chile: Prov. Atacama. Nombre vulgar: Polco. ( M a te ria l estud iad o: C H IL E . A ta ca m a : Jo r q u e ra A gu stín F ig u ero a , 1886 (C lastotypi a L. d isep ala: (Stgo . 54814 e t 54815).— E je m p la re s sin datos, pero ju n to s a l tipo de L . disepala. según C. M uñoz (Sgo. 54816).— A R G E N T IN A . M endoza, s/col., 1868-69 (Sgo. 42436 e t 54823). P E R U . ¿P ro v in cia e bo reales?, E x eq u iel A lle n ­ de, (C otypi a L . a p rica : Sgo. 54813 et 42415).

Obs. 1.—^Esta especie ha sido confundida en el pais con L. a l b a (M ill.) N. E. Br. (L. a s p f . r i f o l i a Rich.) Obs. 2.—El material típico de L. a p r i c a no presenta ninguna diferencia con L. t u r b i n a t a , por eso considero oportuno sinonimizarla aquí con esta especie. 17.— Neosparton ephedroides G risebach Grisebach, Abh. K. Gesell. W iss. Gotting 19: 245, pl. 2, f6. 1874; Mol denke, in Lilloa V I: 432. 1941. (1) L am p ay o officinalis F . Ph il, e x M ur. (nomen nudum).


46

N e o s p a r t o n s t r i a t u m Phil., in Anal Mus. Nac. Bot. 2: 60. 1891; Moldenke, List. Alf. Prelim. 1940, pro synon.

D istribución geográfica.—Argentina y Chile. En este país en las altas Cordilleras de Antofagasta. Nombre vulgar: Retamo, pichanilla. M a te ria l estudiado: A n tofagasta, F . P h ilip p i. 1-1885 (Typus et isoty p u s a N. s tria tu m - Sgo. 42500 e t 54891).

18.— Phyla nodillora (L) Greens

Greene, Pittonia 4: 46. 1899. V e rb e n a n o d iflo ra L ip p ia n o d i f l o r a

L., Sp. PI. ed. I: 20. 1753.

( L .)

Michx., Fl. Bor. Am. 2: 15. 1803; Reiche,

loc. cit.: 302. D istribución geográfica.—Regiones subtropicales del globo; en Chile, desde el norte hasta la provincia de Valdivia, en el sur. M a te ria l estudiado:

19.— Phyla nodiflora var. canescens (H. B. K.) M oldenke

Moldenke, in List. Alf. Prelim. 1940. L ip p ia c a n e s c e n s H. B. Kth., Nov. Gen. et Sp. I I : 263. 1817; Reiche loe. cit.: 302, sub sp.

III: 253^1893DIFI0RA VAR' CANESCENS

B - K -)

Rev. G en.

lf> ^ ' stl,hucu>u geográfica.—Diversos países americanos; en Chile desde el norte hasta la provincia de Valdivia, en el sur.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

47

M a te ria l estud iad o: 10. 1C ° n cep ^ ™ ' S{ C0¡-' X IM 8 9 4 (S g°- 68289).— C u ricó : L lico , s/col„ X I I , 54843).— Ibid. San fu rgo , 1-1873 (Sgo. 42439).—V alparaíso, P h ilip p i, X II-1 8 5 7 (Sgo. 54822).— Ibid, Q u illota, s/col„ (Sgo. 42426).— Ibid, G erm aín . (Sgo. 54821).— Ibid, Q u in tero F . A lb ert, 11-1890 (Sgo. 54838).— S an tia g o . S a n B e rn a rd o : C h acra A rnut, s/col. X II-1 8 77 (Sgo. 42423 et 54805).— Ibid. Q u ilicu ra, s/col„ III-1861 (Sgo. 54833 et 42433).—V ald iv ia: C o­ rr a l, s/col., (Sgo. 42428).— Ibid, K rau se, 1858 (Sgo. 54840).— Itata. s/col., I I1877 (Sgo. 54846).— O ’H iggins. R ancagua, B e rte ro , IV .1828 (Sgo. 54807).— C u n e ó : C hom edahue, San fu rgo , 1-1898 (Sgo. 68290).— Colchagua, L an dbeck, X I-18 6 0 (Sgo. 54842).— E je sin datos (Sgo. 54836).

20.— Phyía nodiflora var. reptans (H. B. K.) Moldenke M óldente, rI orreva 34: 9. 1934; et Carnegie Inst. Wa-ih. Publ. 522: 173. 1940. L ip p ia r e p t a n s H. B. K„ N o v . Gen. et Sp. II: 263. 1817; Reiche, op. cit.: 302, sub. sp.

D istribución geográfica.—Diversos países americanos. En Chile desde la provincia de Tarapacá hasta la de Santiago. M a te ria l estudiado: P ro v . T a ra p a cá . S ib a y a , C. R ah m er, 13-111-1885 (Sgo. 42431, e x herb, F . P h il., en fl. y fr.— Ibid . F . PhMippi, 13-111-1885 (S g o . 54834) en f l . y f r . — Ibid, s/col., H ac. C am aro n es: p o trero s (Sgo. 68291)., en fl. y fr. (tig u il-tig u il).— P ro v . A ta ca m a : Huasco, s/col., X -1866 (Sgo. 54804 et 42401), en fl. y fr.— Ibid, C opiapó: fre n te al río Copiapó, M . R . Espinosa, 14-X I-1936 (Sgo. 68292), en fl.— Ibid, Jo s é 2? R ivero , 1881 (Sgo. 42425), en fl.— P rov . Santiago. C. G ay 1083, X -1 8 4 1 (Sgo. 54841), en fl., in arv is sc-mi rivulos.

21.— Phyla nodiilora var. replans forma copiapina Reb. A. de V. nov. f. A varietate differt albidiore foliosaque esse, foliis oblanceolatolinearibus, valdc striatis et inflorescentiis in pedunculis quam floribus breviores dispositis et plus minusve 5 extrema versus ramulorum laterali um brevis densiorumque cumulatis. Difiere de la var. típica por ser más blanquecina v foliosa; por sus hojas oblan ceolado-lin eales, muy estriadas y por sus inflorescencias dispuestas sobre pedúnculos m ás cortos que las hojas y reunidas, en número de más o menos 5, hacia el extrem o de las ramitas laterales cortas y densas.


R EB EC A A CEVED O

En la forma típica las hojas son obovadas, los pedúnculos más largos y las inflorescencias muy distanciadas. Distribución geográfica.—Chile, Prov. Atacama: Copiapó. Vegeta con la forma típica.

Copiapó^: fren te* a l 'r í o Copiapó, M . R . E spinosa, 1 4 -X I-1 9 3 6 (S go. 68293), en fr . y en fl.

22.— Phyla nodiflora var. rosea (D. Don) M oldenke í

Moldenke, Phytología 2: 22. 1941. D. Don, in Sweet, Brit. Fl. Garci.

Z a p a n ia n o d i f l o r a v a r . r o s e a

6: 225. 1834. Distribución geográfica—Diversos países americanos y de otros continentes. En Chile desde el Norte hasta la provincia de Osorno, en el Sur. M a te ria l estudiado: Prov-. C on cepción . P en co , C arlo s S a n fu rg o 1-1885 (S go . 54845), en fl.— P rov . S an tiago . S a n B e rn a rd o : C h a cra A rn u t. s/col., X I-1 8 7 7 (Sgo. 68278), en fl., det. M oldenke.— P ro v . C oquim bo. P a n u lc illo , F r . V id a l G . 1 1 -X I.1 8 8 9 (Sgo. 42430), en fl.— Ibid, s/col. ni f. (Sgo. 68279), en fl., det. M o ld en k e .— P rov . O sorno: Cuinco, en te rre n o s incu lto s, D r. C. R u d olp h , 12-1-1933. (Sgo. 59628).—-Prov. S an tiago , S a n F e o . d e l M on te, S a n M igu el, s/col. X 1879 (Sgo. 42443 e t 54848), en fl.— Ibid, M an sel, III-1 8 8 8 (S go. 54819), en fl.

Obs.—Esta especie no había sido citada aún en el país. 23.— Rhaphithamnus spinosus (A. Juss.) Moldenke \ Moldenke, in Fedde Rcp. 42: 69. 193?. C. Skottsberg, in Mcddel. Goteb. Bot. TrHd., X V I I : 152. 1948. V o l k a r i a s p in o s a C i t iia r f .x y lo n

A. Juss.,. Ann. Mus. Ilist. Nat. París 7: 1805 Ilook. ct Arn, Bot. Becch. Voy.

oyanocakp um

58, tab. I I . 1841. Rhaphithamnus cyanocarpus (Ilook . ct Arn.) M icrs, Transact. Linn. Soc. X X V I I : 96. 1869; Reiclie, op. cit.: 305, sub. sp.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

4¡)

Distribución geográfica.—Perú, Argentina y Chile; en este país desde la provincia de Coquimbo hasta la Patagonia. Nombre vulgar: Espino blanco, guayún, repu, arrayán macho. M a te ria l estudiado: San tia g o , C. G ay 1435, X -1 8 3 4 (Sgo. 54858). — V ald ivia, P h ilip p i ,s/f„ (Sgo. 54850), m ezclado con eje_de Cord. C h illán , P . G., X II-1 8 5 5 .— C oquim bo: M on te F r a y Jo r g e , s/col., 30-1-1883 (Sgo. 42493).— Ibid, D epto. O v alle: B o s­ que de T a lin a y , lado su r desem b. L im a rí 30? 4 ’ lat. C. M uñoz y A b el C o. ro n el 1251, X I-1 9 4 0 (Sgo. 57839 et 58407).— Ibid, C. M uñoz B -147, 26-X I-1935 (Sgo. 58507).— Ibid, Jile s . 2 7 -IX -1 9 4 2 (Sgo. 57572).— Ibid, F . Fu en tes, 1909 (Sgo. 57647).— Ibid, L im a ri. G. H. Sch w ab e, 18-V-1941 (Sgo. 57636).—O hiloé: T erao, 1-1880 (Sgo. 42496).— Ibid, C astro : L a C h acra, M . R . Espinosa, X I 1938 (Sgo. 486).— A y scn : R ío P a len a , F r . D elfín , I-II-1 8 8 7 (Sgo. 54855).— Ibid, Isla C arm en, H. W eber, 17-X -1947 (Sgo. 65463).— C autín. T em uco: Q u in ta R e tiro , R . A cevedo, 11-1935 (H erb, del col.).—.Ejem plares sin datos (Sgo. 42488, 54853 y 54856).— C oncepción. P en . Tum bes, X -1 890 (Sgo. 54857). —V alp a ra íso . Q u illo ta, T. B en av id es (Sgo. 42495).— F r a y Jo rg e , s/col., 1-301883 (Sgo. 54852).

24.— RhaphiÜiamnus venustus (R. A. Phil.) B. L. Robinson (1) Moldenlce, in List. Alf. Verbenáceas, 1942. C it h a r e x y l o n v e n u s t u m Phil., in Anal. Univ. C h i l. 167. 1856. R h a p h it h a m n u s l o n g if l o r u s Miers, Trans. Línn. Soc. X X V II: 98. 1869; Johovv, Fl. J. Fernández: 78. 1896; Reiche, loe. cit.: 306,

sub. sp. D istribución geográfica — En’démica de Juan Fernández (Masafuera y Masatierra). Nombre vulgar: Juan Bueno. M a te ria l estudiado: Ju a n F e rn á n d ez G erm ain , 1854 (Typus a C ith a rexy lo n venustum : (Sgo. 54861).— Ibid, Ed w yn Reed, X -1872 (Sgo. 54860 et 42489).—Ib id , M asafuera, Leyb old , 1869 (Sgo. 42490 et 54859).— Ibid, s/col., ni fech a (Sgo. 42491 et 42492).

25.— U rbanía-egañioides Phil. Philippi, in Anal. Mus. Nac. Chil. 2: 60, t. II, f. 7 A. B. k . 1891: Reiche, loe. cit.: 297. (1) B . L . R obinson, no fué p o sib le consu ltarlo.


50

D istribución geográfica.—Chile, interior de las provincias de Tarapacá y Antofagasta. M a teria l estudiado: P ro v . A ta ca m a : D esert, F . P h il. ?. 1885 (T y p i: Sgo. 42498 e t 54879) .

26.— Urbanía pappigera Phi!. Philippi, in Anal. Mus. Nac. Chil. I I : 60, t. II, f. 7 C -I, 1891; Reidie, loe. c it.: 296. Distribución geográfica.—Chile. Prov. Tarapacá y Antofagasta, 4000 m. s. m. M aterial estudiado: A n tofag asta: ad ped. m ontis M iñique, F . P h il? , 1-1885 (T yp u s- 42497 — Ibid. Aguas ca lie n tes de M iñique. I-II-1 8 8 5 (Iso ty p i: S g o . 54880 e t 68364).— Ibid, R-egión del L lu lla illa co , C. R eich e , 5 -II-1 9 0 1 (Sgo. 68365).

* 27.— Verbena a ra u ca n a Phil. Philippi, in Anal. Univ. C hil,: 520. 1873; Reiche, loe. cit.: 290. D istribución geográfica.—Chile: en la Araucanía. M a teria l estudiado: (SgoB 68371°,: iS e t e r m t o a d a ? 0^ ^

"

(?

P¡: 42473 e t

sin datos

Obs.—El tipo de esta especie, conservado en nuestro herbario museal, ha sido confundido con una planta del herbario del Museo de Berlín, cuya foto lia sido distribuida poi Field Mus. N at Hist 17401, Sgo. 66908.. 28.— Verbrna (luneliia) asparagoides Gilí, et. Hock. (1)

S ' i f ! * ° k- Ín Il0 0 k '’ B o t' MIsc‘ T; 165- 185°: Reiche, loe cit • 276; Moldenke, m Lilloa V : 393. 1940. sub synon. (1) P a ra la d enom inación de las e sn e riPS Ju n e llia por el D r. M oldenke (L ilfo a ^ 39 *> m om ento, el c rite rio adoptado por la S r a k\irt. (D arw m ian a, t. 8, nc 4 , 1949 )

.. íoám t Pasad “ s a l g én ero N ¿iÍh * ^ S6gUÍdo' p o r el « e lid a T ro n co so de B u r -


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

5l

^ D istribución geográfica.—Argentina y Chile. En este país en las Cordilleras altas de las provincias de Coquimbo y Aconcagua. ' M a te ria l estudiado: Arc>“ eros' C. G ay 1079, X I-1 8 3 6 (Sgo. 54678), in Saxosis.— Ibid, C o rd ille ra s altas, R eiche, 1-1904 (Sgo. 54-677 et 54676).

28-' Verbena (Junellia) aspera Gill, et H'cok. Gill, et Hook., in Hook. Bot. Misc. I: 163. 1830: Reiche, loe. cit.: 296; Moldenke, in Lilloa V : 393. 1940, sub svnon. D istribución geográfica.—Perú, Argentina y Chile. En este país en la cordillera de Tarapacá. Nombre vulgar: Capo colorado. M a te ria l estudiado: F o to de V . aspera, H erb. V iena, e x F ield M us. Nat. H ist. 34345 (Sgo. 66021).

30.— Verbena atacam ensis Reiche Reiche, in Anal. Univ. Chil. 123: 371. 1908;'et loe. cit.: 291. D istribución geográfica.—Chile: Prov! Antofagasta y Atacama. M a te ria l A tacam a, R. A. P h il., IX -190 9 (Sífo.

estudiado: R eich e, IX -1900 (Typus: Sgo. 54771).— A n tofagasta. Paposo, X II-1 8 5 3 (Sgo. 54753 et 42477).— Ibid, T altal-P ap oso , Reiche, 61450)<

Obs.—Confundida en el herbario con. V

erben a

l a c in ia T a

(L .)

Briq. 31.— Verbena Berterii (Meisn.) Schau. Schauer, in A. DC-, Prodr. X I : 351. 1847; Reiche, loe. cit.: 294. Meisn., Gen, PI. Comment. 198. 1846.

S h u t t l e w o r t h ia B e r t e r ii

D istribución geográfica.—Perú, Bolivia y Chile. En este país des­ de la provincia de Coquimbo a Valdivia.


oi

R EB E C A A CEVED O

M a te ria l estudiado: A concagu a: L os M olles. L an d b eck , X I-1 8 6 2 (Sgo. 54737).— San tiag o , C. G ay 1084, X -1830. (Sgo. 54734).— V a lp a ra íso : Q uilpué, X -1 8 91 (Sgo. 68399).— C u ricó: L lico , L an d b eck , X I-1861 (Sgo. 54758, 42468 et 68400).— M au lé. C on s. titución, R eiche. X I-1 9 9 0 (Sgo. 68401).— Ñ uble, D r. P u ga, X -1878 (Sgo. 68402). — E jem p la res sin datos (Sgo. 42466 et 68403).— O ’H iggin s. R an cag u a, B e r tero, X -X I-1 8 2 8 (Sgo. 54755).— S a n R a fa e l, V o lck m an n , 1862-3 (Sgo. 54735). — M aule. Cauquenes. R eich e, X -1 9 0 7 (Sgo. 60915).

32.— Verbena bonariensis L. Linnaeus, Sp. PL, ed. I, 20. 1753; Moldenke, in Lilloa V I: 322. 1941, Reiche, loe. cit.: 284. Distribución geográfica.—Diversos países americanos; en Chile des­ de la provincia de Coquimbo, en el norte, hasta la de Osorno, en el sur. M a te ria l estudiado:

33.— Verbena brasiliensis Vell. Vell., Fl. Flim. 17. 1825; M óldente, in Lílloá V I: 324. 1941. D istribución geográfica.—Diversos países americanos; en Chile en las provincias de Coquimbo, Santiago, Concepción y Valdivia. M a te ria l .estudiado: (SgoSa68325S)0 :

Obs.

A rra y á n ’ J ' G uzm án. X - 1943

(Sgo. 5 9 9 3 4 ) .- E je .

sin

datos

Aun no había sido mencionada en el país. 34— Verbena (Junellia) bryoides Phil. cit.: 276; Moldenkc,


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

53

D istribución geográfica.—Chile: Desierto de Tarapacá y Atacamá. Nombre vulgar: Cola de Zorro, pata de perdiz. M a te ria l estudiado: Mfi7 ? eS^ l Ur.'íni ^ tr aní enSe: A lt0 de V a ra s- R A - P h il- I -'8 5 4 (Typus: Sgo. 1885 (Sgo 42472) £ragm' de v - h y strix .— T a ra p a c á : Ja iñ a , R . R ah m er, I I I-

Obs.—'Especie confundida con V e r b e n a 17405, ex Field Mus., no es V b r y o id e s .

h y s t r ix

Phil. La foto

35.— Verbena (Junellia) caespitosa Gill, et Hook. G ill, ct Hook., in Hook., Bot. Misc. 1: 165. 1830; Reiche, loc c it.: 274; Moldenke, in Lilloa V : 394. 1940, sub synon. D istribución geográfica.—Argentina v Chile: Cordilleras altas de las provincias de Coquimbo y Aconcagua. M a te ria l estudiado: C H IL E . Coquim bo: Cord. Dña. A na, V o lck m an n , 1860-61 (Sgo. 54679).— A R G E N T IN A . A ndes de Mendoza, s/col. 1868 69 (Sgo. 42537 e t 54680).

36.— Verbena corymbosa Ruiz et Pavon Ruiz et Pavon, FI. Peruv. 1:22, pi: 33. 1798; Reiche, loc. cit.: 285; Moldenke, in Lilloa V I: 326. 1941. D istribución geográfica.—Perú, Brasil, Uruguay y Chile; en este país en las provincias de Atacama y Curicó-Valdivia. Nombre vulgar: Verbena, correcaballito. M a te ria l estudiado: C'uricó- L lico , s/col., X II-1861 (Sgo. 42453).— Ñ uble: Cholguan, J . G a­ llard o i i - X I - 1947 (Sgo. 66315).—V a ld iv ia : S. Ju a n , s/col., 1-1886 (Sgo. 68336)’.— Ibid , p h ilip p i, 11-1878 (Sgo. 54698 et 42448).— Ibid, ipse, 1-1861 (Sgo. 54699).— Ibid, s/col., IT-1862 (Sgo. 42456). 37 .— Verbena

(Junellia) digitata Phil.

Philippi. in Anal. Mus. Nac. C h il.: 59. 1891; Reiche. in loc. cit.: 278; Moldenke, in Lilloa V III: 416. 1942, sub synon.


54

R E B E C A ACEVED O

D istribución gébgráfica.-Argentina y Chile: Cordillera y zona li­ toral de Tarapacá a Atacama. "

^

"

M am ina, s/col„ 1 5-IV -1885 ( S g o ^ ^ S S l .- A n t o f a g a s -

% M re^ S d: / c ^ “ s J : 5S4T O 0K -A ta^am a?’ a l n o rte ‘de* M a r u n g a , s/coi., 1-1885 (Sgp. 547821 — Ibid, C olorado, F_ P h ilip p i, 1-1885 (Sgo. 4 2 5 2 2 K ^ Ibid D esertum A tacam a, P h ilip p i (foto del H erb , de . Mus'. Nat. Hist., 17412. (Sgo. 66905).

38.— Verbena gynobasis W edd. Weddel, Chlor. And. 2:156. 1857; Reiche, in loe. cit.: 286. V erben a b ella

Phil, in Anal. Mus. Nac. Chil. 2:58. 1891; Reiche,

in loc. cit.: 286, sub svnon. D istribución geográfica.—Perú v Chile: Prov. 1 ara paca. M a te ria l estudiado: T a ra p a cá : H uaquiña, C. R ah m er, III-1885 (Sgo. 42458).— Ib id , N aquina. ipse, 15-111-1885 (Sgo. 54671).— F o to del H erb ., B e rlin , e x F ie ld M us. .17419.

39.— Verbena hispida Ruiz et Pavón Ruiz et Pavón, Fl. per. et. chil. 1:22, tab. 34. 1798; Reiche, in loc. cit.: 284. Distribución geográfica.—Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay, Argenti­ na y Chile; en este país en el Norte y Centro. M a te ria l estudiado: T arap acá, A rica:- P u tre 3.500 m s. m., P d re. G. K u sch e l, 5 -X II-1 9 4 6 (Sgo. 66204).— Ibid, S ib a y a . C. R ah m er, III-1 8 8 5 (Sgo. 42308).— C oquim bo. Los V ilos, R eich e, 1-1899 (Sgo. 68332). A concagu a, L a n d b e ck , X II-1 8 6 0 (Sgo. 54695 et 54692).— V alp araíso , an w egen . D r. B u c h tie n , 140, 18-IX -1 8 9 4 (Sgo. 68331).— Sgo. s/col., X I-1 8 9 5 (S g o ., 54694 et 42510).— O 'H ig g in s. R ancagua, B e rte ro , IV -V -1828 (Stgo . 54691), m ezclad a con ró tu lo de Q u illota, G erm ain .— L in are s, s/col., 1-1877 (Sgo. 42309 et 54693).— M aulé. C o n s­ titución, s/col., (Sgo. 68329).— E je ., sin datos (Sgo. 54696).

