MADRID, 16 MAR. (Bolsamania.com/BMS) .- Y al quinto día, Japón rebotó. El desplome del martes, con caídas para el Nikkei del 10,55%, devolvió hoy al mercado a los “buscadores de gangas” y eso se notó en las Bolsas niponas, que repuntaron más del 5%, y también en Europa, aunque sólo en las primeras horas de la jornada, favorecidos también por los comentarios positivos, en la víspera, de la Reserva Federal. Sin embargo, al final el pulso lo ganaron los factores negativos, que no son pocos, lo que llevó al Viejo Continente a cerrar con una caída media del 2,20%. Nuestro Ibex35 terminó muy cerca de los mínimos intradía de ayer, al perder un 2,30%, hasta los 10.092,6 puntos. La recuperación de la Bolsa nipona no significa, ni mucho menos, que el desastre haya terminado. Los japoneses siguen luchando contra la catástrofe nuclear tras la nueva explosión en el reactor número 4 de Fukushima y, ante la gravedad de los hechos, han decidido proceder a la evacuación incluso de los trabajadores de la planta, que podrían haberse expuesto a niveles de radioactividad muy peligrosos para su salud. Eso hace que expertos como Bankinter no hablen de un “desastre económico, sino de un desastre nuclear a gran escala”. Estos expertos contemplan dos escenarios: si no se produce un accidente a gran escala, los daños serían limitados, algo que contemplan con una probabilidad del 65%. Sin embargo, si se produce un desastre a gran escala, al que atribuyen un 35% de posibilidades, entonces habría que actuar sin demora. “Si eso sucediera pasaríamos todas las posiciones directamente a liquidez”. Según ellos, los próximos 3-5 días serán determinantes. Y en la imagen que nos estamos creando sobre el contexto actual al que se enfrentan las Bolsas, todavía aparece Oriente Próximo. El Ejecutivo de Bahrein ha declarado hoy el estado de emergencia, después de que las fuerzas de seguridad hayan aplastado la revuelta chií de Manama, que desde hace cuatro jornadas reclama reformas democráticas a la monarquía suní que rige el país. De momento, el ejército no permite el acceso al centro de la ciudad y pide a la población que no salgan de sus hogares. La Bolsa del país ha cerrado sus puertas y no ha comunicado cuando piensa reanudar la normalidad. Por último, aunque no por ello menos importante, la rebaja del rating de Portugal a manos de Moody’s, hasta A3 desde A1, con perspectiva negativa. La agencia de calificación crediticia señala que este recorte se debe a “unas perspectivas de crecimiento moderado”, a lo difícil que se presenta alcanzar los objetivos fiscales del Gobierno, a la necesidad de un apoyo financiero futuro por parte de bancos e instituciones públicas y a las “condiciones del mercado” que han elevado los costes de financiación del país. El Tesoro portugués ha colocado 1.000 millones en deuda a 12 meses con una rentabilidad del 4,331%, casi 30 puntos básicos más que en la subasta anterior, también, de nuevo, entre rumores de rescate. Como ven, numerosos frentes negativos que perjudican al mercado y que llevan a nuestro analista técnico, José María Rodríguez, a no descartar un nuevo latigazo bajista similar al experimentado en las últimas sesiones. Nos dice que “hemos visto miedo, pero no hemos visto todavía pánico”. Más claro, el agua. S.B.
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