Si nos atenemos a las encuestas, parece que las elecciones en Estados Unidos el año que viene serán entre Hillary Clinton y Donald Trump. Ya hemos analizado a ambos en estas páginas, pero es muy probable que las cosas cambien. Clinton tiene pocas posibilidades de salir limpia de los dos asuntos que la persiguen de su época como secretaria de estado, y Trump es genial para las portadas, pero los candidatos escándalo o descarnados en Estados Unidos duran poco.

Como los hemos visto debatiendo en televisión en dos tandas porque no cabían en el escenario, parece que hay decenas de candidatos republicanos. Pero por parte de los demócratas, además de Hillary Clinton ya hay 18 candidatos oficiales. En este grupo no está incluido el vicepresidente Joe Biden, que si se presenta sería posiblemente el candidato que mejor podría hacer frente a Clinton. De cualquier modo, si te gusta ver buenos oradores, queda más de un año apasionante de debates para pasártelo muy bien.

Joe Biden es de los mejores. Aquí le tienes en su discurso de aceptación de la candidatura a vicepresidente en las elecciones de 2012: https://goo.gl/A8mnfm. Al principio usa a su esposa y a Michelle Obama para relajar el ambiente, con unas notas personales que le acercan al público y le hacen parecer muy simpático, que es lo que necesitan todos los políticos. Si lo hicieran Mariano Rajoy o Pedro Sánchez nos podría parecer afectado y falso, tal vez porque culturalmente somos más recatados. De hecho, Pedro Sánchez ya se refirió en junio a su esposa en el discurso en el que se proclamaba su candidatura a la presidencia del gobierno, en lo que parecía una copia de las intervenciones de Obama. Pero estoy seguro de que lo único que hace falta para introducir este tipo de pinceladas en el discurso es ser natural, seas americano o español.

A continuación Biden empieza a usar el teleprompter. Necesitamos que los políticos españoles lo usen más. Leer un discurso le dice a la audiencia que no estás muy seguro de ti mismo, pero además les dice que te lo ha preparado un escritor de discursos, con lo que tú pasas a ser un amanuense oral y dejas de ser interesante. El Rey, Pedro Sánchez y Cristina Cifuentes ya se han apuntado al teleprompter. Cuando no tienes que preocuparte de acordarte del discurso, y sabes que el teleprompter hace que parezca que te lo sabes, puedes concentrarte en tu lenguaje corporal y en el uso de la voz para ser más expresivo. Incluso lo puedes usar cuando parece que el discurso no lo necesita, como hace aquí Biden este año en Yale al referirse a la tragedia de su familia: https://goo.gl/ihoQaw. Y cuando lo has usado tantas veces con éxito, tu confianza en ti mismo hablando en público aumenta. Aquí, por ejemplo, lo tiene delante pero lo usa poco: https://goo.gl/z1gbfx.

El problema con ser candidato a la presidencia de Estados Unidos y ser un gran orador es que todos tus competidores lo son. Clinton y Biden lo tienen muy complicado uno frente al otro. En España hay excelentes oradores en política, pero no tantos como allí. Esto hace las elecciones menos interesantes, y sobre todo más fáciles para los que saben hacerlo bien en un escenario.