40.— Verbena (Junellia) hystiix Phil. Philippi, in Anal. Univ. Chil. 90:610. 1895; Reiche, loc. cit.i 276. et Moldenke, in Lilloa V IH : 416. 1942, sub svnon,

\


55

V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

D istribución g eo g ráfica.— C h ile : en d ém ica del d esierto de A tacam a. M a te ria l estud iad o: A ta ca m a : A cerillo s, in desert. A tacam a. V illan u ev a, X I-1877 (T you s et isotypus: Sgo. 42514 et 54673), Y o te .— lb id , s/col., X I-1 8 7 (C lastotyp us: Sgo. 68374).. Y o te.— E n can tad a, s/col., 1-25-1901 (Sgo. 54674).— E je . sin da. tos, m ezclado con el tipo de V. b ryoid es.— F o to iso typ i a V. h v slrix , del H erb, de B e rlín , e x F ie ld M us. 17406, et 17405: Sgo. 66906 e t 66907).

O b s.— E s ta esp ecie ha sido co n fu n d id a co n V

erben a

b r y o id e s ,

p lan ta de la cual d ifiere por la vellosidad de sus ram as nuevas; por la m ayor d em arcació n del nervio m edio d e sus h o jas; por los cilios del m argen del cáliz y de las brácteas; por las

e s p in a s

de los d ien tes de

aquel v áp ice de éstas y por la corola algo p u b escen te. V .

b r y o id e s

es

to ta lm e n te p u béru la, salvo la co rola qu e es glabra, y co n las b rácteas y d ien tes del cáliz m uy d istinto s.

41.— V erbena (Junellia) illapslina Phil. P h ilip p i, in A n al. U n iv. C h il. 9 0 :6 1 2 . 1895; M o ld en k e, in B o l. S o c. V e n e z . C s. N a t. X I , N 9 70. 1947 e t L ist. Su p lem . 1941. V

e r b e n a s el a c in o id e s va r . il l a fel tn a

(P h il.) R e ic h e , loe. c i t .:

288. C h ile : C o rd illera de C o q u im b o . M a te ria l estudiado: Coquim bo. O v alle: T ulah uén , G u ill. Geisse, 1889-90 (Sgo. 54726).— Ibid. La P o lcu ra , C o rd illera de Illap el, 1-1888 (Typus. Sgo. 54727).— Ibid. s/col. ni f. (¿Isotypus?, Sgo. 42526).

42.— Verbena laciniata (L.) Briq, B riq . A un. C onserv. c t Jard. B o t. G e n c v . 7 -8 :2 9 6 . 1904; M o ld cn k c, in L illo a V I : 333. 1941. V e r b e n a e r in o id e s L a m ., T a b l. E n cy cl, 1 :5 7 . 1791; H o o k ., B o t.

M ise . 1 :1 6 8 . 1830; R eich e, loe. c it.: 294. E r in u s l a c in ia t u s L ., Sp. P l., ed . 1 :6 3 0 . 1 7 5 3 .


56

K EBEC A A CEVED O

D istribución geográfica.—Especie sudamericana: Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina v Chile. En nuestro país desde el Norte hasta la provincia de Bío-Bío, en la Araucanía. Nombre vulgar: Sandía-Lahuen, hierba del incordio. M a te ria ! estudiado: S an tiago : C erro San C ristó b al, R . A. P h il., X I-1 8 5 5 (Sgo. 54760).— Ibid , La E rm ita . R io Sa n F ra n cisco , 1.200 m. s. m.. C o rd ille ra de L a s C ondes, G. Looser 4222, X I-1 9 4 0 (Sgo. 67501).— Ibid , s/col., X -1 8 8 2 (Sgo. 42469 et 68404).— L la y -L la y , s/col., IX -1 8 6 3 (Sgo. 68405K— V a lp a raíso . Q u illo ta , P h . G erm ain (Sgo. 54754).— E je . sin datos (Sgo. 68406).— A n to fa g a sta . P ap o so, s/col., (Sgo. 42476).— San tiago . S a lto de C on ch alí, s/col., 1976 (Sgo. 54737).

Obs.—Especie confundida en el herbario con V . B e r t e r i i . 43.— Verbena Landbecki Phil. Philippi, in Linnaea 33:194. 1864-65; Reiche, loe. c it.: 287. D istribución geográfica.—Chile. Especie endémica de la provin­ cia de Coquimbo. M a te ria ! estudiado: Coquim bo: Choapa, L an d b eck , 1-1863 (T y p u s: Sg o. 54672).— Ib id

C on-

e T R e Ä s ' m f f i 8 0 ' 54736 6‘ 68372)' - F o to tyP us del H e rb a rio de B e rlín .

Obs.—La foto del Herb. Berlín, distribuida por Field Mus. Nat. Hist. 17422, no es V Lamdbecki. En nuestro herbario museal ha sido confundida con V laciniata.

44.— Verbena (Junellia) lavandulaefolia Phil Philippi, in Anal. Univ. Chil-: 521. 1873; Reiche, loe cit - ?80Móldente, in Lilloa V : 397. 1940, sub svnon. et List. Suplcmcn Verb. 1941.

D istribución geográfica.-C hile: Cordilleras de las provincias de Colchagua y Curicó.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

57

M a te ria l estudiado: L a s D am as' (TVnf,S, d|‘ P e ‘ oroa' M anuel V idal. 1889-90 (Sgo. 54718)— Ibid.. p u Ä S ^ f . 54 ^ 1872— Ib id ' R Í0 T e n 0 ’ s /co1- 1872 (¿Isoty(F o to Hprh ' 7 3 ■tÍ 1* " 10 al t¡-n o: S S°- 54720.- I b i d . R. A . P h il., 1876 (r oto H erb . B e rlin , e x Field Mus. 17426, Sgo. 66902).

45-

Verbena (Junellia) lavandulaefolia var. colchaguensis (Phil.) Reiche

Reiche, Fl. de Chil. V : 281. 1910; Moldenke, in Lilloa X IV : 26. 1948, sub svnon. V e r b e n a c o l c h a g u e n s is

Phil., in Anal. Univ. Chil. 43:521. 1873.

Distribución geográfica.—Chile: en las mismas cordilleras del tipo. M a te ria l estudiado: C u ricó : L as Damas, s/col. (Typus a V erbena colchaguensis: Sgo. 54708). 4 6 .—

Verbena lipozygioides W a l p .

W alpers, Repert. Bot. Syst. IV : 16. 1844-48; Reiche, loe. cit.: 293. D istribución geográfica.—Chile: Prov. Coquimbo y Santiago. M a te ria l estudiado: S a n tia g o . P udahuel, B . D ávila, 1869 (Sgo 42454), form a con el tubo de la co ro la o u b escente.— Coquim bo: So taqu í. in collibus, IX -1836, C. Gay 1085 (Sgo. 54761).— Fototvpus del H erb. B e rlín , e x F ie ld M us. 17427 (Sgo. 67537).

47.— Verbena litoralis H. B. Kth. Kunth, Nov. gen. et sp. II: 276, t. 137. 1817; Reiche, loe. cit.: 283. D istribución geográfica.—Planta americana. En Chile en la zona litoral y en el interior. Juan Fernández.

_

M a te ria l estudiado: S a n tia g o C. Gav. 1084, bis (Sgo. 54703), in a rv is freq u en s.— Ibid, Quinta N o ím a l s/cól. X II- Í8 7 7 (Sgo. 42460)— E je . sin datos (Sgo. 54706). — Curicó: V ich u q u én , s/col., X II-1861 (Sgo. 42464)— Ibid , L lico , s/col., X II-1861 (Sgo. 54 7 0 5 )__ C o q u im b o , A lbert, 1-1897 (Sgo. 68333).— Chaca, V ítor, R . P ., X II-


58

R EB EC A ACEVED O

1897 (Sffo 68 3 3 4 )__ V alp araiso , D r. B u c h tie n . 4. 18-X -1894 (S go. 68335). i ^ F e r n á n d e z Edw yn R eed , X -1 8 7 2 (Sgo. 54701 e t 4 2 4 7 4 ) .- Ib id , ./ c o l , X I-1864 (Sgo. 42485 et 54700).

48.— Verbena (Junellia) minutifolia P h il. Philippi, in Anal. Univ. Chil. 90:614. 1895; Reiche, loe. cit.; 278; Moldenke, in Lilloa V : 399. 1940, sub synon. V e r b e n a m i c r o p h y l l a Phil., in Linn. 29:21. 1857; Reiche, loe. cit.: 278, sub. synon. Distribución geográfica.—Argentina y Chile: Cordilleras altas de Santiago y Linares. M a teria l estudiado: L in a re s: C o rd illera. G erm ain , 1-1856 (T ypu s a V . m icro p h y lla : Sgo. 54784).— E je . s/loc., P a b lo O.. 1873-74 (S g o . 68 3 6 9.— Ibid , P h ilip p i, 1876 (Sgo. 66909).— F o to del H erb . B e rlin , e x F ie ld M us. 17437, sub V . m icroph ylla y 17433, sub V . m o ren o n is O. K u n tze.

Obs.—Las dos fotografías (17433 y 17437), distribuidas por Field Mus., no son tipos. 49.— Verbena orígenes P h il.

Philippi, in Linnaea X X I X : 20. 1S57-58; Reiche, loe. cit.: 290. V erben a pa lm a ta

Reiche, loe. cit.:

287; Moldenke, list. Alf.

Verb. 1942, sub. synon. V e r b e n a d e s e r t ic o l a

Phil., FI. atac.: 40. I860; Reiche, loe. cit.:

290, sub. synon. Distribución geográfica.—Chile: Cordillera de las provincias de Atacama y Coquimbo. Nombre vulgar: Hierba del incordio. M a len s.' estud.'odo: C oquim bo: in ed itissim is andium del T o ro , C. G a y 1906 X I-1 8 3 6 (C la stotypus a V. orígen es: Sgo. 54769).— Ibid, D ña. A na, D r. P e ra lta , s/ f iC otypus a V. palm ata: Sgo. 54768).— Ibid . B a ñ o s del T o ro , R e ic h e 1-1904 (Cotypi a V. palm ata: Sgo. 54767 et 54765).— Ibid. C o rd ille ra de D ña. A n a R io T u rb io , V olck m an n , A e s ta te -1860-61 (C otypus a V. p alm ata: S g o . 54766).—


59

Ibid, C o rd ille ra de L os P atos, A lam os, A estate-1884 (Sgo. 42461, fragm .).— ^ amta ^ la p 0 :. S U ebr- de P a ‘P ° te ’ F - P h ilip p i. 4-1-1885 (Sgo. 54763, 4246a e t 68387).— Ibid, B añ o s del Inca, A. B o rch ers, 1-1886 (Sgo. 547621— E e^ tUn\ ,Aita, Cama: ■*:>aj onal ’ P h il.?, 11-1854 (Typus a V. d eserlicola: Sgo. 54764).— Fototyjpus h erb . B e rlin , e x F ie ld M us. 17434.

O bs.—Especie confundida en el herbario con V ,

r ib if o l ia

Walp.

50.— Verbena porrigens Phil. Philippi, in Linnaea X X X 11I: 195. 1864-65; Reiche, loe. cit.: 291. D istribución geográfica.—Chile: provincias de Coquimbo, Acon­ cagua v Valparaíso. M a te ria l estud iad o: A co n cag u a: Q u ilim ari, L an d b eck , X II-1 8 6 1 (T ypus: Sgo. 54729).— C o­ quim bo. L os V ilos, R eich e . 1-1899 (Sgo. 68380).— Ibid, ipse. IX -1905 (Sgo. 54730).— V alp araíso , O u illota, s/col. ni f. (Sgo. 42478).

51.— Verb ana porrigens var. Paulseni (Phil.) nov. ccmb. V . P a u l s e n i P h il., in A n a l. Univ. Chil., 90:607. 1895; Reiche, loe. cit.: 291, sub. synon.; Moldenke, T he New Geog. Dist. Verb. 1949, sub sp. D istribución geográfica.—Chile: Valparaíso. M ateria) estud iad o: V alp a ra íso . Q u in teros, F . P au lsen . I X - 1885 (Typus a V . P aulsen i? Sgo. 54728).— Ibid, C oncón: M édanos, 12-X -1884 (Sgo. 68378).

Obs.—Difiere "del tipo por sus hojas más angostas \ largas y por sus flores violáceas. 52.— Verbena (Junellia) pseudc-juncea C. G ay Gav, Fl. Chil.. 5:19. 1849; Reiche, loe. cit.: 280. sub var.; Mol denke, in Lilloa V II I : 418. 1942, sub synon. T h r y o t h a m n u s j u n c i f o r m i s Phil., in Anal. Univ. Chil. 90:618. 1895; Reiche, loe. cit.: 281, :ub synon.; Moldenke, List. Alf. Suplen) 1. 1947. sub sp.


R E B E C A A CEVED O

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V e r b en a ju n c if o r m is

(Phil.) Reiche, loe. c it.: 281.

D istribución geográfica.—Chile: Cordillera de Coquimbo. M a teria l estudiado: Coquim bo, C . G ay 340 (Fo to co typ u s a V. pseu do-jun cea, d e l H ero . D elessert. ex F ield M us. 24696: (Sgo. 67940).— Ib id , ad o rig in u m ílu m im s T o rca (O valle), G u ill. G eisse, 1889-90 (T ypu s e t isoty p u s a T h ryoth am n u * junciform is: Sgo. 42533 et 54662).— Ibid, A rq u ero s, in co llib u s, C . G a y 1081, X - 1836 (Cotypus a V. p seu d o-ju n cea: Sg o. 54710).— Ibid . C o rd ille ra de Illa p el 2.000 m. s. m„ C . R eich e, 1.1906 (Sgo. 54711).— Ibid , L o s C e rrillo s, s/col, 1-1888 (Sgo. 42543 et 54709).

Obs. 1.—Esta especie ha sido confundida en el herbario con N e o s (G ilí, ct Ilo ok .) Kuntzc, planta citada también en

parto n a p h y ll u m

Chile, pero no representada en el Musco. • Obs. 2.—La sinonimización de T i i r y o t h a m m u s

ju n c if o r m is

con

esta especie, está fundamentada en la igualdad del material típico de ambas plantas, ralvo la presencia de hojas en la primera y la ausencia de las mismas en V . p s e u d o - j u n c e a , lo cual se debe, sin duda alguna, a la fácil caída de dichos órganos, a juzgar por sus restos conservados en las ramas áfilas de Thrvothamnus. junciformis. Lo expuesto, sumado a la comunidad de áreas geográficas y seme­ janza de las descripciones originales de dichas especies, justifica su fusión, realizada aquí por primera vez. El Dr. Reiche no vió el tipo de V . p s e u d o - j u n c e a , motivo por el cual la subordinó a V . s p a t h u l a t a Gilí, et Hook. 53.— Verbena ram ulosa Phil. Philippi. in Anal. Univ. Chil. 90:610. 1895; R?iche, loe- cit.: 293. D istribución geográfica.—Chile: Prov. O'Higgins. M a te ria l estudiado: O ’H iggins: A n gostura, Jo s é M o n rea l M arín , l-X I-1 8 8 6 (T ypu s- 4 2 5 1 1 ) .E je m p la r sin datos (¿clasto ty p u s?: Sgo. 54731).

54.— Verbsna Reichei nov. sp. (Ssct. G landularia) Suffruticosa, parva, a basi ramosa; ramis ascendentibus decuníbentibusve in paete inferiore quae relíquis siccis foliorum praesentat.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

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paucis foliosis. hispidis, 25 cm. longis; foliis separatis, sessilibus, basi attenuatis, margine revolutis, ápice obtusis, tri vel quinquefidis, seg­ mento intermedio majore, latiore tridentatoque, 10-17 mm, longis, 6-12 mm. latis, pilosis, pilis supra longioribus acclinibusque, nervis subtus hispidis; inflorescentiis 1-3 capitulis extremo ramis dispositis; bracteis 3-4,5 mm. longis, linearilanceolatis, margine ciliatis; cálice hispido, 7-10 mm. longo, leviter dilatato in supenore parte, cum subulatis dentibus, majoribus usque 2,5 m m .lo n g i; corolla glabra vel leviter pubescente (sub vitria lens), 'tubo 1-1,3 cm. longo; stamina superiora generaliter antherarum appendicibus exsertis; gvnaeceo in­ cluso, plus minusve 9 mm. longo. Icón.: 3. Subfruticosa, pequeña, ramosa desde la base; ramas ascendentes o decumbentes en su parte inferior que presenta los restos de las ho­ jas secas, poco foliosas, híspidas, de 25 cm. de largo; hojas apartadas, sésiles, atenuadas en la base, revolutas en el margen, obtusas en ei ápice, tri o pentáfidas, con el segmento intermedio mayor, más ancho y tridentado, de 10-17 mm. de largo por 6-12 mm. de ancho, pilosas, con pelos más largos v recostados en la cara superior y con los ner­ vios híspidos en la inferior; inflorescencias dispuestas en número de 1-3 cabezuelas en el extremo.de las ramas; brácteas de 3-4,5 mm. de largo, lineal-lanceoladas, ciliadas en el margen; cáliz híspido, de 7-10 mm. de largo, levemente ensanchado én su parte superior, con dientes subulados, hasta 2,5 mm. los mayores; corola glabra o ligeramente pu­ bescente (len te), con tubo de 1-1,3 cm. de largo; estambres superio­ res generalmente con los apéndices de las anteras exsertos; gineceo incluso, de más o menos. 9 mm. de largo. Fig.: 3. O bs.—Esta planta ha sido confundida en el herbario con V . l a c i ( V . e r i n o i d e s ) , especie que se reconoce fácilmente por ser más o menos hirsuta, por los segmentos de sus hojas más largos y agudos, por los dientes del cáliz más cortos y por los apéndices de las anteras

n ia t a

inclusos en el tubo corolar. También presenta cierta semejanza con Phil., pero el tipo de esta especie, conservado en

V e r b en a araucana

el Museo, es distinto.


rebeca

ACEVED Ó

F ig. 3.— V erb en a R eich ei R eb. A. de V . nov. s p .; a. ra m a ; b, h o ja s Itam . nat.); c, b rá cte s; d. p istilo ; e, esta m b res; {, llo r (tam . au m .). T ypu§: Sgn. 68403.

55.— Verbena ribiiolia W alp. Walpers, Rep. IV :- 29. 1S44-48; Reiche, loe. c it.: 286.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

63

D istribución gcográfica.-C hile: Provincia de Santiago a Concepcion M a te ria l estudiado S a n tia g o . S a lto de S a n R am ón, Otto PhiÜDDi XTT-lfiRR (¿ oarh C o rd illera C u ricó , s/col (Sgo. 5 4 6 6 4 ).-C o leh a g u á : P ortezu elo C ^ ó n d

S t

C’G G ay av 1180q i l T 831 (Sgo. 54670).— S aXn tia ; 1876 ' 42« I b i d , MTina alcaregu e, C. 1180, 11-1831 g o : (SVga0lle de 2> M -aino P risto B . D ávila, 1869-70 (Sgo. 4 2 4 4 5 ).-C o r d . Colchagua, s/coL, X I-1 8 6 0 (Sgo. i 2 m ) [

56.— Verbena ríbifolia forma alba n o v . f. A typo floribus albis differt. Difiere del tipo por sus flores blancas. 1 D istribución geográfica.—Chile: Cordillera de Colchagua. i M a te ria l estud iad o: C o rd illera de C o lchag u a: P ortezu elo , 5-7000 p. s. m., Landbeck, X II-1860 (Typus: Sgo. 54669).

57.— Verbena ríbifolia V e rb e n a fo e tid a

vot.

foetida (Phil.) nov. comb.

Phil., in Linnaea X X I X : 19. 1857-58; Reiche,

in loe. cit.: 286, sub synon.; Moldenke, The Geog. Dist. Verb. 1949, sub sp. Difiere de la forma típica por sus ramas más largas, nutantes y menos foliosas; por sus entrenudos igualmente mayores y general­ mente sobrepasando las hojas; éstas más largamente pecioladas, de 2,5 cm. de largo, las mayores; inflorescencia 1-2 en el extremo de las ramas. En el tipo las ramas son más cortas, ^ensas y erguidas; los entrenudos menores que las hojas; éstas subsésiles y de 1, 2-1, 6 cm. de largo; inflorescencia solitaria. , D istribución geográfica.—Chile: Cordillera de Linares. M a te ria l estud iad o: C o rd illera de L in a re s, G erm ain , 1858 (Typus: Sgo. 54666).


64

R EB EC A A CEVED Ó

58.— Verbena ribifolia forma longavina (Phil.) nov com b. V e r b e n a lo n g a v in a

Phil., in Anal. Univ. Chil. 90: 608. 1895;

Reiche. loe. cit.: 286, sub synon; M óldente, T h e known geog. dist. Verb. 1949, sub sp. Difiere tan sólo de la forma típica por las divisiones de las ho­ jas más profundas. Distribución geográfica.—Chile: Cordillera de Linares y Ñuble. M a te ria l estudiado: L in a re s: T h e rm a e Lon gav i. O. Sch ó n em an n , 1-1888 (T ypu s a V . lo n g a ­ v in a: 54663).—-Su b te: C o rd illera de S a n C a rlo s, s/col., (Sgo. 54665).

59.— Verbena (Junellia) selaginoides Kunth ex W alp. Walpers, Repert. 4: 15. 1845; Reiche, loe. cit.: 288; M óldente, in Lilloa V : 400. 1940, sub synon. Distribución geográfica.—Chile: Antofagasta a Coquimbo. M a te ria l estudiado: C oquim bo: A rqu eros, in collibus, C. G ay 1074, X -1 8 3 6 (Sgo. 54723).— Ibid , P a n u lcillo , F r . V id a l G. (Sgo. 68373).— Ibid, ipse, 1889 (Sgo. 54722 e t 42517).— Ibid, Illap el, verano-1884 (Sgo. 42518).— Ibid, H errad u ra, s/ co l., X I-1 8 6 4 (Sgo. 42455 et 54724).— Ibid , L a S e re n a : P u n ta T ea tin o s, C. R eich e , IX -1 8 9 8 (Sgo. 54721).

Obs.—Confundida en el herbario con V . g l a u c a G il l . e t H o o k . 60.— Verbena (Junellia) seriphioides Gilí, et Hook. Gill. et Hook., in Ilook., Bot. Mise. I: 164. 1830: Reiche. loe. cit.: 275; Moldenke, in Lilloa V : 400. 1940, sub synon. V e r b e n a e c h i n a t a P i i i l . , in Anal. Univ. Chil. 3 5 : 191. 1870; Reiche. loe. cit.: 275, sub synon.

