Ecología
Hallan nanotubos de carbono artificiales en las vías respiratorias de niños, en telas de araña y en núcleos de hielo
Diversos análisis están revelando que la contaminación medioambiental por nanotubos de carbono antropogénicos es mucho mayor de lo sospechado, y excede con mucho a la atribuible a la nanotecnología.
Unos científicos de la Universidad Rice en Houston, Texas, Estados Unidos, trabajando con colegas en Francia, han detectado la presencia de nanotubos artificiales en células extraídas de las vías respiratorias de niños parisinos bajo tratamiento rutinario para el asma. Investigaciones adicionales han encontrado nanotubos similares en muestras procedentes de los tubos de escape de vehículos de París y en polvo recogido de varios lugares de la ciudad.
Estas muestras coinciden con lo que se ha hallado en otros lugares, incluyendo Houston (la ciudad en la que está situada la Universidad Rice), en telarañas en la India y en núcleos de hielo.
La investigación en ningún caso atribuye las afecciones de los niños a los nanotubos, tal como advierte el químico Lon Wilson de la citada universidad, coautor de la investigación. Pero la aparente omnipresencia de los nanotubos debería ser objeto de más investigaciones, tal como él recomienda.
Se sabe que hay nanopartículas de carbono en la naturaleza, y que pueden ser bastante abundantes. Moléculas de esta clase se generan de manera rutinaria por la actividad de los volcanes, los incendios forestales y por la combustión de otros materiales con carbono.
La formación de nanotubos de carbono no es tan difícil como pueda parecer. Es factible incluso de manera no intencionada.
Nanotubos de carbono (barras largas) y nanopartículas (aglomeraciones negras en forma de racimo o redondeada) aparecidos en los gases tomados de tubos de escape de coches en París. La imagen forma parte de un estudio realizado por científicos estadounidenses y franceses para analizar materiales de carbono en los pulmones de pacientes de asma. (Foto: Fathi Moussa/Paris-Saclay University)
Ciertos convertidores catalíticos de automóviles, que transforman monóxido de carbono tóxico en emisiones menos perjudiciales, guardan algún parecido con el proceso inventado por la Universidad Rice para formar nanotubos de carbono a partir de monóxido de carbono a alta presión (HiPco). Así que, tal como razona Wilson, no es una gran sorpresa que haya automóviles formando nanotubos de carbono y arrojándolos al medioambiente.
Los resultados de la nueva investigación parecen indicar, por tanto, que los humanos estamos expuestos de forma rutinaria a los nanotubos de carbono, y ello sin que la industria de la nanotecnología se haya expandido de manera descontrolada.