Distribución geográfica.—Argentina y Chile. En este país en ’as cordilleras altas de las provincias de Antofagasta, Coquimbo y Colchagua.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

¿5

Nombre vulgar: Perlilla, rosa de la puna, rosita. M a te ria l estudiado: Chile. A n to fa g a sta : A scotan, F . P h ilip p i, 23-11-1885 (Sgo. 54686).— Ibid, A n to fag asta de la S ie rra , ipse, ?, 1-1885 (Sgo. 42450)— Ibid, ¡ose, "> 1-1885 (Sgo. 68370).— llb id , S a litr e ra s, W . D olí, 1872 (Sgo. 54685)— C oquim bo; Cord. de D ña. A na, s/col. n i f. (Sgo. 42475).— A rgentina. A ndes m endocinae, s/col. 1868-69 (T ypus e t isotypus a V. echinala P h il.: Sgo. 42479 e t 54786).

61.— Verbena (Junellia) sexpylliíalia (Speg.) Speg. Speg., in Anal. Soc. Cient. Argent. 53: 243. 1902; Mnlcienke, in Lilloa V : 401. 1940. M on o pyren a

s e r p y l l if o l ia

Speg., in Rev. Agron. La Plata 3:

559. 1897. D istribución geográfica.—Argentina y Chile. M a te ria l estudiado: E je . sin datos (Sgo. 68366), det. M oldenke.

Obs.—Confundida en el herbario con V . m i c r a n t h a Phil.; ai'in no había sido citada en el país. 62.— Verbena (Junellia) spathulata Gilí, el Hcok. Gilí, et Hook., in Hook., Bot. Mise. I: 162. 1830; Reiche, lee. cit.: 280; Moldenke, in Lilloa V : 401. 1940. D istribución geográfica.—Argentina y Chile. En este país en las cordilleras desde la provincia de Coquimbo hasta la de Curicó. M a te ria l estud iad o: C olchagua, D r. Sim ons. (Sgo. 54716)— C oquim bo: H uatulam e, V olckm ann, 1860-61 (Sgo. 54715)— Sa n tia g o : Concum en. L an dbeck, 1-1863 (Sgo. 54714).— C o rd illera d e las A rañ as, ipse, 1-1861 (Sgo. 42457).— S an tiago: Cord. de A cú ­ leo, R eich e , II1-1902 (Sgo. 54713).— Ibid, L a s Condes, L. N avarro, 1-1880 (Sgo. 42520).— Cord. de la Com pañía, s/col., X I-1 8 5 3 (Sgo. 54717 )— AconcaguaCopin prope Ja h u e l, A. B o rch ers, 1-1886 (Sgo. 54712 et 42519).

63.— Verbena sulphurea D. Don D. Don ex Sweet, Brit. Flovv. Gard. Ser. II, Vol. III, *'ab. 221, Reiche, loe. cit.: 289.


<¡G

R E B E C A ACEVED O

D istribución geográfica—Chile, desde la provincia de Antofagasta hasta la Araucanía, según Reiche. M a teria l estudiado: M aulé. C onstitución, in cam po. R eich e , X I-1 8 9 0 (Sgo. 68376).— V a lp a ra íso : P ob lació n V ergara, D r. B u ch tie n , 2 1 -IX -1 8 9 4 (Sgo. 68381).— Ibid, A . B o rch e rs, s/f. (Sgo. 42528).— A concagu a: L os M olles, L a n d b eck , X I-1 8 6 2 (Sgo. 54742).— C oquim bo: B o sq u e de T a lin a y , C. Jile s , 1 6 -IX -1 9 4 2 (Sgo. 57599).— Ib id , F r a y Jo rg e , C. M uñoz, B-157, 1X -1935 (Sgo. 57745).— Ibid, L a S e r e n a : O erro G r a n ­ de. M . R. Espinosa, X -3 0 -1 9 4 2 (Sgo. 68411).— Ibid , P u n ta T eatin o s, R eich e , IX -1898 (Sgo.68377).— L as M ollacas, s/col. n i f. (Sgo. 68379).— A ta ca m a . B a n ­ durrias, W. G eisse, 1885 (Sgo. 42447).— Ibid, Copiapó, Jo s é 2? R iv ero , 1881 (Sgo. 42529).— Ib id 1878 (Sgo. 54750).— Ibid . H uasco. R eich e , IX -1 9 0 0 Sgo. 68375).— A n tofagasta. P aposo, s/col. n i f., (Sgo. 54781).— Sa n tiag o . S a n A n ton io, G erm aín, (Sgo. 54747).

64.— Veibsna sulphurea í. a lb a Moldenke Moldenke, in Bol. Soc. Venez. Cs. Nat. T . X I, N 9 70. 1947; C. Skottsberg, Fl. y Veget. Fray Jorge:! 5 l ' Í950. Distribución geográfica.-Chile: prov. de Coquimbo y Aconca­ gua. M a teria l estudiado '

tapi^ 7 / c S ’a:iX-Í865de(Sgote5"7UÍ9Í'eyb0ld- IX' 186° (S*°' 42486,- Ib¡d' Ca‘

Obs.—Aun no había sido citada en el país. 65.— Verbena sulphurea var. fusccrubra Skottsberg ^ Skottsberg, Meddelanden f. Coteb Bot. Trädg,. X V I I I : 1950; Moldenke, T h e known geog. dist. Verb., 1949

15]

D istribución geográfica.-C hilc: prov. Coquimbo. M a teria l estudiado: C oquim bo: F r a y Jo r g e . ¿F . P h il?. 2 1 -X -1 8 9 3 (Sgo. 68383),

Obs.—Probablemente, esta planta es también un eje. de Grandjot 612, pero con flores purpúreas y hojas inferiores más anchas. Aun no había sido citada en el país.


V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

67

66.— V erben a sulphurea var. interm edia Kuntze Kuntze, Re\

G en. Pl. I I I : 258. 1893; Moldenke, T h e known

Geog. dist. V erb., 1949. D istribución geográfica—Argentina y Chile. En este país en la Cordillera de Coquim bo v Santiago. M a te r ia l estu d ia d o : C o q u im b o . C o rd ille ra de I lla p a l: L a P o lc u ra , s/col. 1-1888 iS g o . 683821. — Ib id , C o rd . Illa p e l, V o lck m a n n , 1860-61 (S go . 54746).— Ib id . s/col. n i í. (Sgo. 42524).— Ib id , 2800 m . s. m .. R e ic h e , 1-1906 (S go . 54743).— Ib id , L a s M o llacas, s co !. ni f. (S go . 42536i.— Ib id , 1-1888 (S g o . 54740).— S a n tia g o . C o lin a , s/ c o ]. X -1 8 8 7 iS g o . 68412).— C o rd ille ra de L os P a to s, A lam os. A etate.1884 (Sgo. 42523).— E je sin dato s (S go . 54745).

Obs —No tratada por C. Reiche v confundida en el herbario con la forma típica. 67.— V erbena sulphurea var. ped uncu lata C. G a y Gav. F l. de Chíl. Y : 8. 1849; Moldenke, T h e known geog. dist. 1949. D istribu ción geográfica.—C hile: prov. Santiago. M a te ria l estu d ia d o : S a n tia g o , in c o llib u s S a n Jo s é . C. G a y 1086 (T yp u s ? : Sg o. 54748), det. sub V e r b e n a sp. p o r e l co l.

68.— V erb en a sulphurea var. sc a b ra nov. var. A typo differt scabrc robustioreque; pilis brcvibus. regidisque, densioribus, longis, retrorsisque in caulo et ncn'io medio foliorum; liaec crassioribus simplisibusque, inferiores multo majores sunt. Difiere del tipo por su mayor robustez v escabrosidad; por sus jacios cortos y tiesos, más densos, largos y rctrorsos en el tallo y ner­ vio medio de las hojas; éstas más gruesas y sencillas, siendo las infe­ riores mucho mayores.


68

R EBEC A ACEVED O

_______________________

Distribución geográfica.—Prov. Atacama, Huasco. M a teria l estudiado: A tacam a. Huasco. s/col.. IX -1 8 8 5 (T yp u s: Sg o. 54741).

69.— Verbena trachea P h il.. Philippi, in Anal. Univ. Chil. 90: 609. 1895; Reiche, loe. cit.: 292. Distribución geográfica.—Chile: Cordillera de Colchagua. M a teria l estudiado: C o rd illera de Colchagua, 5-7.000 p., L . L a n d b e ck , X II-1 8 6 1 (S y n ty p u s: Sgo. 54732).— Ibid, ipse (Syn typ u s ?: Sg o. 42515).

70.— Verbena (Junellia) iridactyla P h il. Philippi, in Anal. Mus. Nac. Bot. 2: 59. 1891; Reiche, loe. c it.: 295; Moldenke, in Bol. Soc. Yenez. Cs. Nat. X I, nQ 70. 1947, sub synon. Distribución geográfica.—Chile. Especie endémica de la Cordi­ llera de Antofagasta. M a te ria l estudiado: A n to fag asta: Copacoya, F . P h ilip p i. 19-11-1885 (T yp u s e t isotypus- Sg o. 54801 e t 42532).

71.— Verbena (Junellia) triiurcata Phil. Philippi, in Linnaea 29: 21. 1857-8; Reiche, loe. cit.: 278; M ol­ denke, in Lilloa V II I : 419. 1942. Distribución geográfica.—C h ile; Cordilleras altas de k prov. de Santiago. M a teria l estudiado: 7KMCOrdÍ11? í a .de S a n tia g ° ' G erm a in

Ibid. ipse (Isotypus: 54802).

? 739, 11-1857 (T yp u s- S 4248^ o "0oo. ^ b j) .—


69

V E R B E N A C E A S C H IL E N A S

72.— Verbena tritemata Phil.

Philippi, in Anal. Univ. Chil. 90: 615. 1895; Reiche ,loc. cit.: 279. Distribución geográfica.—Chile: Araucanía.

,

»

M a te ria l estud iad o: L o s A n g eles: L a Cueva, s/col., 1-1887 (Typus ?, Sgo. 54783).

73.— Verbena (Junellia) ulicina Phil. Philippi. in Anal. Univ. Chil. 90: 611. 1895; Reiche, loe. cit.: 276; Moldenke, in Li'lloa V : 402. 1940, sub synon. Distribución geográfica.—Chile. Especie endémica de la cordi­ llera de Colchagua. M a te ria l estudiado: C o lch a g u a : V a lle herm oso. P a b lo O., s/f. (T ypus: s/col., 1-1872 (Isotyp u s: Sgo. 54682).

Sgo. 42480).— Ibid,

74__ Verbena (Junellia) uniflora Phil. Philippi, in Linnaea 29: 20. 1857; Reiche, loe. cit.: 277; Moldenke, in Lilloa V : 403. 1940, sub synon. D istribución geográfica.— Bolivia, Argentina y Chile. En este país en las altas cordilleras de Coquimbo a Colchagua v Linares.

^ o q u ? m b o StHuant°a, in subandinis, O G ay 1080. X I-1836 54800), m ezclad o con e je de P h ilip p i, cord. San tiago , 18d6.— Ibid, C ord illera de D ñ “ A na V o lck m an n , 1860-61 (Sgo. 4 2 5 4 2 ).-Ib id , 4000 m. s. m Reiche, 1-1904 (Sgo. 6 8 3 6 7 ) .- S a n tia g o : Cord. M a.pu R isopatron aestate,1 8 9 5 -6 (Sgo. 54798— Ibid. Cord., 3500 m. s. m.. R eiche, 1-1892 (Sgo. 68368).


R EB E C A A CEVED O

70

ESPECIES

CITADAS DE CHILE Y

NO

REPRESENTADAS

EN EL HERBARIO Lan tan a C ám ara var. mista (L.) L . H. B a ile y . — P e r ú : T a cn a (e rró n e a m e n te citad a de C h ile ). Lan tan a glutinosa Poepp.— P e rú : T a cn a (e rró n e a m e n te c ita d a d e C h ile ) Lippia fragans T urcz. Lippia Geisseana (P h il.) So lered .— C h ile: A ta ca m a . Neosparton aphyllum (G ill, et H ook.) K u n tz e.— A rg en tin a y C h ile : A c o n ­ cagua y O ’H iggins. V erbena clav ata R u iz et P a v .—P e rú y C h ile. V erbena concepcionis M oldenke.— C hile: C o n cep ció n . V erbena conn atib racteata K u n tze.— A rg en tin a y C h ile : T a ra p a c á . V erbena Cum ingii M oldenke.— Chile. V erbena cuneifolia R u iz e t P a v .— P e rú y C h ile : S a n tia g o . V erbena dissecta W illd .— A lgu nos p aíses am erica n o s. V erbena glauca G ill, et H ook.— Chile. V erbena m icran tha P h il.— Chile. V erbena m ínim a M eyen.—P e rú : T a cn a (e rró n ea m en te c ita d a d e C h ile ). V erbena m ultifida R u iz e t P av .— P e rú y C h ile : C o n cep ción . V erbena officinalis L .— C osm opolita. C h ile : V a ld iv ia . V erbena platensis Sp ren g.— A lgu nos p a íses am erica n o s. E n C h ile : S a n tia g o . Verbena polycephala T u rcz.— C hile: C oquim bo. V erbena radicans G ill, e t H ook.—A rg en tin a y C h ile : S a n tia g o . Verbena sparlioides T urcz.— Chile: A concagu a. V erbena sulphurea var. longituba K u n tz e.— C h ile: C oquim bo

SINONIMOS, COMBINACIONES Y NOMBRES NUEVOS PROPUESTOS P ágs. Aloysia gracilis (P hil.) nov. eom b. Lippia turbinata G riseb . (L ippia a p rica P h i l .,' n o v .' s y n ó n ) .................. Ph vla nodiflora var. reDtans f. copiapina nov f V erbena porrigens var. P a u lsen i (P h il.) nov. co m b ’ nov* V erbena V erbena V erbena

synoUndr ÍUnCea C G ay (T h ry ° th a m ™ s ju n c ifo r m is P h il R eichei nov. sp. ............................................................................. ribifolia f. a lb a n o v .’ f. ............................................................................... sulphurea var. scab ra nov'.' v a r’,

CONSIDERACIONES

SOBRE ARTEMISIA

COPA

45 47 59 59 60 63

PHIL

.E l Dr. Rodulfo Amando Philippi, describió una nueva especie de Compuesta, herborizada por él en el desierto de Atacama en 1854 y que denomino Artem isia Copa. (1). (1) F l. atac.: 207. N ° 214-1860.


71

Comparando esta planta con unas muestras semejantes, proceden­ tes de Peine —en el desierto de Antofagasta— y recolectadas en dicha región, bajo el nombre vulgar de copa, en X II-1949 por los colecto­ res más adelante citados, me di cuenta que éstas no coincidían exacta­ mente con el tipo y la diagnosis de aquella, lo que me hizo pensar que se trataba de una novedad, constatada, a la vez, en el herbario del Museo Nacional, pero confundida con la planta del Dr. Philippi. En consideración a lo expuesto, tales ejemplares han sido desig­ nados aquí: A rte m is ia C o p a v a r. trífida Reb. A. ds V. ncv. var.

(Fig. 1) A tvpo diffcrt foliis oblongis vel oblongo-spathulatis, basi leviter attenuatís, 5-13 mm. longis, 1, 5-5 mm. latís; foliis majoribus communiter in ápice plus minusve trifidis tridentatisve (raro multifidis). Esta variedad difiere del tipo por sus hojas oblongas u oblongoespatuladas, ligeramente atenuadas en la base, de 5-1? mm. de la.go por 1, 5-5 mm. de ancho, siendo, a menudo, las hojas mayores más o m e n o s trífidas o tridentadas en el ápice (raramente multífidas); ramas del pistilo generalmente desiguales. En la forma" típica las hojas son lineales y enteras. Distribución geográfica.— Especie endémica del desierto de An­ tofagasta. Nombre vulgar: Copa.

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72

R EB EC A A CEVED O

Fig. 1. Artemisia Cooa P hil n at );

«=. * -í-j b. capitulo; c, flo r- d D is t ilo ,e b ' A - de V. ' a - ?. ° : e. esta m b re (tarn Sgo. 68319.

: A. rama (tarn, aum j. (Jotypus:


UNA N UEVA E S PEC IE DE XYLEU TES Hbn (LEP. ZEUZERIDAE). Por el Dr. E m i l i o U r e t a R. [efe de la Sección de Entomología.

E l g é n e r o Xyleutes, c re a d o p o r Hübner en 1816, en su V e r 195, h a SÍdo c o lo c a d o hoy, c o n to d a ra z ó n , e n la f a m ilia Z e u z e r id a e . Se c o m p o n e de e sp e cie s de

ZEICHNISS BtKANNTER SCHMETTERLINGE, p .

los m is m o s h á b it o s y el m is m o m o d o de v iv ir. Sus la rv a s so n x y ló fa g a s y v iv en en los tr o n c o s de lo s á rb o le s, en el s e n o de la s u b s ta n c ia leñosa. La mejor diagnosis del género Xyleutes, ya que la de Hübner es muv incompleta, fué hecha en francés bajo la sinonimia de E n d o x y l a Bsd., por Burmeister en “Description physique de la Republique Ar­ t a lla v a r ia b le , p e r o te n ie n d o to d a s

gentine”, t. V , Lépidoptères, I parte, p. 405, año 1878. Creemos de utilidad transcribirla: “Genre E n d o x y l a Bd ( Z e u z e r a W alk .) “Antennes des mâles fortement pectinées à la base, plus que la moitié terminale simple, fi­ liforme, les articles avec de courts poils et des écailles au-dessus; ceux de la femelle entièrement sans dents et branches pectiniformes. Spiritrompe presque nulle chez la mâle, formant deux fils courts chez la femelle; palpes très courts, filiformes. Front et épistome très étroits, nus, séparant très peu les grands yeux en dessous; sommet de la tète large entièrement couvert de longs poils. Ailes antérieures avec le


74

R EB EC A A CEVED O

bord externe plus court que l’interne, l ’angle terminal aigu. La branche sous-costale avec trois rameaux allant à la côte et trois autres au bord externe; cellule discoidale renfermant une petite cellule allongéetriangulairc avant la nervure recurrente, fortement anguleuse; de cette cellule sont le dernier rameau sous-costal; branche médiane divisée en quatre rameaux allant au bord externe. De cette manière, existent six cellules marginales entre les rameaux des deux branches. Ailes postérieures avec une branche costale très forte, simple et droite; la sous-costale faible à la base, intimement unie à la costale; cellule discoidale avec un petite cellule accessoire, comme dans les ailes antérieures, d’où sortent deux rameaux au bord externe; branche m é­ diane avec trois rameaux terminaux et un quatrième sortant de la base, parallèle au premier rameaux

de la branche

divisée en deux rameaux presque égaux ( l o c %

c it .

anale. Celle-ci

Atlas, Pl. X V II,

1 3 )” .

X yleu tes chilensis U r. (faz su p erio r;

reducida un lercio ).

"Corps et pattes très velus, tarses couverts decailles declinces leur premier article plus fort et plus long que les suivants, même plus ong que le dernier, au moins, des tarses postérieurs”. “Abdomen de la femelle pointu, terminant en tarière” .


UNA N U EV A E S P E C I E .. .

tes

75

Los lepidópteros a los cuales se da hoy día el nombre de X y l e u deben formar, según C . Houlbert, la subfamilia X y l e u t i n a e , in­

termediaria entre C o s s in a e y Z e u z e r i n a e . Sus especies se encuentran repartidas de la siguiente manera: Especies de Australia y Tasmania

40

Especies indomalásicas y etiópicas Especies africanas ............................

17

Especies am erican as......................

9

6

Hoy añadimos una más. En América se han encontrado en M éjico, Centro América, C o­ lombia, Venezuela, Brasil, Perú y Argentina, cerca de Buenos Aires. La única especie encontrada en la costa del Pacífico de América del Sur, es la X y l e u t e s o b e r t h u r i Houlb-, de Huambo, Perú; hoy añadimos nuestra especie chilena, que marca la mayor latitud en el continente. -

Una característica dada para casi todos los machos de los X y l e u ­ americanos está constituida por una mancha negra cerca de la base de la costa y luego sobre el medio del disco de las alas anteriores. tes

X Y L E U T E S C H IL E N S IS . sp. nov. Hembra: Cabeza pardo-clara, con un manojo de pelos pardos entre las antenas y entre los ojos, éstos de un pardo obscuro. Tórax ovoideo, alargado, cubierto de pelos pardo-leonados, que se extienden también a lo largo de todo el abdomen. Las alas anteriores son estrechas y un tercio más largas que las posteriores, presentan un color pardo claro, más obscuras hacia la base y la costa. Sobre ésta hay una serie de siete manchas algo des­ iguales, más obscuras y marginadas lateralmente de blanquizco. Entre las venas existen numerosos dibujos circulares u ovoideos, irregulares, algunos con un circulo adentro y otros con un punto más obscuro. Estos dibujos se sistematizan más hacia afuera, donde llegan a for­ mar hileras, más o menos continuas, una por fuera del disco y otra submarginal, que a nivel de la primera mediana se bifurca hacia arri­


E M IL IO U R E T A

ba en una doble hilera interna y una externa que se dirige al ápice. Sobre el borde externo hay en cada espacio intervenoso una media­ luna. marginada de obscuro al igual que su centro, de concavidad ex­ terna, dejando entre ésta y el borde un espacio más obscuro, limitado hacia adentro por una línea blanca. Sobre el borde anal iCxisten dos manchas ocelares bien nítidas, la interna más pequeña, la externa más grande y pupilada. Un poco por fuera y arriba de ésta, hay dos man­ chas branqu'ecinas trapezoidales, ensanchadas hacia afuera y conte­ niendo en su interior un dibujo de color ocre claro. Un espacio por encima de la última hay otra zona clara, con dos trazos obscuros, lon­ gitudinales, sobre las venas correspondientes.

X yleu tes chilensis U r. (faz in fe rio r; reducid a un tercio ).

Las alas posteriores son triangulares, redondeadas y de un pardo obscuro, que contrasta con lo claro de las anteriores. Sobre el borde externo existe una serie de dibujos semilunares, entre las venas igual que en las anteriores. Hacia adentro, otra serie de formaciones api­ ñonadas, festoneadas de claro, siendo este ribete más acentuado hacia afuera. Por debajo, las cuatro alas son de un pardo claro. En las ante­ riores existen, entre la costa y la subcostal, la, mismas manchas obs­ curas que por encima y entre ellas, espacios de color barquillo claro. ’


UNA N UEVA E S P E C IE . . .

77

E n las posteriores, en el amplio espacio comprendido entre la costa y la subcostal, existen dos manchas obscuras y entre ellas un espacio trapezoidal claro, con centro ocrc. En el borde externo de las cuatro alas existe el mismo dibujo que por encima, pero más angosto y menos marcado. Las patas están cubiertas de una larga pubescencia pardo unifor­ me. E l último artejo de los tarsos termina en dos garras encorvadas. Espansión alar: 120 á 130 mm. Holotipo hembra de Termas de Rio Blanco, Curacautín, Chile (11-1946).V/ 1 paratipo hembra, de la misma localidad y fecha. Ambos en la Colección del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago. Conocemos además cuatro otros ejemplares, todos hembras y de la misma localidad. Uno venía destruido junto a los tipos y tres, del Museo Bullock de Angol, que pude consultar, tiempó atrás, gracias a la reconocida gentileza de su digno Director, don Dillman S. Bullock. Los tipos fueron obtenidos por el señor Arturo Wagenknecht y obsequiados a nosotros por su hermano, don Rodolfo Wagenknecht. Para todos ellos nuestro agradecimiento. Santiago, 12 de Mayo de 1951.



O BSERV A CIO N ES SOBRE AVES NORTE­ AM ERICA N AS MIGRATORIAS Q UE VISITAN CHILE Por el Dr. R o d u lfo A . P h ilip p i B., Jefe de la Sección Ornitología

En un trabajo publicado en 1940 (Bol. Alus. Nac. Hist. Nat. T . X V II I, pp. 65-81), dimos una lista completa de las aves, migratorias norteamericanas que visitan Chile en la temporada de verano. Esta publicación tiene por objeto agregar nuevas especies obser­ vadas y corregir algunos errores de la lista anterior. Seguiremos el mis­ mo orden del trabajo citado. F A M IL IA IIIR U N D IN ID A E Golondrina Grande de los Riscos P e t r o c iie l id o n p y r r h o n o t a p y r r h o n o t a

(Vieillot)

El 18 de Octubre de 1949 tuvimos la suerte de capturar un ejem­ plar de esta especie en la Desembocadura de la Quebrada de Cama­ rones (Tarapacá). Fué el únieo que observamos y andaba revolotean­ do con vencejos, A p u s a n d e c o l u s p a r v u i .u s . Para estar seguros en­ viamos el ejemplar al American Museum of Natural History, donde


g()

E M IL iO URF.TA

estudiado por el Dr. John

T .

_____________________________

Ziimner, se confirmó

n u e stra

diagnosis.

Este hallazgo casual agrega una nueva especie a la av.fauna chi­ lena y tiene el enorme interés biológico que parece que es la primera vez que se captura en la parte occidental de Sudamenca. Su tamaño, su cola cuadrada y la distribución de colores la ha­ cen fácilmente diferenciable de las golondrinas más chicas que se en­ cuentran en esa misma región: la golondrina bermeja H i r u n d o r u s ­ e r y t h r o c a s t e r y la golondrina de rabadilla negra y c o c h e l i

t ic a don

C Y A N O LEU C A PA T A G O N IC A ..

Esta ave anida en la América del Norte desde Alaska Central a través del Canadá, y Estados Unidos por la costa occidental de M é­ jico hasta Nayarit. En invierno emigra al Sur, por Cuba y America C e n tra l hasta el Sur del Brasil. Paraguay y Norte de Argentina.

FA M ILIA A C C IP IT R ID A E 3 . -A guilucho

de Cola R oja, Red-tailed Hawk, b o r e a lis

B u te o

ja m a ic e n s is

G m elin .

Debe borrarse de la Lista de Aves Migratorias,

pues estudios

nuestros han demostrado que es un aguilucho autóctono, ciente a la especie

B uteo

v e n t r a l is

pertene­

Gould (ver. E l Hornero, V ol.

V III, N° 2, pp. 179-189). FA M ILIA FA L C O N ID A E 5 .— F a l c o

p e r e g r in u s

a n a tu m

Bp.

Un estudio detenido de los ejemplares conservados en nuestro Museo y en otras colecciones nos ha llevado a la conclusión de que es un visitante rarísimo de Norteamérica, pues de alrededor de 15 ejemplares estudiados sólo hemos encontrado iu m

.

1111

solo auténtico

ana-

Se trata de 1111 macho adulto capturado en Vallenar (Atacama)

el l 9 de Enero de 1951. Todos los otros ejemplares estudiados eran F a l c o p e r e g r in u s c a s s in i,

la sub-especie residente en la parte austral

de Sudamérica. Esto prueba que hay que tomar con beneficio de in­


A V E S M IG R A T O R IA S N O R T E A M E R IC A N A S

(ti

ventario muchas de las publicaciones hechas anteriormente y que se ícfieren a la distribución de este halcón migratorio.

F A M 1LIA C I 1A R A D R IID A E "•—C h o rlo clorado, Golden Plovcr, P i .u v ia i . is

d o m in ic o s

d o m in ic u s

Miiller. Lste chorlo considerado como un rarísimo visitante en Chile lo capturamos en Chinchorro, al N. de Arica, cerca de la playa el 30 de Octubre de 1949. Se trataba de 1111 ejemplar solitario, pues no vimos otros. El 8 de Abril de 1951 en Bucalemu, en la orilla del río Yali (prov. de Santiago), encontramos una bandadita de 8, de la que se capturó un ejemplar en librea de invierno (ártico). Deseamos dejar constan­ cia que la última captura fidedigna en Chile era del año 1860.

S .— C h o rlo

sem ipalm ado, S em ipalm ated Plover, C iia r a d r iu s s f .m i p a i .m a t u s

h ia t t c u l a

Bonaparte.

Igual que el anterior es un visitante rarísimo v no registrado en forma fidedigna desde el año 1893. Tuvimos la suerte el 6 de No­ viembre de 1950 de capturar uño, que formaba parte de 1111 grupo de cuatro, en la desembocadura de los ríos Ligua y Petore;s¡»(prov. de Aconcagua). Esta especie es nniv fácil de confundir en el terreno con sus parientes C i ia r a d r iu s c o i .t.arts v C iia r a d r iu s a l e x a n d r in u s o c CIDENTALIS.

FA M ILIA SC O LO PA C ID A E ] 5 .— C h o rlo Cafe, K n ot. C a i .íd r is c a n u t u s r u f u s W ilson Rarísimo visitante estival de América del Norte. El Dr. Francis­ co Behn capturó un ejemplar en plumaje de invierno en Septiembre de 1949 en la desembocadura del río Iluasco (Atacama).


R O D U LFO A

P H IL IP P I

22.—P ollito de Vega, White-rumped Sandpiper,

E r o l ia

f u s c t c o l l is

Vieillot.

Este chorlito poco menos que desconocido en Chile central y sur lo encontramos sumamente abundante en Tierra del Fuego en el verano de 1945-46. Esto tiene su explicación, pues es uno de los chorlos migratorios que sigue la ruta oriental.

23.—P ollito de mar, S em ipalm ated Sandpiper,

E reun etes

pusnxus,

Linnaeus.

El Dr. Roberto Donoso B. en Octubre de 1948 capturó un ejem­ plar en Caleta Vitor (25 km. al S. de A rica). E l ejemplar ha sido estudiado por nosotros y tiene el gran interés de ser el segundo ejem­ plar auténtico capturado en Chile.

24.—Playero de Alas Blancas,

C ato ptro ph o rus

in o r n a t u s

s e m ip a l m a t u s

B iew stei.

Al revisar la Colección de Aves Extranjeras del Museo Nacional de Historia Natural encontramos en 1948 un ejemplar de esta especie, perteneciente a la Colección Erobeen, y etiquetado “Perú'’ 1852. Sin duda capturado en Arica en esos años, en que esa zona pertenecía al Perú. Esa valiosa colección conservada en nuestro Museo fué es­ tudiada hace años por nosotros (V er.: Bol. Mus. Nac. Hist. Nat. T . X V I. 1937, pp. 37-65). En Septiembre de 1949 el Dr. Francisco Behn capturó tres ejem ­ plares en playas al S. de Iquique, posteriormente nosotros encontra­ mos 8 ejemplares en la playa N. de Arica. Capturamos tres que fue­ ron conservados. Este hallazgo agrega otra ave migratoria a la avifauna chilena.


A VES

25.

M IG R A T O R IA S N Ó R T É A M ER IC A N A s

83

C h orlito M an ch ad o, S p otted Sandpiper, A c t i t i s MACULARIA Linné.

Este chorlito que era tenido por escaso, fué encontrado en Arica por la Expedición del Dr. Gmo. Mann F., en el verano de 1948. Pos­ teriormente en Septiembre de 1949 el Dr. F. Behn y nosotros en Oc­ tubre de 1949 volvimos a encontrar algunos ejemplares en los roqueríos vecinos a Arica. Esto hace pensar en que sea un visitante regu­ lar en el extremo norte de Ohile.

26.—P ollito d e M ar, R ed Phalarope, P h a l a r o p u s

f u l ic a r iu s

Linné.

Este falaropo, aparentemente raro, lo capturó Behn en Septiem­ bre de 1949 en Punta Teatinos (Coquim bo), v en Octubre del mis­ mo año nosotros encontramos grandes bandadas pescando mar afue­ ra frente al puerto de Taltal (prov. de Antofagasta).

28. — P ollito d e M ar, W ilson's Phalarope, S t e g a n o p u s

t r ic o l o r

V ieillot.

Tenido como uno de los más raros visitantes norteamericanos, en Octubre de 1948. Roberto Donoso B. captura un ejemplar en Caleta Vitor (desembocadura de la Quebrada de Chaca. Arica). En 1949 Behn y nosotros encontramos una bandada de más de 30 ejemplares en la desembocadura del Lluta, al N. de Arica. Las avecitas nadaban en forma muy elegante, sobresaliendo mucho del agua v lanzando picotazos a diestra v siniestra para capturar pequeños organismos planctónicos. Parece que este falaropo visita sólo las partes más septendrionales del país y por el momento hay que seguir considerándolo muy es­ caso.


R O D U L F O A. P H IL I P P I

FA M ILIA L A R ID A E

32,—C h d li o Cagüil. FrankJin’s GuJ!, L a r u s

p ip ix c a n

W agler.

Es visitante regular y en gran abundancia en la costa chilena des­ de Arica a la isla Mocha. Abunda especialmente en los puertos y des­ embocadura de los ríos. El 6 de Mayo de 1951 tuvimos ocasión de observar una banda­ da de alrededor de 1.000 ejemplares en la playa de la desembocadura del Maipo (prov. de Santiago). Todos ellos estaban mudando pluma V con la cabeza bastante negra, algunos ejemplares va presentaban un franco plumaje nupcial. A la semana siguiente, es decir el 13 de M a­ yo, el mismo sitio fue visitado por el Sr. A. W . Johnson v las aves habían desaparecido. Consignamos esta observación, pues es demostrativa en cuanto a la fecha en que las aves se dirigen a Norteamérica. N OTA.— L os núm eros que p reced en a algu n as esp ecies se re fie r e n a los em pleados en ]a pu blicació n a qu e nos re fe ría m o s al in ic ia r este a rtíc u lo .


\

N U EVO S DATOS SOBRE EL PARASTACUS SPINIFRONS (Philippi), 1882. (1)

N. Bahamonde N.

Revisando lado a nuestro se ha detenido s p i n i f r o n s , de

la literatura sobre Paraslácidos Chilenos que ha esalcance con sorpresa hemos comprobado que nadie a mencionar, ni siquiera criticamente, el P a r a s t a c u s Philippi, por lo cual creemos de cierto interés la pu­

blicación de algunos datos reunidos hasta ahora v que complemen­ tados más tarde, pueden ayudar ■a esclarecer el significado de esta . especie de Philippi. En Febrero último, v gracias a las facilidades otorgadas por el Musco Nacional de Historia Natural, tuve oportunidad de realizar un viaje a la Isla de Cliiloé, visitando particularmente los ríos de los alrededores de Ancud. En esa ocasión colectamos numerosos ejem­ plares de un P a r a s t a c u s que con ayuda de la literatura v del escaso material de comparación con que cuenta el Musco, identificamos co­ mo el P a r a s t a c u s s p i n i f r o n s , de Philippi, prácticamente olvidado en ■los anales zoológicos, va que ni Faxon, ni R.ithbun, ni Portcr, ni las Expediciones qué corocemos han pasado por nuestro país, lo men­ cionan en ocasión alguna. Facilitó su determinación el hecho de po­ seer en nuestras colecciones un ejemplar macho y uno hembra cap(1) T ra b a jo leído en la Sociedad E n tom ológica de C hile en Sesión O r­ d in aria del día 13 de Ju n io de 1951


88

N IB A L D O BA H A M O N D E

turados por Julio Philippi en el Fundo San Juan, en las cercanías de Valdivia en el año 1894 y determinado por don R. A. Philippi, autor de la especie, cuando aun permanecía en este Museo.

La confrontación posterior de descripciones, materiales y lámi­ nas del P. s p i n i f r o n s y del P. a g a s s iz z i descrito por Faxon en 1898


SO BRE

PA RA STA C U S

S P IN IF R O N S

87

nos lleva a pensar en la identidad entre ambas especies correspon­ diendo en este caso a Philippi la prioridad. Parece que Faxon ignoró la existencia de la publicación de Phi­ lippi como lo demuestra el hecho de que en esa oportunidad, 1898, al referirse en su trabajo al A s t a c u s

c h il e n s is

descrito por Nicolet en

la obra de Gay y al descrito bajo ese mismo nombre por Milne Ed­ wards, después de estudiar las características de ambos, decía: “ . . . 1 therefore propose to call Nicolet’s crayfish Parastacus nicoletii (As-

PA R A ST A C U S SPIN IFRO N S (Philippi). 1882. Vista dorsal


88

N IB A L D O B A H A M O N D E

tacas chilcmis Nicolct nec M ilnc Edwards)” . En 1882 Philippi ha­ bía determinado va las diferencias entre ambos, y por rara coinciden­ cia se expresaba así: " . . . N o s parece, pues, fuera de duda que los camarones descritos por ambos autores son dos especies distintas y que la descrita por Nicolct debe llevar otro nombre, la denomina remos Astacus Nicoleti”. Esta confrontación de datos pone bien en claro que Faxon no conoció el trabajo de Philippi.

C EFA LO TO RA X

DE PA RA STA C U S (P h ilip p i), 1882.

S P IN IF R O N S


SO BRE

'

PA RA STA C U S

S P IN IF R O N S

analísis de las características señaladas por Faxon para el Pay más tarde por Portcr, nos hace pensar que el Pa-

u a s t a c u s a g a s s iz z i

k a sta c u s s p in if r o n s ,

es idéntica con el P.

especie válida y cuyo nombre debe conservarse, a c .\s s i z z i .

O R G A N O S G E N IT A L E S E X T E R N O S D E P A R A S T A C U S S P IN IF R O N S (P hilip p i). 1882.

Las láminas incluidas en el trabajo, de Philippi podrían llevar a confusión debido a que el trabajo se realizó a ojo desnudo; pero el ejemplar conservado y clasificado por el autor de la especie de­ muestra la identidad de nuestro P a t a s t a c u s con el

s p in if r o n s

y la


90

descripción del P. a c a s s i z z i , como también las láminas concuerda« con la del P. s p i n i k r o n s y el nuestro. Parece que lo más típico en nuestro Parastacus son las caracte­ rísticas dadas por Philippi: “A rostro elongato-triangulari ad basiu

'

utrinque spinula aucto; carpo extus profunde sulcate, margine supe­ riore grosse tuberculato; mano crassa subtus rotundata; digitis haud lineato sulcatis,, intus basi longe barbato-ciliatis”.

Q U E LA D EH ECH A D E P A R A S T A C U S S P IN IF R O N S (Philippi), 1882.

Paxon al referirse al rostro, dice: “Armed near the tip with pair of small, blunt denticles” . Estos pequeños dentículos a que se refiere no aparecen en la figura que ilustra el trabajo de Philippi pero los ejemplares et.quetados por él los poseen por lo cual es pro' bu jan t e UC ^

h aya" paSad° d esaP Crcib .d o s para el d i-


SO BRE

PA RA STA C U S

S P IN IF R O N S

En su trabajo sobre los A s t a c u s de Chile, Philippi da como lo­ calidades para sus ejemplares Llico y Valdivia, mientras los de Faxon son de Talcahuano. Porter capturó otros ejemplares (P. agassizi) en Contulmo (Lago analhue, por error, dice Nanalhue), y obtuvo otros de Chillán Píate os halló en Tumbes y en el Lago Llanquihue; Ortmann, mencio­ nado por Porter, los encontró en el Lago Nahuelhuapi, República Argentina.

Q U E LA

IZ Q U IE R D A

DE P A R A ST A C U S

S P IN IF R O N S

(P hilippi). 1882.

Es curioso también que Porter haya señalado que el P a r a st a c u s de Faxon. sé encontrara en la zona de Aysen, en “Los C r u s táceos de la Expedición a Taitao", ya que el único P a r a s t a c u s colec­ n ic o l e t t i,

tado en esa ocasión, i.egún el informe publicado en el Boletín del Museo Nacional de Historia Natural, el año 1916. fué una hembra


92

con crías que existe entre los ejemplares del Museo y que fue captu­ rada según los datos por Luis Moreira Méndez. Este ejemplar co­ rresponde al P. s p i n i f r o n s y de ninguna manera al P. n i c o l e t t i . Es probable que los nombres se lo hayan cambiado.

P O R C IO N C A U D A L D E P A R A S T A C U S S P IN IF R O N S (P h ilip p i), 1882.

Revisando otros P a r a s t a c u s que existen en la Sección, liemos en contrado dos cjemplaies colectados por Biirger en Ancud v determi­ nados como P .

c iiil f a ’s i s ,

i r o n s y 110 P . c i i i l i '.n s i s .

Milne Edwards, que son también P.

s p in i-

Otro frasco contiene dos ejemplares obsequia­

dos por Carlos S. Reed con una nota que decía así: “Camarones de! rio Mulfún (P ro \ '. de Cautín ? ). \'ivc en el fondo del río. Allá no es raro. Es enteramente diferente del camarón de las vegas de C on­ cepción ( A s t a c u s c h i i .e n s i s a u c t . ) Rccd nunca lo había obtenido. Ac­ tualmente se explota para venderlo como alimento principalmente


SO BR E

PA RA STA C U S

S P IN IF R O N S

93

en los restaurantes de lujo. Carne dura v desabrida. Estos ejempla­ res los sacó del río Mulfún, cerca de Caraline, mi amigo don Cipria­ no Aguayo, comerciante en pescados” . Tengo cuatro ejemplares vivos en 1111 acuario, comen hígado de buey y parecen resistir bien en cautividad” . De tal manera que después de estos antecedentes podríamos se­ ñalar como lugares de colecta del P. s p in if r o n s los siguientes: Talcahuano, Lago Lanalhue (Contulmo), Valdivia, Carahue, Chillan, La go Llanquihue, Lago Nahuelhuapi (Rep. Argentina), Llico, Ancud, (R ío La Tom a y Lechagua), Península de Taitao. Conclusiones: a) Del estudio de ejemplares de diversas localidades del P a k a s s p i n i f r o n s , de Philippi y de la confrontación de descripciones del P a r a s t a c u s a c a s s iz z i , así como de láminas y materiales se despren­

ta cus

de que ambos constituirían una misma especie, teniendo prioridad en tal caso la denominación de Philippi. b ) El nombre de P a r a s t a c u s n i c o l e t t i , dado por Philippi a la es­ pecie descrita por Nicolet como A s t a c u s c i i i i .f.n s is , tiene prioridad sobre el nombre dado por Faxon. c)

F,1 P a r a s t a c u s

Taitao es P .

n ic o l e t t i,

s p in if r o n s

dado por Porter para la Península de

(Philippi).

d) El área actual de distribución de P.

s p in if r o n s

se extendería

así desde Talcahuano por el Norte hasta la. Península de Taitao por el Sur, incluyendo la Isla de Chiloé. Antes de terminar nos es muy grato agradecer al Prof. Dr. Gui­ llermo Mann F. la gentileza que tuvo al tomar las fotografías que acompañan al presente trabajo.


DATOS SOBRE PROPORCIONES EN PAHASTACUS SPINIFRONS t a o c W . RC

N9 del

LC

AC

LT

|

LTo

ejemplar

LR

AR

AT

j

LC

1

3,57

3,00

1,14

2,28

2.57

2

3,33

3,35

1,25

2,20

3,00

4

3,27

4,00

1,23

2,19

2,71

9

2,76

2,12

1,30

2,50

3,50

10

3,23

3,33

1,16

2,23

3,20

11

3,50

4,00

1,16

2,28

3,20

12

3,33 '

3,16 '

1,25

2,25

3,00

14

3,45

3,60

1,30

2,21

2,80

16

3,54

3,63

1,21

2,20

2,39

17

3,44

2,88

1,17

2,22

3,42

22

3,40

3,40

1,25

2,29

3,25

25

3,71

4,00

1,21

2,23

26

3,61

3,66

1,25

2,23

2,61

Variabilidad

2,76

2,12

1,14

2,19

•n

a 3,71

a '4,00

a

a

2,39 a

2,50

3,50

CA

j

1

Macho«

1,30

!

2,71

S IG N IF IC A D O D E L A S A B R E V IA C IO N E S AC AR AT CA

A ncho m á xim o de] C e fa lo tó ra x . A n ch o m áxim o del rostro. A ncho del telson en la base. D istan cia desde la h en d id u ra c e rv ic a l al b o rd * p o ste rio r C ela lo tó ra x . LC L on gitud d e l C e fa lo tó ra x . LR L on gitu d del ro stro . L T O Longitud del telson. L T O L on gitud to tal. RC D istan cia d esde el ro stro a la h en d id u ra c e rv ic a l.

del


B I 0 M E T R 1 A

1

N? del ejem p lar........................................ S e x o .................................

DEL

2

6

(5

25

30

12

Longitud del^ r o s t r o ................................................

3

P A R A S T A C U S

4

5

6

7

S P I N I F R O N S

8

( Philippi),

9

10

11

12

6

*

$

$

9

(5

(5

(5

6

32

26

29

30

24*5

28

18

21

21

20

13.5

15

12

13

13

11

14

8,5

10

10

7

9

10

8

8,?

8

6.5

8

6,5

6,5

6

Ancho del r o s t r o ..........................................................

4

4

3

4

4

4

4

4

3

2.5

Distancia entre el extremo del rostro y la hen didura c e r v i c a l ..........................................................

18

22.5

24

19

22

23

18

20

14

16

Distancia entre la hendidura cervical y el bord< posterior del c e fa lo tó r a x .......................................

7

7,5

8

7

7

7

6

4

Longitud del cefalotórax ..

..

..

Ancho máximo del c e fa lo tó r a x ................

4,5

7 '

13

14

1882

15

16

18

<*30

38

14

18

6

9

11

3

4

5

16

15

23

28

26

27,5

5

5

5

7

10

9

11,5

45

67

84

79

25

37

46

9,5

17

35

19

20

£

£

21

39

31

31

31

21

17

20

13

14,5

13.5

10

8

11

9

9

9

6

5

4.5

4

4

3

2

24

22

23

16

13

7

9

8

5

4

86

69

68

67

52

40

44

47

38

37

36

31

23

9 4,5

5,5

.

57

66

69

57

64

65

54

62

45

47

48

Longitud del a b d o m e n ..............................................

32

36

37

31

35

35

29,5

34

27

26

27

Ancho máximo del a b d o m e n ............................ .

11,5

12,5

14

11

12

12

9,9

13

7,5

9

9

9

13

15

14,5

16,5

13

13

13

10

7

Longitud del t e l s o n ....................................................

8

10

■7

7

6,5

10

13

12

11,5

10

10

10

7

5

Ancho del telson en la b a s e .................................

7

10

10

9,5

8,5

9

8

6

4

Ancho de la areola. (Mínimum) ..

5,5

6

6

5,0

4,9

3,

11,0

_

3,0

4,0 7,0

2,0 2,0

3, 5,

28 36

7

Longitud t o t a l ........................................

..

.'. ..

....................

Ancho de la mano: D E R E C H A ........................... I Z Q U IE R D A ...................... Longitud de la mano: D E R E C H A ..................... IZ Q U IE R D A ............... Espesor de la mano: D E R E C H A ..................... IZ Q U IE R D A .................... Merus (de la m a y o r ).................................................. Carpus (de la mayor) . . .........................................

*

9,5

8

9,c

9

8

9

6,5

8

9

6.5

9

8,5

7

8

5

6

6

5,2

8

5

6

6

4,5

5

5

5,5

5

4

4

5

3.9

5,5

6

6

6,5 4,5

5.0

4,C 4,C

9,5

4,0 6,5

8,5 6,G

3,0 3,0

7,0 3,0

5,0

3,9

4,0 5,5

16,0 4.0

13,0

6,0

6.8

8.5

30

12

24 19,5

4,8

14 13 5 3,5

12

,

6

• 12 7,0

15 17,5

20

4

6 18

6,5

7

9

7

16

7,5 4,5

20 9,5

12

10,0 13 17 4

6 17 7.5

11

11

18 15

13 15

15 14

6

3 4

4

2

16

19 .

14

17

10

5

9

6

7

7

11,5

8

10

11,5

2

2,5

4

6

9 9

12 9

12 1.0

10 12

8,0

16 18

8,0

17,0

2,0 10 9

13 18

7

2 2

3 4

1

11

17

10

11

6

3

4

11

5

5

2

2,5 4

4,0 5

11 2

13

13

11,5

20,0

26,0

22,0 '

29,0

-

3

5

4

5

8

12

10 .

13

-

3,5

5,5

7

8

7

11,5

18

15,5

22

-

5

1,5

4

2

4,5

8

12

8 1,5

8, 10 2 3

OBSERVACIONES: Las dimensiones están dadas en milímetros. La longitud total está tomada incluyendo el telson. Los ejemplares N.os 1 al 14 fueron obtenidos en el río La Toma, en la ciudad de Ancud, cerca de la esta­ ción de ferrocarril. Los N.os 15 y 16 corresponden a ejemplares capturados por Ju lio Philippi en el Fundo San Juan, cerca de Valdivia en Febrero da 1894. Los N.os 17 al 22 fueron colectados en ria­ chuelos cerca de Lechagua (Ancud). Los N.os 24 y 25 fueron colectados por Burger en Ancud. Los N.os 25 y 26. obtenidos por Carlos S. Reed, como obsequio de don Cipriano Aguayo, en las cercanías de Carahue. El N() 27 corresponde a un ejem plar capiurado en Taitao por Luis Moreira Méndez.


DATOS SOBRE PROPORCIONES EN PARASTACUS SPINIFRONS (hembras) N? del

!

l AC

LT

LTo

RC

ejemplar

LR

AR

AT

LC

CA

3

3,20

3,33

1,05

2,15

3,00

5,

3,41

3,25

1,05

2,20

3,14

6

3,75

3,25

1,05

2,16

3,28

7

3,76

2,75

1,14

2,20

3,00

8

3,50

3,50

1,12

2,21

2,88

13

3,33

3,50

1,25

2,23 \

3,28

15

3,88

3,55

1,20

2,25

2,80

18

3,44

, 3,44

1,11'

2,19

2,46

19

3,44

3,44

1,25

2,16

2,87

20

3,50

3,50

1,16

2,47

3,20

21

3.40

3,40

1,25

2,29

3,25

23

3,60

3,40

1,00

2,25

3,00

24

3,33

4,00

1,16

. 2,37

3,00

27

3,86

2,75

1,25

2,44

2,75

3,20 a 3,88

2,75 a 4,00

1,00 a 1,25

2,15 a 2,47

2,46

V ariab ilid a d

co co

•n H em bras

o

LC


N IB A L D O B A H A M O N D E

R E F E R E N C IA S B IB L IO G R A F IC A S

1)

F a xo n . W a lte r: O b serv a tio n on th e A stacid as in th e U. S . N atio n al M useum and in th e M useum o f C o m p a ra tiv e Z oology, w ith des. crip tio n s of new sp ecies in P ro c. U. S . N at. M us. V o l. X X . o6gs. 643-694, W 1136. W ashington.

2)

Lenz. H e in ric h : D ie C ru staceen der S a m m lu n g P la te . (D ecap od a und Stom atopoda) Zool. Ja h r b . Su ppl. B a n d V . p. 736. 1902. J e n a .

3)

P h ilip p i. R. A.: Zoología C h ilen a . S o b re los A stacu s. E n los A n a les de la U n iversid ad de C h ile. 1882. págs. 624-628. S a n tia g o de C h ile .

4)

P o rte r, C. E .: A lgunos datos so b re dos P a ra stá c id o s. R e v . C h. H ist. N at. Año V III. 1904. pp. 254-261 eon 1 lám . y 2 figs. S a n tia g o de C h ile.

5)

P o rte r, C. E .: In fo rm e de la S e cció n In v erteb ra d o s. B o le tín del M useo N acional de H isto ria N atu ral de C h ile, T om o IX , 1916. p. 169, S a n ­ tiag o de C hile.

6) P e rle r. C. E .: L os C ru stáceo s d-e Ir. E x p ed ició n a T a ita o . B o le tín del M useo N acional de H isto ria N atu ral de C h ile. T om o X . 94-101 con dos figs. S a n tia g o de C h ile. 7)

1917

pp

R aih b u n . M ary J . : T h e sta lk ed eyed C ru sta c ea o f P e rú an d ad v aeen t ín g to n "1 P r ° C' U ' S ' N a t M us- V o !' 38- P- 331 y sgtes.. 1911. W á sh -


LOS PETROGLIFOS DE LA FINCA DE CHAÑARAL, PROVINCIA DE ATACAMA, CHILE Por

H erbert

I I ornkohl

La “Finca de Chañaral” está situada en pleno desierto de la Provincia de Atacama, dentro del Departamento y Comuna de Cha­ ñaral, al noreste del pueblo y estación de ferrocarril Inca de Oro, y unida con este último por una buena carretera de 18 kilómetros de largo, la que continúa hasta el conocido mineral de cobre de Potrerillos. Es un pequeño oasis escondido en la Quebrada de Chañaral Alto, atrayente y ameno y dotado de una vegetación de árboles fru­ tales, hortalizas y sementeras, cuyo verdor contrasta notablemente con la aridez y desolación de las serranías vecinas. Debe su existen­ cia este reducido terreno cultivable al afloramiento natural del agua subterránea de la citada quebrada en una estrecha garganta de apro­ ximadamente dos kilómetros de largo y donde las vegas, de no más de 50 a 150 metros de anchura, están bordeadas a ambos lados por abruptos farellones y paredes desnudas de rocas dioríticas (ver plano adjunto). Cabe mencionar que hace algunos años atrás, fueron rea­ lizados aquí trabajos especiales de captación de agua para el abaste­ cimiento del puerto de Chañaral, construyéndose una cortina e ins­ talándose la tubería correspondiente de conducción.


98

H E R B ER T HORNKOHL

Se comprende que un lugar tan favorecido por la naturaleza en medio de los vastos y desamparados desiertos atacameños, debía ser­ vir al hombre como paradero desde tiempos rnuv remoto« y en rea­ lidad, la “Finca de Chañaral” ha constituido una de las estaciones principales del famoso “Camino del Inca” , que en su época unía el


P E T R O G L IF O S ,' FIN C A

D E CH A ñ A R A L

99

centro de Cuzco con las comarcas de Chile central. Con sus típicos trazados casi rectos, el Camino del Inca, en parte aun visible hoy día, conducía desde este lugar hacia el norte al Agua del Panul y Doña Inés y hacia el sur a Inca de Oro, Tres Puntas y Copiapó (6 ). Se lo ve en la vecindad de la finca, por ejemplo, a ambos lados del Porte­ zuelo de la Chinchilla al suroeste de ella, hallándose borrado ya por el efecto del tiempo en los terrenos más inmediatos. Pero hay otros y diversos vestigios del antiguo hombre indígena dentro del propio recinto de la finca. Así, existe frente a la entrada sur de la angostura un cementerio indio con varios túmulos que, por desgracia, parecen haber sido ya saqueados; una pirca construida en la cumbre de la colina que flanquea por el norte el mismo lugar, puede corresponder, tal vez, a restos de una atalaya; son frecuentes los hallazgos de frag­ mentos de alfarería, de puntas de flechas v de otros objetos en los terrenos labrados de la vega; pero lo que más llama la atención del visitante,_son los signos pintados en las rocas o petroglifos, cuya des­ cripción será el tema, principal del presente trabajo. Se encuentran estos petroglifos dispersos a lo largo de casi toda la angostura y preferentemente en la orilla naciente de ella, forman­ do varios grupos o conjuntos. Se trata de signos y dibujos pintados en rojo que cubren las paredes verticales de la roca diorítica, muchas veces a no más de uno o dos metros sobre el nivel de la vega y al borde inmediato de un sendero que pasa por su orilla. Sólo algunos se encuentran a mayor altura, pero sin sobrepasar los 20 metros verti­ cales por encima del fondo de la quebrada. La mayor parte de las pinturas, hechas seguramente con una mezcla de tierras colorantes con aceites vegetales, se han mantenido en un bastante buen estado de conservación y se destacan nítida­ mente sobre el fondo claro de la piedra, pero hay algunas también semiborradas por los efectos atmosféricos, o mutiladas debido al des­ prendimiento de trozos de roca. En la siguiente descripción detallada de los pertroglifos se le ha asignado a cada grupo o conjunto un numero romano, en orden su­ cesivo de sur a norte, numeración que coincide con la empleada en el plano adjunto y en las figuras insertadas al texto. Estas últimas se han copiado de fotografías tomadas por el autor.

\


H E R B ER T HORNKOHL

100

G r u p o I ( F ig .

2) :

En el comienzo tnismo de la angostura y pintado sobre una pa­ red vertical que mira hacia el sur, se encuentra un dibujo compuesto de dos líneas verticales, cuneiformes y siete ravas horizontales, dise­ ño que ocupa un ancho horizontal de 4 i cm. En rocas cercanas hay además una línea ondulada y una figura humana estilizada.


P E T R O G L IF O S , FIN C A

G rupo

D E CH A Ñ A RA L

101

II ( F i g . 2 ) :

Es un conjunto de varios dibujos dispersos, pintados en las pa­ redes de roca que bordean el camino y a más o menos 1 a 2 m. de altura sobre el mismo. Las más nítidas de las figuras, las que en ge­ neral se encuentran bastante borradas, son: un cuadrúpedo bajo una figura humana ( l í a ) ; otro cuadrúpedo unido con un hombre, al pa­ recer, por medio de un lazo ( I l b ) ; un signo compuesto de dos líneas verticales y un gancho ( l i e ); dos pequeñas figuras humanas (lid ); y finalmente, una combinación de dos ganchos abiertos con una es­ pecie de cruz formada de líneas rectas dobles (H e). G ru po

III ( F i g . 2 ) :

Pertenece a este grupo la combinación de un diseño reniforme, especie de óvalo doblado, con dos diminutas llamas muy estilizadas V con dos trazos cuneiformes. Como se verá más adelante, el signo reniforme se repite también en otros grupos y resulta ser, por lo tan­ to, muy característico para los petroglifos de la Finca de Ghañaral. Puede incluirse también en el grupo presente un gran círculo do­ ble con un punto en el centro y acompañado de algunos trazos rec­ tilíneos muy borrados, que queda visible en lo alto de una pared ver­ tical, mirando hacia la quebrada. No figura entre las ilustraciones ad­ juntas. G rupo

IV (Fig. 3 ):

Se trata de la representación muy llamativa de varios cuadrúpe­ dos en movimiento, tal vez de una escena de caza de guanacos, sor­ prendidos y en fuga. E l grupo es notable por el realismo de su dise­ ño y ocupa la cara superior de un farellón que se eleva en la entra­ da de una quebradita lateral. Se encuentra a más o menos 60 m. al este del camino y a unos 15 m. de altura sobre el mismo. Su dimen­ sión total es de unos 75 cm. horizontales por 50 cm. verticales, no alcanzando cada uno de los animales representados un largo indivi­ dual de más de 15 a 20 cm.


H ERBER T HORNKOHL

102

f i y. J - P e tr o jlif os d e la fin c a d e C /ia n a r a l. G ru p o

V (Fig. 3 ):

Es una combinación de varias figuras que aparece, a unos 6 m. de, altura, en la cara vertical de un farellón inmediato al camino. Su elemento principal lo constituye el mismo signo reniforme del Grupo III, pero que aquí se repite cinco veccs en unión con varios trazos rectilíneos, los cuales son representaciones fuertemente estilizadas de


P E T R O G L IF O S , f i n c a

de

CH A Ñ A RA L

103

figuras humanas y con otros signos irregulares. En la parte baja del lado derecho se observa, además, una pequeña figura antropomorfa al lado de un diminuto círculo con rayas. Todo el conjunto descrito ocupa un espacio de 1.80 m. de ancho por 1.60 m. de alto. G rupo

V I (Fig. 3 ):

Cubre este conjunto la frente vertical norte de una roca cuadra­ da grande, a casi 2 m. de altura sobre el camino. La figura dominante es un diseño geométrico de contornos aproximadamente rectangula­ res, con trazos interiores rectilíneos, ondulados o dispuestos en zig­ zag, formando el todo una especie de cara humana muy esquemati­ zada, coronada por varias rayas. En su base se observa una pequeña línea aislada serpentiforme. Para darle al dibujo descrito la interpre­ tació n citada de cara humana, existen, en realidad, razones especia­ les que más adelante se comentarán. En la misma pared, pero ocupando su parte inferior, aparecen además algunos (¿tres?) signos reniformes del tipo Grupo III y V, y una figurita humana, dibujos muy borrados y en parte apenas dis­ tinguibles. G rupo

V II (Fig. 4 ) :

Está formado por un conjunto de tres hileras de triángulos, dos de ellas verticales y una horizontal, pintadas a unos 10 a 15 m. por encima del camino sobre la cara lisa de un farellón que mira hacia el sur. E l largo total de cada hilera alcanza a unos 60 cm , siendo la altura de los triángulos que las componen, alrededor de 15 cm. G rupo

V III (Fig. 4 ) :

Es el único grupo situado al lado poniente de la quebrada. Lo constituyen varios conjuntos de petroglifos, distribuidos sobre las pa­ redes lisas y verticales de un ancho farellón que marca en esta orilla el término norte de la angostura propiamente tal. Pues más allá la quebrada, poco a poco, se ensancha y sus laderas adquieren ya relie­ ves más suaves. ,


104

H E R B E R T H O RN K O H l.

/> y . f - P «tro gtifo s efe ¿a fín e * efe C h c tñ a ra l. En las ilustraciones adjuntas se reproducen sólo los dos dibujos más nítidos (V III a y b ) , siendo el estado de conservación de los demás (V IIIc ) tan precario que sería difícil copiarlos o más bien re­ construirlos con suficiente exactitud. El petroglifo V II'1 representa, en primer lugar, una extraña com ­ binación de una figura humana estilizada, vista de frente, con un ave grande, en perfil, sentada sobre su cabeza. Los brazos elevados de la figura humana terminan en manos que sólo tienen tres dedos, v entre las piernas abiertas se observa una especie de círculo algo de­ formado con una raya central. La parte inferior izquierda del dibujo


P E T R O G L IF O S . FIN C A

D E C H A Ñ A RA L

105

está cortada, por haberse desprendido aquí un trozo de roca. Con­ trastando con la ejecución extremadamente estilizada de la figura hu­ mana, el dibujo del ave se caracteriza por su marcado realismo. Otro diseño que se distingue inmediatamente al lado derecho del anterior, pero con contornos algo vagos y en trazos débiles, parece ser también una representación antropomorfa. La altura del conjunto es de más o menos 1 m. Se encuentra en un sitio apenas accesible v a unos 20 m. sobre el fondo de la quebrada. El p e t r o g l i f o vmb se compone de diversos elementos sencillos, entre los cuales se destacan una cruz v dos signos en forma de media luna. Estos últimos tienen cierta semejanza con la caparazón de ave, tal como está dibujada en el petroglifo V illa , y podrían, por lo tan­ to, corresponder tal vez a una repetición esquematizada del mismo motivo. El conjunto ocupa un espacio de 1 m. de ancho por 0.5 m. de alto y está situado más al sur del petroglifo V illa , a unos 10 m. sobre el fondo de la quebrada. .En el c o n j u n t o vine, por último, ubicado aún más hacia el sur, entran varios dibujos, todos con sus colores muy desvanecidos y ape­ nas distinguibles. Entre ellos se repite varias veces el motivo renifor­ me de los grupos III, V y V I. Las pinturas antes descritas constituyen el total de petroglifos hoy día reconocibles en la Finca de Chañaral. Sin duda alguna co­ rresponderán ellos, llenos de un marcado simbolismo al igual que sus parientes en otras regiones, a la representación de ideas determinadas y de cierta trascendencia entre los indígenas de las épocas pasadas. Como no se trata, sin embargo, de una verdadera escritura, será di­ fícil descifrar su lenguaje y quizá nunca se logrará entender plena­ mente su significado. Pero, aun sin penetrar en este misterio fundamental, podemos por lo menos llegar —mediante un examen comparativo del diseño y estilo— a conclusiones interesantes de otra índole que nos revelan algo sobre la procedencia y tal vez la edad de los diversos signos em­ pleados y por lo mismo, si las pruebas son de peso, sobre la perma­ nencia, migración o sucesión de razas y pueblos. Para este propósito hay que eliminar de la lista, naturalmente, todos aquellos signos primitivos y simples que tienen carácter uni­


106

H E R B ER T HORNKOHL

versal, es decir, los que pueden haberse creado en cualquier época o en cualquier lugar del mundo v sin que su difusión y repetición nos obligue a admitir la existencia de relaciones mutuas directas o in­ fluencias específicas. Tales signos serían por ejemplo los círculos, tra­ zos rectos, líneas onduladas, líneas en zig-zag, o sus combinaciones sencillas y corrientes, y aun muchas representaciones de figuras hu­ manas y de animales. El estudio tendrá que basarse, por lo tanto, en aquellos otros elementos que sobresalen por sus rasgos originales ya más definidos o por su diseño más complicado, y sobre todo, si hay oportunidad para hacerlo, en la observación de combinaciones carac­ terísticas de varios elementos, o sea, de conjuntos enteros, dentro de los cuales hasta los signos primitivos y simples pueden adquirir im­ portancia por su presencia repetida en calidad de accesorios esencia­ les. Si bajo este punto de vista se examinan ahora las pictografías de la Finca de Chañaral, llama la atención en primer lugar el que su conjunto como entidad total no tiene semejanza con los tipos de petroglifos que se conocen en las regiones vecinas, ya sea del norte (pro­ vincias de Antofagasta y Tarapacá) o del sur (parte austral de la pro­ vincia de Atacama hasta los departamentos de La Serena, Elqui v C o ­ quimbo de la provincia de C oquim bo). Sólo para algunos escasos elementos individuales hay analogías en las zonas limítrofes, predo­ minando entre ellas las influencias del norte y no apareciendo ningún rasgo realmente típico del sur inmediato. A este último respecto, por ejemplo, sorprende la falta absoluta de cierta clase de diseños que son tan frecuentes y característicos en la región al sur del Río Copiapó hasta la propia Provincia de Coquimbo, y que consisten por un lado en la combinación de múltiples líneas curvas caprichosamente en­ trelazadas, idénticas a las que E. Boman también encontró ser co­ munes en la región calchaqui-diaguita de la República Argentina ( 1 ) , y por otro, en una especie de casilleros formados por trazos cruza­ dos. Los petroglifos de la Finca de Chañara! se distinguen, en cam­ bio, por la presencia de varios diseños particulares no registrados has­ ta la fecha en ninguna parte de Chile, v cuya cantidad y repetición le da a su conjunto general justamente ese carácter único y singular


P E T R O G L IF O S , FIN C A

D E CH A Ñ A RA L

107

más arriba comentado. Tales diseños, nuevos para nosotros, son: las figuras reniformes de los grupos III, V , V I y V IIIc ; las hileras de triángulos del grupo V II; la combinación de una figura humana con la de un ave en el grupo V illa ; y los signos en forma de media luna del grupo V H Ib. Hasta la representación ornitomorfa del grupo V illa , por sí sola, constituye ya —en la forma aquí encontrada— una pri­ micia dentro de los petroglifos chilenos, hecho interesante al que, sin embargo, 110 debe tal vez atribuirse demasiada importancia. Pero a pesar de toda esa originalidad, parece imposible ver en ella la manifestación de un estilo local propio. Pues el sitio es de­ masiado estrecho y limitado para haber dado cabida a una población estable de mayores proporciones y, por tanto, capaz de crear tal es­ tilo, ni siquiera en unión con la red en extremo dispersa de otros oasis vecinos. Las condiciones de vida en aquellos páramos no son compa­ rables en realidad con las de ciertos extensos valles regados que atraviesaji el desierto y en los cuales se han podido formar núcleos más importantes de comunidades humanas con expresiones artísticas y culturales de carácter local propio y particular. En la diminuta pobla­ ción de la Finca de Chañaral, por el contrario, siempre habrán pre­ valecido sobre el elemento local, influencias extrañas y de índole pa­ sajera, tanto más cuanto que el lugar ha sido paradero obligado en una ruta vital de comunicaciones entre pueblos distantes. Resulta obvio, por lo tanto, aceptar también en materia de los petroglifos un dominio de tales influencias exteriores, y se justifica buscar para ellos posibles nexos hasta con zonas lejanas, por lo me­ nos en lo que se refiere a aquellos elementos que no tienen similitud alguna con los de las regiones vecinas. Las pruebas que efectivamente pueden aducirse en este sentido, no son muchas y, miradas cada una por sí sola, tal vez no resulten del todo seguras, pero hay una tenden­ cia común entre ellas que es sugestiva. Así, nos hacen recordar las hileras de triángulos del grupo V II un motivo idéntico de decoración, usado no sólo con mucha frecuen­ cia en la alfarería incaica, sino también en el arte de otras culturas peruanas anteriores y de la de los atacameños, si bien su difusión en­ tre estos últimos no sea tan notable.


108

H ER BER T HORNKOHL

Será más difícil encontrar dentro del arte indio en general algún paralelo con el diseño reniforme que tanto se repite en los petroglifos de la Finca de Chañara], Un ligero parentesco aparente existe con los dibujos de pallares en ciertos tipos de alfarería peruana, de los cuales R. Larco Hoyle, por ejemplo, presenta en sus trabajos nume­ rosas y variadas ilustraciones (3 ) . Pero la similitud es demasiado vaga para poder sacar de ella sola y sin otros antecedentes de más peso, .conclusiones convincentes. Un detalle de interés lo proporcionan los dibujos de animales cuadrúpedos que aparecen en varios petroglifos de la Finca de Chañaral. Entre sí muestran ellos marcadas diferencias, pudiéndose dis­ tinguir tres tipos o estilos. Están presentes, desde luego, los dos tipos de diseño de llamas o guanacos que son bastante conocidos en ex­ tensos sectores de la región andina, a saber: uno muy esquematizado y en el cual se emplean líneas rectas sencillas para trazar la imagen de un animal inmóvil (ver grupo I I I ) ; y otro ejecutado con vivo rea­ lismo, mostrando la anchura natural de los cuerpos y evocando, a veces, pleno movimiento (grupo I V ) . Posiblemente, la diferencia de estilos indicará a la vez cierta diferencia de edad. R. Latcham, por ejemplo, quien se refiere a este aspecto, al hablar en general de tales figuras de llamas en los petroglifos y la alfarería andina, atribuye, ci­ tando también a Uhle, el estilo rígido esquemático a la época de in­ fluencias chinchas en su expansión al Sur, y sostiene que el otro estilo más realista, en cambio, sea original de una época anterior (epigonal Tiahuanaco o netamente atacameña), admitiendo eso sí, su persis­ tencia también durante los períodos siguientes (4 ) . En el presente ca­ so, haya o no haya diferencias de edad entre los dos tipos de diseño, las figuras de llamas estilizadas no constituyen un elemento muy re­ velador, pues su área de difusión a través de vastas zonas del norte y del sur en ambos lados de la cordillera, es casi demasiado amplia pa­ ra que puedan insinuarse algunas relaciones específicas. Esto cambia, al tratarse del segundo tipo de diseño, o sea, el de las figuras realis­ tas, cuya expansión en el territorio chileno es mucho más limitada. Tiene su desarrollo principal y más avanzado en la provincia de An­ tofagasta y especialmente en la región del Río Loa, territorio de los antiguos atacameños. Las excelentes reproducciones publicadas por


P E T R O G L IF O S , F IN C A D E CH A Ñ A RA L

109

St. Rydén dan una idea de la calidad de aquellos dibujos (7 ). Desde la zona citada hacia el sur vuelve a asomarse el mismo estilo en dife­ rentes lugares, hasta llegar a su límite austral en la línea divisoria entre las provincias de Atacama y Coquimbo. En todo este trayecto declina, poco a poco, la perfección del dibujo y se observa también cierto cambio de su técnica. En cuanto a la modalidad del diseño, ocupa la representación de este estilo en la Finca de Chañaral un lugar intermedio entre los dibujos muy perfectos del norte y los otros más toscos del sur, como prueba de aquella influencia que ha ve­ nido extendiéndose desde la zona atacameña del Loa. Aparte de los dos estilos comentados, existe un tercer tipo de dibujo de animales, en el cual, debido a sus rasgos poco definidos, es difícil identificar la especie. Son los dos cuadrúpedos que figuran en el grupo II a y b, cada uno en combinación con un ser humano. Hay una manifiesta diferencia de diseño entre estos y aquellos otros di­ bujos de animales, faltando además cualquier detalle característico que permitiera interpretarlos también como imágenes de llamas, mo­ tivo tan preferido y por lo mismo tan perfectamente dominado por los artífices indígenas. Podría, en consecuencia, sospecharse que se tratara de la representación, bastante imperfecta por cierto, de unos caballos con sus dueños, o sea, de dibujos más recientes, hechos du­ rante o después de la llegada de los españoles. Queda por comentar, finalmente, el signo tal vez más interesante de todos, que es el de la cara estilizada del grupo V I. Se trata de un diseño que no es desconocido en Chile, pero que sólo se repite más al Sur, tras un largo vacío de unos 500 kilómetros, en los Departa­ mentos de Ovalle e Illapel, de la provincia de Coquimbo, formando parte aquí de una clase bastante difundida v variada de petroglifos muy “sui gèneris” y de rasgos originales. Conviene tener presente, desde luego, que el diseño intrincado del referido signo excluye toda posibilidad de que se repita el mismo tema en petroglifos de lugares distantes por mera coincidencia y sin que medien relaciones directas entre uno y otro hallazgo. Lo que hay de particular en los mencionados petroglifos origi­ nales del sur de la Provincia de Coquimbo, puede resumirse breve­ mente como sigue:


/v y .

/

S - Cuadro com parativo y d e evoluci贸n d e cierto s e le m e n to s a te petroylifos chilenos.


P E T R O G L IF O S , F IN C A

D E CH A Ñ A RA L

lll

Es un tipo que por una serie de elementos propios y por sus di­ seños decorativos y en parte artísticamente desarrollados, se distingue en forma notable de otra clase de petroglifos más primitivos y toscos de la misma región, y que en contraste con la expansión mucho más amplia de estos últimos, ocupa una zona claramente limitada entre los ríos Limarí, erj el norte y Choapa, en el sur, habiéndose introdu­ cido, al parecer, desde la costa hacia el interior. Hay fuertes argu­ mentos que favorecen la idea de poder interpretar la presencia del tipo citado como vestigio de una inmigración directa, ya sea pacífica o guerrera, de elementos humanos preincaicos del litoral peruano. L. Strube lo comenta así por primera vez en su interesante publica­ ción de 1926 (9 ) , asignando a aquellos petroglifos un origen peruano de una época intermedia entre Tiahuanaco e Inca y calificándolos como posible aporte de los Chincha-Atacameños en su avance hacia el sur. Nuevas observaciones hechas en el terreno por el autor del presente trabajo y que serán materia de una próxima publicación, permitirán agregar una serie de datos más de interés, si bien la iden­ tificación precisa de las obras en relación con un pueblo determinado necesitará todavía mayores pruebas. Los diversos elementos propios del tipo ovallino, si así se quie­ re llamarlo, son bastante numerosos, como ya se ha hecho presente más arriba. No viene al caso, sin embargo, hacer aquí un comenta­ rio general de todos, y sólo interesa recordar aquéllos que son simi­ lares a su pariente aislado de la Finca de Chañaral. En la Fig. 5, jun­ to con este último, se reproducen algunos ejemplos típicos de las localidades de Choapa (Dep. Illapel) y Rapel (Dep. Ovalle), dise­ ños rectangulares de caras humanas, representadas en sus fases pro­ gresivas de estilización y desfiguración. Cabe advertir, eso sí, que los ejemplos elegidos no corresponden a los elementos más llamativos del estilo ovallino ni tampoco a los mejor ejecutados, pero que su tema, no obstante, es tan típico y característico como el de cualquiera de los demás petroglifos sobresalientes en aquella zona. No se trata de pinturas, como en el caso de las pictografías de la Finca de C h a­ ñaral, sino de verdaderos grabados (incisos o raspados), en los cuaies el dibujo se destaca con trazos claros sobre la superficie natural más oscura de las rocas. Su reproducción en negro de la Fig. 3, debe, por


m

H ER BER T HORNKÓHL

lo tanto, entenderse como una especie de imagen “negativa . D icho sea de paso que la diferencia de la técnica no tiene mayor alcance, en cuanto a origen y procedencia de los dibujos y obedece sencilla­ mente a razones locales de adaptación, como se ha podido observaen varias ocasiones. Al comparar ahora el diseño de la Finca de Chañaral con los ejemplos ovallinos de la Fig. 5, se nota de inmediato cierta similitud con el petroglifo de Choapa, y si se observa luego la evolución pau­ latina del motivo, a base de los mismos elementos fundamentales, desde aquella estilizada cara reconocible de Choapa hasta el último dibujo más desfigurado de Rapel, que resulta completamente exento ya de rasgos humanos, puede establecerse una relación perfecta entre todos y cada uno de los petroglifos representados. Lo que ellos, in­ cluso el signo de la Finca de Chañaral, tienen en común, son su forma de rectángulo vertical, la subdivisión expresa o insinuada de este rectángulo en dos sectores superpuestos, el empleo de líneas on duladas o en zíg-zag para el dibujo de los detalles, la fuerte tenden­ cia de estilización y esquematización y por último, la presencia de un atributo accesorio: la línea serpentiforme exterior, agregada va sea a la base, a la cabeza o en uno de los lados, atributo que casi nunca falta y que en esta combinación resulta ser un elemento em inente­ mente característico. Todo lo anterior nos induce a admitir que existe una relación directa entre el petroglifo aislado de la Finca de Chañaral y el refe­ rido tipo desarrollado de petroglifos de la región de Ovalle e Illapel, y si aceptamos para este ultimo un origen peruano preincaico, tene­ mos que interpretar la presencia del mismo elemento en el lejano oasis atacamcno como prueba de que la inmigración o invasión fo­ rastera de que antes se hablaba, se haya realizado, en parte a lo me­ nos, por la ruta del desierto norteño. Decimos en parte, porque no puede descartarse del todo la idea de un posible desplazamiento por mar o por la costa, dada la ausencia de vestigios similares tierra aden­ tro a través de distancias tan apreciables. El empleo de la ruta del desierto en este caso confirmaría además lo que sostuvo Latcham, al opinar que el llamado “Camino del Inca”, en Chile, habría sido ya una vía importante de comunicaciones entre los pueblos, siglos antes


P E T R O G L IF O S . F IN C A

DE

CH A Ñ A RA L

ilá

del advenimiento de los Incas (5). Habrá que atribuir a estos últimos las mejoras técnicas de la ruta en sus trazados y la organización más perfecta de su servicio.

Como conclusión final de las observaciones y comentarios antes expuestos puede ahora resumirse lo siguiente: > Los petroglifos de la Finca de Chañaral son vestigios de migra­ ciones humanas o el reflejo de influencias culturales forasteras en su paso por el desierto atacameño desde el norte hacia el sur. Probablemente corresponden ellos a varias épocas, desde los tiempos preincaicos, con elementos venidos del propio Perú, hasta la llegada de los españoles, con lo que se confirmaría que el llamado “Camino del Inca” se haya constituido sobre una ruta preexistente de tiempos antiguos. En cuanto al paso de los Incas mismos, históricamente compro­ bado, no se puede afirmar con certeza que ellos también hayan de­ jado sus marcas entre aquellos petroglifos, o si lo han hecho, lo que en fin es probable, cuales de los signos tendrían que ser atribuidos asu influencia. Es de desear, naturalmente, que futuras observaciones —en lu­ gares cercanos o distantes— contribuyan a cortipletar o confirmar lo arriba establecido, esclareciendo a la vez las incógnitas que aun sub­ sisten. Sería interesante en primer término registrar otros petroglifos de la zona y en la misma ruta. De su existencia hay noticias, como, por ejemplo, dos citas breves de L. Darapsky y F. J. San Román, de los cuales el primero (2 ) se refiere a pinturas, principalmente de fi­ guras humanas, en Los Infieles cerca de la Sierra de Doña Inés (a más o menos 100 kilómetros al noreste de la Finca de Chañaral), y el segundo (8 ) a petroglifos en la Sierra de Cachiyuvo (a unos 50 ki­ lómetros al suroeste de la F in ca), respectivamente. Las ilustraciones que acompañan ambos relatos no permiten establecer similitudes con los petroglifos de la Finca de Chañaral. Pero como dichos auto­ res no han reproducido ni tampoco descrito el total de los dibujos existentes, es posible que una nueva inspección descubra algunas re­ laciones más estrechas.

,


114

H E R B ER T HORNKOHL

B I B L I O G R A F I A

(1)

B ornan, E r ic : A n tiq u ités de la regió n a n d in e de la ré p u b liq u e a rg e n tin e et du désert d 'A tacam a. T om o I, P a ris, 1908.

(2)

Daxapsky, L .: D as D ep a rta m en t T a lta l. B e rlín , 1900, p. 111.

(3)

L a rco Hoyle. R a fa e l: L a esc ritu ra m o ch ica so b re p a lla re s . R e v . G e o g rá ­ fic a A m erican a, B u en o s A ires, A gosto. 1942. Id. L a esc ritu ra p eru an a , so b re p a lla res. R e v . B u en o s A ires, N o viem b re y D ic ie m b re 1943.

G eo g r. A m erica n a ,

(4)

L aich am , R icard o E .: A rq u eo lo g ía de la regió n a ta ca m eñ a . S an tiag o 1938, pp. 362/363.

(5)

Id. P á g . 23.

(6)

M agallanes, M anuel M .: E l C am ino del In ca. R ev ista de la Socied ad C h ilen a de H isto ria y G eo g ra fía , T om o III, 1912, N? 7.

(7)

Rydén, S tig : C o n trib u tio n s to th e arch a eo lo g y o f th e R io L o a region, G oteborg, 1944.

(8)

San R om án, F ra n cisco J .: D esierto y co rd ille ra s de A ta ca m a . S an tiag o 1911, V o l. II, pp. 57/58.

(9)

Strube E.. Leon: A rte ru p estre en S u d a m érica , con e sp e cia l d e scrip ­ ción de los p etro g lifo s de la p ro v in cia de C oq uim bo, C h ile . C o n ­ cepción 1926.


W

REVISION DE

DE

AGUA

a lter

LOS

A. B

ie s e

M O LU SCO S

D ULCE

PROVISTOS

TERRESTRES DE

Y

CONCHA

DE CHILE

IV

PARTE.

Familia: Planorbidae H. y A. Adams 1885

Las informaciones sobre Planorbidae en Chile son sumamente escasas. Todas las noticias tienen su origen en las informaciones de Claudio Gay (1844, págs. 123-124). En el curso de las investigacio­ nes actuales se han obtenido Planorbidae de 23 localidades de Chile. Con respecto a la sistemática seguimos a Baker (1945). Según esta sistemática en Chile están representados los dos géneros T a p h i u s y T r o p i c o r b i s , pertenecientes a la sub-familia Planorbinae. Sub-familia: Planorbinae Pilsbry 1934 Taphius H. y A. Adams 1855


liti

W A LTER

B IE S E

Taphius costatus n . sp .

(Fig. 5, pág. 130, Lám. V I, l'igs. 1-3) Concha pequeña, delgada de color córneo claro, superficie con brillo de seda. Tres vueltas de espira. E l diámetro de las vueltas au­ menta rápidamente. Ultima vuelta fuertemente hinchada. En el lado superior las vueltas apicales apenas profundizadas, en el lado inferior muv fuertemente profundizadas. Sutura profunda. Vueltas en su par­ te superior redondeadas sin formación de cantos, en su parte inferior forman un canto redondo fuertemente marcado por el hecho que el lado inferior de las vueltas desciende escarpado a la profundización apical. Estrías de crecimiento fuertes a intervalos regulares, produ­ ciendo una escultura costada. Estrías longitudinales espirales suma­ mente finas y visibles sólo con lupa de fuerte aumento. E n las 2 1/2 vueltas primarias, la última siempre recubre en el lado superior a la anterior, produciendo de esta manera la profundización apical de poca hondura en el lado superior, Pero en la última media vuelta el punto de inserción del borde derecho de la abertura se trasplanta al lado su­ perior de la penúltima vuelta y en la abertura misma este punto de inserción se encuentra en el tercio superior de la altura de esta pen­ última vuelta. Abertura más ancha que alta, redondeada, bastante trasplantada hacia la izquierda, es decir hacia el lado inferior. Borde superior, es decir borde derecho de la abertura, casi recto. Borde ex­ terior curvado en círculo. Borde inferior, es decir borde izquierdo, po­ co curvado. Borde superior 2,5 mm. más prolongado que el borde in­ ferior. Bordes cortantes. En el interior de la abertura un callus muv delgado, brillante, sin color, transparente. Este callus se pone color blanco opaco en conchas que se han conservado por largo tiempo. Anormalidades con respecto a la degeneración del plano de la espira no son comunes. Sea mencionada una anormalidad que no se observa a menudo en Planorbidae: Un ejemplar de 2 1/2 vueltas v 6 mm. de diámetro demuestra el borde de la abertura doblado hacia afuera formando un anillo de 0.5 mm. de ancho . (Fig. 7* pág. 130).


P en ú lt. vu elta (x)

A ltu ra

1 .8

2.0

2.5

1.8

2.5 2.3 l.S

2.8

3.5 holotipo 4.0 paratipo

2.5 2.5

3.5 3.0

2.5 2.0

2.5

3.0

2.5

3.5

A ncho

A ncho

A BERTU RA

A ltu ra

P enú lt. v u elta

Ultima v u elta

D IA M E T R O

117

¡

Altura

V u e ltas

m áxim a

R E V IS IO N D E M O L U SC O S T E R R E S T R E S IV

•>

4.0 4.3 4.0

3 3 y *> ;> •> o

3.4 3.4 4.0

6.S 6.8 6.5 ■6.0 6.0 5.5

5.0 5.0 5.0 4.5 4.5 4.0

2.0 1.5 1.5 1.5

(x) En el punto an tep u esto a la ab co tiera.

P roceden cia: Holotipo: Cuchicha, 3.800 m. de altura, vertiente termal en el borde norte del Salar San Martín (L á m . V II, figs. 1 y 2) cerca de Ollague. En esta vertiente de la laguna de bórax junto con L i t t o r i d i n a S u c c i n e a v S p h a e r id iu m .

Relaciones: Según Baker (1945, pág. 79) se conoce de T a p h i u s una especie en Venezuela y una especie de M éjico y Costarrica, ade­ más tres especies del Lago Titicaca. De todas estas especies T . cosn. sp. difiere por la escultura fuerte de las estrías de crecimien­ to en forma de costas. T . s u b p r c n u s (M artens) tiene diámetro infe­ rior. T . a n d e c o l u s ( D ’O r b ) del Lago Titicaca es de diámetro supe­ rior y T . m o n t a n u s ( D ’O r b .) también del mismo lago es carinada. Según Baker la posición genética de T a p h i u s no aparece bien segura ta tu s

y

también T . c o s t a t u s n. sp. muestra caracteres típicos de H e l i s o m a .

En este sentido T . c o s t a t u s n. sp. está en relación estrecha con las especies de T a p h i u s del Lago Titicaca. También por razones geográ­ ficas puede concluirse que T . c o s t a t u s , procedente del borde occi­ dental del Altiplano boliviano, está en relación genética con la fauna del Lago Titicaca.


W A L TE R B IE S E

Taphius therm alus n. sp.

(Fig. 6., pág. 130, Lám. V I, fig. 4-6)

Concha pequeña, delgada, de coldr córneo claro, superficie con brillo de seda. 2 1/2 a 3 1/3 vueltas de espira. E l diámetro de las vueltas aumenta rápidamente. Ultima vuelta bastante hinchada. En el lado superior las vueltas apicales apenas profundizadas, en el lado inferior muy fuertemente profundizadas.

Sutura profunda. Vueltas

completamente redondas sin indicación

de canto. Estrías de creci­

miento finas, estrías espirales sumamente finas. La última vuelta se desvía un poco del plano de la espiral hacia abajo. E l borde superior o derecho de la abertura se encuentra en el plano superior o poco desviado hacia abajo. E l borde izquierdo sobresale fuertemente del plano del lado inferior. Abertura completamente redonda, de ancho y alto igual o casi igual. En la penúltima vuelta, es decir en el punto antepuesto a la abertura, el ancho es 50% mayor que la altura. Esta relación no se guarda en la abertura. En consecuencia en la abertura la altura crece relativamente más que el ancho. Bordes cortantes. B or­ de superior 2 a 2.5 mm. más prolongado que el borde inferior, es de­ cir, con respecto al diámetro mayor fuertemente prolongado. En el in­ terior de la abertura, hay alrededor un callus delgado brillante, sin co­ lor, transparente. Este callus en conchas conservadas por largo tiempo se pone blanco opaco. Generalmente individuos adultos muestran he­ ridas en la superficie de la concha causadas por otros individuos que comían la cal. La mayoría de los individuos tiene dos y media a tres vueltas y su diámetro mayor es de 4,5 a 5,2 mm. Se ha observado unos 5 ejem ­ plares, 3 1/3 vueltas con 6.1 a 6.7 mm. de diámetro mayor. Estos po­ cos individuos ya desde la primera vuelta han crecido más rápido que la mayoría. La vertiente termal de Ascotán ofrece condiciones bionómicas sumamente favorables.


R E V IS IO N D E M O L U S C O S T E R R E S T R E S IV

1.0 1.0

1.0

1.0 1.0 1.0

1.5 1.5 1.5 1.5 1.5 1.5

2.5 2.7 2.5 2.5 2.5 2.5

2.5 paratipo 2.7 ” 2.5 2.5 2.4

3-5 3.5

0.7 0.7 0.8

1.3 1.3 1.3

2.0 2.0 2.0

2.1 2.2 2.1

4.4 5.0 4.0

1.5 1.5 1.2

1.8 2.0

3.2 3.0

1.7

3.0

3.2 3.0 3.2

3.5 2.5

2.6

5.1 4-6

2 1/2 2 1/2 2 1/2

2.4 2.2 2.1

4.2

3.0

4.5 4.6

3 1/3 3 1/3 3 1/3

3.5 3.5 3.2

6.7 6.5 6.1

(x)

3.7 3.7 3.7 3.6

A ncho

A ltu ra

3.8

A n ch o

3.8

5.5 5.2 5.1

ABERTU RA

A ltu ra

P enú lt. v u elta

5.2

3 1/4 3 3 3 3 3

2.7 2.7 3.0

P e n ú lt. v u elta (x)

Ultima v u e lta

m á x in Altura

V u e lta s

D IA M E T R O

119

3.0 holotipo

En el punto antepuesto a la abertura.

Procedencia: Holotipo: Ojos de Ascotán, Salar Ascotán, 3-800 m. de altura, vertiente termal cerca de la terminación sur del Salar Asco­ tán (o Salar Cebollar) cerca de su borde oriental. Abundante. Relaciones: T . therm alus n. sp. se distingue de T . costatus n. sp., por sus medidas inferiores. Además T . tiiermalus carece de es­ cultura. La diferencia más marcable es la abertura completamente re­ donda de T . therm alus v en consecuencia falta el canto redondo en el lado inferior al borde de la profundización apical que es caracte­ rística de T . costatus n. sp. T . andecolus (D ’Orb.) del lago T i­ ticaca es de diámetro superior y T . montanus (D ’Orb.) de la mis­ ma localidad es carinada. T . subpronus (M artens) de Terryalba, Costarrica (Baker 1945, Lám. 131/figs. 36-40), es bastante semejan­ te, pero de diámetro inferior y su abertura es más alta que ancha.


120

T ropicorbis Pilsbry y Brown 1914 T ropicorbis c h ile n s is (Anton)

(Fig. 1, pág. 130, Lám. V I, figs. 7 -9) '

1837*— P l a n o r b i s c u m in g x i Beck., Index M oll. Mus. Christ. Fred. Pág. 120; nomen nudum, = c h i l f . n sis.

teste Anton.

1839.—P l a n o r b i s c h i l e n s i s Anton Verz. Conch. Samml. Pág. 51. 1841.—

Dunker, Martini Chem nitz Conch. Cab. 1 ,1 7 Phvsa et Planorbis. pág. 51, Lám. V II I , figs. 10-12.

1854.—

IIupc in Gay Hist, de Chile. Zool. V II I , pág. 123. Atlas Zool. Lám. I ll, fig. 12.

1877—

Fischer Man. Couch. Pág. 259.

1878.—

Sowerbv in Reeve

Conch.

Svst. Tom o

X X . Lám'. V II. fig. 57. 1945.—T r o p i c o r b i s ( T r o p i c o r b i s ) c h i l e n s i s (C lessin), Baker, Moll. Fam. Planorbidae, pág. S5. Lam. 131, figs. 12-14. Lám. 135, figs. 9-11. Gay (1854, p. 123), dice: "Aunque inédita, la hemos hallado designada en algunas colecciones con el nombre de Planorbis chilen­ sis sin haber sabido que autor le había impuesto tal nom bre". Baker (1945, p. 85) nombra T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s

(Clessin). Al parecer

con respecto a la prioridad Baker incurrió en un error, tomando como autor a Clessin. quien arregló la segunda edición de Chem nitz Conch. Cab. 1886. El Dr. F . Haas, de Chicago, tuvo la amabilidad de es tu


R E V IS IO N D E M O L U SC O S T E R R E S T R E S IV

121

diar la cuestión de la prioridad más a fondo, averiguando que el au­ tor es Antón, Vcrz. Conch. Samml, pág. 51, 1839. En consecuencia, aquí seguimos las constataciones del Dr. E Haas. La descripción bastante clara que aparece en Gav hay que am­ pliarla en algunos puntos, especialmente con respecto a la escultura y a la forma de la abertura. Concha grande, delgada, de color córneo, superficie con brillo de seda, 4 a 4 1/2 vueltas de espira, el diámetro de las vueltas aumen­ ta rápidamente, última vuelta hinchada. Estrías de crecimiento finas, estrías algo más fuertes arrugadas, repartidas a intervalos irregulares. Estrías longitudinales espirales finas, formando una estructura fina de malla con las estrías de crecimiento, produciendo el brillo de seda en la superficie. En el lado superior las vueltas apicales poco profundizadas, en el lado inferior bastante profundizadas. Sutura profunda. La parte superior de las vueltas redondas, en la parte in­ ferior un canto redondo cerca de la profundización apical. El lado inferior de las vueltas se hunde verticalmente a la profundización apical, mientras el lado exterior forma seno hacia el borde exterior. La abertura sobrepasa la espiral por arriba v por abajo y por esta razón ’ el ancho de la abertura corresponde a la altura máxima de la concha. La abertura no es desviada del plano de la espiral: poco oblicua, bordes de la abertura cortantes. Borde derecho de la aber­ tura una curva suave, borde exterior con una cuna bastante con­ vexa. borde izquierdo forma seno con terminación vertical hacia la penúltima vuelta. El punto de la dobladura en la curva del borde izquierdo forma el canto redondo en el lado inferior, cerca de la profundización apical. Borde derecho de la abertura 2 a ? mm. pro­ longados hacia adelante. En el interior de la abertura y en su al­ rededor un callus muv fino, brillante, sin color, transparente. Este callus en conchas conservadas pot largo tiempo se pone blanco opaco. Con respecto a las medidas, dice Gay (1854, pág. 123), largo 5 1/4 lín.. altura 4 1 2 ,lin., espesor 2 lín. v algo más. Material de tres localidades da las medidas siguientes;


4 Río MaipóPeñaflor . . Río Puelo .

.

5 4 1/4 4

13.5 13.5 13.0 13.7 13.5 12.6

A n ch o

4 1/4 4 4 4

14.5 142 14.5 14.0

!

A ltu ra

4 1/2 4 1/2

(x) A B E R T U R A

A ltu ra

Río Maipo . . Sto. Domingo.

P e n ú lt. v u elta

P enú lt. v u elta

P ro ced en cia

D IA M E T R O Ultima v u elta

V u e lta

W A L TE R B IE S E

10.5 11.0

3.0

4.0

6.0

6.0

3.0

4.0

5.5

5.7

11.0 10.2

3.2

3.7 4.0

5.5

5.5

1 0 .0

5.5 5.5

6.0

2.5 2.4

5.5

1 0 .0

3.0

10.0

2.4

10.5 10.5

2.5 3.5 3.0

1 0 .0

o

3.7

5.5

3.7 4.0

5.5

5.5 6.0

3-8

4.8

5.7

4-2

5.5

5.5

4.0

5.5

5.5

(x) E n el punto an tep u esto a la a b ertu ra .

Procedencia: Gav (1854, p. 123), dice: “Se halla en varias par­ tes de Chile”. Baker (1945, lám. 131, figs. 12-14), retrata un ejem ­ plar de Valparaíso. Además se ha obtenido material de otras 5 loca­ lidades: Río Maipú, Santo Domingo, Bucalemu, Rungue, cerro Leyda, San Antonio y Peñaflor (provincia de Santiago) y del R ío Puelo, 1.800 mts. al W . de la desembocadura del río Manso (Prov. Llanquihue, al Sur del Seno de Reloncaví). T ropicorbis s c h m ie re ria n u s n. sp.

(Fig. 2, pág. 130, Lám. V I, figs. 10-12) Concha grande, delgada, de color córneo claro. Superficie con brillo de seda, 4 hasta 5 vueltas. Diámetro de las vueltas aumenta con­ siderablemente, última vuelta algo hinchada. Estrías de crecimiento finas. Estrías espirales finas formando una estructura de malla con las primeras. En la superficie superior las vueltas apicales poco profun­ dizadas, en la superficie inferior más fuertemente profundizadas. Su ­ tura profunda. Vueltas redondas en todos los lados, sin formación


CUADRO N° 1 DIAMETRO PROCEDENCIA

Vueltas

Ultima Penúltima vuelta vuelta

15.5 15.0 5 1/8 16.5 5 16.0 5 16.0 5 M- 5 16.0 , 15.7 ■; 5 ; ■15.5 5 15.U :■< 5. 15.0 5 ■ 5 '" ' 15.0 ■ 5 14.8 14.7 . Río Choapa, Quebr. Consuelo, Sala14 1/2 . B 1 manca............................................ 11.0 4 1/2 4 1/4 11.5 125 4

Hlo Choapa, Salamanca

Penúltima vuelta (x)

ijrl.g

12.5 11.5 13.5 14.5 12.0 1 13.0 12.0 12.0 11.5 12.0 13.0 12.0 12.0 9:0 909.2 ■ 10.0

4 1/2

12.0 12.0 10.0 12.5 12.0 105 10.5 ,11.0 12.0 10.0 10.5

Rio Grande, Río Mostazal, Carén.

4 1/2

13.0

10.5

Río Grande, Río 'Rape!, Juntas. ..

U4rÍ/4

13.5 13.0 12.5 12.5

5 1/4 5 5. ) •5 ' 5 5 '5 5 5 5

Río Elqui, Algarrobito. J Río Ulapel, Illapel.

Río Ligua, Higuera.

. 4 1/4 4 4 4 ‘

4

1/2 1/4

i

3.0 3.5 3.0 3.5 3.0 3.0 3.5 3.0 2.5 2.5 2.5 ^ *2.5 .

1 1 55

3.5 35 . ,, 3 5

’ ‘5.7 55 5.5 5.5 5.0 ■ 5.5 5.0

Holotipo 55 5.5 Paratipo Ì1 65 i) S.0 Jt ' ' . 5.7 ' )f , 6.0 6.0 í) 55 t) 5.7 ' l i ­ 55 li 55 5.0 5.6

.

55

.! , 3.0

u; 3.2 3.0 , 35

1 ;,4.3 4.5 45 5.0

5.0 45 4.8 55

3.0 3.5 3.5 4.0 3.5 3.5 ,3.5 4.0 3.0 3.5 3.0

6.0 6.0 5.0 55. •5.5 5.0 5.8 5.0 55 , 55 5.0

6.5 6.0 5.5 6.0 55 5.5 5.8 5.5 6.0 5.5 5.0

3.0

5.5

5.5

1

í

5,5 55, 55

a s 3.5

2.3 2.0 2.Ô 2.2 '

'4*

3.7 2.8 4.0 , 3.5 3.7 3.7 4.0 4.0

Ancho

5.5 ' 5.0 5.0 5.0 5.0

6.0

2.2

35 3.0 3.5 . 3.0 3.5

9.0 9.0

2.2 2.0

32 ,

3.2

4.5 4.5

4.8 5.0

10.0

11.0 11.0

9.0 9.5 8.5 8.3

3.5' 3.7 3.2 3.0

5M

10.0

2.5 2.5 2.5

' 2.2

■13.0

10.0

2.3

2.5 2.9 3.0

13.5 Í3.0 13.2 13.2 13.0 '12.5 12.4 12.3

10.f 10.2

2.5 ".7 "

3.7 3.5

10.1

2.6

12.0

12.5 13.5 13.0 12.0

11.5

12.1

11.5

(x) En el punto antepuesto a la abertura.

;

Altura

2.5 2.5 2.5 ' 2.3

11.5 3/4 1/2 1/2 1/2 1/2 1/2 1/2 1/4

Ancho

9.5 9.0 9.0 ■ 9.0 , 9.0

12.0

4

‘4 4 4 4 4 4 4 4

' 2.7 2.7 3.0 2.7 " 2.7 3.0 3.0 3.0 2.7 2.5 3.0 3.0 2.5

.

14.5 15.5 15.0 15.0 14.5 14.0 14.0 14.0 13.5 13.5 12.5

Río Grande, Tulahuen.

Altura

ABERTURA

'

10.5

10.3 10.0 . 9.8 95 10.0

9.0 9.2

2:0 2.5 Í.8

2-5

,.3.3 3.7 35 3.5 3.2

2.5 2.7

3.2 3.5

2.7 2.5 2.7 .

: 3.51■

2.8

35

6.(1 5.0 5.0 5.0

/55

5.5 5.0 4.5 4.8 4.0 .4.5 5.0

5.0 4.8 5.5 4.5 4.5. 5.0

4.8 4.5 4.5 5.0 4.0 4.7 4.7 4.5 4.5 ' 43

5.5 5.3 5.3 5.2 5.0 5.2 4.7 4.6 4.7 4.8

6.0


W A LTER B IE S E

124

de cantos. La abertura sobrepasa arriba y abajo el plano de la espiral debido a esto el ancho de la abertura corresponde a la altura máxima de la concha. La abertura es algo oblicua y 110 desviada del plano de la espira, oval-redondeada, bordes cortantes. E l borde derecho se pro­ longa dos y hasta tres min. hacia adelante. Dentro y alrededor de la abertura un callo delgado, brillante, sin color, transparente. Este callo se pone blanco en conchas conservadas por largo tiempo. El material de 8 localidades da las siguientes medidas: (ver cua­ dro NQ 1). P rocedencia: Holotipo: Salamanca, Río Ch'oapa (Prov. de C o ­ quimbo). Además Prov. de Coquimbo: Río Elqui (Algarrobito), Río Limarí (O valle), Río Grande (Tu lah uén), Río Grande-Río M osta­ zal (C arén), Río Grande-Río Rapel (Ju n tas), Río Grande-Monte Patria, Río Grande-Río Hurtado, Río Elqui, Rivadiava, Ríos ChoapaOuebrada Consuelo (Salam anca), Río Illapel (Illap el). Prov. de Aconcagua: Río Ligua (Higuera). En todas las localidades, bastan­ te abundante. R elaciones: T . s c h m i e r e r i a n u s n. sp. está en relación estrecha con 1’. c h i l e n s i s (A ntón ). Las diferencias son: T . s c h m i e r e r i a n u s tiene diámetro mayor, la concha es más delgada y su color más claro. No se observa estrías de crecimiento arrugadas, el diámetro de las vueltas aumenta más lentamente y' la última vuelta no es tan fuer­ temente hinchada como en T . c h i l e n s i s . La diferencia más importan­ te se refiere a la forma de la abertura. En T . s c h m i e r e r i a n u s n. sp. 110 está desarrollada la parte vertical del borde izquierdo cerca de la profundización apical, un carácter que en T . c h i l e n s i s forma el can­ to en la superficie inferior. Baker (1945. lám.

135, fig. 9-11) retrata T . c h i l e n s i s (A ntón)

de Perú. Este individuo procedente de la colección del Musco de París, calece de formación de canto, es de procedencia insegura v corresponde a T . c h m i e r e r i a n u s n. sp. E l retrato en Baker (1943, lám. 131. fig. 12-14) de un ejemplar de Valparaíso, muestra la for­ mación de canto redondo de la misma manera que el original de de Gay (1844. lám. 111, fig. 12).

T . c h ile n s is

El nombie de la especie se lia conferido en honor al Prof. Dr. Teodor Schmierer.


R E V IS IO N DE M O L U S C O S T E R R E S T R E S IV

125

Tropicorbis montanus n . sp . (l'ig . .3. P'ig. 130, Lám. V I, figs. 13-15) Concha de tamaño mediano, delgada de color córneo claro. Su­ perficie con brillo de seda. 4 1/2 vueltas. Diámetro de las vueltas aumenta rápidamente. Ultima vuelta hinchada Estrías de crecimien­ to gruesas, estrías espirales muv finas, formando con los primeros una estructura de malla. Superficie superior chata, sólo las primeras 1 1/2 vueltas forman la profundización apical poco pronunciada, su­ perficie inferior con profundización apical muy profunda. Sutura profunda. Vueltas en su parte superior chatas, en la parte exterior c interior redondas. E l borde derecho de la abertura inserta en el nivel del lado superior de la espira, el borde izquierdo sobrepasa fuer­ temente la superficie inferior. El ancho de la abertura corresponde a la abertura máxima de la concha. La abertura es poco oblicua, no desviada del plano de la espira, redondeada, de bordes cortantes. Bor­ de derecho algo curvado, borde exterior e izquierdo fuertemente cur­ vado. Borde derecho, es decir, borde superior, 2 hasta 2,5 mm. pro­ longado hacia adelante. Dentro de la abertura y en su alrededor un callus muy delgado, brillante, sin color, transparente. Este callus en conchas conservadas por largo tiempo, se pone blanco opaco. Se ob­ servan deformaciones con respecto al plano de la espira en algunos ejemplares. M edicion es: D IA M E T R O

t/i >

'ó! £ 03 £ 5

4 !/2 4!/2

P'anúlt. v u elta

(x>

ABERTU RA

r.

10.5 10.3

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o

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<

2.4 2.5

3.0 2-8

4.0 4.0

ZL

*

O X c <

o

Ph

8.5 8.0

(x) E n el punto a n tep u esto a la ab ertu ra.

4.6 4.3

Holotipo Paratipo


W A LTER B IE S E

126

Procedencia: Holotipo: Río Hurtado, Samo Alto, Prov. de C o­ quimbo. Relaciones: La superficie superior chata sin profundizacion api­ cal, el diámetro inferior y la abertura difieren claramente en T . m o n t a n u s n. sp. de T . c h i l e n s i s (A ntón) y T . s c h m i e k e r i a n u s n. sp. T m o n t a n u s n. sp. tiene cierto parecido con T . p h i l i p f i a n u s (Dunker) de Baker (1945, lám. 135, fig. 12-13) de una laguna cerca de Coma de Ipaguanza, Bolivia, con respecto a la forma de la aber­ tura y del lado superior ohato. Pero T . p h i l i p p i a n u s (D unker) es de diámetro inferior, es decir, desarrolla con 4 vueltas sólo 6,5 mm. de diámetro. Tropicorbis ataccanensis n. sp. (Fig. 4, pág. 130, Lám. V I, figs. 16-18) Concha pequeña, delgada de color blanco transparente, superfi­ cie con brillo de seda, a 4 1/2 vueltas. Diámetro de las vueltas au­ menta lentamente, última vuelta poco hinchada. Estrías de crecim ien­ to algo gruesas, estrías espirales muy finas, formando con los prime­ ros estructura de malla. Profundización apical en el lado superior po­ co pronunciada, en el lado inferior muy profunda. Sutura profun­ da. Vueltas en todos los lados redondos. La abertura es más ancha que alta, sólo un poco desviada a la izquierda desde el plano de la espira. Abertura redondeada, bordes cortantes, el borde izquierdo cerca de la profundización apical con una dobladura poco marcada. Borde derecho 1,5-2 mm. prolongados hacia adelante. Dentro de la abertura y a su alrededor un callus delgado, brillante, incoloro. Este callus en conchas conservadas por largo tiempo, se pone de color blanco opaco, i Procedencia: Holotipo: Río Copiapó. Copiapó (Canal O jancos) Prov. de Atacama, 370 m. de altura. Relaciones: T .

a t a c a m e n s is

n. sp. difiere por su diámetro inferior,

el lento aumento del diámetro de las vueltas y especialmente por la abertura más ancha que alta de T .

c h il e n s is

(A n tó n ), T .

s c h m ie r e

-


127

R E V IS IO N D E M O L U S C O S T E R R E S T R E S IV

n. sp. y T . m o n t a n u s n. sp. Con respecto a la construcción de la espira y su diámetro T . a t a c a m e n s i s es parecida a T . h e l o i c u s

ria n u s

(D ’O rb .). (D ’O rb.,. 1835-1843, Lám. 49, fig. 9-12) de La Plata, pero la abertura de T . h e l o i c u s (D 'O rb.) es más alta que ancha. Lo mismo se puede expresar con respecto a semejanzas con T . o r b i c u l u s (Morele t), fotografiada en Baker (1945, Lám. 129, fig. 10-15 )de Chamiai. México. Esta especie es de diámetro mayor, alcanzando 12 mm. con 5 vueltas. i

P en ú lt. v u elta (X)

7.2

6 .0

1.4

2.3

2. 3

2.7 Holotipo

3.4

6 .6

5.7

1.3

2.5

2.4

3.0 Paratipo

4

2 .8

7.2

1.5

2.3

2-4

2 .6

4

2 .8

7.0

6 .0

1.5

2 .1

2 .0

2 .6

Altura

«

H

3

<

A ncho

A ltu ra

2.9

41/2

CO

41/3

V u e lta s

P enú lt. vu elta

A BERTU RA

\ J i

D IA M E T R O Ultima v u elta

m áxim a

D im en sion es:

(x) E n el pu nto an tepu esto a la ab ertu ra.

Plcmorbis jacobean u s V alenciennes 1854.—Gay Hist, de Chile. Zool. V III, pág. 124. 1887.—Fischer Man. Conch., pág. 259. La descripción sumamente corta de Gay sin figuras, no permite ningún juicio. Gay dice: “P. ja c o b e a n u s Valenciennes inéd. (Col M us.). Esta especie distinguida después de mucho tiempo en la colec­ ción del Museo de París por M . Valenciennes, ha sido establecida por individuos que hemos encontrado en los estanques de Santiago, etc-” . No aparece bien claro si el nombre dado por Valenciennes se refiere a material procedente de Chile. Durante las investigaciones actuales no se ha encontrado nada de material en Santiago que pudiese corres­


W A LTER B IE S É

128

ponder á la descripción. Baker (1945, pág. 85) excluye P. j a c o b e a n u s de la lista de las especies válidas. Esta especie no puede ser reconocida como presente en Chile y hay que darla de baja. Planorbis umbilicatus Antón 1839.—Antón, Verz. Conch. Samml., pág. 51. Esta forma, mencionada por Antón como procedente de Chile, quedó desconocida. Antón no retrató esta especie. Además, la especie y nombre no es válido, porque según una información del Dr. F . Haas, de Chicago, el nombre “ u m b i l i c a t u s ” ,ya estaba ocupado en 1839 por P l a n o r b i s u m b i l i c a t u s , Müller, 1777. COMPARACION DE LOS PLANORBIDAE DE CHILE Para facilitar la comparación de los Planorbidae de Chile se han reunido las características más importantes en la tabla “Clave para los Planorbidae de Chile (ver cuadro 2) v las figuras siguientes muestran una comparación de las aberturas en las diferentes especies.

Fig. 1: T mingo, 1 :2.

r o it c o r w s

Fig. 2: T r o p ic o r b is manca, holotipo, 1:2.

<m n a sín

i

\ntonr Rio Maipo. Santo D o­

sch m ikrk .r ia n u s

n . Sp. Rio Choapa

Sala



M c & a c

o* oa

cnyDHO Mi


R E V IS IO N D E M O L U SC O S T E R R E S T R E S IV

l'ig. 3 : T holotipo, 1:2.

r o p ic o r b is m o n t a n u s

131

n. sp. Río Hurtado, Samo Alto,

y Fig. 4: T holotipo, 1:2. Fig. 5 : T lotipo, 1:4.

r o p ic o r b is

a t a c a m e n s is

a p h iu s c o s t a t u s

Fig. 6: T a p i i i u s holotipo, 1:4. F'ig. 7: T a p h iu s San Martín, 1:4.

n. sp. Cuchicha, Salar San Martín, ho­

t i -i e r m a l u s

c o sta tu s

n. sp. Río Copiapó, Copiapó,

n. sp. Ojos de Ascotán, Salar Ascotán,

n. sp. abertura normal. Cuchicha, Salar

En la tabla siguiente se comparan las medidas término medio de los Planorbidae de Chile: (ver cuadro N 9 3)-

SOBRE LA DISTRIBUCION DE PLANORBIDAE EN CHILE Los pocos avisos sobre presencia de Planorbidae en Chile, son bastante generales. Gay (1854, Tom o V III, pág. 123) con respecto a la distribución de T r o p ic o r b is c h il e n s is (Antón) dice: “Se halla en varias partes de Chile” y además nombra para Santiago la especie du­ dosa de P l a n o r b is ja c o b e a n u s Valenciennes. Fischer (1887, pág. 259) cita según Gay. Baker en su monografía de Planorbidae (1945, Lám. 131, figs. 12-14), nombra Valparaíso para T r o p ic o r b is c h il e n s is (An­ tó n ). En estas páginas se mencionan 22 localidades nuevas para Pla­ norbidae de Chile. Las 23 localidades conocidas ahora, se reparten co­ mo sigue: T a p h iu s t i i e r m a l u s n . sp ., 1 lo c a lid a d .

T a p h iu s c o s t a t u s

T r o p ic o r b is

n. sp ., 1 lo c a lid a d .

c h il e n s is

(A ntón), 7 localidades.


W A L TE R B IE S E

132

T r o p ic o r b is s c h m i e r e r i a n u s n .

T r o p ic o r b is s m o n t a n u s n .

sp., 1 2 lo c a lid a d e s .

sp., 1 lo c a lid a d .

T ropicorbiss a t a c a m e n s i s n . s p ., .1 lo c a lid a d . La lista de localidades de norte a sur, se compone: Provincia de Antofagasta Salar San Martín, Cuchicha: T aphius costatus n. sp. Salar Ascotán, Ojos de Ascotán: T a p p i i i u s t h e r m a l u s n. sp. Provincia de Atacama Río Copiapó, Copiapó: T

r o p ic o r b is

a t a c a m e n s is

n. sp.

Provincia de C o q u im b o Río Río Río Río Río n. sp. Río n. sp.

Elqui, Rivadavia, T r o p ic o r b is s c h m i e r e r i a n u s n. sp . Elqui, Algarrobito: T r o p i c o r b i s s c h m i e r e r i a n u s n. sp. Limarí, Ovalle: T r o p i c o r b i s s c h m i e r e r i a n u s n. sp . Grande, Tulahuén: T r o p i c o r b i s s c h m i e r e r i a n u s n. sp . Grande-Río Mostazal, Carén: T ropicorbis schm iererianus Grande-Río Rapel,

Juntas:

T r o p ic o r b is

s c h m ie r e r ia n u s

Río Grande y M onte Patria: T r o p i c o r b i s s c h m i e r e r i a n u s n. sp. Río Grande-Río Hurtado: T r o p i c o r b i s s c h m i e r e r i a n u s n. sp. Río Illapel, Illapel: T r o p i c o r b i s s c h m i e r e r i a n u s n. sp. Río Choapa, Salamanca: T r o p i c o r b i s s c h m i e r e r i a n u s n. sp. Río Choapa-Quebrada Consuelo, Salamanca: T ropicorbis sc h m ie ­ rerianus . Provincia de Aconcagua Río Ligua, Higuera: T ropicorbis schm iererianus n . sp.


R E V IS IO N D E M O L U SC O S T E R R E S T R E S IV

133

Provincia de Va/paraíso Río Aconcagua ( J ) , Valparaíso: T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s (Antón). Provincia de Santiago Río Maipo, Santo Domingo: T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s (Antón). Maipo, Pcñaflor: T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s ( A n t ó n ) . Bucalemu: T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s (A ntón). Aguada Cerro Leyda, San Antonio: T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s (Anto n ). R ío

Río Rungue, Rungue: T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s (A ntón). Provincia d e Llanquiln ic Río Puelo, 1.800 m. W . de la desembocadura del Río Manso: (Antón).

T r o p ic o r b is c h ile n s is

No hay duda que esta lista 110 es completa con respecto al Sur de Chile. T r o p i c o r b i s c h i l e n s i s (A ntón) entre el Río Maipo y el Seno de Reloncaví, puebla seguramente regiones amplias, pero actualmente no se conoce ningún material de esta región que, en dirección nortesur, tiene más o menos 1.000 Kms. de largo. Por otra parte, se puede decir que en el extremo austral del país, es decir, en Magallanes, no existe Planorbidae. Investigaciones en esta región tuvieron 1111 resul­ tado negativo. Con respecto al Norte, la lista debe ser bastante com­ pleta. T r o p i c o r b i s puebla los ríos desde el Maipo hasta el río Copiapó. (Notable es que en el sistema del río Huasco no se ha encontrado Planorbidae). Mas hacia el Norte, los ríos de poco caudal de la Pro­ vincia de Tarapacá, son estériles con respecto a Planorbidae. La única aparición de Planorbidae en el Norte de Chile, T a p iiiu s c o s t a t u s n. sp. en el Salar San Martín.. Cuchicha y T a p h i u s t h e r m a l u s 11 . sp. en el Salar de Ascotán, geográficamente no pertenecen a la zona de distribución de los Planorbidae de Chile. Anteriormente con ocasión de la descripción de L i t t o r i d i n a se ha dicho que esta fauna de las vertientes termales corresponde a la fauna del Altiplano, representando un puesto avanzado hacia su borde occidental, T r o p i -


W A L TE R B IE S E

134

COREIS de la fauna de Planorbidae de Chile ha avanzado hacia el nor­ te sólo hasta el borde sur del Desierto de Atacama en el R ío Copiapó. Las regiones de distribución de las especies de T r o p i c o r b i s apa­ recen bien separadas geográfica y climatológicamente. T r o p i c o r b i s c h i le n s is

(A ntón), está limitado a la zona de clima húmedo del Sur,

avanzando hacia el Norte hasta el Río Aconcagua. En el Norte Chico, de clima semi-árido, desde el Río Ligua hasta el Río Elqui, los ríos están poblados por T r o p i c o r b i s s c i i m i e r e r i a n u s n. sp. Dentro de esta región, de unos 450 Kms. de largo en dirección Norte-Sur, apa­ rece en el límite oriental, al pié de la cordillera en el Río Hurtado, n. sp. E l sistema del Río Huasco, situado en­

T ro p ic o rb is m o n ta n o s

tre el Río Elqui y el Río Copiapó y separado de estos dos ríos cada vez por 200 Kms. de desierto, no contiene Planorbidae. T r o p i c o r b i s a t a n. sp. es la forma que ha avanzado más hacia el N orte has­

c a m e n s is

ta el borde Sur del Desierto de Atacama en clima árido. Esta forma del Río Copiapó también con respecto a las características de la con­ cha, representa algo especial entre los T r o p i c o r b i s de Chile. Las in­ fluencias climatológicas se documentan en cambios de la forma de la abertura y de las vueltas. Aunque en el sentido genético aparece de menor importancia el cambio del color de la concha, es marcable una paralela llamativa. Desde el Norte hacia el Sur el color de las conchas de T r o p i c o r b i s continuamente se pone más claro. T r o p i c o r b i s c h i (A ntón) del Sur es de color córneo, bastante saturado. T r o p i -

le n s is

c o r b i s s c i i m i e r e r i a n u s íi. sp. y T r o p i c o r b i s “ m o n t a n u s 11. sp. s o n de color córneo claro y al fin T r o p i c o r b i s a t a c a m e n s i s n. sp. es blanco

transparente.. El mismo cambio de colores se repite en L i t i ó r i d i n a . Las especies de Magallanes y Llanquihue son de color café obscuro, las especies del Norte Chico, de clima semi-árido, de color café claro y las especies del Norte árido son blanco transparente. En estos casos el cambio del color, sin duda, es causado por cambios en el bionomo y en el sentido más amplio originado climatológicamente. Por esta ra­ zón este cambio de color se puede tomar como índice respecto a la formación de formas locales y especies.


R E V IS IO N D E M O L U SC O S T E R R E S T R E S IV

135

PU B L IC A C IO N E S M ENCIONADAS

1.— B a k e r, F r a n k C o llins: T h e m ollu scan fa m ily P la n o rb id ae - 233 pags. 141 làm s. U n iv ersity of Illin o is P re ss; U rban a. 1945. y , 2.— F isc h e r, P a u l: M an uel de C on ch ologie; P a ris, 1887. 3.— G ay, C lau d io : H isto ria F isic a y P o litic a de C hile, Zoologia V III; P a ris, 1854. 4.— D 'O rbig ny , A lcid es: M agazin de Zoologie; P a ris, 1835. 5.— D ’O rbigny, A lcid es: V oyage dans L ’A m érk ju e M eridionale. V ol. 5. P a ris, 1835-1843.

6.— P ilsb ry , H . A .: Non m arin e m ollu sca of P atago n ia. R ep. P rin ceton U n iv ersity E x p ed itio n , P a ta g o n ia 1896-1899. Tom o 8. Zoology, pägs. 513-833, L äm s. 38-47; P rin c e to n y S tu ttg a rt, 1911.

E X P L IC A C IO N

DE LA

LAM INA VI:

F ig s.

1- 3

Taphius costalus n. sp„ ■holotipo, Cuchicha, 1 : 3.

F ig s.

4- 6

Taphius iherm alus n. sp., holotipo, O jos de A scotan, 1 : 3.

F ig s.

7- 9

T ro o ico rb is ch ilen sis

F ig s

10-12

/ (Anton), Sa n to D omingo, 1 : 2.

T ro p ico rb is sch m ierrerian u s n. sp., holotipo, R io Choapa,

1:2. F ig s. 13-15

T ro p ico rb is m onianus n. sp., holotipo. Sam o A lto, 1 : 2.

Fig s. 16-18

T ro p ico rb is atacam en sis n. sp., holotipo, Copiapo, 1 : 3.



R E V IS IO N D E M O L U SC O S T E R R E S T R E S IV

V e rtie n te te rm a l C uchiçha, S a la r Sa n M artín , con volcán O llagiie

137


NOTAS PA LEO N TO LO G ICA S

Por H u m b e r t o F u e n z a l i d a V i l l e g a s .

1. S O B R E M A C TR A SUBA N GULATA Phil.

En las co le ccio n es de la secció n geología del M u seo N acio n al de H isto ria N a tu ra l de San tiag o , se conservan los tip os d e P h ilip p i, co rresp o n d ien tes a su im p o rta n te p u b lica ció n :

“L o s F ó siles T e rc ia ­

rios y Cuarternarios de Chile”, Santiago, 1887. Al tratar de en co n trar el tip o co rresp o n d ien te a M actra su ba n g u la ta Phil. y com pararlo co n m aterial nu evo co lectad o po r m í en febrero de 1949 en L ican ch e o , N avid ad y M a ta n z a s, p u de d escubrir una im p o rtan te in fid eli­ dad

de

fig u ración .

En

e fe c to ,

el

tip o ,

co m o d ice

P h ilip p i

(op.

cit. pág. 1 4 2 ),.. “ co n sta de una valva derecha ad h eren te a la piedra en qu e está la V

en u s

L a n d be c k i ” . C o m p aran d o el tip o co n la figu­

ra dada en la lám in a X X I X . fig. 1, se ad vierte que hay poca relación e iitr e un o y otra, h asta tal p u n to qu e el ejem p lar figurado da la im ­ presión a trib u ib le

de al

qu e

no

g énero

co rrespon d e M a c tra ,

sino

ni m ás

siquiera

a'

un

ejem p lar

bien a Venus. E l e je m ­

p lar figurado es, sin em bargo, el tip o, pero al h acer el d ib u jo el borde p o sterio r fue d ib u jad o red ondead o y alto en circu nstan cias qu e es o b lic u o h acia a b a jo y m uy d éb ilm en te arqueado.


H. F U E N Z A L ID A V

140

Hago, pues, a continuación, una redescripción del tipo que se conserva en el Museo de Historia Natural de Santiago, en la colec­ ción de los fósiles tercíanos y cuaternarios formada y estudiada por don Rodulfo Amando Pliiljppi v publico una nueva figura, al mis­ mo tiempo que aprovecho la ocasión para hacer algunas observacio­ nes que importan novedades estratigrafías. En la etiqueta original de mano del propio creador de la especie, se lee lo siguiente: “M acSU BA N G U I.A T A Ph., Cytherea Landbccki. Algarrobo. Landbeck .

tra

Descripción orig inaí.-T esta párvula, ovato trígona; subaequilatera; carina distincia ab ápice ad extremitatem posticam decurrens; margo dorsalis anticus medio fere angulum obtusum, ct ubi in marginem ventraíem abit, angulum acutiusculum formans; margo ventralis in arcum circulis curvatus. Longit. 22, altit. l/,5 crass. 10 mm. “T enem os' de Alganobo una valva derecha adherente a la piedra, en que está la V e n u s L a n d b e c k i . Las estrías de crecimiento apare­ cen borradas en la mayor parte de la superficie y sólo bien marca­ das en el dorso y hacia el borde ventral. La grande altura y la for­ ma del borde dorsal posterior, son los caracteres distintos de la es­ pecie”. (Philippi, op. cit. p. 142). Descripción

suplementaria.—Concha

muy

delgada,

inflada,

ápices bien marcados y algo agudos; mayor espesor de la concha de­ bajo del ápice y algo adelante como a tres cuartos de la altura frente a la concavidad correspondiente a la lúnula. Borde posterior regu­ lar y débilmente arqueado, dirigido francamente hacia abajo, borde central elíptico, extremidad anterior redondeada; borde dorsal ante­ rior hoziforme saliendo con curva regular de debajo del ápice. El tipo conserva parte de la concha en la porción posterior y algo también en la parte correspondiente a la lúnula; en ambas partes se advierten estrías de crecimiento lamelosas y muy finas, las cuales, hacia el borde ventral, tienden a agruparse en zonas por el reforzamiento de dos o tres de las estrías correspondientes. El canto corre desde el ápice hasta el extremo posterior, individualizando un área en la cual la concha se quiebra bruscamente, de tal manera que al mirarla desde arriba da la impresión que coincide con el borde pos-


N O T A S P A L E O N T O L O G IC A S

N actra subangu lata P h il.. tipo 3/1.

N a ctra subangu lata, e je m p la r de Navidad 3/1.

141


H. F U E N Z A L ID A V .

142

terior. Por la parte mediana del área así diferenciada corre un débil pliegue radial. No se advierten detalles de la línea paleal ni de las impresiones musculares. L o calid ad .—E l tipo se encuentra encostrado en una arenisca gris verdosa que rellena el alvéolo de una V e n u s (Cytherea) L a n d b e c k i P h il.

y proviene de Algarrobo. Fué colectado por Landbeck.

Posición geológica.—El Dr. Philippi colocó a su especie M . suen el cretácico de Algarrobo. Como lo ha demostrado

b a n g u la ta ,

Brüggen (1915, pág. 10) Philippi no alcanzó a distinguir la coexis­ tencia en Algarrobo de depósitos del cretácico y del terciario. Para él las capas correspondientes pertenecían a una sola entidad estratigráfica contemporánea del cretáceo de la isla Ouiriquina. Este proble­ ma fué aclarado definitivamente por Brüggen en el trabajo citado, quien pudo establecer definitivamente la existencia de una discor­ dancia de erosión entre las capas correspondientes al cretácico y las que deben atribuirse al terciario. Este autor al respecto dice: “E l lí­ mite entre el cretáceo y el terciario está formado por una discordan­ cia bien pronunciada que se puede observar en la falda de la que­ brada (se refiere a la quebrada del Salto). No obstante la falta de un conglomerado basal de transgresión, se ve el límite irregular en­ tre ambas formaciones; grandes trozos de capas cretáceas se hallan envueltos en areniscas terciarias". “E l terciario empieza por arenis­ cas límnicas con estratificación diagonal; éstas se distinguen bastan­ te bien de las areniscas más arcillosas del cretáceo. Unos veinte me­ tros arriba del límite con el cretáceo se encuentran los primeros fó­ siles; en el salto por el cual baja el arroyo a la playa, se havan mu­ chas concresiones de cal llenas de fósiles". (Brüggen, 1915, pág. 7 ). Entre los fósiles colectados en el estudio de terreno citado el Dr. Brüggen L an d b eck i

incluye, entre los organismos del terciario a V e n u s

Phil. Es indudable, pues, que la M a c t r a s u b a n c u l a t a

de Philippi, debe hacerse figurar, entre los fósiles del terciario de Al­ garrobo, puesto que el tipo se encuentra dentro de la arenisca que rellena la concavidad de una V e n u s (Cytherea) L a n d b e c k i .


N O T A S P A L E O N T O L O G IC A S

143

Nuevos hallazgos.—Al parecer y posiblemente debido al error de figuración que discutimos en esta presente nota, M a c t r a s u b a n ­ g u la ta

no ha sido señalado posteriormente y si hubiese sido colec­

tado seguramente se encuentra mencionado con otro nombre. He tenido la suerte de encontrarla nuevamente en .Licancheo, como uno de los elementos de la fauna correspondiente a las areniscas amarillas, anteriores a la transgresión de Navidad. En este sitio es­ taba acompañada por N u c u l a a r a u c a n a Phil., L e d a a n g u s t a Phil., cf. a r a u c a n a Phil., L e d a cf. d á r w i n i Phil., V e n u s sp. ind.,

N u c u la

M a c t r a r a p e lin a

sp. nov., T a p e s sp-, L u t r a r i a m a r t i n i Phil., Tu-

R RITE LA s p .

E l ejemplar colectado por mí, no difiere en nada esencial del que sirvió de tipo a Philippi. Se trata de un molde interno que no conserva la concha, correspondiente a una test muy delgado, subaequilátero, inflado; borde dorsal posterior débilmente arqueado; borde dorsal anterior cóncavo hacia el ápice, en la parte anterior regular­ mente redondeado; el borde ventral es elíptico y el ápice es promi­ nente. Desde el ápice hasta la extremidad posterior corre un canto que delimita una parte de la concha de mayor pendiente. Decora­ ción externa compuesta por zonas y finas estrías de crecimiento muy poco en relieve y regulares. Las dimensiones del ejemplar colectado por mí son las siguientes: longitud, c. 22 m m , alto 17 m m , espesor c. 6 mm. (una valva). Fué colectado en Licancheo, punto fosilífero n. 6, confluencia del estero de Licancheo con el río llapel. Febrero de 1949. Relaciones.—M a c t r a

s u b a n g u la ta

es una forma característi­

ca que difiere claramente de las otras descritas para Chile, tanto por Philippi como por otros autores. Descuidando la existencia del can­ to tiene cierto parecido con M a c t r a a p i c i n a Phil., que se encuentra en las capas de Navidad, inmediatamente encima de las capas de M . s u b a n g u l a t a , como entidad estratigráfica separada, puesto que se interpone el conglomerado transgresivo basal de Navidad. También se observa un cierto parecido con M a c t r a t e n u i s , del mismo autor con la cual tiene en común el aspecto general del contorno, aunque a ésta le falta el canto y tiene un ápice menos prominente. Esta for­


144

H. F U E N Z A L ID A V.

ma se obtuvo en Matanzas, pocos ejemplares, y en La Cueva en don­ de es bastante frecuente. Al parecer es forma, pues, del plioccno, aunque aparece en Navidad. II. O B S E R V A C IO N E S E S T R A T I G R A F I A S . Con ocasión de la colecta de fósiles realizada en Navidad, Licancheo y Matanzas, en Febrero de 1949, tarea en la cual trabajaron bajo mi dirección los señores E. Flores Silva y Raúl González Mella del Instituto de Geografía, pude observar que las capas terciarias que afloran en esas localidades y que lian sido consideradas tradicional­ mente como un sólo cuerpo estratigráfico, no lo forman en realidad, sino que es posible reconocer la existencia de tres cuerpos diversos, de los cuales dos son fosilíferos. En efecto, en Matanzas, sobre los afloramientos de granodiorita que aparecen en la playa, se

desarrollan areniscas amarillas, las

cuales se presentan en la base del cliff, hasta una altura del orden de los 10 m.; en este punto se observa una importante discordancia, la cual no presenta un conglomerado de transgresión, sino uno pode­ roso de erosión de tal modo que grandes bloques sueltos aparecen englobados en los sedimentos de más arriba y éstos entran en con­ tacto con los de más abajo, mediante una línea irregular. E l con­ junto da la impresión como si se hubiera tratado de una costa bra­ va, en la cual el mar trabajó sobre las mismas areniscas sin que hu­ biera material exótico para la configuración de los rodados de un conglomerado verdadero. Esta entidad estratigráfica superior se presenta formada por le chos de areniscas y margas, las cuales penetran hacia el interior del país levantándose imperceptiblemente y con rumbo nord-sud. Unos 10 m. encima de la discordancia aparecen las primeras ca­ pas fosilíferas, las cuales dan la impresión de pertenecer a un terciario basal. Aunque se hizo una pequeña colección de fósiles en ellas, és­ tos no han sido suficientes para poderles dar edad con entereza. Las capas se continúan hacia el interior, manteniéndose en tranquilidad tectónica, de tal manera que todo lo que se advierte es una pequeña inclinación tierra adentro.


N O T A S P A L E O N T O L O G IC A S

145

Brüggen, que lia visitado la localidad de Matanzas, es partida­ rio de considerar que el contacto entre el granito y las areniscas ama­ rillas se hace por medio de una falla, hecho que quedaría demostra­ do por la falta de rodados de granito y de conglomerado de trans­ gresión, en la base de las areniscas. (1951, p .). Aunque personalmente no. he seguido en detalle la sucesión de capas hacia el interior del país, parece que este paquete sobrepuesto a la discordancia de erosión, no presenta hiatus y termina solamen­ te con el conglomerado transgresivo que corresponde al piso de Na­ vidad y que se presenta unos 10 kms. hacia el interior. Muy bien se puede observar este conglomerado en la ribera sur del río Rapel, en el sitio donde se encuentra instalada la planta elevadora de aguas para el riego de Licancheo. El conglomerado es de poco espesor y está formado por numerosos rodados de rocas eruptivas, (andinas); muchas veces el conglomerado es también fosilífero. En las capas que se presentan inmediatamente debajo del con­ glomerado, fué posible recoger una fáunula bastante expresiva por las relaciones que evidencia. En efecto allí se recogieron: Phil. nobis

Pliil. Phil. L e d a a n g u s t a Phil. L e d a c f. D a r w t n i Phil. T u r r i t e l l a sp. ind. /

M a ctr a su ba n g u la ta

N u c u la araucana

M a c t r a r a p e l in a

N u c u l a c f. a r a u c a n a

V e n u s s p . in d . T apes G onzalezi L u t r a r ia M a r t in i

nobis Phil.

Esta fáunula evidencia relaciones con las capas del terciario de Algarrobo y correspondería a las capas del terciario inferior, hasta donde es posible vislumbrar por el poco desarrollo de la fáunula. Sobre el conglomerado se desarrolla en cambio una serie de ca­ pas que empiezan con capas arenosas, las cuales comportan una fau­ na de grandes vivalvos y de gastrópodos que corresponde incuestio­ nablemente a la típica fáuria de Navidad. Resumen.—De lo expuesto anteriormente se desprende el hecho que las capas fosilíferas desarrolladas, tanto el norte como al sur de


140

M. F U E N Z A L ID A V.

la desembocadura del río Rapel 110 forman un cuerpo estratigráfico único, sino que en ellas debemos considerar tres entidades distintas: 1°.—Capas no fosilíferas basales en la costa de Matanzas. 2°.—Areniscas v margas límnicas en transido a capas marinas, con la fáunula de Leda augusta en la parte superior. 3°.—Las capas de Navidad propiamente dichas, con la fáunula de Navidad típica que se desarrollan con perfil transgresivo. Las observaciones anteriores

deben inducir a precaución para

apreciar las formas publicadas como recogidas de Navidad y consi­ derar que ellas pueden corresponder a cualquiera de estos cuerpos estrat ¡gráficos. E l otro hecho importante que conviene poner en evidencia es la presencia del terciario inferior en la región del río Rapel, hecho que hasta ahora 110 era conocido. Por desgracia, a la fecha actual no sabemos cual es su extensión, ni cuáles son las unidades representa­ das de él.'E n tod-o caío es 1111 hecho que debe tomarse en considera­ ción por sus posibles consecuencias de orden práctico.

L IT E R A T U R A C IT A D A

1887.— R. A. P h ih p p i, L os F ó sile s T e rc ia rio s y C u a rta rio s de C h ile. S a n ­ tiago, 266 págs. 58 tab las. 1915.

J . B ru gg en , E l C retá ceo de A lg a rro b o y las su p u estas r e la c io ­ nes en tre las fo rm a cio n es c re tá ce a y te rc ia ria de C h ile U niversidad de C hile.

1950.— J .

B ru gg en .

A n ales

1915, t. 136: pág. 4 2 9 - 4 1 .

F u n d am en to s

de

la

G eo lo g ía

de C h ile .

373 pags. 1 m apa y n u m erosas ilu stra cio n es.

S a n tia g o .




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